Salmo 140
lunes, 13 de febrero de 2012
¿SUFRES TENTACIONES?
"Señor, no dejes inclinarse mi corazón a la maldad".
Salmo 140
Salmo 140
“¿Tienes tentaciones? ¡Reza! En ese momento, te advierto, no es raro que el demonio tenga una especie de capricho e intensifique su tentación:
-¡Es inútil! Te poseeré una vez más…Cede y te dejaré tranquilo. Es imposible que te me resistas. ¡Tú lo sabes bien!
No te dejes impresionar. ¡El diablo es un embustero! Es Jesús quien lo dice en el Evangelio de San Juan. Intensifica tus oraciones, que así acabará el demonio por dejarte. Si te tienta toda la noche, reza toda la noche... En caso de necesidad agregua pequeñas penitencias, arrójale agua bendita, invoca a la Santísima Virgen, “María, Terror del demonio”, a San José, a San Miguel Arcángel, etc. En ese momento, cuando el caer te parece inevitable, súbitamente, la tentación pasa. Ya no sientes nada…¿Qué sucedió? El demonio, que no le gusta ser vencido, viéndote decidido a rezar, se va sin decir nada.
¡Crean en la oración! ¡Amigos míos, crean en la oración! Jamás insistiremos lo suficiente al respecto. ¡Crean en la oración! Un cristiano jamás dice: “No hay nada que hacer”. Siempre queda el gran remedio de la oración que todo lo puede. Toda la omnipotencia de Dios se pone así en nuestras manos. En el Evangelio se ve que Nuestro Señor tuvo un gran cuidado, el de enseñar a los suyos a orar, pero sobre todo a darles la virtud de la fe en la oración. “Pedid y se os dará; golpead y se os abrirá; buscad y encontraréis”. Y Él lo ha dicho de diferentes maneras: “Todo el que pide, obtiene; y al que toca se le abre; y el que busca encuentra” (capítulos VII de San Mateos, XI de San Marcos, XI de San Lucas y ss. De San Juan).
“¿Qué padre, entre vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿Si le pide pescado, en lugar de pescado le dará una serpiente? ¿O si pide un huevo, le dará un escorpión? Si pues vosotros, aunque malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre dará desde el cielo el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?” (Lucas, XI).
Y Jesús va todavía más allá en este particular. Nosotros jamás nos habríamos atrevido a llegar hasta allá. Recuerden la parábola del amigo inoportuno: a medianoche, recibe a su amigo que no había comido nada después de la vigilia. Todos los comercios estaban cerrados. Va a tocar a la puerta de su vecino: “Préstenme un pan”. “No, que estamos dormidos”. “No, no están dormidos”. “Que sí, ¡déjanos dormir!” Y continúa llamando a la puerta. Por fin el vecino abre la ventana. “¡Ahí tienes el pan, déjanos dormir!” Y Jesús nos dice: “Haced vosotros así con vuestro Padre celestial”. Adviertan que nosotros jamás nos habríamos atrevido a decir eso, nosotros no, y El lo ha dicho. Y podríamos continuar. A cada instante nos encontramos en el Evangelio esta lección; hasta la última noche, después de la Cena, Jesús les hace el siguiente reproche: “Hasta ahora no habéis pedido nada. Pedid y recibiréis. Todo lo que pidiéreis a mi Padre en nombre Mío, os lo concederá”.
¡Creamos en la eficacia de la oración!
Ustedes conocen la frase de San Alfonso, que deberíamos dejar grabada en las mentes de nuestros niños: “El que reza se salva, el que no reza ¡se condena!” ¿A cuáles de sus hijos encontrarán ustedes en el cielo? A los que rezaron. ¿Cómo puede ser que, con la bondad infinita de Dios, haya quien se condene? ¡Es porque no quieren rezar!
El que reza se salva, el que no reza se condena. Y San Alfonso añade, en esa joya que es su Pequeño Tratado de la Oración: “Todos los santos están en el cielo porque rezaron mucho. Serían menos santos si hubieran rezado menos, y no estarían en el cielo si no hubieran rezado…”.
Recen aún si se encontraran en el fondo del océano y allá nadie se acordara de ustedes. ¡Oren!...No sé cómo lo haría Dios pero yo sé que Él vendría en su auxilio. Dije esto en un retiro en Chabeuil y al salir de la capilla, uno de los ejercitantes me dijo: “Padre, eso que usted dice es verdad. ¡Me sucedió a mí!” Y me explicó cómo, sumergido en un lago de Auvernia (no sabía nadar y sus compañeros creían que se había ahogado), tuvo la idea de rezar a la Santísima Virgen. En ese momento, tuvo una sensación de frío bajo los pies, ¡era una piedra! Se llenó de valor y agitó las piernas como pudo y estos movimientos ocasionaron que en la superficie se moviera el agua. Sus compañeros que se encontraban ahí, regresaron…y lo rescataron. ¡Es cierto!
Sobre este particular, permítanme una confidencia en sentido inverso. Yo he tenido las penas más grandes que un sacerdote puede tener en la tierra. He estado íntimamente relacionado a la apostasía de un número considerablemente grande de hermanos: seminaristas, religiosos y…¡sacerdotes! Bien, hay algo que puedo decir, todos (con algunas excepciones) habían dejado de rezar. Algunos habían dejado de rezar por celo…las almas requieren atención, etc. Otros, por pereza, negligencia, desánimo o vergüenza…¡Todos habían dejado de rezar! En ese momento el demonio los endureció y la catástrofe llegó. “Nemo repente fit pessimus”, como dice San Bernardo, “nadie se hace malo de repente”. Pero lo primero que siempre hace el demonio es lograr que alguien deje de rezar. No más oraciones, lecturas espirituales, rosarios, exámenes, breviario, acciones de gracias, visitas al Santísimo Sacramento, confesiones…misas (incluso el sacrilegio, y esto es muy peligroso), no más devoción a María, etc. En esos momentos están maduros para la catástrofe.
