domingo, 31 de mayo de 2020

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO EN LA FIESTA DE PENTECOSTÉS


Podemos hacer nuestra la oración que compuso el Cardenal Jean Verdier (1864-1940) para pedir, sencillamente, luz y ayuda al Espíritu Santo en las mil situaciones de la vida ordinaria, o en aquellos momentos más especiales que podamos atravesar en nuestro caminar hacia el encuentro eterno con el Padre de las misericordias.

“Oh Espíritu Santo,
Amor del Padre, y del Hijo:
Inspírame siempre
lo que debo pensar,
lo que debo decir,
cómo debo decirlo,
lo que debo callar,
cómo debo actuar,
lo que debo hacer,
para gloria de Dios,
bien de las almas
y mi propia santificación.

Espíritu Santo,
dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.

Dame acierto al empezar,
dirección al progresar
y perfección al acabar.
Amén”.

A los cincuenta días de su Pascua, en que los judíos salieron del cautiverio de Egipto, el Señor les dictó la ley en el Sinaí. En memoria de este suceso, celebraban una fiesta que llamaban Pentecostés (la cincuentena). Pero la Antigua Ley era sombra de la Ley Nueva; Su Pascua, figura de nuestra Pascua; su Pentecostés, pálida imagen de la nuestra. A los cincuenta días de la Resurrección del Señor, el Espíritu Santo desciende sobre los Apóstoles en el monte Sión; y escribiendo la ley de gracia en sus inteligencia¿Existen peligros en el carismatismo? s y en sus corazones, los constituye doctores de la verdad revelada, e intrépidos propagadores del Evangelio con que renovarán la faz de la tierra.

-Tema relacionado (haz click): ¿Existen peligros en el carismatismo? http://www.catolicidad.com/2009/07/existen-peligros-en-el-carismatismo.html?m=0-

viernes, 29 de mayo de 2020

¿CREÉIS QUE HABÉIS PERDIDO LA FE? LEED LO SIGUIENTE:


¡Pobres incrédulos! ¡Qué pena me dan! No todos son igualmente culpables. Distingo muy bien dos clases de incrédulos completamente distintos. Hay almas atormentadas que les parece que han perdido la fe. No la sienten, no la saborean como antes. Les parece que la han perdido totalmente. Esta misma tarde he recibido una carta anónima: no la firma nadie. A través de sus palabras se transparenta, sin embargo, una persona de cultura más que mediana. Escribe admirablemente bien. Y después de decirme que está oyendo mis conferencias por Radio Nacional de España, me cuenta su caso. Me dice que ha perdido casi por completo la fe, aunque la desea con toda su alma, pues con ella se sentía feliz, y ahora siente en su espíritu un vacío espantoso. Y me ruega que si conozco algún medio práctico y eficaz para volver a la fe perdida que se lo diga a gritos, que le muestre esa meta de paz y de felicidad ansiada.

¡Pobre amigo mío! Voy a abrir un paréntesis en mi conferencia para enviarte unas palabras de consuelo. Te diré con Cristo: “No andas lejos del Reino de Dios”. Desde el momento en que buscas la fe, es que ya la tienes. Lo dice hermosamente San Agustín: “No buscarías a Dios si no lo tuvieras ya”. Desde el momento en que deseas con toda tu alma la fe, es que ya la tienes. Dios, en sus designios inescrutables, ha querido someterte a una prueba. Te ha retirado el sentimiento de la fe, para ver cómo reaccionas en la oscuridad. Si a pesar de todas las tinieblas te mantienes fiel, llegará un día –no sé si tarde o temprano, son juicios de Dios– en que te devolverá el sentimiento de la fe con una fuerza e intensidad incomparablemente superior a la de antes. ¿Qué tienes que hacer mientras tanto? Humillarte delante de Dios. Humíllate un poquito, que es la condición indispensable para recibir los dones de Dios. El gozo, el disfrute, el saboreo de la fe, suele ser el premio de la humildad. Dios no resiste jamás a las lágrimas humildes. Si te pones de rodillas ante Él y le dices: “Señor: Yo tengo fe, pero quisiera tener más. Ayuda Tú mi poca fe”. Si caes de rodillas y le pides a Dios que te dé el sentimiento íntimo de la fe, te la dará infaliblemente, no lo dudes; y mientras tanto, pobre hermano mío, vive tranquilo, porque no solamente no andas lejos del Reino de Dios, sino que, en realidad, estás ya dentro de él.

¡Ah! Pero tu caso es completamente distinto del de los verdaderos incrédulos. Tú no eres incrédulo, aunque de momento te falte el sentimiento dulce y sabroso de la fe. Los verdaderos incrédulos son los que, sin fundamento ninguno, sin argumento alguno que les impida creer, lanza una insensata carcajada y desprecian olímpicamente las verdades de la fe. No tienen ningún argumento en contra, no lo pueden tener, señores. La fe católica resiste toda clase de argumentos que se le quieran oponer. No hay ni puede haber un argumento válido contra ella. Supera infinitamente a la razón, pero jamás la contradice. No puede haber conflicto entre la razón y la fe, porque ambas proceden del mismo y único manantial de la verdad, que es la primera Verdad por esencia, que es Dios mismo, en el que no cabe contradicción. Es imposible encontrar un argumento válido contra la fe católica. Es imposible que haya incrédulos de cabeza –como os decía el otro día–, pero los hay abundantísimos de corazón. El que lleva una conducta inmoral, el que ha adquirido una fortuna por medios injustos, el que tiene cuatro o cinco amiguitas, el que está hundido hasta el cuello en el cieno y en el fango, ¡cómo va a aceptar tranquilamente la fe católica que le habla de un infierno eterno! Le resulta más cómodo prescindir de la fe o lanzar contra ella la carcajada de la incredulidad.

“¡Ay de vosotros los que ahora reís, porque gemiréis y lloraréis!” (Lc 6, 25)

¡Insensato! ¡Como si esa carcajada pudiera alterar en nada la tremenda realidad de las cosas! ¡Ríete ahora! Carcajaditas de enano en una noche de barrio chino. ¡Ríete ahora! ¡Ya llegará la hora de Dios para toda la eternidad!

“EL MISTERIO DEL MÁS ALLÁ ”

Padre Antonio Royo Marín. O.P.

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miércoles, 27 de mayo de 2020

LA ESTRATEGIA DEL ENEMIGO


El papa Pío XII en su alocución del 12-X-1952:

"No preguntéis quién es el enemigo, ni qué vestidos lleva. Este se encuentra en todas partes y en medio de todos. Sabe ser violento y taimado. En estos últimos siglos ha intentado llevar a cabo la disgregación intelectual, moral, social, de la unidad del organismo misterioso de Cristo. Ha querido la naturaleza sin la gracia; la razón sin la fe; la libertad sin la autoridad; a veces, la autoridad sin la libertad. Es un enemigo que cada vez se ha hecho más concreto con una despreocupación que deja todavía atónitos: Cristo, sí; Iglesia, no. Después: Dios, sí; Cristo, no. Finalmente el grito impío: Dios ha muerto; más aún, Dios no ha existido jamás. Y he aquí la tentativa de edificar la estructura del mundo sobre fundamentos que Nos no dudamos en señalar como a principales responsables de la amenaza que gravita sobre la humanidad: una economía sin Dios, un derecho sin Dios, una política sin Dios.

"El enemigo se ha preparado y se prepara para que Cristo sea un extraño, en la universidad, en la escuela, en la familia, en la administración de la justicia, en la actividad legislativa, en la inteligencia entre los pueblos, allí donde se determina la paz o la guerra.

