jueves, 29 de noviembre de 2018

SAN JOSÉ, MODELO DE VIRTUDES


"San José es así ejemplo de una de las virtudes más necesarias de nuestros tiempos perturbados. La castidad significa el dominio del hombre sobre los propios apetitos, aun los más violentos, el respeto a la propia dignidad y al honor ajeno, la limpieza y decoro delante de Dios y delante de los hombres. Perdida esta virtud, trae como conse­cuencia toda clase de terribles castigos; y el mundo moderno lo sabe perfectamente porque a un especial desenfreno de impureza, vemos cuántas plagas, desórdenes y catástrofes siguen. Sois vasos del Espíritu Santo, Dios mora en vosotros, sois miembros de Cristo, no ensuciéis vuestros cuerpos con torpezas, nos dice San Pablo".

R. P. Leonardo Castellani

martes, 27 de noviembre de 2018

RECHACEMOS EL TEMOR A LA MUERTE CON EL PENSAMIENTO DE LA INMORTALIDAD QUE LA SIGUE


Nunca debemos olvidar que nosotros no hemos de cumplir nuestra propia voluntad, sino la de Dios, tal como el Señor nos mandó pedir en nuestra oración cotidiana. ¡Qué contrasentido y qué desviación es no someterse inmediatamente al imperio de la voluntad del Señor, cuando él nos llama para salir de este mundo! Nos resistimos y luchamos, somos conducidos a la presencia del Señor como unos siervos rebeldes, con tristeza y aflicción, y partimos de este mundo forzados por una ley necesaria, no por la sumisión de nuestra voluntad; y pretendemos que nos honre con el premio celestial aquel a cuya presencia llegamos por la fuerza. ¿Para qué rogamos y pedimos que venga el reino de los cielos, si tanto nos deleita la cautividad terrena? ¿Por qué pedimos con tanta insistencia la pronta venida del día del reino, si nuestro deseo de servir en este mundo al diablo supera al deseo de reinar con Cristo?

Si el mundo odia al cristiano, ¿por qué amas al que te odia, y no sigues más bien a Cristo, que te ha redimido y te ama? Juan, en su carta, nos exhorta con palabras bien elocuentes a que no amemos el mundo ni sigamos las apetencias de la carne: No améis al mundo -dice- ni lo que hay en el mundo. Quien ama al mundo no posee el amor del Padre, porque todo cuanto hay en el mundo es concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y soberbia de la vida. El mundo pasa y sus concupiscencias con él. Pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre. Procuremos más bien, hermanos muy queridos, con una mente íntegra, con una fe firme, con una virtud robusta, estar dispuestos a cumplir la voluntad de Dios, cualquiera que ésta sea; rechacemos el temor a la muerte con el pensamiento de la inmortalidad que la sigue. Demostremos que somos lo que creemos.

Debemos pensar y meditar, hermanos muy amados, que hemos renunciado al mundo y que mientras vivimos en él somos como extranjeros y peregrinos. Deseemos con ardor aquel día en que se nos asignará nuestro propio domicilio, en que se nos restituirá al paraíso y al reino, después de habernos arrancado de las ataduras que en este mundo nos retienen. El que está lejos de su patria es natural que tenga prisa por volver a ella. Para nosotros, nuestra patria es el paraíso; allí nos espera un gran número de seres queridos, allí nos aguarda el numeroso grupo de nuestros padres, hermanos e hijos, seguros ya de su suerte, pero solícitos aún de la nuestra. Tanto para ellos como para nosotros significará una gran alegría el poder llegar a su presencia y abrazarlos; la felicidad plena y sin término la hallaremos en el reino celestial, donde no existirá ya el temor a la muerte, sino la vida sin fin.

Allí está el coro celestial de los apóstoles, la multitud exultante de los profetas, la innumerable muchedumbre de los mártires, coronados por el glorioso certamen de su pasión; allí las vírgenes triunfantes, que con el vigor de su continencia dominaron la concupiscencia de su carne y de su cuerpo; allí los que han obtenido el premio de su misericordia, los que practicaron el bien, socorriendo a los necesitados con sus bienes, los que, obedeciendo el consejo del Señor, trasladaron su patrimonio terreno a los tesoros celestiales. Deseemos ávidamente, hermanos muy amados, la compañía de todos ellos. Que Dios vea estos nuestros pensamientos, que Cristo contemple este deseo de nuestra mente y de nuestra fe, ya que tanto mayor será el premio de su amor, cuanto mayor sea nuestro deseo .

