sábado, 30 de enero de 2021

BASTA AL DISCÍPULO SER COMO SU MAESTRO


"Si no queréis persecuciones -añade San Agustín- ­es de sospechar que todavía no habéis comenzado a seguir a Jesucristo. ¿Quién ha habido más inocente y más santo que el divino Salvador? Pues, a pesar de eso, tanto le persiguieron los hombres, que no para­ron hasta verle expirar en una Cruz, desgarrado y cubierto de ignominia; he ahí por qué San Pablo, para animarnos a sufrir con resignación las persecu­ciones, nos exhorta: Tened siempre presente a Aquél que padeció la persecución de los pecadores, levan­tados contra Él (Heb. 12,3). Tened la seguridad de que, si sufrís con paciencia las persecuciones, Dios saldrá a vuestra defensa, y si permitiera que en este mundo quedarais difamados, será con el fin de poder recompensar en la otra vida vuestra paciencia con honra incomparablemente mayor". 

 San Alfonso María de Ligorio

viernes, 29 de enero de 2021

VANIDAD


 "Vanidad es, pues, buscar riquezas perecederas y esperar en ellas. También es vanidad desear honras y ensalzarse vanamente. Vanidad es seguir el apetito de la carne y desear aquello por donde después te sea necesario ser castigado gravemente. Vanidad es desear larga vida y no cuidar que sea buena. Vanidad es mirar solamente a esta presente vida y no prever lo venidero. Vanidad es amar lo que tan presto se pasa y no buscar con solicitud el gozo perdurable." 

 Tomás de Kempis

jueves, 28 de enero de 2021

INDISOLUBILIDAD DEL MATRIMONIO


 Concilio de Trento, cánones sobre el sacramento del matrimonio 

 CAN. VII. Si alguno dijere, que la Iglesia yerra cuando ha enseñado y enseña, según la doctrina del Evangelio y de los Apóstoles, que no se puede disolver el vínculo del Matrimonio por el adulterio de uno de los dos consortes; y cuando enseña que ninguno de los dos, ni aun el inocente que no dio motivo al adulterio, puede contraer otro Matrimonio viviendo el otro consorte; y que cae en fornicación el que se casare con otra dejada la primera por adúltera, o la que, dejando al adúltero, se casare con otro; sea excomulgado.

lunes, 25 de enero de 2021

POR SUS LLAGAS HEMOS SIDO CURADOS 


 DEL TRATADO DE SAN TEODORETO DE CIRO, OBISPO, SOBRE LA ENCARNACIÓN DEL SEÑOR

 Los sufrimientos de nuestro Salvador son nuestra medicina. Es lo que enseña el profeta cuando dice: Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue herido por nuestras rebeldías, triturado por nuestros crímenes. Él soportó el castigo que nos trae la paz, por sus llagas hemos sido curados. Todos errábamos como ovejas; por esto, como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. 

 Y del mismo modo que el pastor, cuando ve a sus ovejas dispersas, toma a una de ellas y la conduce donde quiere, arrastrando así a las demás en pos de ella, así también la Palabra de Dios, viendo al género humano descarriado, tomó la naturaleza de esclavo, uniéndose a ella, y de esta manera hizo que volviesen a él todos los hombres y condujo a los pastos divinos a los que andaban por lugares peligrosos, expuestos a la rapacidad de los lobos. 

Por esto nuestro Salvador asumió nuestra naturaleza; por esto Cristo el Señor aceptó la pasión salvadora, se entregó a la muerte y fue sepultado; para sacarnos de aquella antigua tiranía y darnos la promesa de la incorrupción, a nosotros que estábamos sujetos a la corrupción. En efecto, al restaurar por su resurrección el templo destruido de su cuerpo, manifestó a los muertos y a los que esperaban su resurrección la veracidad y firmeza de sus promesas. 