"Este enemigo está corrompiendo el mundo con una prensa y con espectáculos que matan el pudor en los jóvenes y en las doncellas, y destruye el amor entre los esposos".

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martes, 26 de mayo de 2020

ORACIÓN POR LOS HIJOS


Señor, ilumina la mente de nuestros hijos para que conozcan el camino que tú has querido para ellos, para que te puedan dar gloria y alcancen la salvación. Sostenlos con tu fuerza, para que alienten en su vida los ideales de tu Reino. Ilumínanos también a nosotros, sus padres, para que les ayudemos a reconocer su vocación cristiana y a realizarla generosamente, colaborando con tus inspiraciones interiores. Amén.

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lunes, 25 de mayo de 2020

SERMÓN SOBRE LA VIRGEN MARÍA. Palabras de San Juan Bosco dirigida a los jóvenes.


María ama a la juventud, y por lo tanto ama y bendice mucho a quienes se dedican a hacer bien a los jóvenes.

Porque Ella es Madre, y las madres se preocupan más por los hijos más pequeños que por los adultos, porque los pequeños son más inocentes; porque los jóvenes están en mayor peligro de ser engañados y ser llevados hacia los vicios.

Además los jovencitos le representan más a lo vivo a Jesús que pasó su infancia y juventud bajo sus ojos maternales.

Sabiendo pues que la Madre de Dios os ama tanto, escuchad con atención lo que os voy a decir: Si queremos gracias y favores recurramos a María, recemos a María; pero para que Ella interceda por nosotros es necesario demostrarle nuestra verdadera devoción en tres cosas: Primera evitar a toda el pecado y procura mantenerlo alejado siempre de nosotros. Nada hay que nos pueda hacer más daño y que disguste más a Nuestra Señora y a su Santísimo Hijo, que el pecado. Una vez había un joven que ofrecía a la Virgen oraciones, obras buenas y limosnas, y una noche vio en un sueño que la Virgen Santísima se le aparecía y le presentaba una bandeja con las más bellas y atrayentes frutas: manzanas, uvas, peras, etc.; pero todas cubiertas con el sucio trapo con el que se había limpiado las llagas un enfermo. La Virgen decía: “recibe estas frutas y come”. Pero el joven le contestó: “Señora las frutas son muy hermosas, pero el trapo con que están cubiertas es tan asqueroso, que no me atrevo a recibir estas frutas porque me vomitaría”. Entonces la Reina dele Cielo le respondió: “Así son las ofrendas y oracioens que tú me ofreces: muy bellas y atrayentes, pero vienen todas cubiertas con un trapo horrible: esos pecados que sigues cometiendo y que no quieres dejar de cometer”. Al día siguiente el joven se despertó muy preocupado por este sueño, pero desde ese mismo día dejó las ocasiones de pecar y abandonó definitivamente esos pecados que tan antipática hacían su vida ante Nuestro Señor.

La segunda condición para que nuestra devoción a la Virgen sea verdadera es imitarla en sus virtudes, especialmente en su gran caridad y en su gran pureza. Una devoción a María que no consiga un mejoramiento en nuestra vida no es verdadera devoción. Si rezamos a la Virgen y seguimos en nuestros pecados como antes, puede ser que nuestra devoción sea falsa. El verdadero devoto de Nuestra Señora la imita a Ella en su amor al prójimo. María, dice la Biblia, “fue corriendo a ayudar a Isabel”, fue corriendo porque los favores hay que hacerlos pronto sin hacerse de rogar. Las personas más devotas de María son siempre las que tratan con más caridad y generosidad a los demás.

Y hay una tercera condición para que nuestra devoción a la Reina Celestial sea verdadera: demostrarle con acciones externas, pequeñas pero frecuentes, el gran amor que le tenemos. Por ejemplo: llevar siempre su medalla y besar esa imagen de la Virgen al levantarse o al acostarse. Tener su estampa en el pupitre o mesa de trabajo para acordarse de Ella e invocarla. Colocar un bello cuadro de la Madre de Dios en nuestra habitación, adornar las imágenes de la Virgen en el mes de mayo. Ofrecer por Ella alguna pequeña mortificación o alguna buena obra o una pequeña limosna los sábados o las fiestas marianas. Narrar a otros los favores que María Auxiliadora ha hecho a sus devotos. La genuina devoción a la Virgen es prendediza, es contagiosa. Los que la aman le prenden a otros esta devoción. Repartir estampas o imágenes de Nuestra Señora, etc. Ella nos dice: “Si tú haces algo por mí: yo haré mucho por ti”.

Recordad siempre: en toda ocasión, en toda angustia, en toda necesidad hay que recurrir a María. Ella puede lo mismo que puede Dios, aunque lo puede de distinta manera. Dios cuando quiere algo lo hace. Y María cuando quiere algo le pide a su Hijo que es Dios, y Jesucristo que es el mejor Hijo del mundo, y que en el cielo sigue teniendo las mismas cualidades de buen hijo que tenía en la tierra, nada le niega a su Amadísima Madre. Por eso recurrir a María es señal segura de obtener (si es realmente para nuestro bien) todo lo que necesitamos.

Estad seguros que todas las gracias que pidáis a esta Buena Madre os serán concedidas. Pero hay tres gracias que os recomiendo pedirle a Ella todos los días, sin cansaros nunca de pedirle porque son importantísimas para vuestra salvación: 1ra. Evitar siempre el pecado mortal y conservar la gracia de Dios. 2da. Huir siempre de toda amistad dañosa para el alma. 3ra. Conservar siempre la bella virtud de la castidad. Para obtener estas tres gracias yo he recomendado muchas veces una novena... Demostradle también vuestro amor llevando una vida santa, una conducta excelente.

Y termino con un consejo que es un secreto para obtener éxitos: Cuando necesitéis alguna gracia decid muchas veces: “María Auxiliadora, rogad por nosotros”. Decidlo cuando vais por la calle, cuando subís las escaleras o estáis en el patio. Decidlo en la clase, en el dormitorio, por la mañana, por la noche, siempre. Cuando os vengan a visitar, o cuando escribáis a vuestros familiares decidles: “Don Bosco os asegura que si necesitáis alguna gracia digáis muchas veces “María Auxiliadora, rogad por nosotros” y que seréis escuchados”. Y que si alguno dice muchas veces por fe esta oración y la Virgen Poderosa no lo ayuda, me comuniquen a mí esta noticia, y yo inmediatamente escribiré a San Bernardo en el cielo reclamándole que él cometió un grandísimo error cuando nos enseñó aquella oración que dice: “Acuérdate Oh Madre Santa, que jamás se oyó decir, que alguno te haya invocado, sin tu auxilio recibir…” Sí, le escribiré una carta muy fuerte a ese Santo pidiéndole explicaciones. Pero estad seguros de que no necesitaré escribir esta carta. Bromas aparte, grabad en vuestra memoria esta bella oración: “María Auxiliadora, rogad por nosotros”. Para repetirla en todas las tentaciones, en todos los peligros, en toda necesidad y siempre. Mirad hace cuarenta años que vengo repitiendo a la gente que invoque a la Madre de Dios y que Ella los ayudará y les digo que si alguno reza a la Virgen y Ella no lo ayuda venga y me avise.

Pero hasta ahora ni uno solo ha venido a decirme que perdió su tiempo rezándole a Nuestra Señora. El mismo demonio ha tenido que retirarse, y ha fracasado cuando las personas empiezan a ser devotas de la Madre Celestial y ha llegado a no poder hacerles cometer pecado mortal.

Así como los latidos del corazón son señal de la vida, así el invocar frecuentemente a María Santísima es señal segura de salvación.

