El 8 de diciembre de 1854, en la presencia de 92 obispos, 54 arzobispos, 43 cardenales y una incontable multitud de fieles, el beato Pío IX definía como dogma de fe el gran privilegio de la Virgen: "La doctrina que enseña que la Bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, es revelada por Dios, y por lo mismo debe creerse firme y constantemente por todos los fieles."
Este dogma que define que la Santísima Virgen no tuvo pecado original desde el momento mismo de su concepción, esto es que fue preservada por Dios, desde el primer momento de su existencia, de heredar el pecado de nuestros primeros padres que contraemos todos los demás seres humanos, es confundido por muchos con otra verdad de nuestra fe: la Perpetua Virginidad de María, que se refiere a que antes, durante y después del parto la dulcísima Virgen María siempre permaneció Virgen. Salvo que es la misma persona -la Virgen María- quien recibió ambos privilegios, una verdad es distinta de la otra, pero muchos las confunden. Abajo de este post hay dos enlaces que se refieren a esta fiesta que celebramos el 8 de diciembre por ser el aniversario de la promulgación de este dogma. Adelantamos un día la publicación de este post a fin de que nadie olvide celebrar esta fecha.
ORACIÓN
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre. A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes, para rogarte que nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. Acuérdate Virgen Santísima, que has sido hecha Madre de Dios, no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu socorro haya sido desamparado. No me dejes, pues, a mí tampoco, porque si no, me perderé; yo tampoco quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un grande aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte.
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En el video escucharás cantada "Tota pulchra es", se trata de una oración católica antigua muy bella, escrita en el siglo IV. Corresponde a una de las cinco antífonas de los salmos de las segundas Vísperas de la Fiesta de la Inmaculada Concepción. El título significa "Toda hermosura eres" (refiriéndose a la Virgen María). Habla de su Inmaculada Concepción. Toma algo del texto del libro de Judith y otro del Cantar de los Cantares. Se interpreta en latín, pero abajo podrás leer su significado en español. La letra original en latín la reproduciremos en los comentarios al post.
Toda hermosura eres, María.
Y la mancha original no está en ti.
Tú eres la gloria de Jerusalén.
Tú, la alegría de Israel.
Tú eres el honor de nuestro pueblo.
Tú eres la abogada de los pecadores.
¡Oh, Maria. Virgen prudentísima.
Madre clementísima.
Ruega por nosotros.
Intercede por nosotros ante Nuestro Señor, Jesucristo.
En tu concepción fuiste inmaculada.
Ruega por nosotros al Padre cuyo Hijo diste a luz.
Señora proteje mi oración.
Y llegue a ti mi clamor. Amén.
Haz click para ir a: 1) 8 DE DICIEMBRE: LA INMACULADA CONCEPCIÓN
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Tota pulchra es Maria. Et macula originalis non est in te. Tu gloria Ierusalem. Tu laetitia Israel. Tu honorificentia populi nostri. Tu advocata peccatorum. O Maria.Virgo prudentissima. Mater clementissima. Ora pro nobis. Intercede pro nobis ad Dominum Iesum Christum. In conceptione tua, Immaculata fuisti. Ora pro nobis Patrem cuius Filium peperisti.Domina, protege orationem meam. Et clamor meus ad te veniat. Amen.
ResponderEliminarMe encanta su blog, soy su fan No. 1, nunca dejen de publicarlo.
ResponderEliminarBendiciones para ustedes.
Me parece que en esos días de la promulgación de este dogma hubo un milagro de una extraña iluminación dentro de la Basílica de San Pedro. ¿Podrían abundar sobre este tema? Solo por conocer que también fue plenamente aprobado por Dios.
ResponderEliminarSegún fuentes que parecen confiables, Juan XXIII se lamentaba de la proclamación de este dogma, porque interfería con la difusión del nuevo ecumenismo.
ResponderEliminar¿Qué tan cierto es ésto?
Fan No.1:
ResponderEliminarMil gracias por tu comentario. Dios te bendiga.
Un abrazo en Cristo
CATOLICIDAD
Nos parece infundado lo que te informaron de Juan XXIII. Si nos atenemos a lo dicho por él, resulta exactamente lo contrario:
ResponderEliminar"En este ocho de diciembre, que todos los años evoca la solemne y multisecular proclamación del dogma dulce y luminosísimo de la Inmaculada, nuestro pensamiento se dirige espontáneamente a aquel que fue su voz autorizada, su oráculo infalible. La dulce figura de nuestro predecesor Pío IX, de grande y santa memoria, nos es particularmente venerable y querida, porque tuvo hacia la Virgen un afectuosísimo amor y desde sus años juveniles se aplicó al estudio y penetración del privilegio de la inmaculada concepción de María Santísima."
Fuente: http://www.vatican.va/holy_father/john_xxiii/homilies/1960/documents/hf_j-xxiii_hom_19601208_immacolata-concezione_sp.html.
En cuanto al milagro de una extraña iluminación dentro de la Basílica de San Pedro en esos días de la promulgación del dogma, si alguien tiene las fuentes de tal información mucho le agradeceríamos nos las haga saber para publicarlas.