Él transfigurará nuestro cuerpo de humilde condición en un cuerpo glorioso, semejante al suyo.

sábado, 24 de noviembre de 2018

LA RAZÓN DE NUESTRA ESPERANZA


“Con María todo es fácil; en Ella pongo mi confianza, aunque por ello rujan el mundo y el infierno. Y digo con San Bernardo: ‘Ella es mi confianza suprema, Ella es toda la razón de mi esperanza’. Haceos explicar estas palabras. No me hubiera atrevido a decirlas por mí mismo. Por María busco y encontraré a Jesucristo, aplastaré la cabeza de la serpiente y venceré a todos mis enemigos (mundo, demonio y carne) y a mí mismo, para la mayor gloria de Dios”.

San Luis María Grignion de Montfort

jueves, 22 de noviembre de 2018

LA VOZ DEL MAESTRO ANACLETO GONZÁLEZ FLORES



(Discurso de Anacleto González Flores, mártir mexicano.)

"Muchos católicos desconocen la gravedad del momento y sobre todo las causas del desastre, ignoran cómo los tres grandes enemigos, el Protestantismo, la Masonería y la Revolución, trabajan de manera incansable y con un programa de acción alarmante y bien organizado.

Estos tres enemigos están venciendo al Catolicismo en todos los frentes, a todas horas y en todas la formas posibles. Combaten en las calles, en las plazas, en la prensa, en los talleres, en las fábricas, en los hogares. Trátase de una batalla generalizada, tienen desenvainada su espada y desplegados sus batallones en todas partes. Esto es un hecho. Cristo no reina en la vía pública, en las escuelas, en el parlamento, en los libros, en las universidades, en la vida pública y social de la Patria. Quien reina allí es el demonio. En todos aquellos ambientes se respira el hálito de Satanás.

Y nosotros, ¿qué hacemos? Nos hemos contentado con rezar, ir a la iglesia, practicar algunos actos de piedad, como si ello bastase «para contrarrestar toda la inmensa conjuración de los enemigos de Dios». Les hemos dejado a ellos todo lo demás, la calle, la prensa, la cátedra en los diversos niveles de la enseñanza. En ninguno de esos lugares han encontrado una oposición seria. Y si algunas veces hemos actuado, lo hemos hecho tan pobremente, tan raquíticamente, que puede decirse que no hemos combatido. Hemos cantado en las iglesias pero no le hemos cantado a Dios en la escuela, en la plaza, en el parlamento, arrinconando a Cristo por miedo al ambiente.

Reducir el Catolicismo a plegaria secreta, a queja medrosa, a temblor y espanto ante los poderes públicos cuando éstos matan el alma nacional y atasajan en plena vía la Patria, no es solamente cobardía y desorientación disculpable, es un crimen histórico religioso, público y social, que merece todas las execraciones.

....Las almas sufren de empequeñecimiento y de anemia espiritual. Nos hemos convertido en mendigos, renunciando a ser dueños de nuestros destinos. Se nos ha desalojado de todas partes, y todo lo hemos abandonado.

Hasta ahora casi todos los católicos no hemos hecho otra cosa que pedirle a Dios que Él haga, que Él obre, que Él realice, que haga algo o todo por la suerte de la Iglesia en nuestra Patria. Y por eso nos hemos limitado a rezar, esperando que Dios obre. Y todo ello bajo la máscara de una presunta «prudencia». Necesitamos la imprudencia de la osadía cristiana.

