miércoles, 1 de octubre de 2025

DESCARGA TU CONCIENCIA POR MONSEÑOR DE SEGUR.


 
   Confesar equivale a descubrir. La Confesión es el descubrimiento que debemos hacer de nuestros pecados a un sacerdote, para obtener el perdón de Dios. Confesarse es ir a encontrar a un sacerdote, a un ministro de Jesucristo y descubrirle con sencillez y arrepentimiento todas las faltas que se ha tenido la desgracia de cometer.

   Los que no se confiesan se forman de la confesión las ideas más extravagantes y ridículas. Una señora protestante que frecuentemente tomaba consejos de Monseñor de Cheverus, obispo de Boston, le decía que la Confesión le parecía muy absurda. «No tanto como os parece, le dijo sonriendo el buen obispo; sin que lo dudéis, vos sentís su valor y su necesidad; porque hace tiempo que os confesáis conmigo sin saberlo. La Confesión no es otra cosa que el confiarme las penas de conciencia que queréis exponerme para descargarla.» Aquella señora no tardó mucho en confesarse formalmente y en hacerse católica.

   Por lo demás nada hay más natural que la Confesión. Voltaire, autoridad nada sospechosa, por cierto, así lo confesaba en uno de sus momentos lúcidos: «Quizás no hay, escribía, institución más útil; la mayor parte de los hombres, cuando han caído en grandes faltas, sienten por natural consecuencia el aguijón del remordimiento; y solo encuentran consuelo sobre la tierra, pudiéndose reconciliar con Dios y consigo mismos.»

   Así pues, cuando nos confesamos descargamos nuestra conciencia de los pecados que la deshonran, y vamos a buscar en el Sacramento de la Penitencia la paz del corazón y la gozosa tranquilidad del alma.

sábado, 27 de septiembre de 2025

27 DE SEPTIEMBRE DE 1821: CONSUMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO



Vicente Rivapalacio (nieto de Vicente Guerrero) nos describe la entrada del ejército trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821, al mando del realizador de la independencia: 

"Al descubrir al libertador -don Agustín de Iturbide- el pueblo sintió una embriaguez de entusiasmo. Los gritos atronaban el aire y se mezclaban en concierto con los ecos de las músicas, con los repiques de las campanas, con el estallido de los cohetes y con el ronco bramido de los cañones... 

Iturbide atravesaba por el centro de la ciudad para llegar hasta el palacio; su caballo pisaba sobre una espesa alfombra de rosas, y una verdadera lluvia de coronas, de ramos, y de flores caía sobre su cabeza y sobre las de sus soldados.

 Las señoras desde los balcones regaban el camino de aquel ejército, con perfumes, y arrojaban hasta sus pañuelos y sus joyas; los padres y las madres levantaban en sus brazos a los niños y les mostraban al libertador, y lágrimas de placer y de entusiasmo corrían por todas las mejillas. 

Las más elegantes damas, las jóvenes más bellas y más circunspectas se arrojaban a coronar a los soldados rasos y a abrazarlos; los hombres, aunque no se hubieran visto jamás, aunque fueran enemigos, se encontraban en la calle y se abrazaban y lloraban. 

Aquella era una locura sublime, conmovedora; aquel era el santo vértigo del patriotismo..."

EL DESCONOCIDO PLAN DE IGUALA 
Por Jorge Pérez Uribe 

“PLAN DE INDEPENDENCIA DE LA AMÉRICA SEPTENTRIONAL”

Consideraciones iniciales

Ahora, muchos años después de haber cursado la educación básica y media y al haber leído y analizado a fondo el Plan de Iguala que consta de tan sólo 24 breves artículos, me pregunto el por qué nunca lo estudiamos en clase de historia. ¡Cuánta tinta y consideraciones nos habríamos ahorrado con sólo leerlo y meditar un poco en su contenido! A quiénes he inquirido sobre si tuvieron ocasión de leerlo en sus cursos de historia, me confirman una respuesta negativa.

Fue obra exclusiva de Agustín de Iturbide. En él plasmó su visión de un México independiente, de los principios que lo inspirarían y del régimen que se instauraría, una vez conseguida la independencia. “Obra maestra de política y saber” fue llamado por el “padre del liberalismo” Lorenzo de Zavala

¿Alguien pensaría que en este breve plan, se estamparían las garantías individuales, los derechos humanos, hoy tan en boga? (artículos 12, 13, 20).

Al analizarlo, a muchos extrañará que Iturbide pensará en una moderna monarquía constitucional, es decir, no absoluta, sino moderada por una constitución, -pero eso sí- una constitución “peculiar” y “adaptable” a nosotros, un instrumento muy distinto al producto del pensamiento masónico-liberal francés que era la Constitución de Cádiz (artículos 3, 11).

Además de una constitución Iturbide pensaba en una división de poderes, ya que además del monarca o emperador existirían las Cortes (Congreso), -cuyo principal papel sería dotar al país de esa constitución-, y un poder judicial (artículos 21,24).

Nueva España al iniciar 1820

<<A comienzos de 1820, el dominio español se había vuelto a consolidar en la Nueva España después de años de luchas internas. Diversos factores habían contribuido a ello: el agotamiento de una sociedad envuelta en 10 años de guerra civil, el restablecimiento de la autoridad real –un tanto mermada- en la persona de Fernando VII, El deseado, y la derrota insurgente motivada, entre otras razones, por la incapacidad del proyecto iniciado por Hidalgo y continuado por Morelos para atraerse el apoyo de las élites criollas debido, entre otras razones, a que predicó la destrucción de los peninsulares. [...]

Una concesión de indultos fue favorecida por el virrey Juan Ruiz de Apodaca y tuvo los resultados esperados, ya que buena parte de los antiguos insurgentes depuso las armas y volvió a sus lugares de origen “a dedicarse al comercio, agricultura e industria”, lográndose, al finalizar la segunda década del siglo un evidente repunte en la actividad económica. Los habitantes de la Nueva España gozaron nuevamente de los beneficios de la paz, y la armonía de las clases sociales, seriamente afectadas por el estallido de Dolores, pareció restablecerse. Tanto criollos como peninsulares, castas, mestizos e indígenas nuevamente ejercieron las tareas que les correspondían según el rígido orden estamental que les correspondía. Las tropas expedicionarias y las milicias provinciales volvieron a sus cuarteles, salvo las encargadas de sofocar a las pocas partidas de guerrilleros insurgentes que no amenazaban ya a la estabilidad del reino. La Iglesia, por su parte, pareció retomar el control sobre una parte del clero que activamente había participado en la insurgencia o que había protestado el favor del fuero eclesiástico. Derogados los decretos de las Cortes de Cádiz, que la afectaron nada parecía amenazarla. >>

Restablecimiento de la Constitución de Cádiz de 1812

El 1° de enero de 1820 el teniente coronel Rafael del Riego [1] al grito de ¡viva la Constitución!, amotinó a las tropas acantonadas en localidad de Las Cabezas de San Juan, a unos sesenta kilómetros de Cádiz en el camino de Sevilla, mientras esperaban en el puerto gaditano ser embarcadas rumbo a las Américas. Riego formó una Junta Consultiva que tomó como rehén al soberano español, obligándolo a restablecer la Constitución de 1812.

