martes, 16 de septiembre de 2025

ESTA ES LA MISA QUE DURANTE SIGLOS SANTIFICÓ A LA IGLESIA



Durante siglos antes de 1970, esta era la forma en que se celebraba la Misa en todo el mundo, la misma Misa que alimentó las almas de santos y pecadores durante siglos.  El sacerdote de pie frente al altar con el pueblo, ofreciendo un sacrificio a Dios, presente en el Santísimo Sacramento reservado en el tabernáculo.  Con la excepción del sermón al pueblo, la Misa fue cantada, cantada o hablada completamente en latín.  

⚜️Esta es la Misa donde se vio levitando a San José Cupertino. 

⚜️ Esta es la Misa que San Gregorio Magno heredó, desarrolló y solidificó.  

⚜️Esta es la Misa que Santo Tomás de Aquino celebró, escribió con amor y a la que contribuyó (compuso la Misa propia y el Oficio para la fiesta del Corpus Christi).  

⚜️Esta es la misa a la que San Luis IX, el rey de Francia, asistió tres veces al día.  

⚜️Esta es la Misa de la que San Felipe Neri tuvo que distraerse antes de celebrarla, porque con mucha facilidad lo envió a un éxtasis que se prolongó durante horas. 

 ⚜️Esta es la Misa que se celebró por primera vez en las costas de América por misioneros españoles y franceses, como los Mártires de América del Norte.  

⚜️Esta es la Misa que los sacerdotes decían en secreto en Inglaterra e Irlanda durante los días oscuros de la persecución, y esta es la Misa que el Beato Miguel Pro Juárez arriesgó su vida para celebrar antes de ser capturado y martirizado por el gobierno mexicano.  

⚜️Esta es la Misa que el Beato John Henry Newman dijo que celebraría cada momento de vigilia de su vida si pudiera.  

⚜️Esta es la Misa que el P.  Frederick Faber llamó "la cosa más hermosa de este lado del cielo".  

⚜️Esta es la Misa que tanto amaron grandes artistas como Evelyn Waugh, David Jones y Graham Greene que lamentaron su pérdida con dolor y alarma.  

⚜️Esta es la Misa tan respetada que incluso los no católicos como Agatha Christie e Iris Murdoch salieron en su defensa en la década de 1970.

Esta es la Santa Misa perseguida y combatida por el modernismo porque expresa perfectamente y sin ninguna ambigüedad la santa doctrina católica y que debe recobrar sus derechos en toda la Iglesia.

lunes, 15 de septiembre de 2025

SENCILLAMENTE


 SENCILLAMENTE 


Estaba la Dolorosa

junto al leño de la Cruz

¡Qué alta palabra de luz!

¡Qué manera tan graciosa

de enseñarnos la preciosa

lección del callar doliente!

Tronaba el cielo rugiente

La tierra se estremecía

Bramaba el agua...María

estaba sencillamente.


José María Pemán


sábado, 13 de septiembre de 2025

SÍ EXISTIERON LOS NIÑOS HÉROES DE CHAPULTEPEC (Y EL SÉPTIMO NIÑO HÉROE)


Monumento a los Niños Héroes de Chapultepec.
por Pablo Ramos

En la historiografía Mexicana, cada 13 de septiembre México recuerda el ejemplo llevado a cabo por estudiantes del heroico Colegio Militar en la Ciudad de México, en el año de 1847; sus estudiantes casi niños de 14 años a 17 años de edad, defendieron su escuela del ejercito de ocupación norteamericano que había invadido a México desde mayo de 1846, ocurriendo varias batallas hasta llegar a la Capital de la República Mexicana. Los hechos heroicos de los cadetes y hasta su existencia, en años anteriores, se habían puesto en duda, pero el archivo histórico de la Secretaria de la Defensa Nacional cuenta en sus bóvedas con los expedientes de estos heroicos estudiantes, símbolo de valor y entrega y amor por su país, como ocurrió en Monterrey meses antes de la Batalla de Monterrey de 1846 cuando en julio los estudiantes del Seminario de Monterrey, entre ellos Simón de la Garza Melo e Indalecio Vidaurri y mas de 40 jóvenes estudiantes, solicitaron a su superior autorización para tomar las armas y defender la Ciudad. La petición fue aceptada. Esta historia es poco conocida.

