jueves, 30 de septiembre de 2021

LAS ÚLTIMAS HORAS DE SAN PIO DE PIETRELCINA


Noche del 22 de septiembre de 1968, de las 21.00 a las 24.00 horas.

 La última noche del Padre Pío es narrada de manera sencilla y conmovedora por el Padre Pellegrino da Sant’Elia a Pianisi.

  La historia que cuenta de esa noche, como único y privilegiado testigo de las últimas horas de la vida terrena del Padre Pío, es segura e incuestionablemente confiable.

  Es una historia grabada en la grabadora. Aquí hay un gran extracto del texto según lo informado por Luigi Peroni en su libro Padre Pio da Pietrelcina:

  Padre Pellegrino: "... En particular, durante la noche sucedió que a menudo preguntaba por la hora, especialmente cuando se acercaba la hora de la Santa Misa; pasada la medianoche, alrededor de la una, empezó a preguntar la hora con mucha frecuencia.

  De nueve a medianoche

  Así fue la última noche: de nueve a medianoche fue como todas las demás.

  Pero noté este detalle: mientras que las otras veces, cuando se fue a la cama recuperó un hermoso color, esa noche había recoloreado un poco, pero no como las otras veces.

  Tenía los ojos llorosos, rojos, pero las lágrimas no fluían ... Unas lágrimas en la pestaña, que me limpié.

  Durante estas tres primeras horas me llamó cinco o seis veces para preguntarme la hora. [...]

  23 de septiembre de 1968: desde la medianoche hasta las 2:30 am

  ... A medianoche empezó a temblar como un niño; un miedo, un terror que duró hasta la una después de la medianoche. Quería que me sentara a su lado, cerca de la cama, y ​​me apretó las manos con fuerza. Luego me preguntó: "Guagliò, ¿dijiste 'una misa?".

  Eran alrededor de las 12.10. Y yo: "Es muy temprano", respondí sonriendo, "¡todavía es medianoche!" Y él: “¡Mbè! Esta mañana me lo dirás”.

   Esta frase me sonó nueva al oído, porque, cuando me pedía misa, y lo hacía casi todas las mañanas, o me preguntaba: "¿Lo dices según mis intenciones?", O, a veces, me decía. él mismo: “Decir misa esta mañana según mis intenciones”. Pero nunca había usado esa expresión: "¡Esta mañana lo dirás por mí!".

  Aproximadamente a las 12:30 me pidió que lo confesara. Lo confesé y, después de la confesión, así, de la nada, me dijo: "Si el Señor me llama hoy, pida perdón a los cohermanos por las molestias que les he dado y pida una oración por mi alma a los hermanos y hijos espirituales ".

   Le respondí casi mal, oponiéndome a él con bastante fuerza, diciendo en dialecto: "Padre espiritual, ¡tienes 'ganas de hacer campaña' otra vez!".

  Luego, casi arrepintiéndome de la respuesta poco cortés, o al menos un poco fuerte, traté de endulzarla, y dije: “Pero si tenías razón ... - entonces, casi para complacerlo y no solo para pedir la bendición ... pero si tienes razón, ¿puedo pedirte la última bendición para los hermanos, para todos los hijos espirituales, para tus enfermos? ”. Dijo: “Sí, los bendigo a todos”.

  Y luego añadió: “¡Mbè! Sin embargo, pido la caridad del superior para que dé esta última bendición en mi lugar ”.

  Finalmente me pidió que renovara mi profesión religiosa. Lo había confesado muchas otras veces, pero nunca me había pedido que renovara mi profesión religiosa. Este hecho me impactó un poco.

  De todos modos, le hice renovarlo. Dijo: "Di tú por delante ... yo digo después de ti ...". Casi para decirlo con más precisión, o casi para ponerme de nuevo en mi capacidad de memoria, sin confiar en la suya. Repitió después de mí; y yo, finalmente, cerré así: "¡Y yo, de parte de Dios, si guardas estas cosas, te prometo la vida eterna!".