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sábado, 23 de mayo de 2020

FUERZA DE LÁGRIMAS por Lope de Vega


Con ánimo de hablarle en confianza
de su piedad entré en el templo un día,
donde Cristo en la cruz resplandecía
con el perdón de quien le mira alcanza.

Y aunque la fe, el amor y la esperanza
a la lengua pusieron osadía,
acordéme que fue por culpa mía
y quisiera de mí tomar venganza.

Ya me volvía sin decirle nada
y como vi la llaga del costado,
paróse el alma en lágrimas bañada.

Hablé, lloré y entré por aquel lado,
porque no tiene Dios puerta cerrada
al corazón contrito y humillado.

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viernes, 22 de mayo de 2020

MARCHA VIRTUAL POR LA VIDA

*Mañana sábado 23 de mayo a las 11:00 am se llevará a cabo la Marcha Nacional por la Vida en México.*

Ya ganamos la batalla por la vida en San Luis Potosí, ¡vamos a celebrarlo! Se discute la siguiente semana Guanajuato, ¡vamos a apoyarlos!

Mueren diariamente 55 niños en el vientre de sus madres en los centros de aborto públicos y aproximadamente 150 en las empresas privadas. *SE REALIZAN APROXIMADAMENTE 200 ABORTOS DIARIOS EN LA CDMX*

México te necesita, mañana marchamos mexicanos de todo el país. No nos dejes solos. Te necesitamos.

*Únete el sábado 23 de mayo a las 11:00 am* a esta marcha virtual en este enlace: https://m.facebook.com/PasosPorlaVida/

*Hoy tenemos la oportunidad de hacer historia*

*¡Qué viva la vida! ¡Qué viva México!*

_Por favor, ayuda a replicar este mensaje_

...Y TODO LO DEMÁS SE TE DARÁ POR AÑADIDURA.


jueves, 21 de mayo de 2020

LA QUE APLASTARÁ LA CABEZA DEL DRAGÓN


Por el Padre Roger-Thomas Calmel O. P. (1914-1975)

“Quisiera vivir en tiempos del Anticristo” escribía la pequeña Teresa sobre su lecho de agonía. No cabe duda que la carmelita que se ofreció como víctima de holocausto al Amor misericordioso intercederá por nosotros cuando surja el Anticristo, ni cabe duda que ya esté intercediendo muy especialmente en nuestra época, en la que los precursores del Anticristo se han introducido en el seno de la Iglesia; tampoco cabe duda de que su oración se una con la súplica infinitamente más poderosa de la Santísima Virgen María, Madre de Dios. La que aplasta la cabeza del Dragón infernal en su Concepción Inmaculada y en su Maternidad virginal, la que ha sido glorificada incluso en su cuerpo y que reina en el Cielo con su Hijo, Ella domina como soberana todos los tiempos de nuestra historia y particularmente los tiempos más tremendos para las almas, a saber, los de la venida del Anticristo y aquellos en que sus diabólicos precursores prepararán esta venida.

María se manifiesta no solamente como Virgen Poderosa y consoladora en las horas de angustia para la ciudad terrestre y la vida corporal, sino que se muestra sobre todo como Virgen auxiliadora, fuerte como un ejército en orden de batalla, en las épocas de devastación de la Santa Iglesia y de agonía espiritual de sus hijos. Ella es la reina de la historia del género humano, no solamente para los tiempos de angustia, sino también para los tiempos del Apocalipsis.

La Primera Guerra mundial fue uno de esos tiempos de angustia: hecatombes de las ofensivas mal preparadas, derrota implacable bajo un huracán de hierro y de fuego… ¡Cuántos hombres al abrochar sus cinturones salían con la certeza terrible de perecer en este tornado alucinante sin nunca ver la victoria; incluso a veces, y era lo más atormentador, la duda les venía a la mente respecto al valor de sus jefes y a la prudencia en sus órdenes. Pero, al final, sobre un punto no tenían duda y esa cuestión superaba a todas: la de la autoridad espiritual. El capellán que auxiliaba a esos hombres al servicio de la patria hasta la muerte era absolutamente firme en cuanto a todos los artículos de la fe y nunca hubiera pensado en adaptar pastoralmente la Santa Misa; celebraba el Santo Sacrificio de la Misa según el rito y las palabras antiguas; celebraba con una piedad tanto más profunda, que el sacerdote sin armas y sus parroquianos armados, podían ser llamados a unir de un momento a otro su sacrificio de pobres pecadores con el único Sacrificio del Hijo de Dios que quita los pecados del mundo. La misma fidelidad del capellán se fundaba tranquilamente en la fidelidad de la autoridad jerárquica que conservaba y defendía la doctrina católica y el culto tradicional y no dudaba en apartar de la comunión católica a los herejes y a los traidores. Después, en pocos instantes quizá, en el frente de batalla, los cuerpos iban a ser aplastados, despedazados en un horror sin nombre, quizá se sofocarían inexorablemente y se asfixiarían lentamente en medio de una capa de gas. Pero, a pesar del suplicio de los cuerpos, las almas quedarían intactas, su serenidad inalterada, su interior preservado, y el más negro de todos los demonios, el de las supremas mentiras, no dejaría escuchar sus sarcasmos. El alma no quedaría abandonada a los ataques pérfidos, cobardemente tolerada de los pseudo-profetas de la pseudo-Iglesia; a pesar del suplicio de los cuerpos, el alma volaría del recinto de una fe protegida al recinto luminoso de la visión beatifica en el paraíso.

La Primera Guerra mundial fue un tiempo de angustia. Pero ahora, entramos en un tiempo del Apocalipsis. Sin duda, todavía no llegamos al huracán de fuego que enloquece los cuerpos, pero ya presenciamos la agonía de las almas, porque la autoridad espiritual parece ya no querer defenderlas y se desinteresa de la verdad de la doctrina como de la integridad del culto, al no condenar ostensiblemente a los culpables. He aquí la agonía de las almas en la Santa Iglesia socavada desde el interior por traidores y herejes todavía no exiliados.

En la historia, hubo otros tiempos del Apocalipsis. Acordémonos, por ejemplo, de los interrogatorios a Santa Juana de Arco, privada de los Sacramentos por los hombres de la Iglesia, relegada al fondo de un calabozo oscuro, bajo la guardia de horribles carceleros.

Pero las victorias de la gracia siempre sellan los tiempos del Apocalipsis. Porque, aunque las bestias del Apocalipsis penetren hasta dentro de la ciudad santa y la pongan en gran peligro, la Iglesia no deja de ser Iglesia, ciudad muy amada, inexpugnable para el demonio y sus secuaces, ciudad pura y sin mancha cuya Reina es Nuestra Señora.

Ella, la Reina Inmaculada, es la que abreviará los siniestros años del Anticristo por medio de Jesucristo, su Hijo. Incluso, más que nunca, ella nos obtendrá durante esa época la gracia de perseverar y de santificarnos. Ella nos conservará la porción de autoridad espiritual legítima que absolutamente nos hace falta. Su presencia en el Calvario, de pie cerca de la Cruz, nos lo anuncia infaliblemente. Estaba de pie cerca de la Cruz de su Hijo, el Hijo de Dios mismo, para unirse más perfectamente con su Sacrificio redentor y merecer toda gracia para sus hijos adoptivos. Toda gracia: la gracia de enfrentarnos con las tentaciones y las tribulaciones sembradas hasta en las vidas más unidas; pero la gracia también de perseverar, de volver a levantarse y de santificarse en las peores pruebas, pruebas del agotamiento del cuerpo y las pruebas más negras de la agonía del alma, tiempos en que la ciudad carnal es invadida y tiempos en que la Iglesia de Jesucristo debe resistir a la autodestrucción. Al estar de pie cerca de la Cruz de su Hijo, la Virgen María cuya alma fue traspasada por una espada de dolor, la divina Virgen molida y anonadada como ninguna criatura nunca lo será, nos dará a entender sin lugar a duda que será capaz de sostener a los redimidos en las pruebas más terribles con una intercesión materna del todo pura y poderosa. Esta Virgen muy dulce y Reina de los mártires, nos persuade que la victoria se esconde en la Cruz misma y que muy pronto será manifiesta; la mañana brillante de la Resurrección pronto se levantará sobre el día sin fin de la Iglesia triunfante.