Ante la noticia del restablecimiento y jura por el rey de la Constitución, conocida en la Nueva España a principios de abril, <<“se manifestó la mayor inquietud en los espíritus”, por lo que el virrey Apodaca pensó en aplazar y, de ser posible, evitar el juramento debido. Sin embargo, la presión de los grupos adictos a la Constitución, entre los que destacaban los comerciantes, los masones y las tropas expedicionarias, obligó primero al comandante Dávila de Veracruz y finalmente al propio virrey a jurarla a fines de mayo. A partir de ese momento, se proclamó en todas las provincias “jurando observarla todas las autoridades civiles, militares y eclesiásticas”. La Constitución al no obtener la adhesión general de todos los grupos que integraban la sociedad novohispana, fue la clave para explicar y entender la fase final de la independencia en México. Como afirmara un testigo de la época al comentar la jura de la Constitución, “esperen ustedes la independencia, que es lo que va a resultar de todo esto”

La Profesa y otras conjuras

Los primeros en reaccionar en forma desfavorable contra la Constitución fueron los grupos y autoridades peninsulares –civiles y eclesiásticas- que habían sido nombradas a partir del regreso de Fernando VII a España y que se vieron afectadas por el talante liberal de esta carta fundamental, planteándose incluso la posibilidad de desconocerla.

Durante mayo de 1820 en la casa de los oratorianos de México, conocida como La Profesa, se reunió un grupo de personas inconformes con la restauración constitucional y decidido, de ser posible, a impedir su aplicación en México. Entre los asistentes se encontraban el canónigo Matías de Monteagudo, el regente de la real Audiencia, Miguel Bataller, y el ex inquisidor José Tirado, contando con el apoyo velado del propio virrey Apodaca. [...] Su plan consistía en declarar la falta de libertad de Fernando VII para jurar la constitución y, en consecuencia, facultar al virrey para continuar en el gobierno de la Nueva España, en forma independiente al gobierno liberal instalado en España y bajo la vigencia de las Leyes de Indias, es decir, “la actitud y los argumentos del Ayuntamiento de México en 1808...se reproducían con intención contraria”. Para ejecutar este plan convinieron en la necesidad de contar con el apoyo de un militar de confianza, al que creyeron encontrar paradójicamente no en un español, quizá por la influencia que la masonería tenía ya por entonces en las filas realistas, sino en un militar criollo: el coronel Agustín de Iturbide, quien después de asistir a unos ejercicio espirituales en La Profesa y de conferenciar con Apodaca, aparentó ofrecer sus servicios para la realización del plan. Nada, sin embargo se pudo hacer, pues el 31 de mayo el virrey se vio obligado a jurar a la Constitución, juramento que le impidió llevar a cabo los planes de los conjurados. Después del juramento virreinal. Siguió el de todas las corporaciones civiles y eclesiásticas que se comprometieron a marchar por la “senda constitucional”, a ejemplo de su rey.

Una vez establecido el orden constitucional, en el lapso comprendido entre los meses de junio a diciembre de 1820, se forjaron otros proyectos y se fraguaron conjuras dirigidas a los más diversos propósitos: “en todas partes se hacían juntas clandestinas en las que se trataba del sistema de gobierno que debía adoptarse”, e incluso al mismo Fernando VII se le atribuye uno de esos proyectos dirigidos a Apodaca y tendiente a salvar sus derechos absolutos, ya que no en la vieja España, cuando menos en la Nueva. Como quiera que sea y en medio de un ambiente caldeado por una intensa labor panfletaria, Iturbide comenzó a elaborar su propio plan, destinado, éste sí, a triunfar. 

Surgimiento y difusión del plan

El plan fue fraguado en octubre de 1820, aunque sufrió modificaciones por las sugerencias que amigos le hicieron a Iturbide. A ello es debido que existan diversas versiones del plan, ya sean manuscritas o impresas y que se conservan hasta nuestros días.

Iturbide, reenganchado en el servicio de la Corona española, aunque ya no en la ejecución de ningún plan fue asignado a combatir a la guerrilla de Vicente Guerrero. Inició correspondencia y comunicación a través de enviados personales con Guerrero y a principios de 1821 empezó a entablar negociaciones dirigidas a consumar la independencia sobre las bases propuestas en el Plan de Iguala

El plan se hizo público el 24 de febrero de 1821, en la pequeña población de Iguala y se promulgó y juró solemnemente por los primeros oficiales y la tropa del nuevo ejército de las Tres Garantías en el mismo pueblo de Iguala entre el 1 y el 2 de marzo.

<< El contenido del plan propuesto en Iguala fue dado a conocer por Iturbide a través de una amplia correspondencia a un buen número de personas importantes: al virrey Apodaca, al arzobispo Fonte, de México, y al obispo Ruiz Cabañas, de Guadalajara: al fiero mariscal Cruz de la Nueva Galicia, al comandante Rafael Dávila, de Veracruz, y a militares de alta graduación, como Pedro Celestino Negrete; al propio rey Fernando VII y hasta las Cortes reunidas en Madrid, con el objeto de asegurarse la adhesión de estos europeos a su causa. Durante los meses siguientes la imprenta adquirida en Puebla por medio del presbítero Furlong no descansó: copias del plan, órdenes, actas y un periódico, El Mejicano Independiente, se encargaron de dar a conocer con más precisión y a mayor número de personas las verdaderas intenciones de Iturbide. Impresos, cartas y entrevistas personales llevadas a cabo por enviados de confianza del primer jefe del Ejército Trigarante dieron a la larga el fruto esperado. >>[2]

Consecuencias del Plan

Las adhesiones al plan, empezaron en el sur, luego simultáneamente en el oriente y en el bajío. En los primeros días de marzo llegaron al cuartel trigarante noticias de adhesiones de jefes, soldados, guarniciones, villas y ciudades: Echávarri, Miguel Torres, en Sultepec, Vicente Endérica y el teniente coronel Berdejo en Chilpancingo, Nicolás Bravo. Siguieron en el curso del mes los criollos José Joaquín Herrera y Antonio López de Santa Anna en la zona de Veracruz y el Bajío, Luis Cortázar y Anastasio Bustamante, que tomaron Amoles, Salvatierra, Celaya y Guanajuato. Salamanca, Silao, Irapuato, León y San Miguel se adhirieron espontáneamente.

<< En Michoacán, Juan Domínguez y Miguel Barragán, ex oficiales realistas, incorporaron Apatzingán y Ario, y entraron unidos a Pátzcuaro para conocer la adhesión de los capitanes Vicente Filisola y Juan José Codallos. Don Ramón Rayón se presentó a Iturbide en Cutzamala y fue encargado de rehabilitar el viejo fuerte de Cóporo: en mayo y junio se adhirieron Guadalupe Victoria, Quintanar y, por fin Pedro Celestino Negrete, quién declaró la independencia en Tlaquepaque.