«Pues del mismo modo -dice- que la naturaleza que tomé de vosotros, por su unión con la divinidad que habita en ella, alcanzó la resurrección y, libre de la corrupción y del sufrimiento, pasó al estado de incorruptibilidad e inmortalidad, así también vosotros seréis liberados de la dura esclavitud de la muerte y, dejada la corrupción y el sufrimiento, seréis revestidos de impasibilidad.»

Por este motivo también comunicó a todos los hombres, por medio de los apóstoles, el don del bautismo, ya que les dijo: Id y sed los maestros de todas las naciones; bautizadlas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. El bautismo es un símbolo y semejanza de la muerte del Señor, pues, como dice san Pablo, si hemos sido injertados vitalmente en Cristo por la imagen de su muerte, también lo estaremos por la imagen de su resurrección.


jueves, 21 de enero de 2021

ACUÉRDATE, HERMANO

 


 "Acuérdate, pues, ahora, hermano mío, que eres cristiano y que eres hombre. Por la parte que eres hombre, sabes cierto que has de morir, y por la que eres cristiano, sabes también que has de dar cuenta de tu vida, acabando de morir. En esta parte, no nos deja dudar la fe que profesamos; ni en la otra, la experiencia de lo que vemos. Así que no puede nadie excusar este trago, que sea rey, que sea Papa.

 "Día vendrá en que amanezcas, y no anochezcas; o anochezcas, y no amanezcas. Día vendrá —y no sabes cuándo: si hoy, si mañana—, en el cual tú mismo que estás ahora leyendo esta escritura, sano y bueno de todos tus miembros y sentidos, midiendo los días de tu vida conforme a tus negocios y deseos, te has de ver en una cama con una vela en la mano, esperando el golpe de la muerte y la sentencia dada contra todo el linaje humano, de la cual no hay apelación ni suplicación. 

 "Considera, pues, primeramente, cuán incierta sea esta hora, porque ordinariamente suele venir al tiempo que el hombre está más descuidado y menos piensa que ha de venir, echando sus cuentas y haciendo sus trazas para adelante. Y por esto se dice que viene como ladrón (cf. Lc 12,39; 1 Tes 5,2-3; 2 Pe 3,10), el cual suele venir al tiempo que los hombres están más seguros y más dormidos."

 Fray Luis de Granada. Guía de Pecadores

miércoles, 20 de enero de 2021

VERDADES Y MENTIRAS, MAYORÍAS Y MINORÍAS

 


Nunca hay que olvidarse que la mentira es siempre tal, por más que la crean todos, y la verdad también es tal, por más que no la crea nadie. El aborto siempre será un asesinato de un ser humano inocente, y esa es la verdad, aunque llegaran a ser pocos los que la acepten. No hay que hacer o dejar de hacer algo según lo que hagan las mayorías a las minorías. Hay que hacer todo aquello que sea bueno y justo, por más que eso solo lo haga una minoría, y hay que rechazar lo malo y pecaminoso, por más que sea aceptado por la mayoría. Por lo tanto, seamos fieles a Cristo Jesús, pues solo Él es el Camino, la Verdad y la Vida (y recordemos que fue rechazado por la mayoría que pidió su crucifixión). 

 P. Tomás Beroch

viernes, 15 de enero de 2021

MUJERES ABORTISTAS VS. LA MUJER


 Si se considera que al menos la mitad de los bebés abortados son féminas, es simplemente absurdo e hipócritamente criminal que, en pro de una falaz defensa de "derechos femeninos", se asesinen anualmente a millones de mujeres no natas.

miércoles, 13 de enero de 2021

ABRAZAR MI CRUZ


  Abrazar mi cruz, abrazado a la tuya. ¡Qué misterio de amor encierra la cruz! Abracemos nuestras cruces como Cristo amó la suya. Sólo por Amor y en el Amor, se llevan las cruces... Danos un corazón sabio, que sepa amar la Cruz en tu Cruz, Jesús.

