¡Ojalá nunca olvidarán los Padres de familia que su autoridad viene de Dios! Y ¡Ojalá toda la vida de la familia se fundara en esta base tan santa! Toda la sociedad cruje y se tambalea. ¿Quién la salvará? ¿El gobierno? ¿los políticos? ¿los partidos? ¿las medidas sociales?¿las reformas? ¿Qué es lo que la salvará? ¿los mitines o plantones? O acaso ¿los discursos? Nada de esto podrá salvarla (aunque puede ayudar). El remedio es éste: robustecer la vida familiar, renovarla sobre bases cristianas.
Necesitamos una regeneración, pero una regeneración espiritual, una regeneración moral. Necesitamos familias, padres, madres, hijos, que observen con fidelidad el decálogo. Familias en cuyo santuario sea respetado el Reino de Dios. Familias en que Cristo sea la ley. Familias que en medio de este mundo helado levanten la Cruz de Cristo, y por la Cruz de Cristo sean levantadas.
Mons. Tihamér Tóth
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