Gracias por los comentarios.
Un abrazo en Cristo.
Atte
CATOLICIDAD
Señores de Catolicidad:
ResponderEliminarLo de la "extraña iluminación" ya quedó aclarado al leer un comentario de ustedes en el segundo "link", señalado en este artículo, y que se refiere al momento de la proclamación del dogma por Pío IX en que su rostro bañado en lágrimas, fue iluminado por un haz de luz que bajó de lo alto...
Es importante que los fieles lean este comentario que me parece muy importante y sobre todo para los no creyentes.
Un abrazo en Cristo
Señores de Catolicidad:
ResponderEliminarAcerca del comentario de Juan XXIII, les pido una disculpa, ya que me equivoqué de dogma, pues el lamento de Juan XXIII se refería al dogma de la Asunción de la Santísima Virgen María, proclamado en 1950 por S.S. Pío XII, pues éste se oponía al diálogo ecuménico, o interfería con él.
Un abrazo en Cristo.
En efecto, sabíamos de este suceso pero no recordábamos la fuente ni que ya lo habíamos publicado, siendo que en un comentario nuestro estaba. Disculpa la mala memoria pero como publicamos diariamente un post, a veces la memoria falla.
ResponderEliminarDice así:
“Todos los presentes afirman que, en el momento de la proclamación del dogma, el rostro de Pío IX, bañado en lágrimas, fue iluminado por un haz de luz que bajó de lo alto. Mons. Piolanti, que estudió los testimonios dejados por los fieles que presenciaron el hecho, afirma, a la luz de su amplia experiencia en la basílica del Vaticano, que en ningún periodo del año, mucho menos en diciembre, es posible que un rayo de sol entre por una de las ventanas para iluminar cualquier punto del ábside donde se encontraba Pío IX , y concuerda con la descripción hecha por la madre Julia Filippani, de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús, presente en San Pedro con su familia en el momento de la definición, según la cual no era posible explicar naturalmente el extraordinario fulgor que iluminó el rostro de Pío IX y todo el ábside: “Aquella luz –declara ella– fue atribuida por todos a una causa sobrenatural”.
Fuente: http://www.fatima.org.pe
Un abrazo en Cristo
Atte
CATOLICIDAD
En lo que respecta a Juan XXIII, dudamos mucho de las fuentes que te dieron esa información. ¿Cuáles son? ¿Quiénes comentan o dicen eso? ¿Con qué fundamento?
ResponderEliminarSabemos que la primer misa en su pueblo precisamente fue el día de la Asunción, fecha que quizá él mismo buscó.
Veamos: "El 10 de agosto de 1904 fue ordenado en Santa María in Monte, iglesia situada en la Plaza del Popolo. Al día siguiente celebró su primera misa en la Basílica de San Pedro. Ese día, inolvidable para él, terminó con un hecho: En medio de la multitud de peregrinos, el Padre Angelo se encontró con el Papa y lo presentaron al Pontífice con estas palabras: "Santidad, éste es un joven sacerdote que esta mañana ha celebrado su primera misa". El Papa se le acercó y le dijo: "Muy bien, le animo a hacer honor a sus buenos propósitos". Después el Papa dio unos pasos hacia otros peregrinos pero enseguida se volvió a él y le preguntó: "¿Y cuándo celebrará la primera misa en su pueblo?". Angelo respondió: "Para la Asunción, Santo Padre". El Papa respondió: "Deseo que sea una gran fiesta". Así fue, el 15 de agosto de 1904 Sotto il Monte recibió al joven sacerdote para la Primera Santa Misa." Si bien como dogma no estaba definida esa doctrina en ese entonces, sino hasta el pontificado de Pío XII en 1950, la Iglesia ya celebraba esa fiesta hace mucho tiempo.
Por otra parte, si se hubiera considerado que la figura de la dulcísima Madre de Dios interferiría el diálogo ecuménico y se deseaba ignorar de algún modo -lo que hubiera sido una infidelidad-, no se habría hablado de Ella en los documentos del Vaticano II ni hubiese sido proclamada ahí como Madre de la Iglesia. Si algo no puede decirse del VII es que no haya hablado de la Virgen María. Además, no resulta lógico que Juan XXIII haya ponderado tanto a Pío IX por proclamar un dogma mariano (la Inmaculada Concepción) y hubiese estado inconforme con la definición de otro dogma -también- mariano (la Asunción). Ambos dogmas son rechazados por los no católicos, no sólo el segundo.
Otra manera de saberlo sería buscar las homilías de Juan XXIII en las fechas de la fiesta de la Asunción, pero de momento no contamos con el tiempo suficiente para ello.
Por todo esto nos resultan dudosas las fuentes que te informaron ese dato, mismas que no nos indicas cuáles son para poderlas valorar y estudiar. En ocasiones, un hecho real lleva a algunos a conclusiones extralimitadas. Por ello, habría que ver en que pretenden fundamentarse para señalar ese criterio.