Discurso pronunciado en septiembre de 1849 donde
se habla por vez primera de los Niños Heroes de 1847.
Haz clic para ampliarlo. Lee el final donde se les nombra.

El encabezado del mismo diario que se reproduce es de otra fecha.
Pero la tragedia de los niños héroes de Chapultepec del 13 de Septiembre de 1847 fue reseñada en periódicos de la época como el PERIÓDICO SIGLO DIEZ Y NUEVE que narra el discurso pronunciado por un CADETE del Colegio Militar en Septiembre de 1849, es decir apenas dos años después de ocurridos los hechos, donde se les señala nominalmente a cada uno de ellos.

En Nuevo León, la Batalla de Monterrey ocurrió un año antes, es decir en 1846, y esa ciudad fue defendida de manera heroica durante los tres días que duraron los combates, ocurriendo infinidad de hechos heroicos y de verdadero patriotismo. Ahí defendieron la ciudad los militares, los ciudadanos y las mujeres como María de Jesús Dosamantes y María Josefa Zozaya, entre otros; falta conocer más sobre los 40 seminaristas de Monterrey que defendieron su ciudad. ¿Serían acaso los Niños Héroes Regiomontanos?.

Fuente: labatallademonterrey1846.blogspot.mx






EL SÉPTIMO NIÑO HÉROE: MIGUEL MIRAMÓN

La historia oficial se encargó de reducir la jornada de
 Chapultepec, exclusivamente al sacrificio de seis jóvenes
 cadetes, pero entre ellos se encontraba, también, otro de
15 años de edad, que se convertiría en presidente de México.

Pintura: Miramón, presidente.
A la derecha se observa el Castillo de Chapultepec
que defendió heroicamente años antes.

A los 15 años de edad, siendo un joven cadete, estuvo apunto de morir en el ataque de los norteamericanos sobre el Castillo de Chapultepec. Sin embargo si el destino le perdonó en convertirse en el “Séptimo Niño Héroe”, solo sería para enfrentar, 20 años después, un pelotón de fusilamiento junto al Emperador Maximiliano.

Miguel Miramón fue una del las figuras más dinámicas y azarosas del siglo XIX mexicano. Militar destacado, líder del Partido Conservador, Presidente de la República a los 26 años, enemigo acérrimo de Benito Juarez; su vida ha cautivado a muchos y sido tema de diversas biografías.

El escritor José Fuentes Mares escribió sobre él: “Es el único de los defensores de Chapultepec de 1847, a quién la historia convencional de México mancha todavía con el estigma de traidor”.

Miramón nació en la Cd. de México un 29 de Septiembre, día de San Miguel, de 1831. Su abuelo paterno era de origen francés, de un poblado cercano a los Pirineos, lugar donde aún en la actualidad existe el título de Condes de Miramón.

Desde muy temprana edad Miramón se inclinó por las carrera de las armas. Un hecho poco de extrañar, sobre todo en una familia en donde todos eran militares. Su padre, el General Bernardo Miramón, había pertenecido al Ejército de las Tres Garantías de Agustín de Iturbide. Sus hermanos mayores, Bernardo y Joaquín, eran ya oficiales del Ejército Méxicano.

En febrero de 1846 Miramón ingresó al Colegio Militar. Creado 18 años atrás, el Colegio Militar era una institución en donde jóvenes selectos eran educados para ser formados como futuros oficiales del ejército. Aunque generalmente eran admitidos a los 16 años de edad, Miguel logró ingresar a los 14. Una excepción común de la época, sobre todo cuando eran hijos de militares.