En la Iglesia de Jesús, presa del modernismo hasta en su cabeza, el sufrimiento de las almas y la quemadura del escándalo alcanzan una intensidad conmovedora. Tal drama es sin precedente, pero la gracia del Hijo de Dios Redentor es más profunda que este drama. Y nada interrumpe la intercesión del Corazón Inmaculado de María que alcanza toda gracia. En las almas más abatidas y más cercanas a la muerte, la Virgen María interviene de día y de noche para poner fin, misteriosamente, a este drama y romper también misteriosamente las cadenas que el demonio creía irrompibles: Solve vincla reis.

Todos nosotros, a quienes Nuestro Señor Jesucristo, por una marca especial de honor, llama a la fidelidad en medio de nuevos peligros y en una forma de lucha que nunca habíamos experimentado –lucha contra los precursores del Anticristo infiltrados en la Iglesia-, volvamos a lo esencial: nuestra fe. Acordémonos que creemos en la divinidad de Jesús, en la maternidad divina y en la maternidad espiritual de María Inmaculada. Consideremos un poco la plenitud de gracia y de sabiduría escondida en el Corazón del Hijo de Dios hecho hombre y que fluye eficazmente en todos aquellos que creen; consideremos también la plenitud de dulzura y de intercesión que es privilegio único del Corazón Inmaculado de la Virgen María. Recemos como hijos a Nuestra Señora y hagamos la experiencia inefable que los tiempos del Anticristo son tiempos de victoria: victoria de la Redención plena de Jesucristo y de la intercesión soberana de María.

Padre R. Th. Calmel O.P. - 1975



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martes, 19 de mayo de 2020

EL PUDOR, LA GRAN VIRTUD OLVIDADA


Cristo señala que quien ve a una mujer con deseo sexual ya fornicó con ella en su corazón, de ahí que quien -con su modo de vestir o de actuar- provoca al prójimo a ese deseo, naturalmente es culpable del pecado grave que éste comete. Y esto vale para hombres y mujeres, sin ignorar que -en general y por sus características psicológicas y culturales- el hombre tiene una tendencia mayor a estos pecados, de ahí que algunas mujeres, a veces, no distingan lo provocativo de tal moda o actitud. Muchas veces es necesario hacérselos ver con la debida delicadeza y considerando su edad, para que estén conscientes de ello. Esta función atañe a la educación en casa.

Lo grave es que, generalmente, uno se engaña y muchas veces intenta ignorar qué es lo provocativo, y se dice que tal moda o tal actitud no lo es porque muchos o muchas la utilizan o actúan de tal o cual modo. Pero hablando con esa plena sinceridad sin sombra de hipocresía, de esa honesta sinceridad de que hace gala la juventud, no es posible que ante la exhibición descarada que se hace del cuerpo no se sienta la voz del instinto como un canto de sirena que incita a pecar.

Así, por ejemplo, a una mujer le está vedado ir indecorosamente vestida a cualquier sitio, pues es indebido -por sí mismo- que se presente de esa forma; pero que penetre al templo así es aun más grave. El templo es un lugar sagrado, es la casa de Dios, donde su presencia es más real y efectiva, y donde está Cristo prisionero de amor en el Sagrario, que se inmola día tras día en el Santo Sacrificio de la Misa por nuestros pecados. Merece un respeto absoluto, una compostura rigurosamente impecables. Resulta triste ver que una gran masa de católicos han olvidado (?) como deben estar ante la Presencia Divina.

Si no es lícito exhibir desnudeces en ningún lado, en el templo menos que en otra parte. Así deben evitarse vestidos transparentes o cortos o exiguos de tela, o escotados, tampoco usar ropa ceñida, ni nada que muestre o sugiera lo que las mujeres honestas de cualquier época siempre ocultaron. Menos, todavía, deben acercarse así a los sacramentos. Incluso, debe cuidarse la DIGNIDAD y no sólo el pudor. Es, por ejemplo, inconveniente que un hombre acuda en shorts a la iglesia.

El vestido es para vestir y no para sugerir o enseñar

De ahí la necesaria congruencia tanto de la mujer realmente católica como del varón cristiano en su vestir digno y su comportamiento social, y sobre todo en la casa de Dios.

El pudor es una cualidad humana que se aprende desde niño, quien no lo ha aprendido así o lo ha olvidado, es sumamente difícil que lo adquiera o lo recupere. De ahí la necesidad de que esta importante virtud se enseñe en casa, desde niños.

Existen muchos aspectos a cuidar en un niño. Así, sólo por dar algunos ejemplos, no debe haber en la casa ni revistas impropias, ni videoso películas inconvenientes, ni un acceso indiscriminado o poco vigilado a la T.V. o al internet, etc. Del mismo modo cuidar y supervisar los juegos, la clase de compañeros y amigos que tienen, etc., así como conservar la propia intimidad de cada miembro de la familia, evitando, por ejemplo, bañar juntos a los hermanos o descuidos en la forma de vestir de los demás miembros sólo por estar en casa.

El cuidado y la enseñanza de la debida intimidad, deberá de realizarse con esmero, poniendo los padres el ejemplo, pero sin una actitud gazmoña que pueda provocar malicia. Al contrario, el pudor debe ser una manera alegre y natural de vivir, una virtud que se vive con convicción y no como una carga. En la vestimenta no implica vestir sin buen gusto. El pudor, en el amplio sentido, con todo lo que abarca, es una cualidad humana, pero indudablemente tendrá un fundamento mayor cuando se sobrenaturaliza y se finca en el amor a Dios, en ese único Dios que -como sabemos- es precisamente la esencia del Amor.

Y finalmente, consideremos que en una sociedad como la nuestra, es más fácil pecar de liberalidad que incurrir en exageración en este tema, por lo que es fundamental revisar nuestros usos y costumbres, y hacer una sincera y profunda reflexión -ante Dios- de todo ello. Siendo católicos, nuestras normas no son las del mundo.

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lunes, 18 de mayo de 2020

LA FUERZA DEL PARÁCLITO


"Sólo sé una única cosa: que según sea nuestra necesidad, así será nuestra fuerza. Estoy seguro de una cosa, que cuanto más se enfurezca el enemigo contra nosotros, mucho más intercederán los santos en el cielo por nosotros; cuanto más terribles sean nuestras pruebas por parte del mundo, más presentes nos serán nuestra Madre María, nuestros buenos Patrones y Ángeles de la Guarda; cuanto más malévolas sean las estratagemas de los hombres contra nosotros, un grito de súplica más fuerte se elevará desde el seno de la Iglesia entera hacia Dios por nosotros. No nos quedaremos huérfanos, tendremos dentro de nosotros la fuerza del Paráclito, prometida a la Iglesia y a cada uno de sus miembros".

John Henry cardinal Newman

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sábado, 16 de mayo de 2020

ENTREVISTA A MONS. SCHNEIDER REALIZADA POR EL P. JAVIER OLIVERA RAVASI




Entrevista realizada por el P. Javier Olivera Ravasi, SE a Mons. Schneider, vía internet.

1) Covid-19: ¿castigo, “casualidad”, o experimento del Nuevo Orden Mundial?

