miércoles, 19 de agosto de 2009

CURSO INTENSIVO ACTUALIZADO: CÓMO ECHAR A PERDER A TU HIJO


> > Comienza por dar a tu hijo -durante la infancia- todo lo que él quiera; así crecerá con la falsa idea de que todo el mundo tiene que servirle.

> > Cuando aprenda malas palabras, celébrale "el chiste"; así creerá que es "muy gracioso" y lo estimularás a aprender otras GROSERIAS que te sacarán de quicio en unos años más.

> > Nunca le des educación espiritual; espera a que tu "niño" cumpla 18 ó 21 años para que "decida por sí mismo". Nada de que rece al levantarse y al acostarse, o cuando toma alimentos, ni que vaya a misa los domingos. Mucho menos los extremos de que se confiese y comulgue seguido o rece el rosario diario. Esos esfuerzos son para mochos, no para tu querido hijito.

> > Evita el uso de la palabra "malo" o "pecado"; podría crearle un complejo de "culpabilidad". Tu hijo nunca tendrá la menor malicia ni cometería algo que considere malo, es incapaz de ello. Por naturaleza siempre será "bueno". Nunca lo regañes, cuando mucho sólo dale ocasionalmente algún consejo sin forzarlo, pues él es libre de seguirlo o no, aunque te parezca mal lo que hace. Cada quien tiene sus "propios" valores.

> > Recoge todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, para que "aprenda bien" a dejar toda responsabilidad a los demás.

> > Déjale ver cualquier programa de televisión, y a la hora y el tiempo que quiera, es una manera de que se divierta, no moleste y esté en paz. Poco importa qué vea en ella, mientras esté contento. Préstale tu PC para que juegue y navegue en internet; no importa qué páginas consulte ni qué imágenes observe, "aprenderá" así tantas "cosas". Deja a la mano revistas sobre la farándula, modas y modelos con fotografías de chicas "de buen ver" y poca ropa. No te preocupes tampoco por los DVDs de adultos que quedan a su alcance o los videos que él mismo alquile. Que vea cualquier film o lea historietas, noveluchas, pornografía y cuanta cosa caiga en sus manos; así su cerebro, lleno de inmundicia, se desarrollará sin "prejuicios".

> > Ten demasiadas "juntas" por las noches y riñe con tu cónyuge en presencia de tu hijo; No le dediques demasiado tiempo a él, le basta que sólo le des toda la "libertad" que exige, así no sentirá el "terrible choque" cuando sobrevenga tu divorcio o separación.

> > Dále todo el dinero que te pida y cúmplele el más mínimo capricho; al negárselo podrías crearle un complejo de "frustración".

> > Ponte siempre de su parte contra los vecinos, profesores y -cuando sea el caso- contra la policía; todas estas personas le tienen "mala idea" a tu hijo.

> > Nunca te preocupes por darle buen ejemplo y cuando alguien te busque y no quieras ser interrumpido, ordénale que diga que "no estás" para que desde pequeño aprenda a "salir de apuros".
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> > Ten cuidado que vaya a escuelas en donde lo académico sea lo único fundamental y se soslaye la formación moral del individuo. Ahí estará en contacto con maestros, compañeros y programas de estudios que ataquen la religiosidad y ridiculicen los valores morales. Finalmente, lo que importa sólo es el conocimiento que pueda retribuirle, más tarde, un buen salario y le permita un excelente estatus social. Todo lo demás es un estorbo.

> > Procura no establecerle alguna obligación en casa: que no arregle su recámara ni contribuya al arreglo del hogar, que no avise a dónde va, ni se le controle con quién anda ni a qué hora llega. Así hará "buenos" amigos, de los que aprenderá los asuntos de la "vida" que tú no deseas orientarle conforme a los valores morales.

> > Luego de seguir estas instrucciones, prepárete para una vida "de tranquilidad". Te la mereces. Y cuando "tu niño" sea un delincuente o un drogadicto, apresúrate a exclamar: "¿Qué pecado habré cometido, Dios mío, para merecer esto? ¿Por qué me sucede esto a MÍ? ¿Cómo puede ser posible?".

Por contraparte, quien siga el camino contrario a todo esto, se le podrán aplicar las palabras de la Sagrada Escritura:

"Salta de júbilo el padre del justo; quien engendró un hijo sabio, hallará en él consuelo". Prov. XXIII, 24.

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3 comentarios:

  1. Me has dejado con la boca abierta con estos ejemplos tan precisos. Nosotros somos los creadores de las acciones y actitudes que hagan nuestros hijos, bueno aunque yo ahora no tengo hijos, este blog me sirve para idear lo que quiero lograr en la educación de los niños. He guardado en link para visitarlo siempre que necesite ejemplificar este tema. Como bien dices, la rama de los diferentes problemas sociales se deben a que nuestra sociedad ya no tiene ningún tipo de credo, ahora es más fácil venerar al ídolo que se crean a su medida como "la muerte" que de santa no tiene nada, es más ni si quiera existe, pero los incrédulos desde ahora están con el demonio, "el dinero" como si al morirnos nos llevaramos una talonera de cheques, en fin y qué decir de las escuelas de gobierno deben ser laicas porque todo ser es autosuficiente ellos solos se crearon y no necesitan nada todo lo tienen porque trabajan o porque son "suertudotes" Dios para ellos no debe existir, provocarían controversia si señalamos al hijo (a) del Director por ciertas cuestiones, no, cómo, capaz que me quedo sin trabajo.
    Por eso estamos como estamos. Y al paso que vamos quién sabe cuándo se logrará el cambio que queremos para nuestro bien común.
    ¡Saludos! y ¡Felicidades!

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  2. El tono del escrito se me hace muy cínico. No es la manera en que algún conocido se dirigiría a mi persona, y de ningún modo permitiría que un desconocido lo hiciera utilizando ese tono. Quizá la palabra cínico no sea adecuada, pero se me hace lo más cercano a lo que en mi opinión lo describe. Un acercamiento irrespetuoso por parte del autor hacia sus lectores, creo que hay mejores maneras de hacer llegar el mensaje.

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  3. Respetamos su opinión. Sin embargo este escrito ha dejado a muchos padres reflexionando, independientemente de si el modo no resulta dulce. El mismo estilo ha sacudido conciencias, que es lo que finalmente se busca.

    Claro, en gustos se rompen géneros y es respetable su criterio.

    Gracias por escribir.
    Un abrazo en Cristo
    Atte
    CATOLICIDAD

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