En el campo realista, el ánimo era muy distinto, ya que si bien se dieron numerosas deserciones, el grueso de las tropas expedicionarias permanecieron leales a la corona española; no obstante las noticias de las defecciones y del rápido avance del movimiento trigarante, así como la indecisión de muchos oficiales criollos del ejército realista sobre el partido que debían tomar; más la aparentemente lenta reacción del Conde del Venadito para sofocar en forma eficaz la llama de la nueva rebelión hicieron que la débil cohesión que se mantenía dentro de las filas realistas por fin se derrumbara. En efecto, la derrota en la Hacienda de la Huerta, en las inmediaciones de Toluca, y la capitulación de las tropas de Domingo Luaces de Querétaro, marcaron el límite de la paciencia de las tropas expedicionarias que, exasperadas, obligaron a Apodaca a dimitir del mando superior de la Nueva España el día 5 de julio, nombrando en su lugar al mariscal de campo Francisco Novella. De esta forma, los propios españoles violaban flagrantemente la vigencia de la constitución que habían jurado obedecer hacía casi un año, hecho que no pasó inadvertido por la mayoría de las corporaciones civiles de la Ciudad de México –Audiencia, Diputación Provincial y Ayuntamiento- que, conscientes del golpe de estado llevado a cabo por los militares y contrarios a la supresión de la libertad de imprenta decretada por Apodaca días antes, a duras penas reconocieron la autoridad del usurpador Novella. En adelante les quedaría claro que, ante dos movimientos igualmente anticonstitucionales, resultaba más conveniente para sus intereses inclinarse por aquel que aseguraba la independencia y la construcción de un nuevo orden constitucional al cual podrían contribuir a edificar. >>[3]

El documento

Debemos distinguir entre el plan original de Iturbide o borrador que consta de 23 artículos, más una “Proclama inicial”, así como una “Proclama final” y que fue publicado en La Abeja Poblana (Puebla) seis días después de su promulgación (1 de marzo de 1821) y el publicado el 24 de febrero de 1821 o Plan e indicaciones para el Gobierno que debe instalarse provisionalmente con el objeto de asegurar nuestra sagrada religión y establecer la Independencia del Imperio Mexicano, el cual consta de 24 artículos, que es “una versión mejor redactada, más precisa y más completa”.

A CONTINUACIÓN SE PRESENTAN EN FORMA COMPARATIVA AMBAS VERSIONES:

Plan de Iguala

Plan e indicaciones para el Gobierno que debe instalarse provisionalmente con el objeto de asegurar nuestra sagrada religión y establecer la Independencia del Imperio Mexicano y tendrá el título de Junta Gubernativa de la América Septentrional, propuesto por el Sr. Coronel D. Agustín de Iturbide al Excelentísimo señor Virrey de Nueva España, Conde del Venadito.

1° La religión católica, apostólica, romana, sin tolerancia de otra alguna.

1° La religión de la Nueva España es y será la católica, apostólica, romana, sin soberanía [tolerancia] de otra alguna.

2° La absoluta independencia de este reino

2° La Nueva España es independiente de la antigua y de toda otra potencia, aun de nuestro continente.

3° Gobierno monárquico templado por una constitución análoga al país

3° Su gobierno será monarquía moderada, con arreglo a la constitución peculiar y adaptable del reino.

4° Fernando VII, y en sus casos los de su dinastía o de otra reinante serán los emperadores, para hallarnos con un monarca ya hecho, y precaver los atentados funestos de la ambición

4° Será su emperador el señor don Fernando VII, y no presentándose personalmente en México dentro del término que las Cortes señalaren a prestar el juramento, serán llamados en su caso el serenísimo señor infante don Carlos, el señor don Francisco de Paula, el archiduque Carlos u otro individuo de casa reinante que estime por conveniente el Congreso.

5° Habrá una junta ínterin [4] se reúnen las córtes, que haga efectivo este plan,

5° Ínterin las Córtes se reúnen, habrá una Junta que tendrá por objeto tal reunión y hacer que se cumpla con el Plan en toda su extensión.

6° Ésta se nombrará gubernativa, y se compondrá de los vocales ya propuestos al señor virrey

6° Dicha junta, que se denominará gubernativa, debe componerse de los vocales de que habla la carta oficial dirigida al excelentísimo señor Virrey.

7° Gobernará en virtud del juramento que tiene prestado al rey, ínterin éste se presenta en México y lo presta y hasta entonces se suspenderán todas ulteriores órdenes.

7° Ínterin el señor don Fernando VII se presenta en México y hace el juramento, gobernará la junta a nombre de Su Majestad, en virtud del juramento de fidelidad que le tiene prestado la nación; sin embargo de que se suspenderán todas las órdenes que diese, interín no haya prestado dicho juramento.

8° Si Fernando VII no se resolviere a venir a México, la junta o la regencia mandará á nombre de la nación, mientras se resuelve la testa que deba coronarse.

8° Si el señor don Fernando VII no se dignare venir a México, interín se resuelve el emperador que debe coronarse, la junta o la regencia mandará en nombre de la nación.

9° Será sostenido este gobierno por el ejército de las Tres Garantías.

9° Este gobierno será sostenido por el ejército de las Tres Garantías, de que se hablará después.

10° Las córtes resolverán si ha de continuar esta junta o substituirse una regencia, mientras llega el emperador.

10° Las Córtes resolverán la continuación de la junta o si debe sustituirla una regencia, ínterin llega la persona que debe coronarse.

11° Trabajarán luego que se unan, la constitución del imperio mexicano,

11° Las Córtes establecerán en seguida la Constitución del imperio mexicano.

12° Todos los habitantes de él, sin otra distinción, que  su mérito y virtudes, son ciudadanos idóneos para optar cualquier empleo.

12° Todos los habitantes de la Nueva España, sin distinción, alguna de europeos, africanos ni indios, son ciudadanos de esta monarquía con opción a todo empleo, según su mérito y virtudes.

13° Sus personas y propiedades serán respetadas y protegidas.

13° Las personas de todo ciudadano y sus propiedades serán respetadas y protegidas por el gobierno.

4° El clero secular y regular será conservado en todos sus fueros y propiedades.

14° El clero secular y regular será conservado en todos sus fueros y preeminencias.

15° Todos los ramos del estado y empleados públicos, subsistirán como en el día, y sólo serán removidos los que se opongan a este plan, y substituidos por los que más se distingan en su adhesión, virtud y mérito.

15° La junta cuidará de que todos los ramos del Estado queden sin alteración alguna, y todos los empleados políticos, eclesiásticos, civiles y militares, en el estado mismo en qué existen en el día [Sólo serán removidos los que manifiesten no entrar en el plan substituyendo en su lugar los que más se distingan en virtud y mérito].

16° Se formará, un ejército protector que se denominará: de las Tres Garantías, y que se sacrificará del primero al último de sus individuos antes que sufrir la más ligera infracción de ellas.

16° Se formará, un ejército protector que se denominará de las Tres Garantías, porque bajo su protección toma, lo primero, la conservación de la religión católica, apostólica, romana, cooperando por todos los medios que estén a su alcance, para que no haya mezcla alguna de otra secta y se ataquen oportunamente los enemigos que puedan dañarla; lo segundo, la independencia bajo el sistema manifestado; lo tercero, la unión, íntima de americanos y europeos; pues garantizando bases tan fundamentales de la felicidad de Nueva España, antes que consentir la infracción de ellas, se sacrificará dando la vida del primero al último de sus individuos.

17° Este ejército observará a la letra la Odenanza; y sus gefes y oficialidad continuará en el pié en que están, con la espectativa no obstante á los empleos vacantes, y a los que se estimen de necesidad ó conveniencia.

17° Las tropas del ejército observarán la más exacta disciplina a la letra de las ordenanzas, y los jefes y oficialidad continuarán bajo el pie en que están hoy; es, decir, en sus respectivas clases con opción a los empleos vacantes y que vacasen por los que no quisieren seguir sus banderas o cualquiera otra causa, y con, opción a los que se consideren de necesidad o conveniencia.

