Si un hombre piensa que es un pez y siente ser pez, por amor a él debemos hacer todo lo posible por convencerlo de que no trate de vivir debajo del agua pues se ahogaría. Sin equipo es imposible al hombre respirar bajo el agua.
El mayor respeto que podemos mostrar a un ser humano que piensa que es un perro es tratarlo como a un ser humano.
EL VERDADERO RESPETO
El que nació varón es un varón y debe ser tratado como tal aunque se sienta mujer. Eso sería realmente mostrarle el respeto que le es debido. Que un hombre crea que es mujer no lo hace ser parte de una minoría que necesita ser tolerada, sino ser parte de un grupo que necesita ayuda...
Ni el ADN ni la naturaleza con la que se nació puede ser modificada con mutilaciones, adiciones, hormonas, maquillajes, ni ningún artilugio, ni con la falsa convicción de que se es lo que no se es.
Si un ser humano creyera que es un gato, aunque con cirugía intentara parecerlo, no sería respetuoso seguirle el juego y tratarlo como a un gato; debemos ayudarle a ver que es un ser humano.
Lamentablemente, muchos han abandonado el sentido común y, contra toda lógica, han aceptado la posibilidad de que los sentimientos de cada cual puedan milagrosamente cambiar la realidad biológica de un individuo. Y lo peor del caso es que tales individuos exigen que todos piensen como cierto tal absurdo, pues de lo contrario los acusarán de intolerantes, siendo ellos los únicos intolerantes con la realidad y con la naturaleza misma.
Chesterton profetizó que habría que luchar para sostener la realidad de que el pasto es verde. Ese tiempo ha llegado.
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