domingo, 27 de enero de 2013

NI FRÍO NI CALIENTE






Nos dice el Señor:
"Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente.
"¡Ojalá fueras frío o caliente!. Pero porque eres tibio, ni frío ni caliente, estoy a punto de vomitarte de mi boca.
"Porque dices: "Yo soy rico, me he enriquecido y no tengo necesidad de nada"; y no sabes que tú eres desgraciado, digno de lástima, pobre, ciego y desnudo.
"Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas; y vestiduras blancas para que te vistas y no aparezca la vergüenza de tu desnudez; y colirio para untarte los ojos a fin de que veas.
"Yo, a cuantos amo, reprendo y corrijo; arde, pues, en celo y haz penitencia.
"Mira, estoy de pie a la puerta y llamo. Si alguno escuchare mi voz y me abriere la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.
"Al que venciere, le haré sentar conmigo en mi trono.
Apocalipsis 3, 15-21

Él nos lo dice: a los que ama, los corrige. ¿Estamos dispuestos a recibir la corrección del Señor? ¿Seguiremos siendo tibios? ¿Ni fríos ni calientes? ¿Sólo mediocres espiritualmente?

¿Nos rebelamos ante la menor adversidad?

Jesús espera a la puerta. ¿Le abriremos?

Arde, pues, en celo, oye el reclamo del Señor, conviértete y haz penitencia.




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