Dirigido por el General José Mariano Monterde, un distinguido ingeniero y conocido intelectual, el Colegio Militar estaba integrado por alrededor de 100 alumnos, divididos en 2 compañías. Miramón fue agregado a la 2° Compañía, la cual estaba formada por los cadetes más jóvenes.

A finales de 1846 el colegio inauguró sus nuevas instalaciones en el Cerro de Chapultepec, en la antigua la mansión de verano de los Virreyes de la Nueva España, y que ahora era conocida como el Alcázar o Castillo de Chapultepec. Nombre dado por hallarse en la parte más alta del cerro, a la manera de los castillos medievales.

El Alcázar era en realidad un edificio de 2 pisos, dotado con aulas, dormitorios, comedor, biblioteca, alberca, capilla y dirección. Había incluso un amplio patio que servía como “Plaza de Armas”, en donde los alumnos pasaban revista y practicaban sus formaciones.

Sin embargo la vida de estudios y educación militar pronto fue interrumpida con el inicio de la guerra entre México y los Estados Unidos; y los jóvenes cadetes tendrían un inesperado bautizo de fuego.

En un principio limitada a los campos de batalla del norte del país -sitio donde los hermanos de Miramón se destacaron con creces- la guerra tomó un nuevo giro cuando los norteamericanos cambiaron de estrategia.

Siguiendo un camino más corto, los yankis desembarcaron en Veracruz y dirigiéndose tierra adentro, llegaron al Valle de México en Agosto de 1847. Después de una serie de sangrientas batallas, los norteamericanos se prepararon para la embestida final sobre la capital de México en Septiembre.

El General Winfield Scott, comandante del ejército invasor, decidió atacar la ciudad por el poniente, lugar donde el cerro de Chapultepec y su Alcázar dominaban la ruta. Durante todo el 12 de Septiembre, la artillería norteamericana bombardeó el Castillo de Chapultepec, en preparación para el ataque al día siguiente. Sin embargo el General Santa Anna, comandante del ejército mexicano, pensando que aquello solo era una finta, y que el verdadero asalto sería por el sur, decidió reforzar el Castillo con solo 800 hombres –la mayoría de ellos Guardias Nacionales- al mando del General Nicolás Bravo.

Para el anochecer, después de aquel intenso bombardeo, la moral de la guarnición mexicana estaba quebrantada. Muchos soldados habían ya desertado, y muchos más continuaron, aprovechando la obscuridad. No obstante los jóvenes alumnos del Colegio Militar permanecieron en sus puestos.

Al despuntar el aurora del 13 de Septiembre, los cadetes, como era su rutina, fueron llamados al comedor para tomar su desayuno. “Confieso que me supo muy amargo” –recordaría muchos años después uno de aquellos jóvenes - “pues me preocupaba, como a mis demás compañeros, que de un momento a otro pudiéramos ser destrozados por alguno de los proyectiles que caían sin interrupción”.

A las 8:00 de la mañana el bombardeo cesó, y las columnas norteamericanas comenzaron el ataque. En el castillo los cadetes aguardaban impacientes ser designados en algún punto para la defensa del colegio.

Finalmente la orden de formar filas llegó. Solo 50 cadetes se encontraban en el plantel ese día, ya que algunos alumnos habían sido retirados por sus padres desde semanas antes.

En posición de firmes, con sus rifles cargados y las bayonetas caladas, los cadetes escucharon a su director. Pero el discurso fue breve: los alumnos debían bajar del colegio. “Muy mal cayeron aquellas palabras” –declaró después un cadete- “porque consideramos aquel descenso como un acto de fuga”.

En grupos de dos o tres, los cadetes comenzaron a bajar por el lado del cerro que aún no era atacado. Sin embargo muchos de ellos se unieron a los soldados que defendía las faldas del cerro, e incluso un grupo, desobedeciendo las órdenes, decidió quedarse en el castillo. Entre ellos el cadete Miguel Miramón.

Después de conquistar la rampa o escalar el cerro, los yankis empezaron a precipitarse sobre el edificio del colegio. Cada aula y cada cuarto fue fieramente defendido por los mexicanos. Incluso en algunos sitios se dio la lucha cuerpo a cuerpo.

