jueves, 3 de enero de 2019
LA PARÁBOLA DE LOS TALENTOS
Los talentos no representan las pertenencias materiales.
Pero el evangelio es muy claro que ¡el talento no es mío! No es posesión mía, pertenece al Señor y yo soy sólo su siervo. Es importante que nos demos cuenta de lo que somos y todo lo que recibimos en esta vida no nos pertenece, sino que pertenece a Dios.
En la continuación de la parábola, hay dos actitudes diferentes entre los siervos ...
Señor, gracias por los talentos que me has dado. No permitas que la apatía o el desánimo me lleven a enterrarlos o a utilizarlos para mi beneficio personal. Ilumina mi oración, permite que me acerque a Ti con confianza y con un corazón sincero, para desprenderme de mi voluntad y unirme más a la tuya.
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