miércoles, 29 de septiembre de 2021

ACTO DE CONSAGRACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL EN SU CELEBRACIÓN


¡Oh, gran príncipe de los cielos, fiel defensor de la Iglesia, San Miguel Arcángel, yo, aunque indigno de comparecer ante ti, pero confiando en tu bondad, vengo ante ti, en compañía de mi Ángel de la guarda y en presencia de todos los Ángeles del cielo, a quienes tomo por testigos de mi devoción hacia ti, te elijo hoy como mi protector y abogado particular y tengo la intención de honrarla firmemente como pueda. San Miguel Arcángel, yo me consagro a ti. Me pongo a mí mismo, a mi familia y a todo lo que me pertenece, bajo tu poderosa protección. 

San Miguel Arcángel, yo te consagro mi cuerpo y alma. Te elijo como mi patrón y protector. Sé mi fuerza y el guardián de mi vida. 

 Acrecienta el fervor en mi corazón. Obtén para mi gracia de amar con todo mi corazón a Dios mi Padre, a Jesús, mi Salvador; al Espíritu Santo, mi Santificador, y a María, mi dulce Madre. Que me ayude por su poderosa intercesión para que pueda imitar su valor y lealtad a Dios, confiando en su amable ayuda y protección, que puede ser la victoria sobre los enemigos de mi alma y estar unidos con Dios en el cielo para siempre. 

 Asísteme a lo largo de mi vida para nunca ofender a Dios ni de palabra, ni en los pensamientos. Defiéndeme contra todas las tentaciones del diablo, especialmente en relación con la fe y la pureza, y en la hora de la muerte inculca la paz a mi alma e introducela en la patria eterna. 

 Es pequeña la ofrenda de mi esclavitud, ya que soy un miserable pecador, pero la hago con un fiel corazón, y recuerda que si a partir de hoy me encuentro bajo tu patrocinio, ayúdame en toda mi vida para que mis pecados sean perdonados, infunde en mí el don de amar de corazón a Dios, y dame las subvenciones que se necesitan para alcanzar la corona de gloria. 

 Siempre defiéndeme de los enemigos de mi alma, sobre todo al final de mi vida. Ven, pues, príncipe glorioso, y ayúdame a mí en la última pelea, y con tu poderosa protección líbrame de los ataques del infierno. ¡Que así sea!

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