Herido en el rostro, Miramón cayó al suelo en lo más reñido del combate, y cuando su contrincante estaba a punto de atravesarlo con la bayoneta, la intervención oportuna de un oficial norteamericano impidió que aquel soldado acertara el golpe mortal.

En sus Memorias, Concepción Lombardo -quién sería después esposa de Miramón- afirma que el oficial norteamericano “admirado por el valor, la serenidad y la firmeza del alumno” lo tomó prisionero, escoltándolo hasta el hospital.

La providencia le salvó la vida aquel día, más no ocurrió lo mismo con seis de sus compañeros. Con el tiempo aquellos cadetes muertos se convertirían en los seis “Niños Héroes”, y la defensa heroica de su colegio, en una de las leyendas más populares de la historia de México. Honrados y venerados se transformarían en auténticos símbolos del sacrificio a la Patria.

El destino en cambio tomaría un rumbo muy distinto para Miguel Miramón. Contradictorio hasta cierta forma, del que pudo haber sido si hubiera muerto en Chapultepec. General a los 24 años, Presidente a los 26, sus proezas al mando del ejército Conservador –durante la Guerra de Reforma- lo harían famoso. Derrotado por Juárez,  se exilió en Europa durante algunos años. Regresaría a México, tratando de unir su suerte a la del Emperador Maximiliano y a la de una causa perdida. Hecho prisionero en Querétaro, finalmente murió fusilado en 1867, negando hasta el último momento la acusación por la que fue sentenciado.

Discurso del General Miguel Miramón antes de ser fusilado

Miramón, desde el lugar de honor en que fue colocado, con tono sereno y firme, pero con voz tronante, como cuando dictaba órdenes del ejercito en el campo de batalla, exclamó:
"¡Mexicanos!, mis defensores trataron de salvar mi vida en el consejo de guerra; aquí, próximo a perderla, y cuando voy a comparecer a la presencia de Dios, ¡protesto contra la acusación de traidor que se me ha lanzado al rostro para cubrir mi ejecución! Muero inocente de este crimen, con la esperanza de que Dios me perdonará y de que mis compatriotas apartarán de mis hijos tan vil mentira, haciéndome justicia. Mexicanos: ¡Viva México!".
El pelotón hizo fuego.




 

viernes, 12 de septiembre de 2025

CREYÓ EL ASESINO QUE CON SU COBARDE ACTO LO SILENCIARÍA...


Nota: No lo conocíamos ni conocemos todo su pensamiento, solo que era provida, pero sea cual fuere, no necesitamos concordar con todo para condenar el artero asesinato que dejó dos pequeños huérfanos y una inconsolable viuda y lo hizo famoso como nunca imaginó en vida.


jueves, 11 de septiembre de 2025

SAN ATANASIO DIXIT


"Siempre resultará provechoso esforzarse en profundizar el contenido de la antigua tradición, de la doctrina y la fe de la Iglesia católica, tal como el Señor nos la entregó, tal como la predicaron los apóstoles y la conservaron los santos Padres. En ella, efectivamente, está fundamentada la Iglesia, de manera que todo aquel que se aparta de esta fe deja de ser cristiano y ya no merece el nombre de tal".

San Atanasio, Epístola a Serapión.


miércoles, 10 de septiembre de 2025

PROPONEN REFORMAR LA REFORMA LITÚRGICA DE ACUERDO CON LA VERDADERA TRADICIÓN CATÓLICA



La revolución litúrgica de Pablo VI “implantó el protestantismo en el corazón de la Iglesia”
Por Edwin Botero Correa

8 septiembre, 2025. El cardenal Gerhard Ludwig Müller, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha iniciado un profundo debate sobre la necesidad de reformar aspectos fundamentales de la Misa según el rito de Pablo VI, conocida como Novus Ordo, señalando paralelismos históricos con las propuestas litúrgicas de Martín Lutero que han generado considerable discusión en círculos teológicos.