Aún no se ha realizado un análisis objetivo del origen de Covid-19. Hay varias opiniones sobre si este virus fue fabricado o si tiene un origen natural. Esto se verá más claramente en el futuro. La situación objetiva de un confinamiento de casi toda la población del planeta es única y esta proporción no tiene precedentes en la historia. El confinamiento radical está mostrando consecuencias desastrosas en el sector de la economía, comparables a las consecuencias debido a una guerra mundial. La economía privada ha sido gravemente dañada. Parece que después de la crisis causada con Covid-19, el estado tendrá más influencia en la dirección de la vida económica y también en la posesión de la propiedad. Existe el peligro de establecer una forma de comunismo de estado.

Otra consecuencia nefasta de esta crisis y confinamiento es el evidente y creciente control del estado sobre la vida privada de los ciudadanos. Hay evidencia de declaraciones públicas de políticos en varios países de la introducción de una vacuna obligatoria para todos los ciudadanos.

Sin embargo, la consecuencia más dolorosa es la prohibición del culto católico público.

Las medidas drásticas de seguridad de la salud son evidentemente desproporcionadas, y esto se compara con la tasa de mortalidad causada por este virus y una fuerte gripe que tuvo lugar periódicamente en los últimos años. En muchos países, la tasa de mortalidad por Covid-19 es menor que durante la gripe estacional. En Kazajstán, por ejemplo, hasta ahora solo hemos tenido 32 casos de muertes causadas por Covid-19, de una población total de 18 millones, y entre estos casos la mayoría eran personas mayores o personas con enfermedades previas y crónicas. También hay casos presenciados por miembros del personal médico de falsificación del número de infectados de Covid-19. Como ejemplo: según datos oficiales del gobierno de Alemania durante la gripe severa en Alemania 2017-2018, el número de muertes fue de 25 000 en el período de 4 meses, mientras que el número de muertes en Covid-19 es de 6 800 en el período de 3 meses, si agregamos otro mes, el número podría ser un máximo de 8 000. Según datos oficiales, Covid-19 ha en Alemania solo un tercio de casos de fatalidad en comparación con la gripe hace 3 anos.

Estos hechos por sí solos ya demuestran la desproporción de las medidas adoptadas. Sospechoso es también la orquestación del miedo y del pánico público a través de los medios de comunicación, realizada de una manera única de acuerdo con el pensamiento uniforme, eliminando voces disidentes, como en una vera y própia dictatura. El lenguaje de las noticias es claramente alarmante y revela un carácter de propaganda. Los métodos, el contenido del informe de noticias sobre Covid-19, las medidas de contención fueron las mismas incluso en sus detalles en la gran mayoría de los países, como si fueran planeados por un cuerpo central.

Todos estos elementos obvios muestran más que suficiente que las proporciones de casos de mortalidad causada por Covid-19 no superan en varios países el fenómeno de una gripe estacional fuerte, e que se utiliza esta situación como un instrumento para propósitos más globales, sin excluir la posibilidad de un establecimiento gradual de un Nuevo Orden Mundial, dirigido por estructuras ideológicas centrales.



2)      ¿Alguna vez pensó vivir una situación como la que estamos viviendo? Y no nos referimos al COVID-19, sino a la actitud del mundo y a la actitud de los católicos frente a todo esto.

Creo que ninguno de nosotros podría imaginar vivir en un confinamiento tan drástico bajo un control y supervisión totales, como un verdadero estado policial, casi el estado de terror sanitario.

Impresionante es el hecho de que la mayoría de la población acepta sin resistencia el comienzo de un control total de los ciudadanos. Debe abrir al menos un debate serio y pacífico a nivel científico y político sobre las causas, el peligro de contagio y la fatalidad de Covid-19. Parece que tal debate ha sido descartado hasta ahora por la nomenklatura política y de los medios de comunicación. Las voces de los disidentes no se escuchan en tiempos de totalitarismo.

Uno puede preguntarse si la situación actual es un castigo divino. Todas las catástrofes y enfermedades naturales e incluso la muerte son consecuencia del pecado original y, por lo tanto, también son un castigo divino. Sin embargo, con los castigos que Dios estableció, lo hizo con el propósito positivo de que los hombres expiaran los pecados. El castigo divino es también un medio de advertencia, para que los hombres despertaran de la somnolencia del pecado y la indiferencia con las realidades eternas. En este sentido, también se puede entender la situación causada por Covid-19 como un castigo de Dios, principalmente por el indescriptible pecado del aborto, la maquinaria de asesinatos en masa de los niños no nacidos, y también por el pecado de perversión y destrucción del matrimonio y de la familia por la ideología de género. Pero, todos los eventos en la historia están en manos de la Divina Providencia, y nada escapa a estas manos de Dios. Dios también permite que del mal actual causado por Covid-19 El saca un bien mayor.



3)      En muchos lugares del mundo los obispos han suspendido la administración de los sacramentos públicamente y hasta han llamado la atención a algunos sacerdotes y laicos que han actuado contra estas disposiciones. ¿Cree ud. que han desobedecido injustamente?

Mi impresión general es que la mayoría de los obispos reaccionaron apresuradamente y por pánico al prohibir todas las misas públicas y, aún más incomprensiblemente, el cierre de iglesias. Estos obispos reaccionaron más como burócratas civiles que como pastores. Al concentrarse exclusivamente en todas las medidas de protección higiénica, perdieron una visión sobrenatural y abandonaron la primacía del bien eterno de las almas. Mientras los supermercados estén abiertos y accesibles y mientras las personas tengan acceso al transporte público, no hay una razón plausible para prohibir que las personas asistan a la Santa Misa en una iglesia. Las mismas y mejores medidas de protección higiénica podrían garantizarse en las iglesias.

Los sacerdotes deben recordar que son, ante todo, pastores de almas inmortales. Deben imitar a Cristo, quien dijo: “Yo soy el buen pastor: el buen pastor da su vida por sus ovejas. Pero el mercenario, que no es un pastor, de quien no son las ovejas, ve venir al lobo, deja a las ovejas y huye, mientras que el lobo las arrebata y las dispersa, porque es un mercenario y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor: yo conozco mis ovejas y mis ovejas me conocen ”(Jn 10, 11-14). Si un sacerdote observa razonablemente todas las precauciones sanitarias necesarias y es discreto, no debe obedecer las instrucciones de suspender la misa para los fieles. Tales pautas son pura ley humana; Sin embargo, la ley suprema en la Iglesia es la salvación de las almas. Los sacerdotes en tal situación deben ser extremadamente creativos para permitir que los fieles, incluso para un grupo pequeño, asistan a la Santa Misa y accedan a los sacramentos. Este fue el comportamiento pastoral de todos los sacerdotes y mártires confesos en el tiempos de la persecución.

Si una autoridad eclesial prohíbe a un sacerdote visitar a los enfermos y moribundos, no puede obedecer. Tal prohibición es un abuso de poder. Cristo no le dio al obispo el poder de prohibir que un sacerdote visite a los enfermos y moribundos. Un verdadero sacerdote hará todo lo posible para visitar a una persona moribunda. Muchos sacerdotes hicieron esto incluso cuando significaba arriesgar sus vidas, ya sea en caso de persecución o una epidemia. Tenemos muchos ejemplos de tales sacerdotes en la historia de la Iglesia. São Carlos Borromeu, por ejemplo, dio la Sagrada Comunión, con sus propias manos, en el idioma de los moribundos infectados por la peste.

Un luminoso e heroico ejemplo es San Damián de Veuster, que dedicó su vida al cuidado pastoral de los leprosos de Molokai y que se había contagiado la lepra. Mahatma Gandhi por ejemplo había dicho que el mundo cuenta con pocos héroes comparables al padre Damián de Molokai. Bélgica, el país natal de San Damián, lo ha proclamado como el más grande de su historia.