Naturalmente, la doctrina y la devoción a la Madre de Dios no debe acallarse por ningún motivo, sea éste cual fuere. De haberse hecho así, sin duda hubiese sido incorrecto. Pero no conocemos algún hecho o documento que fundamente esto.
Agradecemos tu comentario.
Un abrazo en Cristo
Atte
CATOLICIDAD
Estimado hermano en Cristo:
ResponderEliminarGracias por darnos la fuente. No la publicamos porque no se trata de exhibir o señalar a nadie públicamente, ni intentamos polemizar con esa persona, pues generalmente resulta inútil y desgastante. Nada más ajeno a nuestros propósitos. Señalamos nuestro criterio, sólo porque nos tienes la confianza de preguntarlo y, además, nadie sabrá a quien nos referimos.
No hay mucho que analizar a un comentario que asegura algo sin probar nada, absolutamente nada, pues no menciona ninguna fuente en la que se pueda sustentar su aserto.
Decíamos que en ocasiones, un hecho real lleva a algunos a conclusiones extralimitadas, pero en este caso ni siquiera se hace mención a ningún hecho real sustentado documentalmente. Exige esa persona que le creamos su juicio sólo porque sí, porque lo afirma y nada más. Eso debe bastarnos, según cree ese comentarista. En ese texto no se señalan fuentes, documentos o hechos incontrovertibles que sean del dominio popular. Y si se citaran...habría que ver si la interpretación que les da es o no extralimitada. De un hecho objetivo pueden muchos inferir conclusiones muy diversas y disparatadas.
No basta ser de buena fe y creer que se defiende a la Iglesia para que alguien deba ser creído en todo lo que diga. No basta que se sienta lleno de buenas intenciones. Se requiere además ser una persona ponderada y de buen juicio, que tenga además los suficientes conocimientos y sepa aplicarlos adecuadamente. El cúmulo de información que algunas personas esgrimen no es suficiente para seguir todos sus juicios. No basta que en algunos aspectos puedan tener parcialmente razón. Pero en el caso concreto que señalas, el comentarista no se refiere siquiera a alguna fuente que nos permita saber si mal interpreta, tiene algo de razón o miente.
En cuanto a lo demás que escribe, sólo expresa opiniones subjetivas, una postura ideológica, sus criterios personales, su mentalidad particular para juzgar a todos y a todo. Posturas así, exigen a los demás el acuerdo consigo o, por el contrario, el anatema, el escarnio y la condena de quienes no coincidan con él.
Hermano en Cristo, tienes el don del libre albedrío que Dios te da. Con él puedes decidir seguirlo y creer a ese comentarista a pie juntillas, o cuestionar lo que diga y analizarlo a la luz de la doctrina y la legislación de la Iglesia Católica (así como a la de los hechos históricos comprobados), viendo en que pueda tener algo de razón y en que no. Para esto último hay que estudiar mucho y estar bien preparado.
Por eso, ante esa necesidad de estudio es que CATOLICIDAD está constantemente difundiendo la doctrina del magisterio de la Iglesia de dos mil años. La doctrina de todos los papas y concilios, los escritos de los santos, los catecismos, los artículos que repiten lo que la Iglesia SIEMPRE enseñó en todos los tiempos y en todas partes.
Finalmente, nos salvaremos por creer en esa doctrina, en la fe de Cristo, y siguiendo -además y necesariamente- los mandamientos de la ley de Dios y de la Iglesia, buscando superarnos cada vez más espiritualmente y tratando de crecer moralmente.
Estar enterados de las fallas humanas puede ser muy útil, para no seguir los errores de otros, pero no será esa información, per se, la que nos salve sino la fidelidad a la fe y la práctica de las buenas obras, como dice el apóstol Santiago.
No caigamos en el error de algunos de estar muy al tanto de todo, juzgando a todo mundo, pero descuidando lo más importante: nuestro progreso en la virtud y en la piedad, viviendo en gracia de Dios y practicando la verdadera caridad que es en lo que seremos juzgados al caer la tarde de nuestros días, como decía San Juan de la Cruz.
Ponemos a tu disposición nuestro mail para cualquier otro comentario, pues nos hemos ya salido del tema del post, aunque nos parece que el asunto está agotado: catolicidad@hotmail.com
Gracias por la confianza de tu pregunta.
Recibe un fuerte abrazo en Cristo.
Atte
CATOLICIDAD
Estimados hermanos en Cristo:
ResponderEliminarEn primer lugar mis felicitaciones por pagina tan educativa y tan esclarecedora. Gracias por el trabajo que hacen en pos de la difusion de la Fe.
Y en segundo termino, me permito un breve comentario en relacion al reconocimiento de la Ssma Virgen dentro de los documentos del CVII.
Al respecto recomiendo la lectura del libro de Michael Davies (converso del anglicanismo el; parte de una trilogia el volumen)"El Concilio del Papa Juan" El Sr. Davies hace un analisis muy interesante sobre el papel de la Ssma Virgen dentro de los esquemas de este Concilio.
Un saludo en Cristo y Su Ssma Madre.