  Se quedó otros cinco o diez minutos en la cama, y ​​mientras tanto me preguntaba la hora muy a menudo, cada tres o cuatro minutos, pero sin hacer comentarios. Bueno, esto me parece que ha sido diferente con las otras noches: la solicitud de tiempo. Es decir, mientras que las otras noches preguntaba por la hora y también comentaba ... "¡Mbè! Este tiempo nunca pasa ”; o: "¡Qué pronto pasó! ...", esa noche, sin embargo, a esa hora entre la medianoche y la una, preguntó la hora, pero no la comentó. Realmente parecía que tenía una cita y que, en definitiva, tenía prisa. [...] A la una terminó esta pelea, y lo noté porque me dijo: "Quiero levantarme, porque respiro mejor en la silla".

  Se lo puse difícil, pero insistió y cedí. Se levantó y parecía un hombre joven, aunque yo, cuando fue a lavarse la cara, y cuando se peinaba, le llevaba la mano por la axila. Caminaba derecho: no lo había visto así en cinco o seis años. Este hecho me impresionó tremendamente. Y así también cuando lo acompañé hasta la puerta para dar los habituales cuatro pasos en medio de los pasillos; porque cuando se levantaba para prepararse para la misa, hacia las dos, las dos y media, ya veces hasta la una, siempre daba cuatro pasos por los pasillos.

  Esa noche, cuando llegó a la puerta, en lugar de atravesar los pasillos, dijo: "Vamos a la logia". Él mismo encendió la luz, entrando en la logia; se sentó allí y empezó a mirar ... Dejó de rezar (porque nada más levantarse ya tenía la corona en la mano, o inmediatamente se la puso en la mano para rezar).

  En la logia dejó de rezar y pasó cinco minutos hurgando, volviendo los ojos hacia arriba y hacia abajo, y mirándolos especialmente en el punto donde lo pusimos tan pronto como murió. Un reflejo póstumo mío, mi impresión actual, es que él ya estaba allí, acostado.

  Pasados ​​cinco minutos, me dijo: “¡Mbè! Volvamos a la habitación ”. Desde que se levantó de la cama hasta que me pidió que volviera a la habitación, debieron pasar quince o veinte minutos, no más; luego era la una y cuarto, la una y veinte. Fui a ayudarlo, pero había comenzado a pesar; él mismo dijo: “¡No puedo hacerlo!”. Entonces, para animarlo, le dije: "Padre espiritual, no se preocupe, aquí hay una silla de ruedas".

  De hecho, la silla de ruedas estaba allí, fuera de la puerta que conducía a la terraza. Lo tomé, me acerqué a él, lo hice sentarse y lo llevé de regreso a la habitación. Allí, lo hice acostarse en el sillón y él, señalando la silla de ruedas, hizo el gesto, con la mano izquierda, de decir: "sácala fuera"; casi para aclarar: ahora ya no es necesario.

  De vuelta al interior, vi que se había puesto pálido. Pasé una mano por su frente: había un poco de sudor frío. Pero esto no me habría impresionado, porque a menudo sucedía que tenía ataques de asma y, por lo tanto, se sentía mal. En cambio, me impresionó el hematoma que comenzaba a aparecer en los labios.

  Sin embargo, durante un rato seguí preparando una plataforma, que colocamos debajo de sus pies, para mantenerlos elevados cuando él estaba en la silla, para que no se hincharan más. De hecho, en los últimos meses, con este sistema, es decir, con una pequeña cama supletoria y con esa plataforma, ya no le hincharon los pies como antes.

  Mientras preparaba este taburete, él, mirando la fotografía de su madre, que está frente a la silla, me dijo: “¿Quién está ahí? ...” “¡Eh! - le respondí - ¡hay una fotografía de su madre! ”. Y él: “Veo a dos madres”. Yo, creyendo que esto se debía al malestar, y que como consecuencia su vista se había debilitado un poco, dije: “Padre, pero alrededor de este pequeño cuadro que representa a su madre, hay una ... dos ... tres fotografías. de la Madonna di Pietrelcina; luego están las fotografías de los enfermos, la fotografía de Maria Pyle ... ”. Pero él respondió: "Los veo todos con claridad, pero ahí veo a dos madres ...".

  Entonces pensé que era algo un poco fuera de lo natural y quise insistir, pero él comenzó a decir: "Jesús, María, Jesús, María ..." y nunca más me respondió. Al ver que el moretón en mis labios había crecido, me asusté y me moví para ir a buscar a alguien. Inmediatamente se dio cuenta y me dijo: "No, no molestes a nadie". Empecé de todos modos, y cuando llegué frente a la puerta del superior, escuché que me llamaban en voz bastante alta. Vuelvo pensando que me estaba llamando por otra razón. En cambio, fue por lo mismo: es decir, no despiertes a nadie, no molestes a nadie.

