martes, 13 de diciembre de 2011
ORACIÓN DE SÚPLICA Y CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS:
En las dificultades: Ayúdame.
De los enemigos del alma: Sálvame.
En los desaciertos: Ilumíname.
En mis dudas y penas: Confórtame.
En mis soledades: Acompáñame.
En mis enfermedades: Fortaléceme.
Cuando me desprecien: Anímame.
En las tentaciones: Defiéndeme.
En las horas difíciles: Consuélame.
Con tu corazón paternal: Ámame.
Con tu inmenso poder: Protégeme.
Y en tus brazos al expirar: Recíbeme.
Amén.
Consagración de la Familia al Sagrado Corazón de Jesús
Santísimo Amor de Jesús, te consagramos nuestros corazones, nuestras vidas, y nuestras familias.
Conocemos que el ejemplo bello de Tu hogar en Nazaret, fue un modelo para cada una de nuestras familias.
Esperamos obtener con Tu ayuda, la unión y el amor fuerte y perdurable que recibiste.
- Que nuestro hogar se llene de gozo.
- Que el afecto sincero, la paciencia, la tolerancia y el respeto mutuo, estén siempre presentes.
- Que nuestras oraciones incluyan las necesidades de los otros, no sólo las nuestras.
- Que siempre estemos cerca de los Sacramentos.
- Que la paz esté con nosotros, y cuando vengan las dificultades danos consuelo y esperanza.
Bendice a todos los que aquí habitamos y también a los difuntos
Mantén nuestras familias cerca de tu Amor y que Tu protección esté siempre con nosotros.
Amén.
EL SAGRADO CORAZÓN DE JESUCRISTO
Él es quien, desde el Tabernáculo santo, sostiene, dirige, consuela a las almas; este Corazón es el que inspira todos los sacrificios, el que santifica todos nuestros dolores, el que hace nacer todas nuestras virtudes.
Este Corazón es el que perdona en el santo tribunal de la Penitencia, que se manifiesta a nosotros por sus inspiraciones interiores; es el que nos ha dado por madre a María, y el que, en la Eucaristía, hace sus delicias al habitar entre los hijos de los hombres.
Esta devoción es una de las más completas, porque resume la religión entera, que no es otra cosa sino un comercio de amor entre Dios y el hombre.
Esta devoción es una de las más amables y más consoladoras, puesto que nos muestra todos nuestros padecimientos sufridos por el corazón de nuestro Dios, antes de llegar a nuestros corazones; porque nos da a conocer el Corazón e Jesús, ese Corazón en el cual abundan todas las cualidades que forman los corazones buenos, los corazones nobles, grandes, generosos, heroicos.
El Corazón de Jesús es el corazón del amigo más adicto y más fiel, el corazón del mejor y del más tierno de los padres, el corazón del libertador más desinteresado y magnánimo, el corazón de un Dios que posee todos los atractivos, todas las perfecciones que puedan agradar, conmover y atraer.
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