Preguntó Dios a una madre: -¿A cuál de tus hijos quieres más?
Ella respondió:
-Señor, al ausente, hasta que vuelva; al enfermo, hasta que sane; al triste, hasta que de nuevo esté alegre; al preso, hasta que recobre la libertad; al que sufre, hasta que se sienta consolado; al que le falta todo, hasta que no le falte nada; al que está solo, hasta que no padezca de su soledad; al descreído, hasta que vuelva a creer; al malo, hasta que otra vez sea bueno; al descarriado, hasta que retorne al buen camino; al alejado de Ti, hasta que vuelva contigo.
Conmovido, dijo entonces Dios: -¿Cómo es que dudan algunos de que hay un Dios en el cielo, si hay tantas madres como tú en la tierra?.
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