  Entonces respondí ... un poco fuerte: "Padre espiritual - dije - lo siento, pero ahora no mandas, yo mando". Así que lo dejé, mientras él seguía diciendo: "No molestes a nadie". Corrí a llamar al padre Mariano, pero la puerta de su habitación estaba cerrada, mientras que la de Fra Guglielmo (Bill Martin), el fraile americano, estaba abierta. Entré, lo desperté, lo sacudí, de inmediato lo acompañé a Padre Pío, e inmediatamente corrí a llamar al Dr. Sala.

  El Dr. Sala habrá llegado después de diez minutos, o como máximo un cuarto de hora. En cuanto lo vio, dijo: "Bueno, es uno de los ataques habituales ...". Y no quedó impresionado.

  Pero cuando levantamos al Padre Pío para acostarlo, me di cuenta de que estaba completamente suelto: sus rodillas ya no podían sostenerlo, sus brazos pesaban ... en fin, parecía un cadáver. Con dificultad, de hecho, logramos ponerlo en la cama para la inyección ...

  Sala, ayudándonos también, porque no podía hacerlo, hizo que lo volviera a sentar en el sillón. Pero incluso en esta posición, la respiración se hizo cada vez más lenta y todo indicaba un inminente colapso decisivo. Dr. Sala quedó impresionado cuando la inyección no produjo el efecto deseado.

  Habían pasado más de diez minutos y no se había producido ninguna reacción, tanto que, ahora conscientes de lo que iba a pasar de forma irremediable, decidimos con el Dr. Sala para llamar al tutor, avisar a la comunidad, a los médicos de guardia en la Casa Sollievo ya su sobrino Mario Pennelli.

  Nos miramos a la cara con el Dr. Sala. Dije: “¡Bueno! Voy a llamar al superior ”». El padre Pellegrino, hacia las dos de la tarde, fue a despertar al guardián. EL Dr. José sabía que Sala llamó al Dr. Giovanni Scarale, anestesista de la Casa Sollievo della Sofferenza, describió rápidamente la situación y le pidió que viniera de inmediato y trajera los instrumentos necesarios para la respiración artificial del Padre.

  Luego regresó a la habitación del Padre Pío, se aplicó un tubo nasal conectado a un cilindro de oxígeno e inmediatamente fue a llamar al Dr. Giuseppe Gusso, director médico de la Casa Sollievo.

  Mientras tanto, el guardián, entrando en la celda del Padre, lo vio sentado en la silla jadeante. Se dio cuenta de la gravedad de la situación e inmediatamente fue a despertar al padre Raffaele da Sant’Elia a Pianisi, confesor del padre.

  Mientras tanto, llegaron a la habitación el padre Mariano, el padre Paolo y los dos médicos de la Casa Sollievo. Dr. Scarale se puso inmediatamente a trabajar. Detrás del padre, le dijo que respirara profundamente, mientras con la mano derecha controlaba el pulso carotídeo. Mientras tanto, los otros cohermanos se habían despertado y se habían reunido en oración alrededor del Padre Pío. Del libro del Dr. Emanuele Giannuzzo, San Pío, págs. 417-24: 23 de septiembre de 1968: Últimos minutos antes de las 2:30 a. m.

   El Padre Pellegrino narra los últimos minutos de la vida del Padre, fallecido a las 2.30: “Mientras tanto, le di un buen sorbo de café. Le llevé la taza a los labios y él mismo tuvo fuerzas para beber, pero ya no tenía fuerzas para tragar toda la bebida. También fue por esta razón que no pudimos administrarle la Sagrada Eucaristía.

  El Paolo da San Giovanni Rotondo, sacristán del Santuario, administró el sacramento de los enfermos al Padre ... ».

  Pasan unos instantes y luego el Padre "... alrededor de las dos y media ... las dos y treinta y uno, como un niño que se duerme, inclinó un poco la cabeza hacia la izquierda y falleció ...".