Los católicos de México, han vivido aislados, sin solidaridad, sin cohesión firme y estable. Ello alienta al enemigo al punto de que hasta el más infeliz policía se cree autorizado para abofetear a un católico, sabiendo que los demás se encogerán de hombros. Más aún, no son pocos los católicos que se atreven a llamar imprudente al que sabe afirmar sus derechos en presencia de sus perseguidores. Es necesario que esta situación de aislamiento, de alejamiento, de dispersión nacional, termine de una vez por todas, y que a la mayor brevedad se piense ya de una manera seria en que seamos todos los católicos de nuestra Patria no un montón de partículas sin unión, sino un cuerpo inmenso que tenga un solo programa, una sola cabeza, un solo pensamiento, una sola bandera de organización para hacerles frente a los perseguidores."

domingo, 18 de noviembre de 2018

LA NIÑA QUE MUERE DE AMOR POR JESÚS EUCARÍSTICO


En 1331, con sólo 8 años de edad, según la costumbre de la época, Imelda entró al convento. A los 10, recibió el hábito de monja dominicana. Aunque tenía tan poca edad, era una monja en todo ejemplar en las actividades de la vida religiosa. Sin embargo, algo la intrigaba:el hecho de que las personas recibieran la Sagrada Comunión y continuaran viviendo.

Como Imelda no tenía edad para comulgar, solía preguntar a las religiosas: "Hermana, la señora comulgó a Jesús y no murió?". Las monjas respondían asustadas: "¿Qué es eso, niña, por qué morir?". La pequeña religiosa respondía: "¿Cómo puede la señora recibir a Jesús en comunión, y no morir de amor y de tanta felicidad?". Porque sucedió que en la madrugada del 12 de mayo de 1333, víspera del Domingo de la Ascensión del Señor, Imelda estaba en la Santa Misa y ya no aguantaba más de tanta voluntad de comulgar. Se preguntaba: "Si Jesús mandó ir a Él a los niños, ¿por qué no puedo comulgar?". El sacerdote ya acababa de dar la Sagrada Comunión a las religiosas cuando todos vieron: una hostia salió del Sagrario y voló por la capilla. Paró sobre la cabeza de Imelda. El sacerdote, entonces, entendió que era hora de darle la comunión.

Al recibir la Santísima Eucaristía, Imelda se colocó en profunda adoración. Después de horas de oración, la Madre Superiora fue a la monja y le dijo: "Está bien, Sor Imelda, ya adoró bastante a Jesús, podemos seguir ... Vamos a las otras actividades del convento". Imelda, sin embargo, permanecía inmóvil. Después de la insistencia de la Superiora, nada sucedía. Fue entonces que la Madre cogió amorosamente Imelda por los bracitos y ella cayó sobre ella. Imelda había muerto en su Primera Comunión. Se cumplió la indagación de la pequeña gran Imelda: “¿Cómo puede alguien recibir a Jesús en la Sagrada Comunión, y no morir de felicidad?” ¡A los 11 años, Imelda murió de amor y de felicidad por haber recibido a Jesús!

El cuerpo de la Beata Imelda Lambertini se encuentra incorrupto en la Capilla de San Sigismundo, en Bolonia, Italia.

Fue beatificada en 1826 por el papa León XII, autorizando su oficio litúrgico y Misa propia. Fue declarada patrona de los niños de Primera Comunión en 1910 por el papa Pío X quien, en ese año, decreta que los niños podrían hacer su primera comunión a una edad menor a la establecida anteriormente.


Cuerpo incorrupto de la Beata Imelda Lambertini

martes, 13 de noviembre de 2018

LA HORA DE LA INTRANSIGENCIA


“Esta es la hora de la intransigencia, esta es la hora de hablar el lenguaje que Cristo nos recomienda en el Sermón de la Montaña: Sí, sí. No, no. Esta es la hora de la obstinación invencible, de la constancia persistente, de la fidelidad continuada. Es cierto, nosotros no tenemos la fuerza del número, no tenemos la fuerza del dinero, no tenemos la fuerza de las armas, no tenemos la fuerza de las logias ni de los poderes ocultos, pero nosotros tenemos la fuerza de Cristo, en la manera en que esa fuerza irradie en nosotros y Cristo viva en nosotros más que nosotros mismos, en esa misma medida seremos invencibles aún en la derrota porque después de todo éste es un lugar de paso, de prueba y de testimonio y lo importante es que seamos capaces de ser hasta la muerte, y sobre todo en la hora de la muerte, testigos de la verdad.”

Jordán Bruno Genta. Mártir de Cristo Rey.