La estructura actual del Novus Ordo, implementada después del Concilio Vaticano II, otorga al celebrante cierta flexibilidad en varios momentos de la celebración, una característica que, según diversos expertos litúrgicos, puede dar lugar a interpretaciones y prácticas no siempre acordes con la tradición católica. Esta libertad litúrgica, aunque pensada para facilitar la participación de los fieles, ha sido objeto de preocupación por parte de teólogos respetuosos de la Sagrada Tradición y fieles a ella, no sin razones de peso de su parte.

Entre las modificaciones propuestas destaca el retorno a la celebración ad orientem, donde tanto el sacerdote como la congregación miran hacia el este litúrgico durante las partes más sagradas de la Misa, especialmente desde el ofertorio. Esta orientación común en la oración representa, según los expertos, una expresión física de la unidad de la Iglesia en su adoración a Dios.

Un punto crucial de la reforma sugerida es la restauración del Canon Romano como única Plegaria Eucarística permitida en el rito romano. El término «canon», que significa «regla» o «norma», subraya la importancia de mantener una forma establecida y venerable de oración eucarística, evitando la multiplicidad de opciones que caracteriza al rito actual.

La manera de recibir la Sagrada Comunión también es objeto de atención. Se propone volver a la práctica secular de recibirla de rodillas y en la boca, un gesto que enfatiza la reverencia y adoración debidas al Santísimo Sacramento. Esta forma de recepción expresa más claramente la fe en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía.

Las oraciones del ofertorio han sido identificadas como un área particularmente problemática. Las actuales, inspiradas en bendiciones del ritual judío del Sabbat y con elementos del Talmud, no expresarían adecuadamente el carácter sacrificial de la Misa, reduciendo su significado al de una simple comida conmemorativa. Esta modificación histórica refleja, según los críticos, una influencia directa del pensamiento de Martín Lutero, quien se opuso firmemente a la concepción católica de la Misa como sacrificio.

La preservación del Latín, al menos en el Canon Romano, se presenta como otro elemento esencial para mantener la continuidad con la tradición litúrgica de la Iglesia. El uso de la lengua latina, además de su valor histórico y universal, sirve como vínculo tangible con la herencia bimilenaria de la Iglesia católica.

Estas propuestas de reforma se enmarcan en un contexto más amplio de reflexión sobre la liturgia postconciliar y su relación con la tradición católica. Estas modificaciones fortalecerían la identidad católica y corregirían las desviaciones introducidas durante la reforma litúrgica de Pablo VI.

La discusión sobre estos cambios propuestos continúa generando debate entre liturgistas, teólogos y fieles, reflejando una tensión entre tradición y renovación en la vida litúrgica de la Iglesia católica. El diálogo sobre estas cuestiones fundamentales sigue siendo una parte vital de la reflexión teológica y eclesial sobre la mejor manera de celebrar los sagrados misterios.

Fuente:

Ver también: La reforma litúrgica de Pablo VI introdujo la visión de Lutero -Schneider


lunes, 8 de septiembre de 2025

8 DE SEPTIEMBRE: NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA


“Esta es la Virgen que concibió en su seno, esta es la Virgen que dio a luz un hijo… Ella es la puerta del santuario, que nadie atravesará sino solamente el Dios de Israel. Esta puerta es la bendita María; de Ella se escribió: “El Señor pasará a través de Ella”, y se cerrará después de su parto; porque concibió virgen y dio a luz virgen”. 

~San Ambrosio (Epist. 42,4 PL, XVI)

 Lope de Vega, nacido en 1562, y uno de los poetas y dramaturgos más representativos del Siglo de Oro español compuso lo siguiente:


Canten hoy, pues nacéis vos,

los ángeles, gran Señora,

y ensáyense, desde ahora,

para cuando nazca Dios.


Canten hoy, pues a ver vienen

nacida su Reina bella,

que el fruto que esperan de ella

es por Quien la gracia tienen.