  La noticia se difundió rápidamente. Ya, cerca de la celda del Padre, había una treintena de frailes, presentes en San Giovanni Rotondo con motivo del cincuentenario de los estigmas. (Giannuzzo, San Pio, 418-23)

  La desaparición de los estigmas Después de la muerte, el tutor y el Dr. Giuseppe Sala invitó a los presentes a salir de la celda para permitir los lastimosos oficios sobre el cuerpo del Padre.
 Además del guardián y el Dr. Sala, el padre Raffaele, el padre Mariano, el padre Pellegrino y el padre Giacomo permanecieron en la celda.

  Quitado del sillón, el cuerpo de Padre Pío fue colocado en la cama. Al volver a montar el cuerpo, se observó con asombro que ya no quedaba ningún rastro de los estigmas. La piel parecía perfectamente sana donde antes, y durante 50 años, se habían impreso los estigmas. Un misterio dentro del misterio.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

ACTO DE CONSAGRACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL EN SU CELEBRACIÓN


¡Oh, gran príncipe de los cielos, fiel defensor de la Iglesia, San Miguel Arcángel, yo, aunque indigno de comparecer ante ti, pero confiando en tu bondad, vengo ante ti, en compañía de mi Ángel de la guarda y en presencia de todos los Ángeles del cielo, a quienes tomo por testigos de mi devoción hacia ti, te elijo hoy como mi protector y abogado particular y tengo la intención de honrarla firmemente como pueda. San Miguel Arcángel, yo me consagro a ti. Me pongo a mí mismo, a mi familia y a todo lo que me pertenece, bajo tu poderosa protección. 

San Miguel Arcángel, yo te consagro mi cuerpo y alma. Te elijo como mi patrón y protector. Sé mi fuerza y el guardián de mi vida. 

 Acrecienta el fervor en mi corazón. Obtén para mi gracia de amar con todo mi corazón a Dios mi Padre, a Jesús, mi Salvador; al Espíritu Santo, mi Santificador, y a María, mi dulce Madre. Que me ayude por su poderosa intercesión para que pueda imitar su valor y lealtad a Dios, confiando en su amable ayuda y protección, que puede ser la victoria sobre los enemigos de mi alma y estar unidos con Dios en el cielo para siempre. 

 Asísteme a lo largo de mi vida para nunca ofender a Dios ni de palabra, ni en los pensamientos. Defiéndeme contra todas las tentaciones del diablo, especialmente en relación con la fe y la pureza, y en la hora de la muerte inculca la paz a mi alma e introducela en la patria eterna. 

 Es pequeña la ofrenda de mi esclavitud, ya que soy un miserable pecador, pero la hago con un fiel corazón, y recuerda que si a partir de hoy me encuentro bajo tu patrocinio, ayúdame en toda mi vida para que mis pecados sean perdonados, infunde en mí el don de amar de corazón a Dios, y dame las subvenciones que se necesitan para alcanzar la corona de gloria. 

 Siempre defiéndeme de los enemigos de mi alma, sobre todo al final de mi vida. Ven, pues, príncipe glorioso, y ayúdame a mí en la última pelea, y con tu poderosa protección líbrame de los ataques del infierno. ¡Que así sea!

martes, 28 de septiembre de 2021

ACOMPÁÑANOS A TOMAR LA CALLE ESTE DOMINGO 3 DE OCTUBRE


Consulta esta página para ver tu localidad: http://www.mujeryvida.org.mx/

En la CDMX la gran Marcha Nacional partirá, a las 11 a.m., del Auditorio Nacional al Ángel de la Independencia.

¡Ahí nos veremos todos los que defendemos la vida! Nadie debe faltar. Defendamos a los mexicanos por nacer de su asesinato. Es importantísima tu participación. 

lunes, 27 de septiembre de 2021

27 DE SEPTIEMBRE DE 2021: BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO


Vicente Rivapalacio (nieto de Vicente Guerrero) nos describe la entrada del ejército trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821, al mando del realizador de la independencia: 

 "Al descubrir al libertador -don Agustín de Iturbide- el pueblo sintió una embriaguez de entusiasmo. Los gritos atronaban el aire y se mezclaban en concierto con los ecos de las músicas, con los repiques de las campanas, con el estallido de los cohetes y con el ronco bramido de los cañones...   