RECORDATORIO DE ORACIÓN DE LOS DÍAS TRECE DE CADA MES

Cada día trece de mes, fecha de las apariciones de la Virgen en Fátima, los lectores y editores de este sitio rezaremos cinco minutos y pediremos por estas intenciones:

1) Por las peticiones particulares así como por las necesidades espirituales y materiales de todos y cada uno de los lectores de CATOLICIDAD.

2) Por el fin del proceso de "autodemolición" en la Iglesia Católica.

3) Por la intención de que, tal como lo pidió la Virgen en Fátima, el Papa finalmente consagre Rusia al Inmaculado Corazón de María y pida la conversión de ese país al catolicismo, nombrando -para ello- a esta nación de manera explícita, en unión con todo el episcopado mundial.

4) Por la reparación a Dios de nuestros pecados y por la de todas las ofensas que recibe, particularmente por las blasfemias que se profieren o los sacrilegios que se realizan.

5) Por la conversión de los pecadores, especialmente los más necesitados de la misericordia divina.

6) Por que se multipliquen las vocaciones sacerdotales y los sacerdotes vivan una vida de santidad conforme al Corazón de Cristo.

7) Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María y la implantación del Reinado Social de Cristo en nuestras naciones.

8) Por la paz mundial, no como la da el mundo sino como la da N.S. Jesucristo y por el triunfo de la vida en las legislaciones.

9) Por la salvación propia y la de nuestros familiares, amigos y conocidos.

10) Por todas las necesidades de la Iglesia.

Bastará rezar:

-Un Señor mío Jesucristo: 
  • "Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, me pesa de todo corazón haber pecado, porque he merecido el infierno y perdido el cielo, y sobre todo, porque te ofendí a ti, que eres bondad infinita, a quien amo sobre todas las cosas. Propongo firmemente, con tu gracia, enmendarme y alejarme de las ocasiones de pecar, confesarme y cumplir la penitencia. Confío me perdonarás por tu infinita misericordia. Amén."
-Un Padre Nuestro
-Tres Aves Marías pidiendo que la Virgen nos preserve del pecado mortal durante las tentaciones (ver AQUÍ).
 -Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
(Nota:  Todo católico debe saber de memoria las oraciones anteriores, al igual que el Credo. Si alguien no las sabe, puede aprenderlas haciendo click AQUÍ)
-La oración de la Virgen de Fátima: 
  •  "Oh Jesús mío, perdónanos y líbranos del fuego de infierno, lleva al Cielo a todas las almas, socorre especialmente a las más necesitadas de tu misericordia".
-Finalizando así: 
  • "Señor: te pedimos por todas las necesidades de la Iglesia, por la Consagración de Rusia tal como se pidió en Fátima, por el triunfo del Inmaculado Corazón de tu dulcísima Madre, por la implantación de tu Reinado Social y de tu Paz en nuestras naciones, por la santidad de los sacerdotes y por el aumento de las vocaciones sacerdotales, así como por el triunfo de la vida y la familia en nuestras legislaciones. Te ofrecemos nuestra vida entera en reparación de los pecados propios y de las ofensas que se hacen a tu sacratísimo nombre, así como por los graves sacrilegios que se realizan en todo el mundo. Finalmente ponemos en tus manos, por intercesión de la Santísima Virgen María, todas las necesidades espirituales y materiales, tanto propias como las de nuestros familiares, amigos y conocidos, y las de nuestros hermanos lectores y editores del blog CATOLICIDAD.
  • -Santísima Virgen María, encomiendo a tu Inmaculado Corazón a toda la familia mía.
  • -Inmaculado Corazón de María, sed la salvación del alma mía.
  • -Santísima Virgen de Guadalupe, salva nuestra Patria, conserva nuestra fe y defiéndenos de los falsos pastores.
  • -San Miguel Arcángel, ampáranos de las asechanzas del demonio.
  • -San Pío V, ruega por nosotros. Amén".

domingo, 11 de noviembre de 2018

ASIA BIBI, LA PUNTA DEL ICEBERG



A veces ocurren milagros. Que la historia de Asia Bibi haya dado la vuelta al mundo, para mi es uno clarísimo. Sobre todo después de ver que la mayoría de los que son perseguidos por su fe como ella no corren la misma suerte, el mundo les da la espalda.

