El pasado 3 de noviembre un lector nos hizo el favor de hacer un comentario al cual respondimos oportunamente. El día de ayer otro lector nos sugirió que publiquemos esa respuesta como un nuevo post.
jueves, 18 de noviembre de 2010
JUVENTUD ETERNA DE LA IGLESIA CATÓLICA (Respuesta a un lector)
El pasado 3 de noviembre un lector nos hizo el favor de hacer un comentario al cual respondimos oportunamente. El día de ayer otro lector nos sugirió que publiquemos esa respuesta como un nuevo post.
Siguiendo esa sugerencia, presentamos el comentario original así como nuestra contestación.
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3 de noviembre de 2010 05:51
Anónimo dijo...
Sería bueno que la Iglesia también se modernizase un poquito, no digo en el fondo sino en las formas. Se está quedando un poquitín obsoleta, la juventud reclama frescura y aires nuevos. Sería bueno que se tomase en cuenta.
Un abrazo en Cristo.
NUESTRA RESPUESTA:
3 de noviembre de 2010 07:43
Catolicidad dijo...
La Iglesia con su doctrina es de una permanente juventud. Cristo es hoy, ayer y eternamente. Es el Dios que es la alegría de nuestra juventud, como dice la liturgia.
La Iglesia nunca ha estado contra el progreso, como algunos maliciosamente sostienen, por el contrario ha sido la impulsora de él, y la principal en ciertos periodos de la historia.
La Iglesia no se aferra a un jumento o un caballo cuando hay autos o aviones. El problema es que con ese eslogan de "modernización" se le ha desvirtuado en muchas partes y es precisamente la juventud, la que notando esa falta de genuinidad de muchos, se aleja de Ella, pasado el momento inicial y eufórico de la dizque "modernización".
La Iglesia siempre -durante toda su historia- ha actuado pastoralmente de acuerdo a las circunstancias, pero sin perder su genuinidad ni haciendo maridaje con los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne.
Es el mundo el que debe volver a Dios y su doctrina, y no la Iglesia la que debe desvirtuarse en un adulterio con las formas y principios falsos del mundo.
No hay nada más permanentemente joven que Dios, cuya doctrina es perenne y siempre vital y vivificante, pues Él es eterno en los siglos de los siglos. Nosotros nos hacemos caducos y viejos como personas, Dios y su Iglesia nunca. Busquemos hacernos y voltearnos hacia Dios y no desear que Él se adapte a nuestros usos y gustos.
Durante 2000 años, en los aspectos humanos en cuanto a formas, la Iglesia los ha desarrollado -con la sabiduría de los siglos- de modo que sean siempre fieles a sus orígenes y fundamentos y conduzcan hacia ellos. Lo grave es, precisamente, cuando algunos se apartan de ellos con pretexto de dizque "ponerla al día" y acaban deformando y traicionando el fondo. Recuérdese que Pablo VI señaló que entró satanás a la Iglesia cuando se esperaba una "primavera" postconciliar. Se dizque abrieron las ventanas y no entró aire fresco sino una tromba destructora y una crisis como nunca en toda la historia de la Iglesia, de la que tardará mucho tiempo para que salgamos. Para ello, es necesario un proceso de reconstrucción que vaya a sus fundamentos.
Quien está contra el verdadero progreso es aquel que no sigue construyendo teniendo como fundamento el progreso que ha habido -en las formas- durante siglos, sino busca qué destruir para innovarlo todo partiendo de cero. Por ello son iconoclastas en muchos sentidos.
El mensaje de Cristo es vivificante, actual y vigente. Los miembros que son fieles a su Iglesia siempre hallarán en ese mensaje perenne, fresco y siempre pletórico de ciencia, la eterna sabiduría a descubrir y profundizar por los jóvenes (y también por los no jóvenes).
Es esperanzador el fenómeno de que muchos jóvenes de hoy están redescubriendo esos tesoros que muchos de sus ancestros olvidaron o despreciaron, en su vetusta actitud decadente que en muchos casos se derivó de un amor excesivo a la novedad por la novedad misma, aunque rompiese la continuidad y el progreso de siglos.
Busquemos, pues, a ese Cristo que es la alegría de nuestra juventud en su mensaje siempre vivo, vigente y joven. Reedifiquemos todo con base en Él.
Gracias por su comentario. Un abrazo en Cristo.
Atentamente
CATOLICIDAD
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La respuesta no pudo ser más clara ni mejor.
ResponderEliminarBendiciones a todos.
La persona que escribió esto tiene un Don dado por Dios (no se si literario, de conocimiento, lo único que se es que es inspirado en Dios), gracias por hacerlo llegar mediante este blog.
ResponderEliminarSe, machomeno.... hace un poco ruido eso del progreso..... debería aclararse. La humanidad no va a hacia una mejora sostenida e indefinida por medio del progreso. No es esa la historia de la creación. El ciclo de Adán más bien se caracteriza por una progresiva descomposición del hombre que culmina en la Parusía.
ResponderEliminarNo hay espacio para desarrollarlo, pero el "progreso", visto desde el plano tecnológico, ha hecho más mal que bien. Ni hablar en los restantes sentidos posibles.
El progreso tecnológico no va NECESARIAMENTE relacionado con el progreso de la persona humana como tal y de la humanidad. En muchos casos, mientras la ciencia avanza el hombre se degrada.
ResponderEliminarEse progreso es excelente cuando es bien usado y beneficia a la sociedad. Desgraciadamente en otros casos sucede al revés, como con el manejo de los medios de comunicación para manipular a las masas con ideologías materialistas y/o hedonistas que buscan, además, sólo el consumismo voraz.
Los avances tecnológicos son buenos en la medida que se utilicen para el bien.
La modernidad, por su parte, se confunde con el cambio. Y no todo cambio es necesariamente bueno ni es un verdadero avance. Muchas veces la historia marca un retroceso o una degradación en los valores íntimos del individuo.
En la Iglesia, efectivamente, entró el humo de satanás -como señaló Paulo VI- y no la anunciada primavera con aire fresco. Por el contrario, el aire estaba plenamente contaminado de errores sobre la moral, herejías contra la fe y abusos litúrgicos.
Bendiciones.
Como decía un escritor recientemente:
ResponderEliminarLa eterna juventud, en el católico, está en la esperanza cierta de que vamos a vivir eternamente.
Un cristiano no es más que alguien que ha encontrado la fuente de la eterna juventud. Alguien en quien se cumple el salmo: “Beberéis aguas con gozo de la fuente de la salvación”. Y, en lugar de ocultar esa fuente para que nadie la encuentre, como se decía en las leyendas de la antigüedad, lo que hace es invitar a sus amigos a beber de ella: Venid, bebed todos, saciad vuestra sed. Es gratis. Lo que no se podía comprar con todo el oro del mundo, lo regalamos a manos llenas.
"El mensaje de Cristo es vivificante, actual y vigente"
ResponderEliminarMuy cierto