Digan, Señora, de vos,

que habéis de ser su Señora,

y ensáyense, desde ahora,

para cuando nazca Dios.


Pues de aquí a catorce años,

que en buena hora cumpláis,

verán el bien que nos dais,

remedio de tantos daños.


Canten y digan, por vos,

que desde hoy tienen Señora,

y ensáyense, desde ahora,

para cuando nazca Dios.


Y nosotros, que esperamos

que llegue pronto Belén,

preparemos también,

el corazón y las manos.


Vete sembrando, Señora,

de paz nuestro corazón,

y ensayemos, desde ahora,

para cuando nazca Dios. Amén.


sábado, 6 de septiembre de 2025

NO DEJEMOS QUE NUESTROS HIJOS MUERAN EN SUS HABITACIONES

 

Los hijos se nos escapan, generación tras generación, muriendo en sus habitaciones, como si estuvieran en un laberinto sin salida. Antes, los perdíamos en los ríos, en los matorrales, en los mares, pero hoy los perdemos en el silencio de sus cuartos.

Recuerdo cuando jugaban en los patios, sus voces resonaban en el aire, sus fantasías nos hacían sonreír. Pero ahora, con la tecnología dominando sus vidas, nos preguntamos: ¿dónde están nuestros hijos?

Están allí, en sus habitaciones, con auriculares y dispositivos electrónicos, perdidos en un mundo de fantasía. Muertos en sus relaciones con nosotros, sus padres, y vivos solo en sus cuerpos. La tecnología los está alejando de nosotros, de sus valores familiares, de su identidad.

Se convierten en una mezcla de todo lo que han visto y oído, muchos de ellos atrapados mentalmente por la pornografía o por ideologías disolventes o contrarias a la fe, y nosotros, los padres, no siempre sabemos ya quiénes son. 

Es hora de sacar a nuestros hijos de sus habitaciones, de sus dispositivos, y llevarlos a la sala, al patio, a jugar juegos de mesa, al campo, a hablar, a reír, a prepararse intelectual y religiosamente .

Escuchemos sus voces, sus palabras, sus silencios. Están hablando, aunque no lo parezca. Están gritando por atención, por amor, por conexión que requieren. No los dejemos morir en silencio. Saquémoslos de su encierro y llevémoslos a la vida.

viernes, 5 de septiembre de 2025

EL RELOJ BIOLÓGICO Y EL ÉXITO PROFESIONAL DE LA MUJER


 
Una proclama contra la mentira moderna


I. EL DESORDEN DE LA PROMESA INCUMPLIDA

El tiempo no es un aliado de las ideologías; es su acusador. Tiene la curiosa costumbre de refutar los eslóganes con arrugas, de desmentir las consignas con silencios. En el cuerpo femenino late un idioma más antiguo que cualquier congreso feminista: la vocación a la vida.

A la mujer se le enseñó a cambiar ese idioma por otro más útil para el mercado, y así aprendió a recitar horarios en vez de nanas. Pero cuando llega la madurez y la casa está vacía, el silencio no es un detalle trivial: es el testimonio de un contrato roto. El hogar sin hijos no es solo un vacío; es una acusación contra la mentira que prometió libertad y entregó soledad.


II. EL MITO DEL ÉXITO Y LA NUEVA ESCLAVITUD

Se llamó “éxito” a la inmolación. Y se midió a la mujer no con las medidas del corazón, sino con las tablas del contable. El hogar, que nunca fue cárcel, fue convertido en caricatura; la maternidad, que siempre fue misterio, fue rebajada a “opresión”.

La modernidad no la levantó: la arrancó de su trono. La sometió a la devoción de nuevos ídolos: el currículum, el horario, la productividad. Y el resultado es grotesco: mujeres que fueron reinas de la vida y que hoy son secretarias de la nada. Porque la casa vacía, en su silencio, no es neutra: es un templo consagrado a la esterilidad.