En las últimas décadas, muchos miembros de la jerarquía de la Iglesia se han visto inmersos principalmente en cuestiones seculares y temporales, quedando ciegos a las realidades sobrenaturales y eternas. Sus ojos estaban llenos del polvo de las ocupaciones terrenales, como dijo San Gregorio Magno (cf. Regula pastoralis II, 7). Su reación al tratar con la epidemia de coronavirus reveló que le dan más importancia al cuerpo mortal que al alma inmortal de los hombres, olvidando las palabras de Nuestro Señor: «¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero y perder su alma?» (Mc 8, 36). Los mismos obispos que ahora tratan de proteger (a veces con medidas desproporcionadas) los cuerpos de sus fieles de la contaminación por un virus material, han permitido que el virus venenoso de las enseñanzas y prácticas heréticas se propague en su rebaño.



4)      ¿Es suficiente la contrición perfecta y la comunión espiritual, o en realidad hace falta la confesión y la comunión?

Dios mismo estableció los sacramentos como medios ordinarios de salvación. En casos extremos, donde no hay posibilidad física de recibir los sacramentos del bautismo, de la penitencia y de la Eucaristía, existe el camino extraordinario del deseo del sacramento, o como dice la teología del «votum sacramenti». Así, la Iglesia enseña que el bautismo de deseo es válido y trae salvación a la persona no bautizada que desea el bautismo. Lo mismo ocurre con el sacramento de la penitencia. La Iglesia enseña que el acto de contrición perfecta o amorosa, junto con el deseo de recibir la absolución sacramental perdona los pecados.

La comunión espiritual pertenece a la práctica comprobada de la Iglesia y a la vida de los santos. Muchos santos practicaron la comunión espiritual y aconsejaron hacerla. En el acto de comunión espiritual, el creyente debe tener un corazón contrito y desear la venida de Cristo en su alma, con todas las gracias que Cristo otorga con la recepción sacramental de la Santísima Eucaristía.

Son caminos extraordinarios. Pero debemos hacer todo lo posible para volver a las formas ordinarias de los sacramentos establecidos por Cristo en su Iglesia. Es por eso que Dios se hizo carne , se hizo hombre, se hizo visible, para darnos un camino de salvación visible y seguro.



5)      Muchos católicos ni siquiera se han conmovido por no tener los sacramentos; y otros sí: ¿por qué cree que es así?¿no hay como muchas “iglesias” dentro de la Iglesia?

La reacción diferente a la situación de privación de los sacramentos muestra el estado mental y la fe en los miembros de la Iglesia y la jerarquía. Esperamos que haya una nueva hambre de la Eucaristía en los fieles cuando pase la epidemia de coronavirus. Es una experiencia humana común que la privación prolongada de una realidad importante inflamará los corazones de quienes lo deseen. Por supuesto, esto se aplica a aquellos que realmente creen y aman verdaderamente la Eucaristía. Esta experiencia también ayuda a reflexionar más profundamente sobre el significado y el valor de la Sagrada Eucaristía. Quizás aquellos católicos que estaban tan acostumbrados a recebir el Santísimo sacramento, hasta el punto de considerarlo algo común, experimentan una conversión espiritual y entienden y tratan la Sagrada Eucaristía como algo extraordinario y sublime.



6)      ¿Qué hacer si, poco a poco, comienza de nuevo el culto y se impone obligatoriamente, la comunión en la mano?¿comulgamos o no comulgamos?

Hay opiniones de expertos en el campo de la medicina y la química que dicen que la recepción de la Comunión en la boca no es en sí misma peligrosa y que no es más peligrosa que la recepción directamente en la mano. Recientemente, en el sitio web italiano «La Nuova Bussola Quotidiana», un médico que trabaja con pacientes de Covid-19 presentó la siguiente opinión. El dijo: “Basado en la literatura científica, hemos llegado a las siguientes conclusiones: el coronavirus, a diferencia de otros virus, ataca directamente las membranas mucosas del tracto respiratorio superior (nariz, faringe y laringe) e inferior (bronquios y bronquios), directamente en sus receptores y sin pasar a través vías linfáticas y sanguíneas como lo hacen otros virus. A menudo hemos sido atacados por el caso de Galileo, cuando el padre Jesuita Grassi quería imponer una falsa idea científica (que duró 2 siglos!) solo para defender sus convicciones, ni siquiera teológicas, sino clericales: me gustaría evitar que vuelvan a ocurrir cosas similares, cuánto amas a la Iglesia. A medida que la tierra y el sol continuaron girando a su manera, independientemente de las ideas de los Jesuitas, el coronavirus hace lo mismo e infecta solo por aire, independientemente de quién esté a favor o en contra de la comunión en la boca o las manos. Podríamos decir con una expresión efectiva que COVID viaja solo en avión, pero no navega en relación con la saliva mientras permanezca en la boca en forma líquida. Las palmas de las manos y las yemas de los dedos, como la saliva, son los principales vectores del coronavirus, pero es difícil que puedan causar infección al no contener virus en forma de gotas o aerosoles: de hecho, el coronavirus debe «volar» para infectar. Mientras la saliva no pase del estado líquido, como normalmente está en la boca, al estado de gotas o aerosoles, es potencialmente inofensiva. La saliva, aunque contiene virus, no puede infectar mientras permanezca líquida en la boca y no pase a un estado parecido al aire. Además, la saliva contiene lisozima, que es un desinfectante natural, que también actúa contra los virus: incluso la lisozima ahora también se usa como medicamento contra el coronavirus. En conclusión, los métodos para recibir la Comunión en mi opinión son indiferentes y potencialmente inofensivos en lo que respecta al riesgo de coronavirus.” Así, el testimónio del doctor Fabio Sansonna.

Ahora observamos la maniobra de la imposición general de la comunión en la mano, con el pretexto de la higiene. Esperamos que la Congregación para el Culto Divino emita normas que garanticen a los fieles el derecho a recibir la Comunión en la boca. Las mismas garantías higiénicas se pueden proporcionar para la Comunión en la boca como para la Comunión en la mano.

En el caso de que un fiel o su conciencia no puedan recibir la Comunión en su mano, él puede hacer la Comunión espiritual. Un método como solución extrema sería que cada creyente pudiera tener su propia pequeña tela blanca, un corporal, el cual pone en la palma de su mano derecha y sobre sus rodillas recibe la Comunión, tomando la hostia consagrada directamente con la boca, sin tocarla con los dedos. y luego doble esta pequeña telo o corporal y después de la Misa haga la purificación del corporal si posiblemente hubiera pequeños fragmentos de la hostia. Pero incluso tal método, muchos sacerdotes no aceptarán, porque quieren imponer con fuerza la comunión en la mano.

El modo generalizado de la Comunión a la mano agravará aún más la desacralización de la Sagrada Eucaristía. La situación de la suspensión pública de la Santa Misa y de la Comunión sacramental es tan única y grave que se puede encontrar un significado más profundo detrás de todo esto. Este evento tuvo lugar casi cincuenta años después de la introducción de la Comunión a la mano (en 1969) y una reforma radical del rito de la Misa (en 1969/1970) con sus elementos protestantizantes (oraciones del Ofertório) y su estilo horizontal y instrutivo (momentos rituais de estilo libre, celebración en círculo cerrado). La práctica de la Comunión en la mano durante los últimos cincuenta años ha llevado a una profanación involuntaria e as vezes intencional del cuerpo eucarístico de Cristo en una escala sin precedentes. Durante más de cincuenta años, el Cuerpo de Cristo fue pisoteado (principalmente involuntariamente) por el clero y los laicos en las iglesias católicas de todo el mundo. El robo de las hostias consagradas también ha aumentado a un ritmo alarmante. La práctica de recibir la Sagrada Comunión directamente con sus propias manos y dedos se asemeja cada vez más como al gesto de comer comida común. En muchos católicos, la práctica de recibir la Comunión a mano ha debilitado la fe en la Presencia Real, en la transubstanciación y en el carácter divino y sublime de la Hostia consagrada. Con el tiempo, la presencia eucarística de Cristo se ha convertido, inconscientemente, para estos fieles, en una especie de pan sagrado o símbolo.