  Iturbide atravesaba por el centro de la ciudad para llegar hasta el palacio; su caballo pisaba sobre una espesa alfombra de rosas, y una verdadera lluvia de coronas, de ramos, y de flores caía sobre su cabeza y sobre las de sus soldados.  

   Las señoras desde los balcones regaban el camino de aquel ejército, con perfumes, y arrojaban hasta sus pañuelos y sus joyas; los padres y las madres levantaban en sus brazos a los niños y les mostraban al libertador, y lágrimas de placer y de entusiasmo corrían por todas las mejillas.     

  Las más elegantes damas, las jóvenes más bellas y más circunspectas se arrojaban a coronar a los soldados rasos y a abrazarlos; los hombres, aunque no se hubieran visto jamás, aunque fueran enemigos, se encontraban en la calle y se abrazaban y lloraban.   

  Aquella era una locura sublime, conmovedora; aquel era el santo vértigo del patriotismo..."  

EL DESCONOCIDO PLAN DE IGUALA
Por Jorge Pérez Uribe 


  “PLAN DE INDEPENDENCIA DE LA AMÉRICA SEPTENTRIONAL”  

  Consideraciones iniciales  

  Ahora, muchos años después de haber cursado la educación básica y media y al haber leído y analizado a fondo el Plan de Iguala que consta de tan sólo 24 breves artículos, me pregunto el por qué nunca lo estudiamos en clase de historia. ¡Cuánta tinta y consideraciones nos habríamos ahorrado con sólo leerlo y meditar un poco en su contenido! A quiénes he inquirido sobre si tuvieron ocasión de leerlo en sus cursos de historia, me confirman una respuesta negativa.  

  Fue obra exclusiva de Agustín de Iturbide. En él plasmó su visión de un México independiente, de los principios que lo inspirarían y del régimen que se instauraría, una vez conseguida la independencia. “Obra maestra de política y saber” fue llamado por el “padre del liberalismo” Lorenzo de Zavala  

  ¿Alguien pensaría que en este breve plan, se estamparían las garantías individuales, los derechos humanos, hoy tan en boga? (artículos 12, 13, 20).  

  Al analizarlo, a muchos extrañará que Iturbide pensará en una moderna monarquía constitucional, es decir, no absoluta, sino moderada por una constitución, -pero eso sí- una constitución “peculiar” y “adaptable” a nosotros, un instrumento muy distinto al producto del pensamiento masónico-liberal francés que era la Constitución de Cádiz (artículos 3, 11).  

  Además de una constitución Iturbide pensaba en una división de poderes, ya que además del monarca o emperador existirían las Cortes (Congreso), -cuyo principal papel sería dotar al país de esa constitución-, y un poder judicial (artículos 21,24).  

  Nueva España al iniciar 1820  



  Ante la noticia del restablecimiento y jura por el rey de la Constitución, conocida en la Nueva España a principios de abril, <<“se manifestó la mayor inquietud en los espíritus”, por lo que el virrey Apodaca pensó en aplazar y, de ser posible, evitar el juramento debido. Sin embargo, la presión de los grupos adictos a la Constitución, entre los que destacaban los comerciantes, los masones y las tropas expedicionarias, obligó primero al comandante Dávila de Veracruz y finalmente al propio virrey a jurarla a fines de mayo. A partir de ese momento, se proclamó en todas las provincias “jurando observarla todas las autoridades civiles, militares y eclesiásticas”. La Constitución al no obtener la adhesión general de todos los grupos que integraban la sociedad novohispana, fue la clave para explicar y entender la fase final de la independencia en México. Como afirmara un testigo de la época al comentar la jura de la Constitución, “esperen ustedes la independencia, que es lo que va a resultar de todo esto”  