martes, 12 de enero de 2021

LA HEREJÍA DE NEGAR LA GRACIA por el Padre Castellani


"El naturalismo actual es Pelagianismo radical (negar la necesidad de la gracia) y es la gran herejía moderna; y la última herejía (según creo), que será el nido del Anticristo; pues no se puede ir más allá en línea de herejía; pero toda ella deriva de la negación de la gracia; por tanto, la negación de lo sobrenatural; por tanto el vaciamiento de todos los dogmas cristianos, que se convierten en simpáticos MITOS, que naturalmente comienzan a rellenarse de la adoración nefanda del Hombre; que dijo San Pablo sería el pecado del Anticristo, “LA ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN”.

 P. Leonardo Castellani. Domingueras Prédicas. Homilía de Pentecostés.

lunes, 11 de enero de 2021

ENSEÑANZA DE SAN JUAN BOSCO


  “Hay que predicar a todos, grandes y chicos, que son hijos de María santísima, que ella los quiere librar de los peligros del mundo y llevarlos a la gloria celestial, y que a los que la honran con sus oraciones y con el cumplimiento exacto de su deber, ella les concederá infinitas gracias y favores.”

 San Juan Bosco

sábado, 9 de enero de 2021

EN LA HORA POSTRERA


  "¡Oh Señor y Salvador nuestro, ayúdanos en aquella hora con la fuerza de tus Sacramentos y la suavidad de tus consuelos! Que las palabras de absolución desciendan sobre mí, y el santo óleo me unja, y tu Cuerpo sea mi comida, y tu Sangre que rocíe. Que mi dulce Madre María respire sobre mí, y mi ángel me susurre paz... de modo que yo obtenga el don de la perseverancia y muera, como deseo vivir, en tu fe, tu Iglesia, tu servicio y tu amor."

 John Henry Newman

viernes, 8 de enero de 2021

¿BASTA ESTAR BAUTIZADO POR LA IGLESIA CATÓLICA PARA SALVARSE?

 


 De ninguna manera. El Catecismo nos lo advierte: 

 Quien, siendo miembro de la Iglesia Católica, no practicase sus enseñanzas, sería miembro muerto y, por tanto, no se salvaría, pues para la salvación de un adulto se requiere no sólo el bautismo y la fe, sino también obras conformes a la fe. (Catecismo de San Pío X, 173).

 El cristiano tiene el deber de creer y practicar lo que la doctrina cristiana enseña. Este deber consiste en profesar TODAS las verdades que enseña la Iglesia, cumplir los mandamientos de la Ley de Dios y los mandamientos de la Iglesia, así como emplear los medios de salvación que Cristo nos otorgó (sacramentos y oración), como medio para acrecentar la Gracia en nuestros corazones.

miércoles, 6 de enero de 2021

EPIFANÍA

 


Los Reyes Magos fueron a Belén a adorar al Dios hecho hombre, nacido en la más grande pobreza. Como ellos mantengamos, todo el año, nuestra mirada en esa luz que nos guía y así ser fieles a Cristo y a su verdadera Iglesia hasta el último momento de nuestra vida.

martes, 5 de enero de 2021

NOCHE DE REYES


Por: Oscar Méndez Cervantes 

 En el sitio de honor de la casa, el Nacimiento para el Niño Dios era un trasunto de la Gloria, en la ingenuidad milagrosa de su breve y minucioso aparato escénico. 

