domingo, 9 de noviembre de 2014

LA VIRTUD DE LA CASTIDAD


Por Sor Clotilde García

La castidad es una virtud que dimana de la virtud cardinal de la templanza, por la cual el hombre respeta las Leyes impuestas por el Creador en la generación.

A.- La castidad es para todos. La castidad es una virtud moral cuya práctica rechaza al pecado capital de la lujuria, siendo por ello fundamental en la estructura espiritual del ser humano.

1.- La castidad para los esposos, porque, aún dentro de la libertad de su entrega, tienen limitaciones impuestas por Dios y por la misma naturaleza y porque, una vez casados, no tienen derecho a desear o mirar indebidamente a alguien que no sea el propio cónyuge. Preciosamente expone la Castidad Conyugal el Papa Pío XI en su Encíclica "Casti Connubil'' (21): "Hasta las mutuas relaciones familiares entre los cónyuges deben estar ordenadas con la nota de la Castidad, para que el beneficio de la fidelidad resplandezca con el decoro debido , de suerte que los cónyuges se conduzcan en todas las cosas conforme a la Ley de Dios y de la naturaleza y procuren cumplir la voluntad del Creador Sapientísimo y Santísimo, con entera y sumisa reverencia a la divina obra".

2.- La castidad para los célibes, entre los que incluyo a los viudos de buena edad, tienen obligación de guardar Castidad absoluta mientras no contraigan nupcias, y de huir de todo aquello que pueda conducirlos a faltar a su estado.

3.- La castidad para los consagrados a Dios, quienes tenemos perpetua obligación de guardar para siempre y en toda su plenitud la Castidad; ya que voluntariamente nos hemos consagrado con voto al Señor.

Y porque la castidad obliga a todos, San Agustín la compara a las variadas flores de un jardín: "El huerto del Señor es fecundo. No sólo tiene rosas de martirio; tiene también lirios de virginidad, hiedras de matrimonio y violetas de viudez." (Sermón 304).

B.- ¿Es posible la Castidad? ¡Claro que sí es posible!:

1.- Dios mismo, quien nos ha creado, es quien nos la ha impuesto sellándola con leyes indelebles en la propia naturaleza;
2.- Cristo Hijo de Dios, que es también Dios, nos dio ejemplo de virginidad y tuvo predilección por las almas vírgenes como San Juan;
3.- Hay funciones orgánicas indispensables como el respirar, comer, digerir, etc.; que el no realizarlas causaría la muerte al hombre. Pero jamás hemos visto morir, ni siquiera enfermar, a alguna persona por no realizar el apetito de la carne; antes al contrario, las almas vírgenes presentan en su rostro una expresión singular y sus nervios y facultades superiores se encuentran en perfecto equilibrio; y si algunas dieran otra impresión, no es porque la castidad perjudique, sino porque, aunque vírgenes, a veces no han elegido con acierto su vocación o no han amado con ardor su ideal de Vida Consagrada.

C.- ¿Cómo guardar la castidad? Usando de todos los medios que da Dios, la naturaleza, la sociedad...

1.- Medios naturales:
a) recto criterio;
b) firme voluntad;
c) apasionamiento por un ideal sublime;
d) constante laboriosidad;
e) la entrega amorosa al cumplimiento del deber;
f) combatir la tristeza y el tedio, fruto de una vida sin Dios y sin ideales;
g) austeridad y amor al sacrificio en la vida diaria;
h) buscar, asistir a diversiones que tonifiquen, que eleven y que, cuando menos, sean indiferentes y no nos conduzcan o empujen, de alguna manera, al pecado;
i) escoger siempre buenas lecturas. La vida es tan bella, tiene tantas cosas lícitas que nos proporcionan alegría y satisfacción y que, no sólo no son pecaminosas, sino que nos libran de caer en el pecado, nos conforman en nuestra alma y nos conducen al cielo. Todo depende de que sepamos ver y amar rectamente la vida; ya que a veces el mismo sufrimiento nos motiva a vivir, siempre que se sepa ver a Dios en toda la cosas.

2.- Medios sobrenaturales:
a) la oración;
b) frecuencia, de Sacramentos;
c) presencia de Dios;
d) Santo Temor de Dios;
e) cultivo de las virtudes teologales;
f) mortificación de las pasiones;
g) ejercicio de las Obras de Misericordia.

Sin estos medios nadie, absolutamente nadie, puede ser casto; sin llevar a cabo estas orientaciones, no es posible guardar la Castidad. En cambio, quien toma estas prácticas y lucha con ellas, alcanza la Gracia de Dios y por ello llegará a ver en el sexo algo optativo y jamás necesario.

Claro que como el mundo vive al contrario de todo lo expuesto, no guarda la Castidad y para apoyar su licenciosa vida niega que otros la guarden.

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2 comentarios:

  1. El hombre dominando a la bestia (el corcel), siempre ha sido un magnífico símil del control del espíritu sobre la carne. Muy buen artículo y excelente la imagen (sumamente artística) con la que presentan este post.

    Marco Antonio.

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