San Alfonso recomienda, ya que Dios acoge todas las oraciones, pedir todos los días la gracia de rezar siempre. Esa es la razón, entre otras, de que la devoción a María haya salvado a tantos pecadores. La menor oración, Dios la escucha. “Si quis tristetur oret”, dice Santiago, “si alguien está triste, ¡que rece!” “Hoc genus demoniorum non icitur, ieiunio et orationes”, dice Jesús hablando del joven lunático, “a este género de demonios –el de la impureza en particular, no los ahuyenta sino el ayuno y la oración” y muchas veces estas palabras de Jesús: “Vigilate et orate”, “vigilad y orad”.
Autor: R. P. LUDOVICO MARÍA BARRIELLE, C.P.C.R.
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La batalla es real, aun cuando no podamos verla. Las dificultades, el dolor y el desaliento que provoca Satanas son autenticos. Sus tentaciones no son imaginarias; nos abruman y nos apartan del Señor con engaños. Pero unidos a Cristo por Maria, con la fuerza de la oracion y la voluntad de obedecer a Dios y creer lo que su Iglesia nos enseña infaliblemente, venceremos al maligno y podremos alcanzar la salvacion.
ResponderEliminarEl que ora se salva, el que no se condena. El que cree se salva, el que no se condena. El que frecuenta los sacramentos se salva, el que no se condena.
La devocion a Maria es un signo de predestinacion. Acerquemonos a Ella. Maria aplasta y vence al demonio. De su lado y con su ayuda TODO podemos.
Humberto
Toda la razón, hermano Humberto. Yo como joven, personalmente lo experimento principalmente en este medio, el internet, cuando a veces buscando cosas útiles y/o santas, me aparecen imágenes tentadoras. Es entonces cuando clamo a la Santísima Virgen para que me ayude, aunque al principio, cuando aún me encontraba alejado de la Iglesia, era poco lo que conseguía y cedía al pecado porque no estaba fortalecido por la Confesión, ni la Eucaristía, ni el Santo Rosario (sin contar mi devoción particular a San Benito de Nursia y el uso de su santa medalla).
EliminarNo busco con esto vanagloria, hermano, sino dar testimonio de conversión para la mayor gloria de Dios.
Nuestra Madre Santísima, creo, se encuentra atada de manos si no nos convertimos no sólo con el prójimo, sino también si no alimentamos el aspecto más místico con estos sacramentos y el Rosario.
Ojalá algún día pueda tener la dicha de asistir a una Misa Tradicional, que en esta Diócesis de Villarrica es tan necesaria.
Se despide con un gran abrazo fraterno su hermano en Cristo,
Max.
Totalmente de acuerdo contigo.En mi país mi flia sufre persecuciones por ir en contra del aborto, la homosexualidad, el concubinato y ahora la legalización de la marihuana.
EliminarPara eso rezo siempre que puedo el rosario frente al santísimo, soy devota como mi esposo de la VIRGEN DE GUADALUPE, y rezo diariamente al ARCANGEL SAN MIGUEL Y MI ANGEL DE LA GUARDA.
LOS PRINCIPALES ATAQUES HAN VENIDO DE OTROS QUE CONCURREN A MISA E INCLUSO SON CATEQUISTAS, tampoco en Montevideo, Uruguay he visto una Misa tradicional.
Bendiciones¡
hola, tu blog es el blog de la semana en el "Directorio de Blogs de católicos" ojala pudieras enviarme tu email para enviarte tu felicitación. Saludos! es ailyn.blog@gmail.com (si quieres no publiques este comentario, como quieras)
ResponderEliminarMil gracias por la deferencia. Nuestro correo es:
ResponderEliminarcatolicidad@hotmail.com.
Un abrazo en Cristo.
Atte
CATOLICIDAD
Gran articulo, me sirve de mucho ahora que he comenzado mi lucha contra la tentación. Excelente blog lo voy a recomendar!. Saludos y que Dios los preserve en la gloria!!.
ResponderEliminarA un lector:
ResponderEliminar¿Una que otra vez? ¿No pasa nada? ¡Por favor! Cada una sería un pecado grave. Si mueres así sin confesión, ¡verás que SÍ pasa! No te lo deseamos, de ninguna manera.
Un asunto es pecar por debilidad y levantarse, que minimizar una ofensa grave a Dios y tranquilamente hacerla "una que otra vez". ¿Resulta poca cosa para ti ofender gravemente a tu Creador y Redentor? No te parecerá tan poca cosa el día del Juicio. A menos que rectifiques tu manera de pensar y de obrar. No juguemos con la misericordia de Dios. Un asunto es la debilidad y otra el no dar importancia ni luchar contra las tentaciones. Sin propósito de enmienda y genuino arrepentimiento no hay perdón, aunque confieses tus pecados.
Medítalo.
Un abrazo en Cristo
CATOLICIDAD
Quizás el comment que hice más abajo lo debía haber compartido aquí, pero bueno, no lo voy a repetir, solo agregaré que, cuando me encontraba alejada de la Iglesia, me parecía imposible resistir a las "pequeñas tentaciones del día a día" (las muy grandes pueden ser más fáciles de evitar por lo obvio de su gravedad) tanto que hasta me parecía ofensivo a Dios,el confesarme si "sabía" que volvería a caer en ello. Sin duda también una tentación del demonio. Ahora que he conocido que es posible resistir, por la Gracia de Dios y con la intercesión de María Santísima, San Chárbel Makhlouf y San Francisco de Asís; y en ocasiones, si es demasiado fuerte, pues aparece la tentación añadida del "deja de luchar y descansarás de la lucha" incluyo en la oración a todos los Ángeles y Arcángeles de la corte Celestial y hasta a la Iglesia Triunfante y Purgante. Quisiera que todos los hermanos supieran que se puede, solo hay que clamar a Dios con fe y abandonándose a su Voluntad y su Divina Misericordia, y si es necesario, insistir con perseverancia.
EliminarPaz y Bien Hermano, maravillosas aportaciones en su blog.