18° Las tropas de que se componga; se considerarán como de línea y lo mismo las que abracen luego este plan: las que lo difieran y los paisanos que quieran alistarse, se mirarán como milicia nacional, y el arreglo y forma de todas, lo dictarán las córtes.

18° Las tropas de dicho ejército se considerarán como de línea.

19° Los empleos se darán en virtud de informes de los respectivos gefes y á nombre de la nación provisionalmente.

19° Lo mismo sucederá con las que sigan luego este Plan. Las que no lo difieran, las del anterior sistema de la independencia que se unan inmediatamente a dicho ejército, y los paisanos que intenten alistarse, se considerarán como tropas de milicia nacional, y la forma de todas para la seguridad interior y exterior del reino la dictarán las Córtes.

20° Ínterin se reunen las córtes, se procederá en los delitos con total arreglo a la constitución española.

20° Los empleos se concederán al verdadero mérito, a virtud de informes de los respectivos gefes y en nombre de la nación provisionalmente.

21° En el de conspiración contra la independencia, se procederá a prisión, sin pasar á otra cosa hasta que las córtes decidan la pena al mayor de los delitos, después del de lesa Magestad divina.

21° Ínterin las Córtes se establecen, se procederá en los delitos con total arreglo a la Constitución española.

22° Se vigilará sobre los que intenten fomentar la división, y se reputarán como conspiradores contra la independencia.

22° En el de conspiración contra la independencia, se procederá a prisión, sin pasar a otra cosa hasta que las Córtes decidan la pena al mayor de los delitos, después del de lesa Magestad divina.

23° Como las córtes que van a instalarse son constituyentes, deben ser elegidos los diputados bajo este concepto. La junta determinará las reglas y el tiempo necesario para el efecto.

23° Se vigilará sobre los que intenten fomentar la desunión, y se reputarán como conspiradores contra la independencia.

24° Como las Córtes que van a instalarse han de ser constituyentes, se hace necesario que reciban los diputados los poderes bastantes para el efecto; y como a mayor abundamiento es de mucha importancia que los electores sepan que sus representantes han de ser para el Congreso de México y no de Madrid, la junta prescribirá las reglas justas para las elecciones y señalará el tiempo necesario para ellas y para la apertura del Congreso. Ya que no puedan verificarse las elecciones en marzo, se estrechará cuanto sea posible, el término.

Reproducido en Fase final de la guerra por la independencia. (Tomado del Mexicano Independiente número 2, publicado en Iguala el 17 de marzo de 1821.) México: Biblioteca Mínima Mexicana, 1955. 99-102. En las dos ocasiones que añadimos texto entre [corchetes], éste corresponde al texto del Plan publicado en La Abeja Poblana (Puebla) seis días después de su promulgación (1 de marzo de 1821). Edición digital de Marina Herbst.

Jorge Pérez Uribe

Novus dies est

Observación: Se ha respetado la ortografía de la época. 

Notas:

[1] Miembro de la logia masónica Lautaro de Cádiz. Como premio fue nombrado capitán general de Aragón y gran maestre del Gran Oriente 
[2] Op. cit., pág.28 
[3] Op. cit., págs. 28, 29 
[4] Adverbio antiguo del español, que debe entenderse como “en tanto”. Diccionario de la R.A.E

Bibliografía: 

Jaime del Arenal Fenochio, Un modo de ser libres Independencia y Constitución en México (1816-1822), Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones en México, México, 2010.

viernes, 26 de septiembre de 2025

EL PUDOR NO OCULTA LA BELLEZA, POR EL CONTRARIO: LA PRESERVA Y MAGNIFICA



La mujer que se exhibe semidesnuda en la playa, o que se reviste de prendas escasas y provocativas ante la mirada pública, no da testimonio de amor hacia sí misma; más bien clama, con silenciosa desesperación, por una atención efímera. En su anhelo de conquistar la fugaz admiración de hombres frívolos, termina despojándose de su propia dignidad.

Muy distinta es la belleza de la modestia, que no apaga el resplandor femenino, sino que lo guarda como un tesoro y lo engrandece con misterio y pureza.

La mujer pudorosa y casta es como un jardín sellado: venerada y estimada por los hombres de noble corazón, que saben reconocer en ella el valor verdadero y perenne de lo femenino.

jueves, 25 de septiembre de 2025

SIEMPRE IGUAL


"…El que tiene una virtud verdadera, no cambia ni se conmueve por nada, cual un peñasco en medio del mar azotado por las olas embravecidas. Que se os desprecie, que se os calumnie, que se burlen de vosotros, que os traten de hipócritas, de falsos devotos: nada de esto os quita la paz del alma; tanto amáis a los que os insultan cómo a los que os alaban; no dejéis por esto de hacerles bien y de protegerlos, aunque hablen mal de vosotros; continuad en vuestras oraciones, en vuestras confesiones, en vuestras comuniones, continuad asistiendo a la santa Misa cómo si nada ocurriese". 

Santo Cura de Ars


miércoles, 24 de septiembre de 2025

EL TESTAMENTO DE ISABEL LA CATÓLICA: EL BUEN TRATO A LOS INDIOS.


La Reina Isabel hizo testamento en el castillo de La Mota, en Medina del Campo, el 12 de octubre de 1504.

El 23 de noviembre agregó un codicilo, en cuyo capítulo XII muestra su preocupación por los habitantes de las recién descubiertas tierras americanas.

Por ello, ruega a su esposo Fernando, a su hija la princesa Juana y a su yerno el archiduque Felipe que se ocupen de que se trate a los indios con justicia y respeto y que recuerden que el principal fin por el que les han sido concedidos los territorios del Nuevo Mundo es la evangelización:

"Por quanto, al tiempo que nos fueron concedidas por la Santa Sede Apostólica las islas e tierra firme del mar Océano, descubiertas e por descubrir, nuestra principal intención fue, al tiempo que lo suplicamos al Papa Alejandro sexto de buena memoria, que nos fizo la dicha concession, de procurar inducir e traher los pueblos dellas e los convertir a nuestra Santa Fe católica, e enviar a las dichas islas e tierra firme del mar Océano perlados e religiosos e clérigos e otras personas doctas e temerosas de Dios, para instruir los vezinos e moradores dellas en la Fe católica, e les enseñar e doctrinar buenas costumbres e poner en ello la diligencia debida, según como más largamente en las Letras de la dicha concessión se contiene, por ende suplico al Rey, mi Señor, mui afectuosamente, e encargo e mando a la dicha Princesa mi hija e al dicho Príncipe su marido, que ansí lo hagan e cumplan, e que este sea su principal fin, e que en ello pongan mucha diligencia, e non consientan e den lugar que los indios vezinos e moradores en las dichas Indias e tierra firme, ganadas e por ganar, reciban agravio alguno en sus personas e bienes; mas mando que sea bien e justamente tratados. E si algún agravio han rescebido, lo remedien e provean".

martes, 23 de septiembre de 2025

SER HOMBRE EN LA TORMENTA



I. El varón domesticado: caricatura del orden

Hemos llegado a una época curiosa: la de la desaparición silenciosa del varón. Lo mantenemos presente en cuerpo, sí, pero ausente en alma. Como quien guarda el traje de fiesta sin recordar el baile. Ya no es pilar, sino inquilino; no pastor, sino huésped; no cabeza para servir, sino usuario ocasional del hogar. Y cuando falta el padre —no su masa corporal, sino su autoridad y su sacrificio— las generaciones que no aprenden a mirar hacia arriba terminan mirando hacia ningún lado.

