miércoles, 10 de noviembre de 2021

AMOR PATRIO


¿En qué consiste, pues, el amor patrio para un católico? 

 En esforzarse y trabajar para que mi Patria progrese y se desarrolle lo más posible, material y espiritualmente.  

   Amor a la Patria que no degenera en ciega idolatría de lo propio, ni busca aniquilar a otras naciones o dominar el resto del mundo. Amor a la Patria, que, al estimar su propio pueblo, no aborrece a los pueblos extranjeros, porque sabe que todos somos criaturas de un mismo Creador. Si el amor patrio es así, ¡ojalá fuera mayor el número de los que amasen su Patria! Entonces no habría tantos inicuos tratados de paz…  

   No cabe duda, la religión católica enseña cómo se debe amar de verdad a la Patria.  

   El amor a la Patria no consiste tanto en redobles de tambor, flamear de banderas y gritos de «viva» hasta enronquecer, sino en ser capaz de sacrificarse en el cumplimiento monótono del trabajo bien hecho, para que progrese la Patria.   

  ¿Qué es lo que nos pide siempre la Iglesia a cada uno? Hombre, hermano, sé honrado, no manches tus manos y tu alma. Dime, pues, amigo lector: ¿no es esto amor patrio?   

  Hoy, cuando sistemáticamente se quiere demoler el fundamento de la sociedad, la familia, mediante el divorcio y el libertinaje sexual, ni el Estado, ni las instituciones más serias se sienten con fuerzas para detener tanto mal. Solamente el Catolicismo se atreve a gritar, consciente de su fuerza: ¡Hombres, hermanos, no os es lícito, Cristo lo prohíbe, no destrocéis vuestros hogares! Dime: ¿no es esto amor patrio?   

  Hoy, cuando el mundo frívolo desprecia la sublime misión de los padres en la transmisión de la vida, y las leyes civiles son incapaces de poner dique a los horrores del aborto y de la limitación de la natalidad, la Iglesia católica es la única que preserva el santuario de la familia de la profanación y del infanticidio: ¿no es esto amor patrio?   

  Hoy, cuando los jóvenes se dejan corromper por el hedonismo de la sociedad…, y ni escuela, ni el Estado, ni muchas veces la misma autoridad paterna son capaces de preservarlos de tanto mal, la religión católica es la única que grita con eficacia: Hijos, sois la esperanza de la Patria, guardad la pureza de vuestras almas; ¿qué será de la Patria si la lujuria os tiene esclavizados? Contestemos con la mano sobre el corazón: ¿no es esto amor patrio?  

  Mons. Tihamér Tóth 
  Cristo Rey

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