Que Dios le siga Bendiciendo abundantemente
A una consulta de un amable lector:
ResponderEliminarLa Verdad es la Verdad en sí misma. Aprovechemos todo lo que nos edifica y nos lleve a cumplir la voluntad de Dios. Lo fundamental para el católico es que la doctrina y la moral sea la misma que enseña la Iglesia. En LA IMITACIÓN DE CRISTO de Kempis se señala que se debe atender lo que se dice, no quien lo dice. En el ejemplo que usted señala hay que ver los tiempos y momentos.
El asunto se sale del tema aquí tratado por lo que ponemos nuestro mail a su disposición: catolicidad@hotmail.com
Gracias por escribir
Un abrazo en Cristo
Atte
CATOLICIDAD
Soy empresario y como todos tengo muchas deudas y familias que dependen de mi, hace unos dias tenia que cancelar 3 deudas fuertes el mismo dia.
ResponderEliminarno sabia a quein acudir la unica persona én quien pense fue la virgen Maria una noche noche antes sin pensar llegó a mi la oración acordaos y bajo la confianza de dicha oración hacia esta buena madre q todos tenemos le pedi que me Ayude Puse mi confianza en ella y deje de preocuparme, al otro dia sin ningun problema cancele esas 3 deudas fuertes q tenia el dinero llego d eun lado y de otro lado, fue un milagro de Maria. se q sin ella hubiera sido imposible.
Gracias Santisima.
Es verdad. Me llena de vergüenza decirlo, pero soy muy débil a la carne y a las mujeres. Tan débil que por unos momentos sentía arrepentimiento y prometía a Dios no volver a pecar ¡¡y lo volvía a hacer!! (y muchas veces ofendí a Dios prometiendo lo que no iba a cumplir). El problema era creer que por mi propia fuerza de voluntad podía dejar las tentaciones, algo que es imposible (por lo menos para mí); sorprendentemente desde que recé el Rosario por mi alma y ponía mi empeño en el Padre Nuestro en el "perdona nuestras ofensas" y "no nos dejes caer en la tentación" y "líbranos del maligno" poco a poco perdí interés en cosas de la carne; cuando había tentación y estaba a punto de caer, llegaba una llamada de teléfono o alguna otra razón que frustraba mis intenciones, que al principio era 'coincidencia' pero se repitió por decenas de veces y me dí cuenta que ya no eran razones naturales. Me doy cuenta ahora que los pecados recurrentes (como puede ser el alcohol, la lujuria..) no son enfermedades físicas, son espirituales y como tal deben ser tratadas, y que por nuestra fuerzas no podemos superarlas. La clave está en orar y rezar el Rosario, al demonio le molesta eso, no soporta ver a sus clientes frecuentes invocando a Jesús y a María; Dios mismo quien limita la maldad de los hombres, pone obstáculos para pecar donde antes había caminos llanos y abiertos. Lo digo por que lo estoy viviendo en este momento.
ResponderEliminarEs muy cierto lo que señalas, si además agregas diariamente el acto de contrición y la devoción de las tres avesmarías tal como se explica en el enlace siguiente, verás mayores resultados aún.
Eliminarhttp://www.catolicidad.com/2010/05/devocion-de-las-tres-aves-marias.html
Un fuerte abrazo en Cristo
CATOLICIDAD
soy de puerto rico y se que soy muy dado a caer en aquellas tentaciones relacionadas con el pecado capital de la lujuria.aunque desde buen tiempo para aca que me he ido controlandome se que estoy propenso a caer tarde o temprano. por eso pido su ayuda mediante sus oraciones gracias y buenas noches. fidel perez vazquez
ResponderEliminarCon mucho gusto oraremos por ti. También el día 13 lo harán los demás lectores. Te recomendamos la devoción de las tres aves marías como aquí se explican:
Eliminarhttp://www.catolicidad.com/2010/05/devocion-de-las-tres-aves-marias.html
Asimismo, el rezo DIARIO del Rosario. No imaginas los milagros que obran estas dos devociones.
También tenemos dos post que junto con sus COMENTARIOS pueden darte muchas orientaciones útiles:
http://www.catolicidad.com/2009/07/adicto-la-pornografia-12-pasos-para.html
http://www.catolicidad.com/2009/05/el-pecado-mortal-sus-consecuencias-y.html
No dejes de leerlos y ánimo, encomiéndate mucho a la Virgen cundo sufras tentaciones.
Un abrazo en Cristo.
CATOLICIDAD
Me uno a tus intenciones. Cuenta con mis rezos.
EliminarJosé.
Me uno a tus intenciones. Cuenta con mis rezos.
EliminarJosé.
soy de puerto rico.soy de los que facilmente caigo en la tentacion del pecado capital de la lujuria.aunque ultimamente he ido controlandome se que tarde o temprano caigo.por eso les escribo para que oren por mi.
ResponderEliminarCuenta con nuestras oraciones y la que realizan los lectores del blog todos los días trece de cada mes.
EliminarTe aconsejamos lo mismo que al otro lector-amigo. Ver nuestro comentario del 31 de agosto de 2013 22:03
Un abrazo en Cristo.
Yo he sido un católico tibio. Muy muy tibio.
ResponderEliminarSí, estaba bautizado, solía ir a misa más que como devoción casi como obligación. Peo no sentía nada.
Iba de vez en cuando a una parroquia que tenía una pequeñísima capillita. Allí estaba la Virgen del Carmen, con su (y ahora mi) Niño en brazos. Y también estaba Jesús crucificado.
Allí estaba yo, tan solo 5 minutillos. Un buen día, un Jueves Santo, al ver a la gente comulgar empecé a llorar hacía muchos, muchos años que no confesaba. Me entretenía con páginas eróticas y pornográficas. Pasaba horas víendolas.