III. EL RELOJ BIOLÓGICO: EL JUICIO DEL TIEMPO

El tiempo, además de juez, tiene otra rareza: siempre gana. La ciencia lo dice con la impasibilidad de un notario. Henri Leridon lo documentó en Human Reproduction: a los 30 años, alrededor del 75 % de las mujeres logra un hijo vivo en un año de intentos; a los 35, apenas el 66 %; a los 40, solo el 44 %; y a los 45, la posibilidad es casi nula.

Cada cifra es un grito silencioso, un apellido que desaparece, un linaje que se extingue. Nybo Andersen y colaboradores lo confirmaron en el BMJ (2000): los abortos espontáneos suben del 13 % en la veintena a más del 27 % a los 40–44, y superan el 50 % en la primera mitad de los cuarenta. Hulten (Reproduction, 2010) mostró que la trisomía 21 afecta a menos de 1 por mil nacidos vivos a los 25–29, pero a más de 13 por mil en los 40–44.

Esto no son estadísticas; son epitafios. Las casas sin niños no son simplemente tranquilas: son mausoleos. Y cada sociedad que aplaude su propio envejecimiento no escribe un plan de futuro, sino un testamento.


IV. LAS TÉCNICAS DE REPRODUCCIÓN: LA PROFANACIÓN DEL SER

Cuando la naturaleza pone un límite, el hombre moderno lo llama “reto científico”. Y así, en lugar de ordenar su vida, inventa artificios para violentarla. Fecundación in vitro, congelación de óvulos, vientres de alquiler: no son soluciones, son sacrilegios.

La fecundación en laboratorio es una usurpación: el científico disfrazado de creador, el microscopio que suplanta al seno materno. La congelación de embriones es una ironía macabra: vidas humanas almacenadas junto a tubos de ensayo, como si fueran repuestos biológicos. Y el descarte de embriones no es un “efecto colateral”: es homicidio frío en nombre del progreso.

Incluso los números lo denuncian. Leridon demostró que las técnicas de reproducción asistida compensan apenas un tercio de los nacimientos perdidos cuando la maternidad se retrasa de los 35 a los 40 años. Es decir, ni logran revertir lo que la naturaleza impone ni son moralmente aceptables. No son avances: son profanaciones. Y lo más curioso es que incluso la conciencia secular lo intuye: todos saben, en el fondo, que el amor no se fabrica y que la vida no se compra ni se vende.


V. EL DRAMA EXISTENCIAL DE LOS CUARENTA

La depresión de la madurez no es un capricho clínico; es una confesión existencial. Es la amarga verdad que el alma se susurra a sí misma: “He perseguido un fin falso”.

La psicología lo confirma: la infertilidad hiere el ser. Se pierde el propósito vital, se resquebraja la identidad, se debilita la pareja, se multiplica el aislamiento. Y lo que los manuales llaman “síndrome depresivo” no es sino el duelo por lo no vivido.

La infertilidad personal es espejo del drama cultural. Fuentes, Sequeira y Tapia-Pizarro (2020) documentan que, en América Latina, la postergación del primer hijo no solo disminuye el número total de nacimientos, sino que multiplica el riesgo de quedarse sin ninguno. Se multiplicaron diplomas, pero se extinguieron apellidos. Se construyeron carreras, pero se derrumbaron genealogías.


VI. EL LUGAR INSUSTITUIBLE DE LA MADRE Y EL ECOSISTEMA FAMILIAR

La madre es insustituible. No por romanticismo, sino por realismo. El padre puede aportar dirección y fortaleza, pero es la madre quien hace que un conjunto de paredes se convierta en hogar. Su latido es calor, su voz es arraigo, su amor es cemento invisible.

La sociología no es lírica, pero aquí coincide con la poesía. Sara McLanahan lo mostró en Demography (2004): los hijos de familias desintegradas acumulan mayor riesgo de pobreza, fracaso escolar, depresión y problemas emocionales. La sociedad que se atreve a despreciar la presencia de la madre desprecia su propio futuro.