Observo una actitud general de silencio ante este tipo de persecuciones. Y lo observo por distintos motivos. En el mundo hay 200 millones de cristianos que sufren persecución cruenta y 50 millones que sufren otros tipos de persecución. No se me ocurre otro colectivo con estos niveles de persecución del que no se diga nada en los medios. ¿Cuántas veces hemos oído hablar de los cristianos perseguidos?

Y esa persecución no es algo exclusivo del Pakistán. Se da también en nuestros días en muchos otros países: Egipto, Irak, Siria, Afganistán, Corea del Norte, Somalia, Sudán, Libia, India, Irán, Arabia Saudí, Nigeria, Uzbekistán y una larguísima lista de países.

Y tampoco es algo exclusivo de nuestro tiempo. Se ha dado desde que la Iglesia es Iglesia, es decir, hace más de 2000 años. Romanos, musulmanes, tiranos, emperadores, todos sin excepción la han perseguido.

La radicalidad de un testimonio de amor, paz y perdón que a los occidentales súper avanzados y modernos nos deja en evidencia y por ende se nos cae la cara de vergüenza

Existe una voluntad generalizada de no hablar de este tema. Voluntad que se traduce en una profunda ignorancia social. Prácticamente nadie conoce la realidad de más de 200 millones de personas perseguidas a diario en muchos países.

Y lo siento por el lector, pero no encontrará aquí el porqué de este silencio, lo desconozco, y sigo pensando en sus posibles causas mientras lucho por combatirlo.

Se me ocurren posibles motivos, eso sí, y tienen que ver con la radicalidad de esos cristianos perseguidos. Una radicalidad que Occidente no comprende y quizá por eso no explica. La radicalidad que supone estar dispuesto a perderlo todo por Cristo, sin reservas. Absolutamente todo. Y hacerlo con una sonrisa. Sufriendo mucho, pero con una sonrisa. Perdonando, incluso a aquellos que te han arrebatado lo que más quieres, a tu familia. La radicalidad de estar dispuesto a entregar tu vida por aquello en lo que crees, sin matices ni medias tintas.

La radicalidad de un testimonio de amor, paz y perdón que a los occidentales súper avanzados y modernos nos deja en evidencia y por ende se nos cae la cara de vergüenza. La radicalidad de ser creyente, y no solo decirlo a los 4 vientos, sino, sobre todo vivirlo, hasta las últimas consecuencias.

Quizá por eso Occidente no habla de este genocidio contemporáneo. Porque habiendo dado la espalda a todo lo que no entra en nuestra cabecita, resulta complicado explicar algo tan grande, tan increíble, tan real, que interpela con tanta fuerza a nuestra conciencia.

Y es genial que historias como la de Asia Bibi, madre de 5 hijos, después de 8 años de cautiverio, haya saltado a la palestra. Ha sido absuelta, pero aún corre peligro su vida y la de los que la han ayudado, a la espera de que pueda salir de Pakistán. El mundo ha visto la punta del iceberg, ahora toca sacar agua del océano o sumergirse en él para que vea el iceberg entero.

Jaume Vives - 06/11/2018 - Actuall

jueves, 8 de noviembre de 2018

EL CARDENAL BURKE INAUGURÓ EN MÉXICO EL VI CONGRESO MUNDIAL DE JURISTAS CATÓLICOS Y OFICIÓ MISA TRADICIONAL EN LA CATEDRAL METROPOLITANA DE LA CIUDAD DE MÉXICO



El cardenal Raymond Burke viajó a la Ciudad de México para inaugurar el VI Congreso Mundial de Juristas Católicos, de cuya Unión Internacional es presidente el reconocidísimo intelectual don Miguel Ayuso. Los organizadores locales fueron los licenciados Adrián Arzate López y Oscar Méndez Oceguera, presidente y secretario, respectivamente, de la Asociación Mexicana de Juristas Católicos.

El 7 de noviembre, después de unas breves palabras introductorias de los licenciados Ayuso y Arzate, el cardenal inauguró el Congreso con una amplia e interesante exposición sobre asuntos relacionados con la temática central del mismo: "¿Transhumanismo o posthumanidad?".

Como se notificó en este blog, a este Congreso acuden brillantes personalidades católicas reconocidas a nivel mundial  (haz clic aquí) y que darán sus ponencias los días 7, 8 y 9 de noviembre (2018).