Un día quedé con un sacerdote para confesarme. Se le olvidó la cita conmigo y pasé 2 ó 3 horas, esperándolo en la puerta de la Iglesia. Cuando llegó no se acordaba de la cita, y como era tarde quedé con él para el día siguiente. Tras darle una limosna importante para los pobres, me confesé: nada más empezar, en su despacho, me entró un llanto terrible. No podía casi hablar ni levantar la vista. Dios quemó mi corazón ¡qué grandeza y qué felicidad! Al acabar recuerdo que le dije: ¿Me da la absolución, padre? Me dijo: Pues calro que sí. ¿Cómo Dios no te va a perdonar?
Desde entonces mi vida cambió. ahora ya no me interesa casi nada de este mundo. He devorado las obras de San Alfonso Mª Ligorio sobre la Santísima Virgen (Qué emoción leer y releer "Las Glorias de María"), de san Buenaventura, san Agustín...etc etc
LLoro con mucha frecuencia al contemplar la Pasión de Jesús: Hoy le seguimos crucificando con nuestros pecados. LLoro al contemplar a María, su humildad, su misericordia, su sacrificio, su tormento, etc (He consultado a varios sacerdotes y me han dicho que lo que me pasa es un don de Dios, llamado don de lágrimas)
Mi corazón está sereno, tranquilo. Ha cambiado incluso mi carácter. antes era más colérico, más miedoso, etc
Y todo se lo debo a MARÏA, mi Madre y la vuestra. Madre Santísima. Madre Dulcísima.
Dios es origen de todas las gracias, pero éstas nos llegan a exclusivamente a través de MARIA. Es como la tubería que trae el agua de una fuente: Si la tubería no existe, el agua no llega.
Por eso, Madre Santa: Gracias. Yo no le rezo 3 avemarias al día. Le estoy rezando entre 200 y 300 diarias. Rezo las 15 oraciones de Santa Brígida por las llagas de Jesús. Rezo cada día los 7 Dolores de María. Rezo el Santo Rosario y rezo el Santo Rosario de la Divina Misericordia. Y lloro de arrepentimiento al contemplar mi vida pasada y el tiempo que he perdido.
Y doy gracias continuas a Jesucristo por la infinita Misericordia que ha tenido conmigo y a su Santísima Madre por haberme llevado a EL.
No dejéis NUNCA la devoción de corazón a MARIA.
Bendito y alabado sean el Sacratísimo Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María.
Nota: perdonad mi largo post, pero tenía necesidad de darlo a conocer
DIOS TE BENDIGA Y ME PERMITA ENCONTAR ESA PAZ QUE AHORA TU TIENES... CREEME LO QUE A MI ME SUCEDE ES LO MISMO QUE TU VIVISTE..
EliminarTe recomendamos leer este post:
Eliminarhttp://www.catolicidad.com/2009/07/adicto-la-pornografia-12-pasos-para.html
Un abrazo en Cristo.
Ayuda por favor... Estoy siendo atormentado por este tema de los pecados... , no puedo tener algun vicio (asi sea de un videojuego) no puedo jugarme bromas , no puedo observar a las personas sin que sea pecado ( saben a lo que me refiero) , no puedo darme caricias con mi novia ( cuando tenga ) ,cada vez que hago algo tengo miedo a que sea pecado , asi sea hablar con una persona .No puedo dejar de pensar si sera pecado o no , no quiero caer en el fuego eterno , quiero llegar a la gloria del señor pero solo tengo un pecado mortal y los otros son los tradicionales , los que hacemos sin darnos cuenta , En fin . mi pregunta seria ¿Puedo hacer lo que yo quiera sin preocuparme de que sea pecado , y si lo es dios me perdonara? aunque sea concentido ? aunque lo ame mucho? aunque siempre escuche la oracion ? ardere en el infierno ? lose lose estoy demasiado confundido,por eso recurri a tus sabidurias para que me puedas ayudar con este peso que llevo desde que hice la 1ra Comunion.
ResponderEliminarEstimado hermano:
EliminarAnte todo una disculpa por responder hasta ahora. El fin de año estamos demasiado llenos de ocupaciones. De ahí que entonces te pedimos un poco de tiempo y paciencia. Finalmente nuestras actividades se empiezan ya a regularizar y disponemos de mayor tiempo.
Vamos pues a lo que nos comentas. En este asunto hay que alcanzar a tener un criterio justo y correcto. No se debe ir ni a un extremo ni a otro. Tan malo es tener un criterio escrupuloso como uno laxo y liberal.
Quien tiene un criterio escrupuloso y encuentra pecado en aquello que no lo es, vive un mundo lleno de angustias. Sicológicamente es un infierno y una pesadilla la que constantemente vive. En todo teme que está ofendiendo a Dios, aunque se trate de asuntos en donde no hay ninguna falta ni pecado. Incluso, algunos (no necesariamente todos los escrupulosos) se atormentan pensando que Dios no los perdonará y que irán irremediablemente al infierno. En lugar de llevar una filial relación con su Padre Dios, viven atormentados y no crecen espiritualmente por su circunstancia particular.
El polo contrario está en el otro extremo: Quienes no encuentran pecado en nada o lo hallan sólo en aspectos muy graves y extremos. Se trata de personas con un falso criterio. Puede surgir de una falta de estudio religioso o bien de estar contaminados del LIBERALISMO del mundo. O puede tratarse de personas que acallan la voz de la Ley Natural que llevan impresa o de quienes de tanto vivir mal y pecar, acaban no viendo el pecado de sus malas acciones o costumbres. Pero por lo general es una suma de estas situaciones la causa de su ceguera. La ignorancia culpable o la ceguera voluntaria nunca serán disculpadas por Dios mismo. Para estas personas no existe el pecado (sino sólo en determinados casos muy graves y excepcionales), de ahí que cometan todas clase de faltas contra los diez mandamientos y ni siquiera lo advierten. Al no considerar que pecan ni se Confiesan ni tienen arrepentimiento de esas faltas, ni tendrán propósito de enmendarse ni de luchar contra ellas. Su situación es grave y generalmente son culpables de la misma. Pecan sin arrepentirse de su pecado, sin confesarlo ni luchar contra sus faltas y pecados. ¿Qué les podrá deparar el engañarse a sí mismos? A Dios nadie engaña pues es perfectamente Sabio y Justo.