  Durante mayo de 1820 en la casa de los oratorianos de México, conocida como La Profesa, se reunió un grupo de personas inconformes con la restauración constitucional y decidido, de ser posible, a impedir su aplicación en México. Entre los asistentes se encontraban el canónigo Matías de Monteagudo, el regente de la real Audiencia, Miguel Bataller, y el ex inquisidor José Tirado, contando con el apoyo velado del propio virrey Apodaca. [...] Su plan consistía en declarar la falta de libertad de Fernando VII para jurar la constitución y, en consecuencia, facultar al virrey para continuar en el gobierno de la Nueva España, en forma independiente al gobierno liberal instalado en España y bajo la vigencia de las Leyes de Indias, es decir, “la actitud y los argumentos del Ayuntamiento de México en 1808...se reproducían con intención contraria”. Para ejecutar este plan convinieron en la necesidad de contar con el apoyo de un militar de confianza, al que creyeron encontrar paradójicamente no en un español, quizá por la influencia que la masonería tenía ya por entonces en las filas realistas, sino en un militar criollo: el coronel Agustín de Iturbide, quien después de asistir a unos ejercicio espirituales en La Profesa y de conferenciar con Apodaca, aparentó ofrecer sus servicios para la realización del plan. Nada, sin embargo se pudo hacer, pues el 31 de mayo el virrey se vio obligado a jurar a la Constitución, juramento que le impidió llevar a cabo los planes de los conjurados. Después del juramento virreinal. Siguió el de todas las corporaciones civiles y eclesiásticas que se comprometieron a marchar por la “senda constitucional”, a ejemplo de su rey.  






  << El contenido del plan propuesto en Iguala fue dado a conocer por Iturbide a través de una amplia correspondencia a un buen número de personas importantes: al virrey Apodaca, al arzobispo Fonte, de México, y al obispo Ruiz Cabañas, de Guadalajara: al fiero mariscal Cruz de la Nueva Galicia, al comandante Rafael Dávila, de Veracruz, y a militares de alta graduación, como Pedro Celestino Negrete; al propio rey Fernando VII y hasta las Cortes reunidas en Madrid, con el objeto de asegurarse la adhesión de estos europeos a su causa. Durante los meses siguientes la imprenta adquirida en Puebla por medio del presbítero Furlong no descansó: copias del plan, órdenes, actas y un periódico, El Mejicano Independiente, se encargaron de dar a conocer con más precisión y a mayor número de personas las verdaderas intenciones de Iturbide. Impresos, cartas y entrevistas personales llevadas a cabo por enviados de confianza del primer jefe del Ejército Trigarante dieron a la larga el fruto esperado. >>[2]  




  En el campo realista, el ánimo era muy distinto, ya que si bien se dieron numerosas deserciones, el grueso de las tropas expedicionarias permanecieron leales a la corona española; no obstante las noticias de las defecciones y del rápido avance del movimiento trigarante, así como la indecisión de muchos oficiales criollos del ejército realista sobre el partido que debían tomar; más la aparentemente lenta reacción del Conde del Venadito para sofocar en forma eficaz la llama de la nueva rebelión hicieron que la débil cohesión que se mantenía dentro de las filas realistas por fin se derrumbara. En efecto, la derrota en la Hacienda de la Huerta, en las inmediaciones de Toluca, y la capitulación de las tropas de Domingo Luaces de Querétaro, marcaron el límite de la paciencia de las tropas expedicionarias que, exasperadas, obligaron a Apodaca a dimitir del mando superior de la Nueva España el día 5 de julio, nombrando en su lugar al mariscal de campo Francisco Novella. De esta forma, los propios españoles violaban flagrantemente la vigencia de la constitución que habían jurado obedecer hacía casi un año, hecho que no pasó inadvertido por la mayoría de las corporaciones civiles de la Ciudad de México –Audiencia, Diputación Provincial y Ayuntamiento- que, conscientes del golpe de estado llevado a cabo por los militares y contrarios a la supresión de la libertad de imprenta decretada por Apodaca días antes, a duras penas reconocieron la autoridad del usurpador Novella. En adelante les quedaría claro que, ante dos movimientos igualmente anticonstitucionales, resultaba más conveniente para sus intereses inclinarse por aquel que aseguraba la independencia y la construcción de un nuevo orden constitucional al cual podrían contribuir a edificar. >>[3]  



  A continuación se presentan en forma comparativa ambas versiones:


  Plan de Iguala  

  Plan e indicaciones para el Gobierno que debe instalarse provisionalmente con el objeto de asegurar nuestra sagrada religión y establecer la Independencia del Imperio Mexicano y tendrá el título de Junta Gubernativa de la América Septentrional, propuesto por el Sr. Coronel D. Agustín de Iturbide al Excelentísimo señor Virrey de Nueva España, Conde del Venadito.  


  1° La religión católica, apostólica, romana, sin tolerancia de otra alguna.  