Creo que si la Iglesia no regresa a la forma más reverente y segura posible de recibir el Cuerpo Eucarístico de Cristo, que es la recepción de rodillas y directamente en la boca, Dios podría enviar un castigo más fuerte para purificarla.

En la situación de la imposición forzada de la Comunión en la mano, creo que los fieles deberían tener la posibilidad de recibir, al menos periódicamente, la Comunión en la boca durante las Misas, celebradas por sacerdotes fieles en circunstancias, por así decirlo, clandestinas o de las catacumbas.

Las catacumbas siempre trajeron muchos frutos espirituales a la vida de la Iglesia.



7)      ¿Nunca pensó en la posibilidad de fundar un seminario internacional para formar buenos sacerdotes?

De hecho, nunca pensé en organizar un seminario internacional yo mismo. Primero, porque esto es canónicamente imposible. Los seminarios internacionales solo pueden fundar la Santa Sede. También hay seminarios internacionales para Órdenes, Congregaciones y Sociedades que tienen la liturgia tradicional.

Sin embargo, pensé, lo que se necesita hoy en la Iglesia es un seminario internacional con la formación en la integridad de la doctrina católica, con la liturgia tradicional, con la vida espiritual y ascética tradicional para los seminaristas diocesanos. Tal seminario debería establecer la Santa Sede. Creo que esto lo hará en el futuro un Papa que tendrá un espíritu de tradición católica. Sin embargo, en un seminario internacional tradicional, se debe hacer una selección rigurosa de candidatos, los candidatos con tendencia homosexual se deben excluir categóricamente, tanbién los candidatos con problemas psicopatológicos, y los candidatos con un espíritu de carrera e de ambición. Solo los candidatos con una psique saludable, con motivación pura y sincera, deben ser aceptados, todos imbuidos del celo apostólico por la salvación de las almas. Incluso si tal seminario tuviera menos candidatos, valdría la pena.

En las últimas décadas, la Iglesia ha pagado demasiado con sacerdotes inadecuados, sacerdotes homosexuales y pederastas, sacerdotes con un espíritu mundano y de ambición de carrera, tales sacerdotes por lo tanto ha dañado gravemente la acción misionera y la reputación del sacerdocio. Mejor menos sacerdotes, pero hombres totalmente apostólicos y católicos en doctrina y vida moral.

Tales sacerdotes necesita la Iglesia hoy: hombres eucarísticos, hombres plenamente católicos, hombres totalmente apostólicos.



8)      La Iglesia siempre estuvo en crisis pero, al parecer, la que ahora estamos viviendo afecta a una profunda crisis que llega hasta las más altas esferas: ¿cree ud., como algunos dicen, que nos encontramos cercanos a los últimos tiempos profetizados en las Sagradas Escrituras? Y si es así: ¿cómo deberíamos reaccionar?

La situación actual proporciona suficientes razones razonables para pensar que estamos al comienzo de un tiempo apocalíptico, que incluye castigos divinos. Nuestro Señor se refirió a la profecía de Daniel: «Cuando veas, entonces, la abominación desoladora, de la cual habló el profeta Daniel, instalada en el lugar santo (¡quien lea, presta atención!») (Mt 24:15). El Libro de Apocalipsis dice que la Iglesia tendrá que huir al desierto por algún tiempo (cf. Rev 12, 14). El cese casi general del sacrificio público de la Misa podría interpretarse como un escape a un desierto espiritual. Lo que es deplorable en nuestra situación es el hecho de que muchos miembros de la jerarquía de la Iglesia no ven la situación actual como una tribulación, como un castigo divino, es decir, como una «visita divina» en el sentido bíblico. Estas palabras del Señor también son aplicables a muchos clérigos en medio de la epidemia física y espiritual actual: «porque no reconociste el momento en que fuiste visitado» (Lc 19, 44). La situación actual de este «fuego de la prieba» (cf. 1 P. 4: 12) debe ser tomada en serio por el Papa y los obispos, a fin de lograr una conversión profunda de toda la Iglesia.

Creo que en el futuro la Iglesia disminuirá en número y en influencia social directa. Será aún más despreciada y discriminada por el mundo. No excluyo que la Iglesia en el futuro llevará en parte o en ciertas regiones una vida eclesiástica semi-clandestina. En tal situación, Dios derramará gracias especiales de la fuerza de la fe, de la pureza de la vida y de la belleza de la liturgia. Sobre todo, creo, que en tal situación Dios le dará a Su Iglesia nuevamente valientes papas, confesores de fe y quizás incluso mártires.

Podemos creer que el triunfo del Inmaculado Corazón, anunciado por Nuestra Señora en Fátima, se preparará primero para un período de purificación de la Iglesia a través de la persecución.

Pero el triunfo de Cristo a través del Inmaculado Corazón de María ciertamente lo verá.

Es por eso que, incluso en medio de la tribulación actual, debemos vivir con gran esperanza y confianza.

Tenemos a Dios, tenemos a Jesús en la Eucaristía, y así tenemos todo.



9)      ¿Podría verse ante la actual imposibilidad de celebrar la santa Misa en público (al menos en ciertos lugares) el inicio del cumplimiento de la profecía de Daniel de la supresión del Sacrificio perpetuo?

En cierto modo, la situación actual también se puede comparar con el final de la adoración sacrificial en el Templo de Jerusalén durante el cautiverio babilónico del pueblo elegido de Dios. En la Biblia, el castigo divino se consideraba una gracia, por ejemplo: “¡Feliz es el hombre a quien Dios corrige! No desprecies la lección del Todopoderoso. Él es quien hace la herida y quien la cura; herir y sanar con sus manos «(Job 5, 17-18) y «Yo reprendo y castigo a los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete »(Apo. 3:19). La única respuesta apropiada a las tribulaciones, catástrofes, epidemias y situaciones similares, que son instrumentos en manos de la Divina Providencia para despertar a los hombres del sueño del pecado y la indiferencia a los mandamientos de Dios y la vida eterna, es la penitencia y conversión sincera a Dios. En la siguiente oración, el profeta Daniel da a los fieles de todos los tiempos un ejemplo de la verdadera mentalidad que deben tener y cómo deben comportarse y orar en tiempos de tribulación: «Todo Israel ha violado su ley y se ha vuelto al otro lado, para no escuchar tu voz.  […] Dios mío, presta atención y escúchanos; ¡abre tus ojos a nuestras ruinas y a la ciudad que tiene tu nombre! No es a causa de nuestros actos de justicia que presentamos nuestras súplicas a tus pies, sino en nombre de tu gran misericordia. Señor, escuche! Señor, perdona! ¡Señor, presta atención! Por tu bien, Dios mío, no te demores, porque fue Tu nombre el que se dio a Tu ciudad y a Tu pueblo” (Dan 9, 11, 18-19).