Si muchos escrupulosos olvidan la MISERICORDIA de Dios o dudan de ella, los liberales olvidan su SABIDURÍA y JUSTICIA.
El católico no debe caer en ninguno de estos extremos. En primer lugar, debe estudiar bien su religión y cuáles son sus mandamientos. Esto le permitirá saber de antemano qué es realmente un pecado y así evitarlo. El creyente debe tener un concepto claro de la moral, del bien y el mal, así como de las normas eclesiásticas que debe cumplir. De ahí la importancia de su preparación y de que haya estudiado bien su fe y su catecismo. No debemos quedarnos con una instrucción religiosa infantil cuando ya somos adultos. Una misma Verdad no se explica igual a un niño que a un adulto, aunque el sentido debe ser siempre el mismo.
Quien conoce bien su fe sabe de antemano -ante las diversas circunstancias que se le presentan diariamente- cómo debe actuar. Qué aceptar o qué rechazar. Distingue la materia en cada caso. Si se trata de una imperfección, un pecado venial o uno grave (pecado mortal). No vive atormentado por esto pues de ANTEMANO ya sabe cómo debe actuar.
Incluso, si por debilidad llegara a pecar, sabe qué es realmente pecado mortal y lo distingue bien de lo que no lo es. En tal caso debe realizar una contrición perfecta, y a la brevedad acudir al Confesionario a decir sus pecados al sacerdote (ministro delgado por Cristo mismo para juzgar y absolver los pecado en el tribunal de la Confesión Sacramental).
Sigue abajo....
....Viene de arriba:
EliminarLuego, la actitud del católico deberá siempre la de evitar el pecado y la ocasiones de éste. No es una actitud escrupulosa y mojigata sino una actitud de plena aceptación de lo que Dios quiere y un rechazo al mal y al pecado. Debe formarse como una especie de naturaleza práctica que de ANTEMANO rechaza cualquier pecado (y en especial el PECADO MORTAL que aparta la gracia santificante del alma, nos convierte en enemigos de Dios y nos pone en riesgo de condenarnos si no nos arrepentimos y confesamos).
Todo esto debe realizarse desde una perspectiva de alegría por querer cumplir al Voluntad de Dios y de libertad por no ser esclavos del pecado. La perspectiva no debe ser algo angustiante sino liberador. Si bien debemos temer la Justicia de Dios, nuestro principal motor debería ser el amor que sentimos por Él. Si fallamos y caemos por debilidad tenemos los recursos de la CONTRICIÓN PERFECTA y la CONFESIÓN SACRAMENTAL. Ésta última indispensable para poder comulgar el Cuerpo de Cristo. Estos recursos son una muestra del amor de Dios por todos sus hijos y un signo para la esperanza del pecador. Cierto es que cada quien tiene pecados y defectos dominantes que deberá combatir y luchar contra ellos. Para ello sirve el propósito de enmienda que se realiza antes de cada Confesión. Pero si caemos, debemos levantarnos nuevamente por medio de esos recursos que Cristo nos da (Contrición perfecta y Confesión Sacramental). La vida es una constante lucha, y a cada caída el católico debe responder de inmediato con levantarse de ella. Si en verdad luchamos contra nuestros pecados Dios se apiadará y nos ayudará a combatirlos. Nuestra vida será entonces una constante milicia y un perfeccionamiento permanente que nos ayudará en nuestro crecimiento espiritual. Dentro de ello deberemos practicar la virtud de la esperanza. Si ponemos todo de nuestra parte, Dios nos ayudará a alcanzar la bienaventuranza eterna. Así, pongamos, pues, ese "todo de nuestra parte" y pidamos a Dios aquello que nos falta. Sin duda es Padre y nos lo otorgará.
No debemos dudar de la misericordia de Dios. Él siempre nos perdonará si hay sincero arrepentimiento, para ello instituyó el sacramento de la Penitencia.
A tu pregunta: No, no puedes hacer lo que quieras sin preocuparte de que sea pecado. Por el contrario, debes preocuparte de luchar por no pecar. Pero esa lucha debe ser alegre y liberadora, pues el pecado esclaviza y peor aún: ofende a Dios. Tampoco debes vivir obsesionado buscando pecado donde no lo hay (nos dices que tienes miedo de pecar por sólo hablar con cualquier persona). Evita ambos extremos. Ni escrúpulos ni liberalismo que desconoce lo que realmente es pecado. Para ello estudia bien tus mandamientos y tu fe. Debes saber y tener bien en claro qué es pecado, así como diferenciar entre uno venial y uno mortal. Y si bien hay que evitar ambos, sólo el pecado grave o mortal borra la gracia santificante y pone en riesgo la salvación eterna. De ahí la importancia de que te confieses frecuentemente y con regularidad. Un solo pecado mortal cometido voluntariamente es suficiente para poner en riesgo nuestro destino eterno. Sólo que Dios sabe nuestra debilidad y brota su misericordia en el Confesionario. Por ello debemos ser clientes frecuentes de él.
Sigue abajo...
Dios no está esperando una sola falta para cazarnos en ella y condenarnos. Conoce la debilidad del hombre y sabe cuánto debe ayudarle si se está dispuesto a recibir esa ayuda. El problema está cuando la malicia se apodera del hombre y se aparta de Dios. Su sabiduría infinita le permite a Dios valorar esa malicia y conocer la disposición de cada alma. Él no actúa contra la voluntad del hombre. Dice San Ignacio: "Quien te creó sin ti, no puede salvarte sin ti". Por ello entrégate a la misercordia de Dios, pero luchando SINCERAMENTE una vida de milicia contra el pecado. Pon lo que está de tu parte. Ponlo todo. Y Dios no se dejará ganar en generosidad.