Louis de Bonald lo advirtió: “La familia es la célula esencial de la sociedad; de su conservación depende la conservación del orden social.” Una familia rota pulveriza la sociedad. Y ese polvo lo respiramos a diario: huérfanos de padre vivo, mujeres con dos cruces sobre los hombros, hombres que cambiaron el trono por el sofá. El caballero se disfrazó de bufón, y lo trágico no es el disfraz, sino que el mundo lo aplaude sin notar la ausencia del caballero verdadero. Entre la nobleza del deber y la payasada del capricho, nuestra cultura elige las carcajadas fáciles; luego, con la boca llena de aire, se sorprende de que nadie sostenga el techo cuando arrecia la tormenta.

El varón no solo ha cambiado el trono por el sofá, sino también el libro por la pantalla. Hoy, en la mayoría de las naciones occidentales, las mujeres superan a los hombres en obtención de títulos universitarios. El hijo de quienes levantaron universidades y bibliotecas se ha quedado rezagado en la propia escuela que fundaron.


II. La negación filosófica: máscaras sin rostro

Se nos repite hasta el mareo que ser hombre o mujer son solo papeles de teatro. Una máscara que se pone y se quita a voluntad, con una ligereza que aterra. Pero la pregunta, el simple y obvio misterio, es: si todo es máscara, ¿quién late detrás? Si todo es convención, ¿qué queda de la persona? Una civilización que reduce la identidad a vestuario acaba, como era previsible, perdiendo el espejo. Y sin espejo, todos preguntan al aplauso.

Jaime Balmes, un hombre que no necesitaba del siglo para ser inteligente, lo dijo con una sencillez tan luminosa que casi enceguece: “La sociedad no es una invención de los hombres; es una institución natural.” Quien niega la naturaleza, termina negando la verdad. Y el joven lo siente como una condena. Si muestra la nobleza de su fuerza, lo llaman tirano; si la esconde, lo aplauden por su sensibilidad y lo condenan a la insignificancia. Un prisionero al que atan de las manos y luego le exigen, con una sonrisa, que aplauda.

El hombre fue hecho para proteger y proveer; la mujer para custodiar y dar vida. El feminismo, en su  intento de liberar a la mujer de la tiranía del hogar, la arrojó a la tiranía aún más absurda de la fábrica. Y al hombre lo liberó de la ley del hogar para someterlo a la tiranía de la pantalla. El resultado no es libertad, sino desorientación.


III. Autoridad borrada: cuando se niega al Padre

Donoso Cortés, con visión profética, escribió: “Allí donde no se cree en Dios, se cree en la nada, y la nada no funda jamás autoridad.” Al negar la Paternidad divina, la modernidad arrasó con toda paternidad. Una cultura que se burla de Dios termina riéndose del padre, del maestro y del rey. Y cuando ya no sabe reír, los teme o los odia.

Vázquez de Mella completó el diagnóstico: “El padre es la primera y natural autoridad. Cuando la familia se derrumba, la sociedad entera se deshace en polvo.” Y ese polvo es el aire que tragamos: individuos a la deriva, sin brújula ni ancla. Paradójicamente, cuanto más leyes promulgamos, más orfandad privada padecemos. La ley, sin la caridad del hogar, se vuelve hielo en la garganta del niño.


IV. Doctrina olvidada: cabeza para servir

La Iglesia jamás ha titubeado: el varón es cabeza del hogar. Pero “cabeza” no significa trono: significa cruz. Pío XI, en Casti Connubii, lo enseñó: Cristo es cabeza de la Iglesia, y su señorío se manifiesta en la entrega. “La amó hasta darse a Sí mismo por ella.” Así, el hombre manda muriendo, guía entregándose, reina sirviendo.

Su autoridad es una carga, no un privilegio. Un poder sin servicio es opresión. Un servicio sin cabeza es caos. La complementariedad no reparte derechos: armoniza sacrificios.


V. Consecuencias sociales: un invierno sin hijos

El experimento de la neutralidad ha producido frutos amargos: familias rotas, mujeres agotadas por la doble carga, jóvenes sin misión, pueblos que envejecen sin relevo. La calle está llena de ruido, pero las cunas guardan un silencio que hiela.

Ramiro de Maeztu lo gritó: “La decadencia de los pueblos comienza cuando se disuelve la familia cristiana.” Romano Amerio lo diseccionó: “El hombre moderno ha perdido el sentido de su ser: ya no se reconoce como criatura, sino como creador de sí mismo.” Quien olvida que es criatura no puede entregarse; se fabrica un ídolo de barro y se desmorona en polvo.

En algunas regiones de Occidente, casi un tercio de los hombres entre 25 y 34 años no se ha casado. Es la primera vez que la soledad se vuelve estadística de multitudes y no el destino de unos pocos. La soltería masculina es ya norma, no la excepción que la historia conocía.


VI. Psicología de la crisis: tres heridas del joven

El joven moderno arrastra tres heridas invisibles:
 1. Vergüenza. Siente que ser varón es una herencia sucia. Para no incomodar, se reduce, se disimula, se entrena para no ser.
 2. Soberbia reactiva. Para ocultar la vergüenza, se disfraza de macho grotesco: un bramido vacío que esconde el miedo.
 3. Huida pasiva. Se entierra en pantallas, pornografía y ocio sin fin. Allí no hay responsabilidades, solo dopamina y soledad.

Cornelio Fabro dio la clave: “La naturaleza humana no es invención de la conciencia: es realidad objetiva que funda todo orden moral.” Si se niega la naturaleza, se pierde el suelo bajo los pies. Y sin suelo, no hay camino.

Y el precio no es teórico. Los hombres cargan con tasas de suicidio muy superiores a las de las mujeres. Una cifra fría que encierra una verdad abrasadora: la vergüenza y el vacío existencial pesan tanto que muchos no encuentran otra salida que desaparecer. Una sociedad que domestica al varón cosecha su ausencia, incluso en la vida.


VII. Naturaleza, virtud y gracia

Santo Tomás recordaría que la crisis del varón no se resuelve con discursos, sino con fundamentos. Tres pilares sostienen esta restauración:
 1. La sindéresis. Es el hábito natural de captar los primeros principios del bien: “haz el bien y evita el mal.” Cuando las pasiones ciegan, la razón práctica se oscurece. El caballero no lucha solo contra el mundo, sino contra su propio desorden interior. Su primera arma es la recta razón.
 2. La amistad y la caridad. La sociedad no se edifica en contratos, sino en amistad. Hay amistades de utilidad, de placer y, la más noble, de virtud. El caballero vive esta amistad en su forma más alta: la caridad, amistad con Dios y con el prójimo. Su entrega no es activismo, sino amor heroico.
 3. La primacía de la gracia. Ningún esfuerzo humano basta. La naturaleza herida necesita ser sanada. La gracia ilumina la razón, fortalece la voluntad y sostiene el sacrificio heroico. La oración, la Eucaristía y los sacramentos no son solo armas, sino fuentes de gracia. El caballero vence porque coopera con el poder divino.


