- 640,000 FIELES MEXICANOS ACUDIERON A SU MISA
- LA JUVENTUD TUVO SIEMPRE UNA IMPRESIONANTE PARTICIPACIÓN
- "NO SE DEJEN AMEDRENTAR POR LAS FUERZAS DEL MAL", DIJO AL DESPEDIRSE
Benedicto XVI sobrevoló en helicóptero el monumento de Cristo Rey del Cerro del Cubilete. Un estatua de 20 metros de altura -el Cristo en bronce más grande del mundo- que rinde homenaje a la lucha del pueblo mexicano por la libertad ante la persecución religiosa del gobierno revolucionario en 1926, durante la Guerra Cristera. Miles de personas que esperaban para asistir a la Misa multitudinaria levantaban sus pancartas y banderas para saludar al Papa desde la colina.
"Queridos hermanos y hermanas:
En el Evangelio de este domingo, Jesús habla del grano de trigo que cae en tierra, muere y se multiplica, respondiendo a algunos griegos que se acercan al apóstol Felipe para pedirle: «Quisiéramos ver a Jesús» (Jn 12,21). Nosotros hoy invocamos a María Santísima y le suplicamos: «Muéstranos a Jesús».
Al rezar ahora el Angelus, recordando la Anunciación del Señor, nuestros ojos también se dirigen espiritualmente hacia el cerro del Tepeyac, al lugar donde la Madre de Dios, bajo el título de «la siempre virgen santa María de Guadalupe», es honrada con fervor desde hace siglos, como signo de reconciliación y de la infinita bondad de Dios para con el mundo.
Mis Predecesores en la Cátedra de san Pedro la honraron con títulos tan entrañables como Señora de México, celestial Patrona de Latinoamérica, Madre y Emperatriz de este Continente. Sus fieles hijos, a su vez, que experimentan sus auxilios, la invocan llenos de confianza con nombres tan afectuosos y familiares como Rosa de México, Señora del Cielo, Virgen Morena, Madre del Tepeyac, Noble Indita.
Queridos hermanos, no olviden que la verdadera devoción a la Virgen María nos acerca siempre a Jesús, y «no consiste ni en un estéril y transitorio sentimentalismo, ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe verdadera, que nos lleva a reconocer la excelencia de la Madre de Dios y nos inclina a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes». Amarla es comprometerse a escuchar a su Hijo, venerar a la Guadalupana es vivir según las palabras del fruto bendito de su vientre.
En estos momentos en que tantas familias se encuentran divididas o forzadas a la migración, cuando muchas padecen a causa de la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores o la criminalidad, acudimos a María en busca de consuelo, fortaleza y esperanza. Es la Madre del verdadero Dios, que invita a estar con la fe y la caridad bajo su sombra, para superar así todo mal e instaurar una sociedad más justa y solidaria.
Con estos sentimientos, deseo poner nuevamente bajo la dulce mirada de Nuestra Señora de Guadalupe a este País y a toda Latinoamérica y el Caribe. Confío a cada uno de sus hijos a la Estrella de la primera y de la nueva evangelización, que ha animado con su amor materno su historia cristiana, dando expresión propia a sus gestas patrias, a sus iniciativas comunitarias y sociales, a la vida familiar, a la devoción personal y a la Misión continental que ahora se está desarrollando en estas nobles tierras. En tiempos de prueba y dolor, ella ha sido invocada por tantos mártires que, a la voz de «viva Cristo Rey y María de Guadalupe», han dado testimonio inquebrantable de fidelidad al Evangelio y entrega a la Iglesia. Le suplico ahora que su presencia en esta querida Nación continúe llamando al respeto, defensa y promoción de la vida humana y al fomento de la fraternidad, evitando la inútil venganza y desterrando el odio que divide. Santa María de Guadalupe nos bendiga y nos alcance por su intercesión abundantes gracias del Cielo".
Lunes 26:
El Papa se presentó al aeropuerto y tras escuchar el agradecimiento pronunciado por el presidente Felipe Calderón, dirigió unas emotivas palabras al pueblo mexicano en las que lo exhortó a "no dejarse amedrentar por las fuerzas del mal" ni caer en una "mentalidad utilitarista", para ser "buenos ciudadanos y preocuparse por el bien de los demás". Pidiendo que la Virgen bendiga siempre a esta nación dijo "adiós", es decir, en su exacto sentido: "hasta siempre en el amor de Dios", explicó el Pontífice. Los asistentes con entusiasmo le gritaron que regresara en otra ocasión ("¡que regrese, que regrese!") y se escucharon muchas porras y vivas al Papa, particularmente de una gran multitud de jóvenes.
A las 10:20 a.m. partió en el avión de la linea Alitalia rumbo a Santiago de Cuba, mientras los mariachis tocaban "las golondrinas".
Observo con satisfacción que han aumentado la resolución al encabezado y al logotipo de CATOLICIDAD.
ResponderEliminarQuedó muy mejorado, los felicito pues es mi blog favorito.
Mari Carmen
Qué tal hermanos editores de catolicidad,
ResponderEliminarApoyo el comentario de arriba y además me gustaría sugerirles que también hagan énfasis en alguna versión móvil de este excelente blog. Personalmente (y no creo ser el único) nos damos una vuelta en el contenido desde el celular mientras viajamos o esperamos y resulta bastante frustrante que la página es muy pesada para el navegador móvil. Me tome la libertad de investigar si blogspot tuviera soporte para móviles y descubrí que las páginas con el parámetro ?m=1 después de la dirección muestra un contenido más lite y accesible.
por ejemplo, la dirección de éste post con soporte para móviles sería:
http://catolicidad-catolicidad.blogspot.mx/2012/03/benedicto-xvi-mexico-permanecera-en-mi_26.html?m=1
o por ejemplo, la página principal o para ver el contenido más actual se puede ver desde un móvil así:
http://catolicidad-catolicidad.blogspot.mx/?m=1
Pueden observar la diferencia de la versión desde el navegador de la computadora.
Favor de validar ésta información y si la consideran útil favor de hacerla pública a los hermanos lectores.
Un abrazo y mucho ánimo en esta hermosa labor!!!
Roberto:
ResponderEliminarExcelente información la que nos proporcionas. Prepararemos un post -en esta semana- para hacerla del conocimiento de todos nuestros lectores.
Mil gracias, en verdad.
Un abrazo en Cristo
Atte
CATOLICIDAD