EliminarNo caigas en ningún extremo. Ni escrúpulos ni liberalismos. Por el contrario, una vida recta alegre y firme. Conociendo y viviendo la voluntad de Dios para ti. Él es tu Padre, dale lo que tienes y pide lo que te falta. Y ten, mucha, pero mucha confianza en Dios.
Un abrazo en Cristo
Atte
CATOLICIDAD
P.D. Te pedimos leas estos posts:
http://www.catolicidad.com/2012/03/cinco-pasos-que-se-requieren-para.html
http://www.catolicidad.com/2013/06/puede-dios-perdonarme-si-no-hay-un.html
Señor: No nos dejes caer en tentación y líbranos del maligno.
ResponderEliminarVALIOSO POST:
ResponderEliminar…¡Todos habían dejado de rezar!
A MI TAMBIÉN ME CONSTA, POR ESO COMPRENDO LA TRASCENDENCIA DE ESTA APORTACIÓN. Hace muchos años sufrí un alejamiento, que fue paulatino, casi insensible pero gradual y progresivo, - habría mucho que explicar de ello - En mi caso caí en teorías falsas que me llevaron a la auto-justificación, lo que me llevó a vivir conforme a las normas del mundo. Pero las consecuencias fueron dolorosísimas.
Agradezco cada día la Gracia Divina del regreso, y no quisiera que nunca nadie se alejara... y es tan fácil desestimar las gracias de todos los tesoros y herramientas que la Madre Iglesia nos ha dado. Cuando más bien creemos estar, podemos caer en la tentación de abandonar alguna de esas herramientas porque en el momento parece que estamos tan bien que no lo necesitamos. Si estamos bien es porque recurrimos a todas ellas, si las dejamos, sentiremos su falta. ¿Porqué esperar a necesitarlas? Usémoslas todas, para "no necesitarlas" o mejor dicho: para no sentir - y sufrir - su necesidad)
soy catolico creo mucho en dios,pero no puedo dejar las tentaciones,soy un drogadicto consumo todo tipo de drogas y me meto con muchas prostitutas,engaño a mi mujer y me gusta mirar mucha pornografia,pienso que no se puede, a veces dejo de creer en dios.
ResponderEliminarEstimado Carlos:
EliminarEn cuanto a las drogas, aparte de pedir ayuda a Dios por medio de la oración es necesario recibir atención médica. Hay tratamientos de rehabilitación o Centros de ayuda con este objeto. Es muy difícil salir de esa esclavitud sin ayuda. Busca esa ayuda profesional, no lo dejes para después.
En cuanto a tus desórdenes de vida sexual (adulterios, acudir a la prostitución y ver pornografía) es urgente que pongas un alto a esa manera inmoral de vivir. Tu conciencia te señala que está mal. Hay que vivir como se piensa (respetando las leyes morales), sino acabarás engañándote y autojustificando tu mala vida. De ahí que digas que crees MUCHO en Dios, para luego contradecirte y decir " a veces dejo de creer en Dios". Esto se debe a que sabes que existe, pero representa para ti un estorbo para tu mala vida. Mons Fulton J Sheen explica bien ese proceso: Los libertinos pueden acabar negando a Dios "porque su omnipresencia significa que su conducta ha sido observada por Aquel que la reprobará".
Te recomendamos ese escrito:
http://www.catolicidad.com/2014/03/la-lujuria-plaga-del-caracter-por-mons.html
En nuestro blog hemos puesto algunos posts que te pueden ayudar mucho:
http://www.catolicidad.com/2009/07/adicto-la-pornografia-12-pasos-para.html
http://www.catolicidad.com/2012/02/sufres-tentaciones.html
http://www.catolicidad.com/2009/05/el-pecado-mortal-sus-consecuencias-y.html
Lee los posts y sus comentarios. Están llenos de consejos para salir de situaciones como las que estás viviendo.
Urge que te acerques más a Dios. Empieza con la oración diaria. Te recomendamos la devoción de las tres avemarías:
http://www.catolicidad.com/2010/05/devocion-de-las-tres-aves-marias.html
Pasa luego, también, al rezo diario del Rosario. Sigue los 12 pasos que se explican para alejarte de la pornografía (en el post arriba indicado). Aléjate de las ocasiones próximas de pecado (lugares, personas, páginas de internet, etc). Busca un cambio radical de vida. Huye de la inmundicia, pues los vicios te arrastran a lo peor. Busca los verdaderos valores del espíritu y no te dejes llevar por los instintos más bajos y primarios. Eres un ser creado por Dios que vale mucho y debes hacer de tu vida una obra de arte en lugar de arrastrate por la mla senda del vicio y las pasiones. Ciertamente puedes hacerlo, aunque será una batalla larga y difícil que requiere de verdadera virilidad y fuerza de voluntad. Encomiéndate a la Sma. Virge María, es la mayor auxiliadora para salir de todos estos problemas.
Cuando estés preparado, acude lo más pronto posible al Confesionario y haz una buena Confesión. Hazte cliente de este gran sacramento que da fuerzas para emerger y combatir el pecado. Aquí puedes leer las condiciones:
http://www.catolicidad.com/2012/03/cinco-pasos-que-se-requieren-para.html
En fin, como verás, tienes muchas cosas que cambiar para hacerte mejor y llegar un día a ser feliz eternamente con Dios. El asunto está que verdaderamente te lo propongas y tengas un crecimiento espiritual. La batalla es dura, pero es un reto para los verdaderamente hombres. Finalmente, si te lo propones, con la ayuda de Dios triunfarás.
Te mandamos un fuerte abrazo en Cristo, estimado hermano.
Atte
CATOLICIDAD
Muchos ánimos, amigo Carlos, no desfallezcas, no te desanimes. Yo también sé que es dificil, pero Dios siempre es paciente y no te obliga a hacer nada que no quieras, todo está en ti para volver.
EliminarSi algún día quieres hablar con alguien, con gusto estaré para ti, solo responde a este comentario.
Muchos saludos y ánimo que Dios nos espera, y la Virgen Santísima será nuestro refugio hoy, mañana y siempre aun en las situaciones más adversas.