Los “nuevos modelos de familia” son experimentos que fracasan. La familia íntegra no es un recuerdo pintoresco: es el primer baluarte contra el caos, la primera escuela, la primera iglesia, la primera patria.


VII. LA VERDADERA ELEVACIÓN DE LA MUJER

La tradición no encierra a la mujer: la eleva. El orden no es cadena, es trono.

Santo Tomás enseña que la virtud perfecciona el ser. Y la virtud de la mujer no es una copia de la del varón: es distinta, complementaria, necesaria. Su fortaleza no es la de empuñar la espada, sino la de resistir en la fragilidad; no la de conquistar tierras, sino la de custodiar la vida.

La modernidad la obligó a ser un varón mediocre en lugar de una mujer excelente. Y en ese engaño, perdió su esplendor. Porque la mujer no es más cuando imita: es más cuando es ella misma, plenamente mujer, reina de la vida.


VIII. LAS EXCEPCIONES Y LA FECUNDIDAD ESPIRITUAL

No todas las mujeres pueden, por circunstancias queridas o permitidas por Dios, vivir la maternidad biológica. Sería cruel ignorarlo. Pero tampoco ellas quedan fuera del designio: su fecundidad se manifiesta en otras formas igualmente reales y preciosas. La historia de la Iglesia está llena de mujeres que, sin haber engendrado hijos propios, dieron vida espiritual, intelectual y cultural a generaciones enteras.

La verdadera dignidad femenina no se reduce al hecho biológico, sino que consiste en vivir ordenadamente la vocación que se recibe de Dios. Quien no puede dar vida con el cuerpo, puede darla con el espíritu, con la enseñanza, con la caridad, con la oración. En ellas también resplandece la verdad de la mujer: ser fuente de vida y de comunión.

De esta manera, la excepción no niega la regla, sino que la confirma: toda mujer está llamada a la fecundidad, natural o espiritual, y esa vocación nunca es estéril cuando se vive en fidelidad al orden divino.


IX. LLAMAMIENTO: EL TAMBOR DE GUERRA DEL RELOJ

Una sociedad que desprecia la maternidad cava su tumba con solemnidad burocrática. Un Estado que no protege a la familia firma su fracaso en papel membretado. Una cultura que llama “progreso” a fabricar y descartar embriones no sabe ya lo que es un hijo.

El reloj biológico no es enemigo, sino tambor de guerra. Su tic-tac no es amenaza, es llamada. Es el sonido de la reconquista. La verdadera rebeldía no es imitar al varón ni someterse al mercado: es reconstruir el hogar.

La mujer que hoy decide ser madre no es una reliquia inmóvil ni una mera innovadora: es la continuidad viva de la tradición y, al mismo tiempo, la vanguardia de la reconquista. En ella, lo heredado se convierte en futuro; lo eterno se proyecta hacia adelante. Y el día en que la cultura vuelva a arrodillarse ante este misterio, volverán la música de las cunas, el ruido bendito de los hermanos y la certeza de que siempre habrá un lugar al cual volver.

Óscar Méndez O.

jueves, 4 de septiembre de 2025

LA IMPERATIVA DESOBEDIENCIA


La Iglesia Católica está obligada por la ley divina a sufrir el martirio antes que comprometer una doctrina, u obedecer la ley del gobernador civil, que viola la conciencia; y además de esto, no sólo no puede ofrecer una desobediencia pasiva, lo cual puede hacerse en una esquina, y por lo tanto no se detecta, y porque no se detecta no es castigada; la Iglesia Católica, sin embargo, no puede permanecer en silencio; no puede mantener su paz; no puede dejar de predicar las doctrinas de la revelación, no sólo de la Trinidad y de la Encarnación, sino también de los siete sacramentos, y de la infalibilidad de la Iglesia de Dios, y de la necesidad de la unidad y de la soberanía de ambos, espiritual y temporal, de la Santa Sede.

CARDENAL ENRIQUE MANNING. Opúsculo “El Papa y el Anticristo”, año 1861.