VIII. La herida del placer vacío: el hombre esclavo

El mundo grita que el hombre viril es el que colecciona mujeres. Pero esa libertad no es más que esclavitud perfecta. El que presume de conquistas es como un rey que alardea de deudas.

La pornografía lo encadena a fantasías que lo vuelven incapaz de amar. La promiscuidad lo convierte en un cobarde, incapaz de fidelidad. Lo que parece triunfo es derrota. La verdadera virilidad no está en tomar, sino en dominar los propios instintos para poder amar. La gloria está en la castidad, no como negación de la fuerza, sino como su máxima expresión.


IX. La caballería no es un cuento: es la vocación de un joven católico

La caballería no es fábula ni museo: es espejo. Manual de vida para usar la fuerza como instrumento de bien.

Desde los equites romanos hasta los caballeros cristianos, la Iglesia transfiguró al miles en miles Christi: soldado de Cristo que velaba sus armas en oración, confesaba sus pecados, comulgaba y recibía la espada no como trofeo, sino como cruz de servicio.

Hoy el joven vela armas invisibles:
 • La oración, disciplina del silencio y fuente de fuerza interior.
 • La Eucaristía, maná verdadero y unión con la Cruz.
 • La Sagrada Escritura, espada del Espíritu contra la mentira.

Sin oración no hay victoria. Sin Eucaristía no hay vida. Sin Palabra de Dios no hay luz.


X. La alianza con la mujer: enemigos inventados

La modernidad convirtió a hombres y mujeres en rivales. Pero son aliados. La fuerza masculina, cuando es verdadera, no oprime: libera. La ternura femenina, cuando es auténtica, no debilita: ennoblece.

Chesterton lo resumió: “La familia es la célula primaria y perenne de la sociedad humana.” Y añadió: “El hombre siempre es hombre, y la mujer siempre es mujer: la modernidad puede burlarse de la diferencia, pero nunca abolirla.”

Dietrich von Hildebrand lo afinó: “El hombre está llamado a proteger lo que es noble y bello; la mujer, a custodiar y fructificar lo que recibe.” No hay contradicción: hay sinfonía.


XI. Ser hombre en la tormenta

No espere que pase la tormenta. No pasará. El clima cultural seguirá hostil. Pero el rumbo no lo decide el viento, sino la voluntad del piloto. Ser hombre en la tormenta significa rechazar la cobardía neutral y el machismo grotesco. Es abrazar la paradoja de la cruz: fuerte para sacrificarse, humilde para servir, audaz para amar.

“Cada generación es rescatada por un hombre que tuvo el coraje de contradecirla.” Hoy se necesitan esos hombres. No se trata de odiar al mundo, sino de amarlo mejor que él mismo.


XII. Última palabra: un llamado a la acción

El mundo te ofrece pantallas. Dios te pide espadas.
El mundo exige neutrales; la fe reclama caballeros.
El mundo fabrica desconfiados; la fe forja compañeros de misión.

No es nostalgia. Es profecía. No es regreso. Es restauración.

El caballero de hoy no blande lanza, pero jura con su vida:
 • Defender la verdad aunque todos la nieguen.
 • Proteger la inocencia aunque todos la desprecien.
 • Amar con fidelidad aunque todos se burlen de la fidelidad.
 • Sostener a su familia aunque todos prediquen el egoísmo.
 • Servir en público con la misma nobleza con que sirve en casa.

La historia espera caballeros en un tiempo sin caballería. Y —porque la Providencia escribe recto con renglones torcidos— el futuro no lo escribirán los neutrales, sino los caballeros.

La pregunta queda frente a ti, desnuda y sin rodeos:
¿Serás pantalla o espada? ¿Sombra o pilar? ¿Bufón en la plaza o caballero en la brecha?

Óscar Méndez O.

lunes, 22 de septiembre de 2025

LA BALANZA


 Para el auténtico sabio, lo próspero y lo adverso, la riqueza y la pobreza, la salud y la enfermedad, los honores y los desprecios, la vida y la muerte son cosas que, de por sí, no son ni deseables ni aborrecibles. Si contribuyen a la gloria de Dios y a tu felicidad eterna, son cosas buenas y deseables; de lo contrario, son malas y aborrecibles.

San Roberto Belarmino


jueves, 18 de septiembre de 2025

COSTUMBRE TRADICIONAL: Agua Bendita en el hogar.



“Volvamos a recuperar, nuestra tradición católica, de tener en cada hogar, una pequeña pila de agua bendita para que nos acostumbremos a tomarla y pedir el auxilio Divino antes de iniciar nuestra jornada, al salir de casa y regresar.”

El agua bendita es un sacramental que usa la Iglesia en muchas de sus ceremonias y pone a nuestra disposición como una ayuda para nuestra santificación y protección. En el santo bautismo se nos recuerda la doble función del agua, hecha materia de este sacramento: lava el pecado original y da la nueva vida sobrenatural al alma. Por eso se la bendice solemnemente en la Vigilia de Pascua, que recuerda el paso de los hebreos por el Mar Rojo a pie enjuto, librándose de la esclavitud de Egipto y entrando en el camino hacia vida nueva en la tierra prometida.

El agua bendita, la que se usa como sacramental, también es bendecida, aunque no con la solemnidad del agua destinada a la pila bautismal. Se exorciza primero para quitar de ella todo influjo maligno y se la sala un poco para significar la incorrupción. La sal que para ello se utiliza también es exorcizada y se la bendice. Las oraciones que trae el Rituale Romanum para bendecir el sacramental del agua (Ordo ad faciendam aquam benedictam) son bellas y dignas de ser meditadas.
La Iglesia usa el agua bendita para santificar las cosas creadas. No hay bendición en la que no se asperja con ella la persona, el ser o la cosa objeto de la misma. Con ella acompaña a los difuntos en su último viaje. También es una eficaz arma contra las insidias diabólicas. Cada domingo, antes de la misa mayor, se lleva a cabo la aspersión solemne del agua bendita, que comienza por la hermosa antífona Asperges me (en tiempo pascual Vidi aquam). El celebrante comienza tomándola él para sí y después recorre la nave de la iglesia rociando con el hisopo a los fieles congregados. Es una costumbre que, desgraciadamente, se ha enrarecido en nuestros templos.

También en cada iglesia, santuario u oratorio suele haber una pila de agua bendita a la entrada. El fiel que entra en el sagrado recinto, lo primero que debe hacer es acercarse a tomarla con las yemas de los dedos y signarse. Existe un díptico latino que sirve para acompañar este gesto y es muy significativo:

Haec aqua benedicta
sit nobis salus et vita
(Que esta agua bendecida
Nos dé salvación y vida)

Es recomendable que en cada hogar haya también una pequeña pila de agua bendita para que nos acostumbremos a tomarla antes de iniciar nuestra jornada, al salir de casa y regresar. El agua se puede obtener pidiéndola en la parroquia o que nos la bendiga algún sacerdote. De preferencia sería aconsejable asistir a su bendición, con los exorcismos y plegarias, lo que constituye una magnífica catequesis. 