A un lector: En un par de días aproximadamente publicaremos y contestaremos su mensaje. Hoy no disponemos de tiempo.
ResponderEliminarVer respuesta arriba.
EliminarEs pecado hacerse una cirugía estética?... les puede parecer una pregunta tonta, pero a veces pienso que es una vanidad y eso puede ofender a Dios.
ResponderEliminarSaludos y gracias por responder....
Dependerá de cada caso y cuál es la intención. Habría que personalizar. Por ejemplo: no lo es para corregir un grave defecto físico (así, si una persona se desfigura por un accidente o tuviera un defecto de nacimiento, etc.) y sí lo sería si el ánimo es tener un cuerpo para intentar provocar -se entiende en el mal sentido- al sexo contrario. En la linea media entre estos casos es a veces difícil de precisar la moralidad en cada situación, por ello cada caso particular es conveniente consultarlo con un sacerdote que tenga criterio tradicional y sea fiel a la doctrina de la Iglesia, pero siendo verdaderamente sinceros con él.
EliminarIndependientemente de lo anterior, de no ser muy necesaria (por ejemplo en una dama con una nariz muy fea que afecte mucho su autoestima) la consideramos desaconsejable, sobre todo si se trata de realizar por mera vanidad (algo innecesario y solamente estético).
Saludos y gracias por escribir.
Se trata de una rinoplastía, pero no es una nariz espantosa!... por eso preguntaba, ya que
ResponderEliminares más por vanidad, que por necesidad...
Gracias por la respuesta, lo meditaré...
Saludos
Buenas tardes a todos,
ResponderEliminarEspero puedan proporcionar en PDF el libro de REGLAS PARA EL DISERNIMIENTO DE ESPIRITUS. AUTOR: R. P. LUDOVICO MARÍA BARRIELLE, C.P.C.R. Me lo recomendaron, es un libro excelente.
Gracias por su atencion.
No existe esa obra en internet - menos en PDF-. En efecto, es excelente por eso tomamos esa parte de su obra (que arriba se publicó). Si alguien llega a subirla con mucho gusto la publicaríamos.
EliminarUn saludo.
no se si estoy pecando pero cada dia vienen a mi mente imaginaciones muy perversas pero rezo por no concentirlas pero es como algo q se queda en mis ojos y no puedo sacarlo...tan solo distraigo mi vista a algo o ah alguien sin ninguna intencion y ya se forman imegens pecaminosas no se si peco pues lo veo constanate em mi mente,ya no he visto pornografia ni nada por el estilo.... ayudenme
ResponderEliminarEl pecado está en el CONSENTIMIENTO. Si te deleitas voluntariamente en esas imágenes hay pecado. Si NO pones en ello tu VOLUNTAD y lo rechazas hay mérito ante Dios. Ser tentado no es pecado, el pecado está en ACEPTAR la tentación. Acude a la oración, acude a la más pura y casta de todas las criaturas, a la dulcísima Virgen María cuando ello te suceda, pídele su ayuda para apartar eso de tu imaginación.
EliminarHola gracias por éste hermoso regalo del auxilio piadoso de la oración, por recordarlo y hacerlo como unas de las herramientas más poderosas del Cristiano.
ResponderEliminarComo experiencia personal sufro de tentaciones de "impureza", pecado de lujuria, admito que mi voluntad es débil y que eso ha ocurrido cuando he confiado en mis propias fuerza y me olvidado de Dios. Les ruego oración por mí para que tenga la fuerza de voluntad para no ceder y vencer las tentaciones con ayuda de Dios y los santos sacramentos.
Gracias.
Dios bendiga a las personas que hacen el esfuerzo de predicar la verdad en ésta página web.
No pude leer la totalidad de los contenidos de los comentarios. Pero CON LO POCO QUE LEÒ y la poca formacion que tenia alncanzo a saber que como todos los bautizados, necesitamos de la GRACIA, para llegar a vivir eternamente con nuestro Salvador y nuestros hermanos de la Iglesia santa del cielo. Pero una cosa que me hace reflexionar: Nuestra conexión con Dios a traves de la Santa Misa, y la oración, es siempre en estado de Gracia, ahopra que ya viejo pienso cuantas veces he llamado a Dios y no me ha respondido, era porque es necesario CONFESARSE, y acà hermanop mios, es donde entra un problema a resolverse: Como, cua ndo donde y ante quien puedes pedir perdon de tus pecados aca en la tierra si ni hay unj sacerdotes que puedas perdirle que te absuelvan de nuestras miserias, mediante el sacramento de la confesión. El ministerio sacerdotal modernista en relación a la atencion de este tan im portante sacramento, NO ES
ResponderEliminarEL MISMO DE ANTES CUANDO TE CONFGESABAS SIN UN MAÑANA O UN TURNO. hAY QUE PEDIR A LA vIRGEN QUE NOS AYUDE A que cambie la Liturgia.
Mi consejo personal para evitar las tentaciones es invocar al Espíritu Santo, orarle, cantarle e inclusive escuchar música con alabanzas, veran como esas tentaciones desaparecen, RECEN la Coronilla del Señor de la Misericordia y veran como esa Misericordia llega y todo lo malo se va,
ResponderEliminarSaludos mis queridos hermanos en Cristo de Catolicidad y lectores. Dios los bendice
Algo que les puedo decir de mí, es que actualmente tengo 19 años, soy un chico (hombre) y desde siempre he intentado seguir el camino de nuestro señor, pero siempre ha sido realmente complicado.
ResponderEliminarRecuerdo muy bien que cuando tenía unos 10-12 años, mi mayor sueño era ser santo, sí, así como lo oyen, quería ser yo un santo como Domingo Savio e incluso esa ilusión nació a raíz de un librillo sobre él que encontré en algún lugar e intenté hacerlo, pero entonces comenzaron a llegar las pruebas y fui débil quizás por mi mima inocencia en las cosas de este mundo y lentamente (sin darme cuenta), me fue alejando de nuestro Señor.