Durante las horas anteriores a esta inauguración, el cardenal Burke concedió varias audiencias y envió un mensaje a los mexicanos (ver nuestro video anexo).

Finalmente, a las 18:00 hrs. ofició, en el altar principal de la Catedral Metropolitana, el Santo Sacrificio de la Misa con el rito tradicional (conocido como tridentino o de san Pío V). Hecho verdaderamente histórico, pues hace más de cincuenta años que no se celebraba ahí por parte de un príncipe de la Iglesia.



GALERÍA DE FOTOS:


Miguel Ayuso, presidente de la Unión Internacional de Juristas Católicos, cardenal Raymond Burke durante su ponencia, Adrián Arzate López, presidente de la Asociación Mexicana de Juristas Católicos 

La imagen puede contener: Adrián Arzate, sonriendo, de pie
Adrián Arzate López, presidente de la Asociación Mexicana de Juristas Católicos 

Audiencia del cardenal Burke en la Basílica de Guadalupe

Misa tradicional pontifical (rito tridentino o de san Pío V) celebrada por Su Eminencia el cardenal Burke en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.


martes, 6 de noviembre de 2018

PARA SER UN BUEN ESPOSO CATÓLICO Y UN CABALLEROSO CÓNYUGE CRISTIANO


1. Bajo ninguna circunstancia le grites a tu esposa. Es muy doloroso para ella. 
2. Nunca hables mal de ella. No uses términos despectivos, ella se puede convertir en lo que tú le digas. 
3. Nunca compares a tu esposa con otra mujer. 
4. Tu amor marital, afecto, piropos, etc. sean sólo para ella, no lo hagas nunca con otra mujer. Evita que por algún motivo se ponga celosa.
5. Nunca descuides tu intimidad sexual (cumpliendo siempre con la moral católica). Tu cuerpo es de ella y viceversa. El fin primordial del matrimonio es la procreación y educación de los hijos. Un matrimonio católico nunca empleará métodos artificiales de control natal. 
6. Sé amable y cariñoso con ella. Ella sacrificó todo para vivir contigo. A ella le duele cuando eres áspero, rudo e irritante. Sé comprensivo.
7. No escondas nada a ella. Ahora son uno, es tu ayuda idónea. No debes tener secretos para con ella (aunque tampoco siempre es conveniente confesarle tus pecados). 
8. No uses palabras difamatorias y mucho menos delante de los hijos. Si tienes algo que resolver hazlo con buenos términos y en la intimidad de tu recámara.
9. Sé agradecido con ella, por ser esforzada contigo, con tus hijos, tu hogar y negocio. Son un gran sacrificio estas funciones. 
10. Quizás tu esposa no cocine igual o mejor que tu mamá, pero igual debes apreciar su cocina. No es fácil cocinar 3 veces al día, 365 días al año, rompe el ciclo y llévala a un buen restaurante, o sorpréndela y cocina tú. 
11. Nunca pongas a tus familiares antes que a ella. Ella es tu esposa. Ella es uno contigo.
12. Invierte intencionadamente en su crecimiento espiritual. Cómprale libros devocionales y espirituales. Procura que se instruya ella y tus hijos estudiando el Catecismo (recomendamos el Catecismo Mayor de San Pío X por ser el más didáctico y completo). Es una obligación cuidar de ello. Invítala a retiros y ejercicios de encierro de San Ignacio. Nunca falten a la misa dominical. Practiquen todo aquello que edifique y fortalezca su caminar hacia Dios.
13. No olvides hacer vida de oración en común con ella y con tus hijos: recen diariamente el Rosario, las oraciones de la mañana, de las comidas y de la noche.
14. Saca tiempo de esparcimiento, disfruta de su compañía, juega, ríe, no seas aburrido. 
15. Nunca uses el dinero para manipularla o controlarla. Todo lo tuyo es de ella. Ella fue unida a ti por la gracia de Dios.
16. Nunca hables mal de ella con otros, estarás hablando mal de ti también. Sé un escudo alrededor de ella. 
17. Honra a sus padres y sé amable con sus familiares. 
18. Nunca dejes de decirle cuanto la amas. Hazlo frecuentemente. Las mujeres nunca se cansan de ser amadas y de oírlo.
19. Nunca le hagas comentarios negativos de su cuerpo, esto es fulminante. Recuerda, cada vez que te dio un hijo, arriesgó su vida, cuerpo y belleza. Ella no es sólo carne. Su cuerpo no determina su valor. Apóyala en sus cuidados estéticos. Apréciala y valórala aunque lleguen los años y sus efectos.
20. Y tú crece, sé más como Jesús, pues Cristo es cabeza de la Iglesia y mucho la ama; del mismo modo debes amar a tu esposa pues tu eres la cabeza en ese gran sacramento. No hay nada que le regale más seguridad a una esposa que tener al lado a un Varón de Dios y a un verdadero caballero católico. Recuerda siempre que Dios te dio compañera y no sierva, como dice la liturgia católica de los esponsales.

