viernes, 3 de agosto de 2012

LAS MONJAS ASESINADAS EN NOMBRE DEL LEMA REVOLUCIONARIO: "LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD"


Ver video:

En este impactante video podrás ver el histórico asesinato y martirio de las dieciséis monjas carmelitas (incluyendo una novicia) del monasterio de Compiègne por profesar el catolicismo, crimen ejecutado por parte del Estado liberal implantado por la Revolución francesa. Es el final del filme que narra esta historia. Fue el 17 de julio de 1794 en la plaza du Trône-Renversé (actualmente plaza de la Nación en París), donde todas ellas fueron decapitadas en nombre del masónico lema: "Libertad, igualdad y fraternidad"*.

Donde el liberalismo tiene el poder sin cortapisas siempre, de una u otra manera, termina persiguiendo al catolicismo. Es lo lógico, pues son cosmovisiones contrapuestas: el relativismo moral frente la Verdad.

Es la dialéctica derivada del totalitarismo del estado liberal que quiere controlar las inteligencias y las almas. El liberalismo puede llegar a tolerar cualquier creencia menos la Verdad católica.

LA REVOLUCIÓN PERMANENTE

Derivado de que el empleo de la persecución religiosa como vía única no ha dado históricamente todos los frutos esperados y considerando, además, que la sangre de los mártires ha sido siempre semilla fecunda que hace germinar más católicos firmes y decididos a defender su fe, hoy en día el accionar de la Revolución permanente, de la Revolución anticristiana, es distinto: Opera a través de la infiltración ideológica en los mismos creyentes, contaminando la propia ideología católica con los "valores" del relativismo moral y doctrinal, e imponiendo -sutilmente- en la sociedad los principios proclamados en 1789. Esa Revolución ha evolucionado y hoy -tras el devenir histórico- está más viva que nunca, y se ha infiltrado en todos los ámbitos preparando el gran asalto final por todos los medios -incluida la labor quintacolumnista en la propia Iglesia Católica a la que intenta socavar-. De este modo, programa un asalto interno y externo, ideológico pero también material, donde no sólo el engaño estará operante en lo intelectual sino combinado también con la violencia, buscando aniquilar toda resistencia a sus planes de dominio, siempre en nombre de los "valores" que enarbola -libertad, igualdad y fraternidad- interpretándolos con su propia filosofía que -en última instancia- pretende hacer del hombre un "dios" y declarar -ahora sí- que el Dios verdadero de los cristianos y su Iglesia han sucumbido sacrificados en nombre de la dizque "diosa-razón" por medio de un sincretismo ideológico, donde cada quien tendrá su propia versión subjetiva de la "verdad" en una gran confederación de falsas religiones y paganismo. El plan está ya a la vista de quien quiera verlo, pues ha dado ya grandes y significativos pasos.

La Revolución anticristiana programa y prepara, así, de manera permanente, unas generaciones "dignas" para cuando arribe -tarde o temprano- el Anticristo.

En nuestras manos está ser envueltos o no en ese programa materialista que exalta el hedonismo, la sociedad secularizada sin Dios, el terrorismo intrauterino contra los no natos, la rectoría antinatal y microabortiva, la libertad de pecar en nombre del pluralismo, el afán de lucro por sobre todo y el control económico; así como también la uniformidad de los criterios mediante la socialización del pensamiento dirigido, manipulado y atrapado por lo que difunden los medios informativos donde la Revolución, sutil pero eficazmente, dictaminará lo que es o no políticamente correcto; asimismo, la destrucción de la familia natural (con el divorcio, los dizque "matrimonios" gay y las adopciones por parte de homosexuales), la indistinción de los géneros, la libertad para sostener como un "derecho" la difusión, exposición y práctica de cualquier criterio amoral, y la negación de que existan verdades absolutas (paradojicamente afirmando esto como la más absoluta de las verdades). Este programa incluye, además, la relajación de toda costumbre moral (las modas indecentes, el sexo prematrimonial, el amor libre, el adulterio, etc.), la propagación de todo tipo de superticiones (astrología, adivinación, limpias, espiritismo, ouijas, new age, hinduismo, etc.), y, finalmente, hasta llegar al satanismo mismo que actualmente ya está presente en diversos países.

LA SOLUCIÓN
El que es fiel en lo poco, lo será en lo mucho...