Pero aun así seguí yo siendo católico: iba a misa, cada noche entonaba el rosario a nuestra Señora con mi familia, me persignaba, me santiguaba, lo que hace un católico tradicional, pero no lo sentía, era un como un muerto viviente en la fe y la esperanza y en determinados momento me ponía retos para cambiar y lo hacía muy bien por 8 días, me confesaba, pero entonces todo se iba al suelo nuevamente.
Llegué al extremo de querer alejarme de Dios, no porque no creyera (siempre, aun en las situaciones más adversas, he creído), sino porque pensaba que le estaba haciendo daño a Dios con mis acciones, con mi pecado, que no merecía que yo me llámese Su hijo, creía que le azotaba con mis mentiras, mis impurezas de mente y cuerpo y que al final del día en vez de glorificarlo, yo lo crucificaba.
Pero no era así, nuestro Señor es un amigo que nunca falla, que nunca falta, no es un Dios vengativo, es un Dios que espera pacientemente hasta que en la intimidad de nuestro ser, lo encontremos.
Comencé a ponerme retos de esta forma: esta semana no pecaré en aquel pecado que no quiero mencionar pero que se refiere a una impureza carnal, y entonces lo lograba, y quizás dos semanas más, pero entonces volvía a caer y volvía sentirme el peor chico del mundo, y al cabo de un mes, volvía a intentarlo, pero nada sucedía.
Chicos, este es un camino complicadísimo, créanme al decirles que he llorado de impotencia, de saber que mi cuerpo me domina y que mi mente me tortura, pero jamás he desfallecido y siempre que he estado a punto de “tirar la toalla”, nuestro Señor me ha dicho en silencio: “tranquilo, estoy contigo, tu puedes”.
El 31 de diciembre del 2016, me dije: “comenzaré este año sin ese pecado que me ha hecho tanto daño”, y me propuse el reto de un mes, así que el mes de enero me aparté de las tentaciones: cuando sentía el impulso frente a mi computador, escuchaba mejor una canción católica, o decía: “no lo permitas, Señor” y me quedaba quieto al menos por 2 minutos y entonces todo desaparecía.
Enero de 2017 ha sido uno de los meses más duros de toda mi vida porque batallé sin cesar por él, porque creí en que podía cambiar para agradarle a nuestro señor, y el 31 de enero sonreí porque lo cumplí: no permití que la tentación me venciera. Y al terminar ese mes, me propuse uno más: febrero y me dije: “un mes más”, y al terminar ese, me dije: “un mes más”, y el 10 de abril de 2017, cumplí 100 días sin haber pecado, al día de hoy en que escribo esto, son 117 días sin pecar.
Sigo luchando a cada hora, y sigo en la tarea de exterminar mis demás pecados: por ejemplo la mentira, o la impaciencia, o el perder el tiempo, y seguiré en la lucha porque sé que en el cielo mi buen amigo Jesús me ve, y quiere que yo sea perfecto para él.
Para esta lucha te recomiendo mucho que cuando las tentaciones aparezcan, invoques la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo, o a la Santísima Virgen María para que te socorran con su poder y su gracia, además del Arcángel San Miguel que pelea fuertemente por todos con su ejército de ángeles.
También te recomiendo la vocación diaria de las 3 avemarías que una vez alguien de Catolicidad me recomendó y que se encuentra en esta misma página web/ blog.
Sigue en la lucha, no desfallezcas que la recompensa será grande y recuerda siempre una frase que uso mucho: la perseverancia y la fe, hacen del hombre corriente un ser extraordinario.
Tal vez es por rezar esa oración que estás saliendo de ese pecado.
EliminarPara dejar el pecado hay que ODIARLO. Pidan esa gracia.
El salmo habla de ir de altura en altura hasta ver a Dios en Sión, es decir que nuestro cuerpo espiritual debe crecer, no estar siempre en una lucha cuasi estéril, si eso nos está aconteciendo debemos pedir la gracia de odiar el pecado que nos está obstaculizando el crecimiento interior. Lean las tres edades de la vida interior de Garrigou-Lagrange.
EliminarBuen dia hermanitos, que la gracia de Señor esté con ustedes. aunque siento un amor muy grande por la Virgencita no siento ese ardor por amarla, como ese enamoramiento del primer amor, quiero sentir esa gracia y soy consagrada a ella por lazos de amor mariano pero siento que le soy infiel por que no he tenido esa gracia...
ResponderEliminarJustamente, usted lo está diciendo con claridad, ha sido infiel en algo, que ud debe descubrir que es, y por eso no tiene esa gracia. Pídale la gracia de saber en que fue infiel para así poder corregir la situación.
Eliminar17 de abril de 2017, 6:51
ResponderEliminarJesucristo nos enseña: velad y orad para no caer.
Usted de pequeño oraba, rezaba el rosario pero no velaba, y como es una ley del Evangelio una cosa sin dejar la otra, si ora pero no vela sobre sus pensamientos y obras cada día, termina cayendo. Por eso velad y orad deben ir juntas para NO CAER, no para andar en tribulación constante. La cuestión es NO CAER pues luego levantarse se hace MUY DIFÍCIL, necesitamos auxilios extraordinarios. Para un bautizado caer en pecado mortal es tremendo y eso es lo que hoy en día no se hace énfasis, por eso no avanzamos en la vida de piedad, lo cual es gravísimo.
Juntar muchos pecados veniales nos entibia y nos hace correr el riesgo de caer en pecado mortal, ya ve como una cosa lleva a la otra, el camino que lleva a la perdición es ancho y es grande el número de los que se pierden, angosto el de la salvación. Trabajad por vuestra salvacion con temor y temblor.
Buenas tardes la iglesia obliga en alguna situacion a pedir perdon a una persona despues de haber recibido el perdon en la confesion eucaristica? Sobretodo si no hay un daño de que tenga conocimiento? Podria ser esto una tentacion para quitarme la paz?
ResponderEliminarConsulte su caso particular con un confesor.
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