"Vosotros maridos, vivid en común con vuestras mujeres con toda la discreción, como que son vaso más débil. Tratadlas con honra como a coherederas que son de la gracia de la vida, para que nada estorbe a vuestras oraciones."
1 Pedro 3,7.

Fuentes de inspiración para los anteriores consejos:
1) Prov.15, 1. 2) Génesis 2, 19. 3) 2 Cor. 10, 12 4) Mateo 5,18. 5) 1Cor. 7, 4-5. 6) Efesios 4, 2. 7) Genesis 2,25 8) Mateo 1:19. 9) 1 Tes. 5,18. 10) Prov. 31, 14. 11) Genesis 2, 24 12) Efesios 5, 26. 13) Santiago 5, 16. 14) Ecl 9, 9. 15) 1 Pedro 3, 7. 16) Efesios 5, 30. 17) Cantares 8, 2 18) Efesios 5, 25. 19) Efesios 5:25. 20) 1 Cor 11:3.

sábado, 3 de noviembre de 2018

ACERCA DE LOS FIELES DIFUNTOS


"Son por tanto espantosamente grandes las penas de las ánimas benditas del purgatorio, y además ellas no pueden valerse por sí mismas. Lo decía el Santo Job con aquellas palabras: Encadenadas están y amarradas con cuerdas de pobreza. Reinas son y destinadas al reino eterno, pero no podrán tomar posesión de él, y tendrán que gemir desterradas hasta que queden totalmente purificadas. Sostienen algunos teólogos que pueden ellas en parte mitigar sus tormentos con sus plegarias, pero de todos modos no podrán nunca hallar en sí mismas los recursos suficientes y tendrán que quedar entre aquellas cadenas hasta que no hayan pagado cumplidamente a la justicia divina. Así lo decía un fraile cisterciense, condenado al purgatorio, al hermano sacristán de su monasterio-. Ayúdame, le suplicaba, con tus oraciones, que yo por mí nada puedo. Y esto mismo parece repetir San Buenaventura con aquellas palabras: Tan pobres son aquellas benditas ánimas, que por sí mismas no pueden pagar sus deudas.  

    Lo que sí es cierto y dogma de fe es que podemos socorrer con nuestros sufragios y sobre todo con nuestras oraciones a aquellas almas santas. La Iglesia alaba estas plegarias y ella misma va delante con su ejemplo.

Si a ello no nos mueve este deber de caridad, muévanos el saber el placer grande que proporcionamos a Jesucristo, cuando vea que nos esforzamos en romper las cadenas de aquellas sus amadas esposas para que vayan a gozar de su amor en el cielo. Muévanos también el pensamiento de los muchos méritos que por este medio adquirimos, puesto que hacemos un acto de caridad tan grande con aquellas benditas ánimas; y bien seguros podemos estar que ellas a su vez, agradecidas al bien que les hemos procurado, sacándolas con nuestras oraciones de aquellas penas y anticipándoles la hora de su entrada en el cielo, no dejarán de rogar por nosotros cuando ya se hallen en medio en la bienaventuranza. Decía el Señor. Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia. Pues si el bondadoso galardonador promete misericordia a los que tienen misericordia con sus prójimos, con mayor razón podrá esperar su eterna salvación, aquel que procura socorrer a almas tan santas, tan afligidas y tan queridas de Dios".

-San Alfonso María de Ligorio, El gran medio de la oración.