Tanto los inocentes como los culpables soportan esta tribulación, porque en el misterio de la Iglesia todos están unidos como miembros: «De esta manera, si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él» (1 Cor 12:26). El cese actual de la Misa pública y de la Comunión pública podría ser entendido por el Papa y los obispos como un castigo divino por las blasfemias y trivializaciones eucarísticas durante los últimos cincuenta años y, al mismo tiempo, como un llamado misericordioso para una auténtica conversión eucarística de toda la Iglesia.  Que el Espíritu Santo toque el corazón del Papa y los obispos y los aliente a emitir normas litúrgicas concretas para que el culto eucarístico de toda la Iglesia se purifique y se redirija hacia el Señor.

Se puede sugerir que el Papa, junto con los cardenales y obispos, lleve a cabo un acto público de reparación en Roma por los pecados contra la Sagrada Eucaristía y por el pecado de actos de veneración religiosa de las estatuas de la Pachamama. Una vez terminada la tribulación actual, el Papa debe emitir normas litúrgicas concretas, en las que invita a toda la Iglesia a volverse al Señor nuevamente en forma de celebración, es decir, celebrantes y fieles que se vuelven en la misma dirección durante la oración eucarística. El Papa también debería prohibir la práctica de la Comunión en la mano, ya que la Iglesia no puede continuar sin castigo al tratar al Santo de los Santos en la pequeña Hostia consagrada de una manera tan minimalista e insegura.

La siguiente oración de Azarías en el horno de fuego, que cada sacerdote dice durante el rito del Ofertorio de la Misa, podría inspirar al Papa y a los obispos a tomar acciones concretas para reparar y restaurar la gloria del sacrificio eucarístico y el Cuerpo eucarístico del Señor: « Con alma contrita y espíritu humillado te seamos aceptos, como con holocaustos de carneros y toros, y con millares de corderos pingües; tal sea hoy nuestro sacrificio ante ti, y te agrade que plenamente te sigamos, porque no hay confusión para los que en ti confían. Y ahora te seguimos de todo corazón, te tememos y buscamos tu rostro. No nos dejes en la confusión, trátanos  conforme a tu bondad y según la abundancia de tu misericordia. Líbranos según tus maravillas, y da, Señor, gloria a tu nombre” (Dan 3: 39-43).

FIN DE LA ENTREVISTA
Fuente: QNTLC
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viernes, 15 de mayo de 2020

¿QUÉ AMOR PODRÍA IGUALARSE CON ÉSE?


«Ven. Ven, toca aquí y cree. Tú has dicho: 'Si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo'. Ven, toca, mete tu dedo y no seas incrédulo, sino creyente”.

-oOo-

“Lo más inaudito de todo es que no se contentó con soportar los peores sufrimientos y las heridas hasta la muerte, sino que, resucitado, después de haber rescatado su cuerpo de la corrupción, conserva en él sus llagas y sus cicatrices. Y con ellas es como aparece ante los ángeles, las considera como su atavío y se regocija mostrando qué tremendos sufrimientos ha aguantado.

"Del cuerpo ha abandonado todo lo demás, porque su cuerpo es espiritual, ingrávido y sutil, exento de toda afección corporal; pero sus cicatrices no las ha rechazado en absoluto, no ha borrado sus llagas. Al contrario, ha querido conservarlas a causa de su amor al hombre, porque con ellas ha podido encontrar al que estaba perdido, y con esas heridas ha conquistado al que amaba.

“¿Qué amor podría igualarse con ése?”

(N. Cabasilas).

Oh Señor y Dios mío, dentro de tus llagas, escóndeme, como a la paloma en la hendidura de la Roca. Concédeme refugiarme en la Herida hondísima de tu Luz derramada...

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jueves, 14 de mayo de 2020

"TODOS LOS DIOSES DE LOS GENTILES SON DEMONIOS" (Salmo 96:5)



- "No os juntéis en yugo desigual con los infieles; porque ¿qué tiene que ver la justicia con la iniquidad? ¿Y qué compañía puede haber entre la luz y las tinieblas? ¿O qué concordia entre Cristo y Belial? ¿O qué parte tiene el fiel con el infiel?
"¿O qué consonancia entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois templo de Dios vivo según aquello que dice Dios: Habitaré dentro de ellos, y en medio de ellos andaré y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
"Por lo cual salid vosotros de entre tales gentes y separaos de ellas, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo".
(2a. Cor. 6, 14-17).

- "Las cosas que sacrifican los gentiles, las sacrifican a los demonios y no a Dios. Y no quiero que tengáis ninguna sociedad con los demonios; no podéis beber el Cáliz del Señor y el cáliz de los demonios. No podéis tener parte en la mesa del Señor y en la mesa de los demonios".
(I Cor. 10, 20 y 21).

- Ninguno va al Padre sino por medio de Cristo (Jo. 14,6) y no hay ningún otro Nombre bajo el Cielo en el cual el hombre pueda salvarse (Act. 4, 12). Él (Cristo) es la Luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo (Jo. 1, 9) y quien no lo sigue camina en las tinieblas (Jo. 8,12). Quien no está con Él está contra Él (Mt. 13,30); y quien no lo honra ultraja también al Padre que lo ha enviado (Jo. 5.23). A Él el Padre le ha entregado el juicio de los hombres (Jo. 5,22); quien no cree ya ha sido juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo Unigénito de Dios (Jo. 3,18). En Él y en el Padre que lo ha enviado (Jo. 17,3).

- "Todos los dioses de los gentiles son demonios" (Salmo 96:5).

- Dios le indicó a Moisés: "destruye sus altares, rompe sus estatuas y arrasa los bosques (consagrados a sus ídolos). No quieras adorar ningún dios extranjero. El Señor tiene por nombre Celoso. Dios quiere ser amado Él solo" (Ex. XXXIV, 13-14).

- "Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina (la católica íntegra), no le recibáis en casa, ni le saludéis". (Nota: La orden es no para faltar a la caridad sino en virtud de la prudencia). 2 Juan 1:10.

miércoles, 13 de mayo de 2020

CRUZADA "QUE RESUENE HASTA EL CIELO"

Hoy, a las 13.00 hrs., rezaremos el Santo Rosario por el fin de la pandemia, uniéndonos a la campaña de Eduardo Verástegui y se iniciará, simultáneamente, esta cruzada.


"Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, porque muchas almas van al infierno por no tener quién se sacrifique y rece por ellas".

Queridos amigos,

Queremos invitarlos a ser parte de esta Cruzada Mariana Internacional "Que resuene hasta el Cielo" con el fin de unirnos en oración y pedir por tres fines muy importantes, que la Santísima Virgen nos ha pedido en repetidas ocasiones.

Cada día, rezaremos la corona del Santo Rosario y haremos sacrificios por estas intenciones:

1 La conversión de Rusia y el triunfo del Inmaculado Corazón de María.
2 El triunfo de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
3 Por la conversión de los pecadores y en reparación de todos los pecados del mundo.

Para participar, simplemente se necesita enviar un correo a la siguiente dirección:


confirmando su participación, diciendo de que país eres y enviando a finales de cada mes, la suma total de los rosarios rezados y los sacrificios
ofrecidos.

Se puede participar de manera individual, grupal, o familiar.

Esta cruzada empezará el día 13 de mayo del 2020, y finalizará el 13 de mayo del 2021.

Entregaremos a la Virgen, la suma total de nuestros rosarios y sacrificios realizados a lo largo del año en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.

Nuestra meta es llegar a 150,000 rosarios y 150,000 sacrificios. 

Queremos su ayuda para envolver al mundo entero con la oración.

Deseamos que en cada lugar del mundo haya alguno rezando el Santo Rosario y en cada momento del día, la batalla sea un acto de oración que se alzará del mundo para invocar la intercesión de La Santísima Virgen María.

Que Dios los bendiga.

Cruzada Mariana Internacional
"Que resuene hasta el Cielo"

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