Se trata de un perro mestizo, un "ovejero cordobés", que cuando murió su dueño, Miguel, desde aquel 24 de marzo de 2006, todos los días a las 18:30 hrs, Capitán se recuesta a lado de la lápida.
¡Qué amor y fidelidad tan grande demuestran los perros a sus dueños! Ojalá todos pudiéramos decir y hacer lo mismo con nuestras familias, amigos, con la Iglesia, con nuestro prójimo, pero, sobre todo,con Dios, manteniéndonos, aún en medio de las caídas y dificultades, siempre fieles a Él. Aprovecho para recomendarles la lectura de un libro magnífico que recoge las conferencias del Padre Antonio Royo Marín (O.P), titulado "El misterio del Más Allá". Les dejo el enlace: http://www.santisimavirgen.com.ar/el_misterio_completo.htm Se entiende muy fácilmente y su lectura es de gran ayuda.
¡Qué amor y fidelidad tan grande demuestran los perros a sus dueños! Ojalá todos pudiéramos decir y hacer lo mismo con nuestras familias, amigos, con la Iglesia, con nuestro prójimo, pero, sobre todo,con Dios, manteniéndonos, aún en medio de las caídas y dificultades, siempre fieles a Él.
ResponderEliminarAprovecho para recomendarles la lectura de un libro magnífico que recoge las conferencias del Padre Antonio Royo Marín (O.P), titulado "El misterio del Más Allá". Les dejo el enlace: http://www.santisimavirgen.com.ar/el_misterio_completo.htm
Se entiende muy fácilmente y su lectura es de gran ayuda.
Un abrazo en Cristo desde Sevilla