  1° La religión de la Nueva España es y será la católica, apostólica, romana, sin soberanía [tolerancia] de otra alguna.  

  2° La absoluta independencia de este reino  

  2° La Nueva España es independiente de la antigua y de toda otra potencia, aun de nuestro continente.  

  3° Gobierno monárquico templado por una constitución análoga al país  

  3° Su gobierno será monarquía moderada, con arreglo a la constitución peculiar y adaptable del reino.  

  4° Fernando VII, y en sus casos los de su dinastía o de otra reinante serán los emperadores, para hallarnos con un monarca ya hecho, y precaver los atentados funestos de la ambición  

  4° Será su emperador el señor don Fernando VII, y no presentándose personalmente en México dentro del término que las Cortes señalaren a prestar el juramento, serán llamados en su caso el serenísimo señor infante don Carlos, el señor don Francisco de Paula, el archiduque Carlos u otro individuo de casa reinante que estime por conveniente el Congreso.  

  5° Habrá una junta ínterin [4] se reúnen las córtes, que haga efectivo este plan,  

  5° Ínterin las Córtes se reúnen, habrá una Junta que tendrá por objeto tal reunión y hacer que se cumpla con el Plan en toda su extensión.  

  6° Ésta se nombrará gubernativa, y se compondrá de los vocales ya propuestos al señor virrey  

  6° Dicha junta, que se denominará gubernativa, debe componerse de los vocales de que habla la carta oficial dirigida al excelentísimo señor Virrey.  

  7° Gobernará en virtud del juramento que tiene prestado al rey, ínterin éste se presenta en México y lo presta y hasta entonces se suspenderán todas ulteriores órdenes.  

  7° Ínterin el señor don Fernando VII se presenta en México y hace el juramento, gobernará la junta a nombre de Su Majestad, en virtud del juramento de fidelidad que le tiene prestado la nación; sin embargo de que se suspenderán todas las órdenes que diese, interín no haya prestado dicho juramento.  

  8° Si Fernando VII no se resolviere a venir a México, la junta o la regencia mandará á nombre de la nación, mientras se resuelve la testa que deba coronarse.  

  8° Si el señor don Fernando VII no se dignare venir a México, interín se resuelve el emperador que debe coronarse, la junta o la regencia mandará en nombre de la nación.  

  9° Será sostenido este gobierno por el ejército de las Tres Garantías.  

  9° Este gobierno será sostenido por el ejército de las Tres Garantías, de que se hablará después.  

  10° Las córtes resolverán si ha de continuar esta junta o substituirse una regencia, mientras llega el emperador.  

  10° Las Córtes resolverán la continuación de la junta o si debe sustituirla una regencia, ínterin llega la persona que debe coronarse.  

  11° Trabajarán luego que se unan, la constitución del imperio mexicano,  

  11° Las Córtes establecerán en seguida la Constitución del imperio mexicano.  

  12° Todos los habitantes de él, sin otra distinción, que su mérito y virtudes, son ciudadanos idóneos para optar cualquier empleo.  

  12° Todos los habitantes de la Nueva España, sin distinción, alguna de europeos, africanos ni indios, son ciudadanos de esta monarquía con opción a todo empleo, según su mérito y virtudes.  

  13° Sus personas y propiedades serán respetadas y protegidas.  

  13° Las personas de todo ciudadano y sus propiedades serán respetadas y protegidas por el gobierno.  

  14° El clero secular y regular será conservado en todos sus fueros y propiedades.  

  14° El clero secular y regular será conservado en todos sus fueros y preeminencias.  

  15° Todos los ramos del estado y empleados públicos, subsistirán como en el día, y sólo serán removidos los que se opongan a este plan, y substituidos por los que más se distingan en su adhesión, virtud y mérito.  

  15° La junta cuidará de que todos los ramos del Estado queden sin alteración alguna, y todos los empleados políticos, eclesiásticos, civiles y militares, en el estado mismo en qué existen en el día [Sólo serán removidos los que manifiesten no entrar en el plan substituyendo en su lugar los que más se distingan en virtud y mérito].  

  16° Se formará, un ejército protector que se denominará: de las Tres Garantías, y que se sacrificará del primero al último de sus individuos antes que sufrir la más ligera infracción de ellas.  