 Un suave ribazo, en cuya pendiente la Gruta y el Portal fingían –para el alma- una diminuta caja de resonancias, estremecida aún por el villancico navideño. María y José, en unciosa adoración. El concierto angélico, en impalpable revoloteo, entre las ramas de resinosas fragancias. Pastores y rebaños, poblando repechos y hondonadas. Cisnes, en lagos de espejos. Jacales autóctonos, empinándose sobre la gracia topográfica de un mínimo precipicio. A su vera, escarbando la alfombra de heno y musgo, aves corraleras casi tan grandes como la indígena pareja xochimilca, con la batea de las ofrendas florales y el huacal henchido de frutos nada palestinenses, pero sí muy mexicanos. Más allá, sobrepasando los techos de un caserío de tejamanil, la cuadrilla de toreros, circundando al “miura” en trance de embestir, ponía el detalle de casticismo festejoso. En una retirada oquedad –trasunto del Sinaí de los ascetas- el ermitaño imprescindible ponderaba en su contemplación la grandeza del Misterio y de las profecías cumplidas. Un noble perro lanudo, montaba la guardia en torno de la cueva eremítica y mantenía a distancia al Maligno rondador: cuerpo y alas teñidos –ante el fracaso de sus asechanzas- de un ridículo verde bilioso.

 Y por encima de todo, más alto aún que las esferas de policromadas luces, con un nevado vellón de escarcha prendido a su cauda sideral, la Estrella fulgurante, señalando el lugar de las adoraciones a la inminencia dadivosa de los Santos Reyes Magos.. 

No era posible que éstos equivocaran la ruta. Durante toda la noche de Epifanía, ahí posaba el astro, y alumbraba la dulce y tradicional exactitud de aquel privilegiado rincón hogareño. Por eso, cabe las últimas estribaciones de la colina del Nacimiento, buscaba arrimo el calzado de la chiquillería, en la expectación de los obsequios –infalibles- de Melchor, Gaspar y Baltasar.

 ¡Y qué jubilosa inquietud la nuestra cuando, depositada la clásica epístola pedigüeña –solicitando una desmesurada nómina de regalos, capaces de agotar las arcas de todos los reyes orientales-, nos acogíamos al retiro del lecho infantil, y, apagadas las luces, manteníamos en vela los sentidos y quebrábamos en silencios nuestros cuchicheos ante al más leve ruido nocturno. (“¿Serán ellos?... ¡No, aun es muy temprano!”) Y poco más tarde, creíamos ya adivinar el paso sigiloso de la caravana: cascos de camello hiriendo las baldosas del patio, tin tin de argentados palafrenes, roce de sedas y púrpuras, legendarios, prestigiosos aromas de desierto y de oasis…

 Por fin, el cansancio vencía nuestra alertada vigilia y nos cerraba los párpados. Entonces, el sueño poblaba la habitación con las más estupendas visiones, dignas de aquella Jauja de que tan vivamente nos hablaban los cuentos: ríos de melaza, cayendo en cascada sobre el piso; palacios de azúcar cristalizada en que una luz mágica se quebraba en incitantes iridiscencias; juguetes mecánicos corriendo ruidosamente ante el regocijo de regimientos enteros de soldados de plomo; la elegante parsimonia de un gato de serrín y felpa, y, sobre la rinconera, las notas celestes de una cajita de música daban serenata a muñecos de asombrados ojos azules… Y luego, el fusil de madera, y el proyector de sombras chinescas, y el libro de estampas, y un sinfín de maravillas, todas rutilantes, agitadas por una indefinible palpitación de vida…

 Pero la belleza de todas esas dulces fantasmagorías, quedábase corta y deslucida ante la mañanera comprobación de la visita de los Magos. ¡Ahí de nuestro alboroto, del gozo estallante en gritos, cabriolas y carreras, con que al alba de Dios taladrábamos los oídos de las personas mayores! Junto al fiel de los estrenos obligados, yacía la milagrera realidad del juguete y la golosina, y tal o cual nota, de puño y letra de Gaspar o Melchor, dejando saludos y abrazos y promesas para los del mejor comportamiento en el siguiente año. De ahí en adelante, la jornada transcurría en una hechicera sucesión de juegos y comentarios de la muchachada, que no se cansaba de acariciar el juguete, y consumir –en sabias pausas- caramelos y rosquillas… 

 ¡Bendita Tradición la nuestra, que, en cada uno de sus matices y expresiones, desde la infancia hasta la vejez, nos enjoya la vida con el suave regalo de su diáfano embrujo!