No dejemos la saludable costumbre de emplear el agua bendita en nuestras acciones principales. Es un auxilio muy fácil que la Iglesia pone a nuestra disposición.

miércoles, 17 de septiembre de 2025

EL PEOR PELIGRO


 "El peor peligro para un pie herido es que ya no duela, porque entonces no tiene circulación y le llegará la gangrena. El terrible y espantoso mal para una alma pecadora es que ya no siente remordimiento por haber pecado. Si no lo siente, estará irremediablemente perdida. Pero si la conciencia le remuerde y le hace caso a su conciencia, todavía tiene esperanza de enmienda y salvación"

San Agustín citado en el Libro, "El Combate Espiritual"; del Padre Lorenzo Scupoli.


martes, 16 de septiembre de 2025

ESTA ES LA MISA QUE DURANTE SIGLOS SANTIFICÓ A LA IGLESIA



Durante siglos antes de 1970, esta era la forma en que se celebraba la Misa en todo el mundo, la misma Misa que alimentó las almas de santos y pecadores durante siglos.  El sacerdote de pie frente al altar con el pueblo, ofreciendo un sacrificio a Dios, presente en el Santísimo Sacramento reservado en el tabernáculo.  Con la excepción del sermón al pueblo, la Misa fue cantada, cantada o hablada completamente en latín.  

⚜️Esta es la Misa donde se vio levitando a San José Cupertino. 

⚜️ Esta es la Misa que San Gregorio Magno heredó, desarrolló y solidificó.  

⚜️Esta es la Misa que Santo Tomás de Aquino celebró, escribió con amor y a la que contribuyó (compuso la Misa propia y el Oficio para la fiesta del Corpus Christi).  

⚜️Esta es la misa a la que San Luis IX, el rey de Francia, asistió tres veces al día.  

⚜️Esta es la Misa de la que San Felipe Neri tuvo que distraerse antes de celebrarla, porque con mucha facilidad lo envió a un éxtasis que se prolongó durante horas. 

 ⚜️Esta es la Misa que se celebró por primera vez en las costas de América por misioneros españoles y franceses, como los Mártires de América del Norte.  

⚜️Esta es la Misa que los sacerdotes decían en secreto en Inglaterra e Irlanda durante los días oscuros de la persecución, y esta es la Misa que el Beato Miguel Pro Juárez arriesgó su vida para celebrar antes de ser capturado y martirizado por el gobierno mexicano.  

⚜️Esta es la Misa que el Beato John Henry Newman dijo que celebraría cada momento de vigilia de su vida si pudiera.  

⚜️Esta es la Misa que el P.  Frederick Faber llamó "la cosa más hermosa de este lado del cielo".  

⚜️Esta es la Misa que tanto amaron grandes artistas como Evelyn Waugh, David Jones y Graham Greene (actor), lo mismo que el escritor Julien Greene (del mismo apellido que el anterior) que lamentaron su pérdida con dolor y alarma.  

⚜️Esta es la Misa tan respetada que incluso los no católicos como Agatha Christie e Iris Murdoch salieron en su defensa en la década de 1970.

Esta es la Santa Misa perseguida y combatida por el modernismo porque expresa perfectamente y sin ninguna ambigüedad la santa doctrina católica y que debe recobrar sus derechos en toda la Iglesia.

lunes, 15 de septiembre de 2025

SENCILLAMENTE


 SENCILLAMENTE 


Estaba la Dolorosa

junto al leño de la Cruz

¡Qué alta palabra de luz!

¡Qué manera tan graciosa

de enseñarnos la preciosa

lección del callar doliente!

Tronaba el cielo rugiente

La tierra se estremecía

Bramaba el agua...María

estaba sencillamente.


José María Pemán


sábado, 13 de septiembre de 2025

SÍ EXISTIERON LOS NIÑOS HÉROES DE CHAPULTEPEC (Y EL SÉPTIMO NIÑO HÉROE)


Monumento a los Niños Héroes de Chapultepec.
por Pablo Ramos

En la historiografía Mexicana, cada 13 de septiembre México recuerda el ejemplo llevado a cabo por estudiantes del heroico Colegio Militar en la Ciudad de México, en el año de 1847; sus estudiantes casi niños de 14 años a 17 años de edad, defendieron su escuela del ejercito de ocupación norteamericano que había invadido a México desde mayo de 1846, ocurriendo varias batallas hasta llegar a la Capital de la República Mexicana. Los hechos heroicos de los cadetes y hasta su existencia, en años anteriores, se habían puesto en duda, pero el archivo histórico de la Secretaria de la Defensa Nacional cuenta en sus bóvedas con los expedientes de estos heroicos estudiantes, símbolo de valor y entrega y amor por su país, como ocurrió en Monterrey meses antes de la Batalla de Monterrey de 1846 cuando en julio los estudiantes del Seminario de Monterrey, entre ellos Simón de la Garza Melo e Indalecio Vidaurri y mas de 40 jóvenes estudiantes, solicitaron a su superior autorización para tomar las armas y defender la Ciudad. La petición fue aceptada. Esta historia es poco conocida.

Discurso pronunciado en septiembre de 1849 donde
se habla por vez primera de los Niños Heroes de 1847.
Haz clic para ampliarlo. Lee el final donde se les nombra.

El encabezado del mismo diario que se reproduce es de otra fecha.
Pero la tragedia de los niños héroes de Chapultepec del 13 de Septiembre de 1847 fue reseñada en periódicos de la época como el PERIÓDICO SIGLO DIEZ Y NUEVE que narra el discurso pronunciado por un CADETE del Colegio Militar en Septiembre de 1849, es decir apenas dos años después de ocurridos los hechos, donde se les señala nominalmente a cada uno de ellos.

En Nuevo León, la Batalla de Monterrey ocurrió un año antes, es decir en 1846, y esa ciudad fue defendida de manera heroica durante los tres días que duraron los combates, ocurriendo infinidad de hechos heroicos y de verdadero patriotismo. Ahí defendieron la ciudad los militares, los ciudadanos y las mujeres como María de Jesús Dosamantes y María Josefa Zozaya, entre otros; falta conocer más sobre los 40 seminaristas de Monterrey que defendieron su ciudad. ¿Serían acaso los Niños Héroes Regiomontanos?.

Fuente: labatallademonterrey1846.blogspot.mx






EL SÉPTIMO NIÑO HÉROE: MIGUEL MIRAMÓN

La historia oficial se encargó de reducir la jornada de
 Chapultepec, exclusivamente al sacrificio de seis jóvenes
 cadetes, pero entre ellos se encontraba, también, otro de
15 años de edad, que se convertiría en presidente de México.

Pintura: Miramón, presidente.
A la derecha se observa el Castillo de Chapultepec
que defendió heroicamente años antes.

A los 15 años de edad, siendo un joven cadete, estuvo apunto de morir en el ataque de los norteamericanos sobre el Castillo de Chapultepec. Sin embargo si el destino le perdonó en convertirse en el “Séptimo Niño Héroe”, solo sería para enfrentar, 20 años después, un pelotón de fusilamiento junto al Emperador Maximiliano.

Miguel Miramón fue una del las figuras más dinámicas y azarosas del siglo XIX mexicano. Militar destacado, líder del Partido Conservador, Presidente de la República a los 26 años, enemigo acérrimo de Benito Juarez; su vida ha cautivado a muchos y sido tema de diversas biografías.

El escritor José Fuentes Mares escribió sobre él: “Es el único de los defensores de Chapultepec de 1847, a quién la historia convencional de México mancha todavía con el estigma de traidor”.