¿Cómo escapar a todo esto? Solamente aferrándonos a Cristo y a su Cruz, a la Iglesia Católica Romana y a la verdadera e incontaminada doctrina que Cristo le confió. Apartándonos de los falsos pastores modernistas que adulteran la fe o la moral. Conduciendo a los nuestros por ese único camino estrecho que nos llevará a la salvación si permanecemos fieles hasta el final. No cediendo un ápice al programa revolucionario, pues si se llega abrir un tanto la puerta, éste se colará poco a poco, imperceptiblemente, de manera que finalmente todo lo envolverá en mayor o menor medida. ¡Al hacerlo así, inicialmente pasará inadvertido!. Todo es cuestión de tiempo y nadie está exento. Finalmente se acaba -con los años- cediendo a lo que jamás se supuso. Todo es cuestión de empezar a contemporizar con lo que parecía de poca monta. No lo hagamos porque el que es, primero, infiel en lo poco, terminará siéndolo en lo mucho. No nos separemos nunca de Cristo. Finalmente el triunfo será suyo, pues las puertas del infierno no prevalecerán contra su Iglesia.

La escena del video presentado en este post es realmente ejemplar y aleccionadora. Se recomienda ver la película íntegra (ver link abajo) o leer la historia de estas religiosas AQUÍ. Ojalá que nosotros, al igual que ellas, estemos siempre en la disposición de dar todo por Cristo-Dios, sea esto lo que sea, incluso la vida misma. Pidamos a Dios la gracia de serle fieles siempre y no contemporizar nunca con esa Revolución permanente, esa Revolución anticristiana que programa apartarnos eternamente de Él.

En nosotros está no permitirlo nunca.

*Se solía emplear la fórmula Liberté, égalité, fraternité, ou la mort! (¡Libertad, igualdad, fraternidad o la muerte!)
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PARA VER COMPLETA LA PELÍCULA, HAZ CLICK: DIÁLOGOS DE CARMELITAS, EL FILM
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5 comentarios:

  1. Muy buen diagnóstico con la solución exacta y adecuada. Los felicito por este escrito y por su excelente blog.

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  2. Respecto al mensaje de Mons.Mariano Fazio no confundamos el uso de una expresión por la Revolución Francesa con su propiedad intelectual. Que no es de los revolucionarios.

    Se trata de rescatar el mensaje cristiano de las manos de los enemigos de la Iglesia. ¿Quien puede reivindicar mejor la libertad del hombre, la igualdad entre todos los hombres y su fraternidad mejor que el Evangelio de Cristo?.

    Todos los cristianos, con mayor razón los católicos, podemos usar esa expresión "¡¡libertad, igualdad, fraternidad!!" con más derecho que nadie.
    Y como un mensaje de amor a todos los seres humanos llamados a ser uno en Cristo para ser verdaderos hijos de Dios.

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  3. Naturalmente que esos conceptos aisladamente pueden tener un sentido genuino y católico, eso es un asunto y otro muy distinto emplear la triple divisa masónica -libertad, igualdad y fraternidad- en el mismo orden que se empleó en la Revolución francesa y que utiliza, hoy todavía, la masonería con un significado liberal, relativista y jacobino (y como tal antirreligioso).

    Los únicos que hace "tantos años" lo "gritaron con fuerza" -como dice monseñor Mariano Fazio- fueron precisamente ellos y nadie más. Sólo ellos han sido los únicos que al grito de "Liberté, égalité, fraternité, ou la mort!" cometieron los peores crímenes.

    Luego, esa triple divisa de la Revolución es masónica. No puede ser rescatada por el catolicismo. Otro asunto es que esos conceptos aislados -y no juntos como divisa que ya tienen un mal significado por su carga histórica e ideológica- puedan tener una significación distinta y hasta cristiana si se entienden bien.

    No es justificable decir: "los hombres y las mujeres de hoy no renunciamos a los ideales grandes(sic), queremos gritar con fuerza LO MISMO QUE HACE TANTOS AÑOS: ¡Libertad, Igualdad, Fraternidad!". Es inaceptable en cualquier católico que tenga un poco de cultura y sepa algo de historia. Y menos aún en un monseñor que no hace ninguna distinción ni histórica ni ideológica y que para colmo, de manera explícita, hace alusión a que es la misma de "hace tantos años", o sea la de 1789.

    Agradecemos tu comentario y concordamos contigo en que tales conceptos están manipulados y deformados por la Revolución, pero no es esta interpretación la que le dio en su escrito Mons. Fazio. Basta leerlo para observar que, lamentablemente, no alude a esto.

    Un abrazo en Cristo
    Atte
    CATOLICIDAD

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  4. Estupendo artículo, muy recomendable.

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