  16° Se formará, un ejército protector que se denominará de las Tres Garantías, porque bajo su protección toma, lo primero, la conservación de la religión católica, apostólica, romana, cooperando por todos los medios que estén a su alcance, para que no haya mezcla alguna de otra secta y se ataquen oportunamente los enemigos que puedan dañarla; lo segundo, la independencia bajo el sistema manifestado; lo tercero, la unión, íntima de americanos y europeos; pues garantizando bases tan fundamentales de la felicidad de Nueva España, antes que consentir la infracción de ellas, se sacrificará dando la vida del primero al último de sus individuos.  

  17° Este ejército observará a la letra la Odenanza; y sus gefes y oficialidad continuará en el pié en que están, con la espectativa no obstante á los empleos vacantes, y a los que se estimen de necesidad ó conveniencia.  

  17° Las tropas del ejército observarán la más exacta disciplina a la letra de las ordenanzas, y los jefes y oficialidad continuarán bajo el pie en que están hoy; es, decir, en sus respectivas clases con opción a los empleos vacantes y que vacasen por los que no quisieren seguir sus banderas o cualquiera otra causa, y con, opción a los que se consideren de necesidad o conveniencia.  

  18° Las tropas de que se componga; se considerarán como de línea y lo mismo las que abracen luego este plan: las que lo difieran y los paisanos que quieran alistarse, se mirarán como milicia nacional, y el arreglo y forma de todas, lo dictarán las córtes.  

  18° Las tropas de dicho ejército se considerarán como de línea.  

  19° Los empleos se darán en virtud de informes de los respectivos gefes y á nombre de la nación provisionalmente.  

  19° Lo mismo sucederá con las que sigan luego este Plan. Las que no lo difieran, las del anterior sistema de la independencia que se unan inmediatamente a dicho ejército, y los paisanos que intenten alistarse, se considerarán como tropas de milicia nacional, y la forma de todas para la seguridad interior y exterior del reino la dictarán las Córtes.  

  20° Ínterin se reunen las córtes, se procederá en los delitos con total arreglo a la constitución española.  

  20° Los empleos se concederán al verdadero mérito, a virtud de informes de los respectivos gefes y en nombre de la nación provisionalmente.  

  21° En el de conspiración contra la independencia, se procederá a prisión, sin pasar á otra cosa hasta que las córtes decidan la pena al mayor de los delitos, después del de lesa Magestad divina.  

  21° Ínterin las Córtes se establecen, se procederá en los delitos con total arreglo a la Constitución española.  

  22° Se vigilará sobre los que intenten fomentar la división, y se reputarán como conspiradores contra la independencia.  

  22° En el de conspiración contra la independencia, se procederá a prisión, sin pasar a otra cosa hasta que las Córtes decidan la pena al mayor de los delitos, después del de lesa Magestad divina.  

  23° Como las córtes que van a instalarse son constituyentes, deben ser elegidos los diputados bajo este concepto. La junta determinará las reglas y el tiempo necesario para el efecto.  

  23° Se vigilará sobre los que intenten fomentar la desunión, y se reputarán como conspiradores contra la independencia.  

  24° Como las Córtes que van a instalarse han de ser constituyentes, se hace necesario que reciban los diputados los poderes bastantes para el efecto; y como a mayor abundamiento es de mucha importancia que los electores sepan que sus representantes han de ser para el Congreso de México y no de Madrid, la junta prescribirá las reglas justas para las elecciones y señalará el tiempo necesario para ellas y para la apertura del Congreso. Ya que no puedan verificarse las elecciones en marzo, se estrechará cuanto sea posible, el término.  

  Reproducido en Fase final de la guerra por la independencia. (Tomado del Mexicano Independiente número 2, publicado en Iguala el 17 de marzo de 1821.) México: Biblioteca Mínima Mexicana, 1955. 99-102. En las dos ocasiones que añadimos texto entre [corchetes], éste corresponde al texto del Plan publicado en La Abeja Poblana (Puebla) seis días después de su promulgación (1 de marzo de 1821). Edición digital de Marina Herbst.  

  Jorge Pérez Uribe 
 Novus dies est 

Observación: Se ha respetado la ortografía de la época. 

 Notas:
 [1] Miembro de la logia masónica Lautaro de Cádiz. Como premio fue nombrado capitán general de Aragón y gran maestre del Gran Oriente
 [2] Op. cit., pág.28