viernes, 3 de junio de 2011

LAS CAUSAS DEL DESORDEN MUNDIAL


Por Luis Eduardo López Padilla.

La decadencia mortal que sufre nuestro mundo (y que el optimismo humanista confunde con progreso) es la consecuencia última de un estado de apostasía que, perfectamente descrito por los Romanos Pontífices en sus causas, a lo largo de un siglo (desde Pío IX hasta Pío XII).

La causa primera (y, en rigor, única) de esta debacle moral a la que asistimos no es otra que el rechazo formal de Dios (fuente de toda verdad), de su redención restauradora (la gracia cristológica) y aún del mismo orden natural que de Él procede.

No es extraño, por lo tanto, que contemplemos impávidos la catarata de crímenes atroces y perversos en el seno de una sociedad oficialmente descreída (sin Dios), y filantrópica (sin caridad sobrenatural). Sin embargo, sí resulta aterrador comprobar que esos delirios de necedad son justificados y propagados en nombre de doctrinas cuyas propuestas no permite el más elemental análisis metafísico.

Es que el mal de la época, aunque se manifieste principalmente en situaciones extremas que comprometen la proyección ética del hombre, pertenece antes que nada, a un oscurecimiento voluntario de las inteligencias. Son ellas las que ya no ven (ni quieren ver) la luz de la Verdad.

Por ello han caído ya -y seguirán precipitándose- en la tenebrosa región de las mentiras o, más propiamente, de las fábulas, tal y como está claramente profetizado por el Apóstol San Pablo: “porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades, apartarán su oídos de la verdad y se volverán a las fábulas...” (II Tim.4, 3-4), versículo que muchos exegetas de otros siglos dieron por cumplida (pues el misterio de iniquidad obra a lo largo de la historia) pero que con toda propiedad sólo corresponde a estos aciagos días y a los que todavía sobrevendrán ya que, ciertamente, estamos mal… pero estaremos peor o, como lo dijera con su acostumbrado estilo el P. Castellani: “no hay que afligirse ni tomar poca pena porque todo lo que está pasando pasará…¡y cosas más horrendas vendrán!”.
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La síntesis de los errores y pecados que acompasan al mundo parece que se puede enunciar en los siguientes males, cuya siniestra interdependencia atraerá y prepara ya la aparición del “hombre impío” a que alude también san Pablo en Tes.II,3-4, esto es, “el hijo de perdición, el adversario, que se eleva sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto”, acotando estas estremecedoras palabras que alguna vez – ya muy pronto - serán realidad literal: “hasta el extremo de sentarse él mismo en el santuario de Dios y proclamar que él mismo es Dios”.
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Algunos males de nuestro tiempo serían:

1. Agnosticismo: actitud empecinada del entendimiento que niega “a priori” su capacidad para indagar en lo real y alcanzar el conocimiento y enunciación de una verdad objetiva. Es, en principio, una disposición intelectual pero que termina comprometiendo todo el orden práctico.

2. Relativismo ético: es la consecuencia natural del agnosticismo y conlleva a la negación de toda medida moral que no provenga del más desenfrenado hedonismo – placer - que desemboca, en definitiva, en la calificación neutral de las conductas.

3. Soberanía del pueblo o democracia popular: mito cuantitativo de justificación social sometido a la ligereza de las mayorías electorales que, al negar la primacía de una legitimidad fundada en la justicia, arremete contra todo el acervo de la tradición y se erige en última “razón” de una legalidad desconectada no solo del orden natural sino, básicamente, de todo orden.

4. Secularización: subproducto final de una apostasía de la fe católica gestada desde la Ilustración del siglo XVIII y cuyas manifestaciones rezagadas son el laicismo de los Estados y el indiferentismo religioso en la masa general de la población.

5. Desintegración de la familia: concepción de un modelo de familia que ya no está fundado en las tendencias específicas de la naturaleza humana sino en el relativismo moral y en las inclinaciones del “Género”.

6. Aborto: satánico genocidio (asesinato premeditado, alevoso y con traición) de inocentes no nacidos pero que son ya hombres y mujeres perfectos y completos desde la fecundación de un óvulo y un espermatozoide y que señala con meridiana claridad la hipocresía de una “ciencia” que conoce en nuestros días lo que los escolásticos ignoraban y, sin embargo, propugna la legitimación de semejante crimen colectivo en ofrenda perfecta a Satanás.

7. Y lo que falta en la vía de manipular la genética para pretender, como en los tiempos primeros, asemejarse a Dios, y que llevó al Creador a arrepentirse de haber creado al hombre y de borrarlo de la tierra. ¿Se repetirá la historia?

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5 comentarios:

  1. Obviamente es muy cierto todo lo que dice aquí, y me parece entonces, que ya no estamos muy lejos del tiempo en que se imponga la marca de la bestia en la mano derecha o en la frente de las personas y quienes no la tengamos (los últimos cristianos) no podremos comprar ni vender y por consiguiente quedaremos aislados.
    Sr. editor de Catolicidad: ¿qué piensa de la "teoría del código de barras"? Desde ya agradezco su respuesta.

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  2. Excelente articulo, y desarrollado con toda precision y verdad. Todo eso estamos viviendo, y cada vez mas salvajemente.Y una gran mayoria de seres humanos lamentablemente, miran con estupor pero con indiferencia cristiana y siguen su camino sin despertarse en que es necesario cada uno cambiar de vida, ser mas espirituales, no vivir tanto para este mundo, sino para el definitivo,tener y practicar principios morales y cristianos.Al mundo ya poco le importan los valores, y solo corre vertiginosamente hacia su destruccion. Creo que estamos al principio de hechos terribles, iniciando el Juicio a las Naciones; la Virgen nos alerto y sigue avisandonos en muchos mensajes que el mundo se convierta, que ella quiere que todos sus hijos se salven, que nos ama, como su Hijo, pero el mundo sigue indiferente, rumbo a su perdicion. Pobre Jesus, que murio para salvarnos¡ todo el Cielo debe estar muy triste.........Los que tenemos fe tenemos que rezar mucho para la conversion del mundo,y en reparacion de todos los pecados y abominaciones en este mundo sin Dios (porque el hombre lo rechaza)

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  3. Más que el código de barras que sólo sirve para identificar un precio o, ahora, a un sitio cibernético, nos parecen más preocupantes los microchips que podrán ser implantados bajo la piel de la mano o del brazo. En ellos estará toda la información de la persona: nombre, edad, generales, ideología, creencias, etc., y servirá como una tarjeta de débito y a la vez de crédito. En la misma se abonarán sueldos y salarios y contendrá todos los movimientos financieros y transacciones que realice el individuo. Sin ella será prácticamente casi imposible comprar o vender pues la moneda sería virtual, a menos que retornen al sistema de trueque aquellos que no la acepten. Con ese sistema todo individuo será fichado y controlado absolutamente. Será un microlocalizador que permitirá también saber la trayectoria, movimientos y ubicación de cualquier individuo. En suma: el control total y absoluto sobre la persona humana.

    Ahí es donde vemos la marca de la bestia que los últimos cristianos nos negaremos a adoptar. Parece que no transcurrirán muchos años para poder llegar a esto.

    Un abrazo en Cristo
    Atte
    Catolicidad

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  4. SI LES INTERSA.
    YOU TUBE. ALEX JONES,ESPAÑOL. MUCHOS VIDEOS,ENTRE ELLOS.EL MICROCHIP 666. TAMBIEN SITIO: INFOWARS

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  5. Gracias Sr. Editor de Catolicidad por su respuesta. ¡Volveremos al trueque entonces!

    Ale, mañana miro esos videos y ese sitio.

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