Miramón nació en la Cd. de México un 29 de Septiembre, día de San Miguel, de 1831. Su abuelo paterno era de origen francés, de un poblado cercano a los Pirineos, lugar donde aún en la actualidad existe el título de Condes de Miramón.

Desde muy temprana edad Miramón se inclinó por las carrera de las armas. Un hecho poco de extrañar, sobre todo en una familia en donde todos eran militares. Su padre, el General Bernardo Miramón, había pertenecido al Ejército de las Tres Garantías de Agustín de Iturbide. Sus hermanos mayores, Bernardo y Joaquín, eran ya oficiales del Ejército Méxicano.

En febrero de 1846 Miramón ingresó al Colegio Militar. Creado 18 años atrás, el Colegio Militar era una institución en donde jóvenes selectos eran educados para ser formados como futuros oficiales del ejército. Aunque generalmente eran admitidos a los 16 años de edad, Miguel logró ingresar a los 14. Una excepción común de la época, sobre todo cuando eran hijos de militares.

Dirigido por el General José Mariano Monterde, un distinguido ingeniero y conocido intelectual, el Colegio Militar estaba integrado por alrededor de 100 alumnos, divididos en 2 compañías. Miramón fue agregado a la 2° Compañía, la cual estaba formada por los cadetes más jóvenes.

A finales de 1846 el colegio inauguró sus nuevas instalaciones en el Cerro de Chapultepec, en la antigua la mansión de verano de los Virreyes de la Nueva España, y que ahora era conocida como el Alcázar o Castillo de Chapultepec. Nombre dado por hallarse en la parte más alta del cerro, a la manera de los castillos medievales.

El Alcázar era en realidad un edificio de 2 pisos, dotado con aulas, dormitorios, comedor, biblioteca, alberca, capilla y dirección. Había incluso un amplio patio que servía como “Plaza de Armas”, en donde los alumnos pasaban revista y practicaban sus formaciones.

Sin embargo la vida de estudios y educación militar pronto fue interrumpida con el inicio de la guerra entre México y los Estados Unidos; y los jóvenes cadetes tendrían un inesperado bautizo de fuego.

En un principio limitada a los campos de batalla del norte del país -sitio donde los hermanos de Miramón se destacaron con creces- la guerra tomó un nuevo giro cuando los norteamericanos cambiaron de estrategia.

Siguiendo un camino más corto, los yankis desembarcaron en Veracruz y dirigiéndose tierra adentro, llegaron al Valle de México en Agosto de 1847. Después de una serie de sangrientas batallas, los norteamericanos se prepararon para la embestida final sobre la capital de México en Septiembre.

El General Winfield Scott, comandante del ejército invasor, decidió atacar la ciudad por el poniente, lugar donde el cerro de Chapultepec y su Alcázar dominaban la ruta. Durante todo el 12 de Septiembre, la artillería norteamericana bombardeó el Castillo de Chapultepec, en preparación para el ataque al día siguiente. Sin embargo el General Santa Anna, comandante del ejército mexicano, pensando que aquello solo era una finta, y que el verdadero asalto sería por el sur, decidió reforzar el Castillo con solo 800 hombres –la mayoría de ellos Guardias Nacionales- al mando del General Nicolás Bravo.

Para el anochecer, después de aquel intenso bombardeo, la moral de la guarnición mexicana estaba quebrantada. Muchos soldados habían ya desertado, y muchos más continuaron, aprovechando la obscuridad. No obstante los jóvenes alumnos del Colegio Militar permanecieron en sus puestos.

Al despuntar el aurora del 13 de Septiembre, los cadetes, como era su rutina, fueron llamados al comedor para tomar su desayuno. “Confieso que me supo muy amargo” –recordaría muchos años después uno de aquellos jóvenes - “pues me preocupaba, como a mis demás compañeros, que de un momento a otro pudiéramos ser destrozados por alguno de los proyectiles que caían sin interrupción”.

A las 8:00 de la mañana el bombardeo cesó, y las columnas norteamericanas comenzaron el ataque. En el castillo los cadetes aguardaban impacientes ser designados en algún punto para la defensa del colegio.

Finalmente la orden de formar filas llegó. Solo 50 cadetes se encontraban en el plantel ese día, ya que algunos alumnos habían sido retirados por sus padres desde semanas antes.

En posición de firmes, con sus rifles cargados y las bayonetas caladas, los cadetes escucharon a su director. Pero el discurso fue breve: los alumnos debían bajar del colegio. “Muy mal cayeron aquellas palabras” –declaró después un cadete- “porque consideramos aquel descenso como un acto de fuga”.

En grupos de dos o tres, los cadetes comenzaron a bajar por el lado del cerro que aún no era atacado. Sin embargo muchos de ellos se unieron a los soldados que defendía las faldas del cerro, e incluso un grupo, desobedeciendo las órdenes, decidió quedarse en el castillo. Entre ellos el cadete Miguel Miramón.

Después de conquistar la rampa o escalar el cerro, los yankis empezaron a precipitarse sobre el edificio del colegio. Cada aula y cada cuarto fue fieramente defendido por los mexicanos. Incluso en algunos sitios se dio la lucha cuerpo a cuerpo.

Herido en el rostro, Miramón cayó al suelo en lo más reñido del combate, y cuando su contrincante estaba a punto de atravesarlo con la bayoneta, la intervención oportuna de un oficial norteamericano impidió que aquel soldado acertara el golpe mortal.

En sus Memorias, Concepción Lombardo -quién sería después esposa de Miramón- afirma que el oficial norteamericano “admirado por el valor, la serenidad y la firmeza del alumno” lo tomó prisionero, escoltándolo hasta el hospital.

La providencia le salvó la vida aquel día, más no ocurrió lo mismo con seis de sus compañeros. Con el tiempo aquellos cadetes muertos se convertirían en los seis “Niños Héroes”, y la defensa heroica de su colegio, en una de las leyendas más populares de la historia de México. Honrados y venerados se transformarían en auténticos símbolos del sacrificio a la Patria.

El destino en cambio tomaría un rumbo muy distinto para Miguel Miramón. Contradictorio hasta cierta forma, del que pudo haber sido si hubiera muerto en Chapultepec. General a los 24 años, Presidente a los 26, sus proezas al mando del ejército Conservador –durante la Guerra de Reforma- lo harían famoso. Derrotado por Juárez,  se exilió en Europa durante algunos años. Regresaría a México, tratando de unir su suerte a la del Emperador Maximiliano y a la de una causa perdida. Hecho prisionero en Querétaro, finalmente murió fusilado en 1867, negando hasta el último momento la acusación por la que fue sentenciado.

Discurso del General Miguel Miramón antes de ser fusilado

Miramón, desde el lugar de honor en que fue colocado, con tono sereno y firme, pero con voz tronante, como cuando dictaba órdenes del ejercito en el campo de batalla, exclamó:
"¡Mexicanos!, mis defensores trataron de salvar mi vida en el consejo de guerra; aquí, próximo a perderla, y cuando voy a comparecer a la presencia de Dios, ¡protesto contra la acusación de traidor que se me ha lanzado al rostro para cubrir mi ejecución! Muero inocente de este crimen, con la esperanza de que Dios me perdonará y de que mis compatriotas apartarán de mis hijos tan vil mentira, haciéndome justicia. Mexicanos: ¡Viva México!".
El pelotón hizo fuego.