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Un sacerdote lo es de tiempo completo, todas las
horas del día y todos los días del año.
No hace falta que sea un experto en política,
administración, economía o finanzas, menos aún
en sociología religiosa o política eclesiástica.
Lo que sí hace falta, y muchísima, es que sea un
sacerdote experto en el amor de Jesús.
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El sacerdote tibio es el gran enemigo de las almas. No nos referimos al renegado, al apóstata, o al infeliz degenerado que tanto escandaliza. Estos tarde o temprano se detectan y se huye de ellos como de un veneno. Los peligrosos son los tibios, los que parecen hombres de Dios y al final decepcionan, los que debiendo irradiar luz proyectan tinieblas, los que no se plantean metas altas e impiden que otros lo hagan, los que en lugar de presentar a Jesús se presentan a sí mismos. Esos son infiltrados, quintacolumnistas en las filas del ejército de Dios, pobres farsantes que en lugar de darnos a conocer a Jesús nos presentan su caricatura. Estos sobran, no los necesitamos.
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| Los sacerdotes son las manos, los pies, los ojos, el corazón de Cristo; los canales y medios por los que Cristo se va a comunicar a la humanidad. |
Un buen sacerdote no distingue entre ricos y pobres, sabios o ignorantes, simpáticos o antipáticos, porque cada uno vale toda la sangre de Cristo. Es aquel que ha consagrado su existencia para liberar a otros de las ataduras del demonio y del pecado, dejando su vida tras las rejillas del confesionario. Es aquel que sabe ocultar su yo en el Yo de Cristo para que todos puedan ver en él a Jesús.
Para llegar a ser un sacerdote santo hacen falta dos grandes alas que lo eleven a las alturas: María y la Eucaristía. El sacerdote ha de ser eucarístico. Se ordena para la Eucaristía, para hacer bajar cada día a Jesús al altar y distribuirlo en forma de pan de vida. Para alimentarse y alimentarnos de su Cuerpo y de su Sangre. El centro de su corazón ha de ser Jesús Sacramentado. Y María, porque todos los sacerdotes se gestan en el vientre de María. El Verbo Divino comienza a ser sacerdote al encarnarse en su seno. Es ahí donde se constituye Mediador entre Dios y los hombres y María se convierte en madre del sacerdote.
Resumen de un escrito de Paz Fernández Cueto
Virgen santísima de Guadalupe, ¡salva nuestra Patria, conserva nuestra fe y defiéndenos de los falsos pastores!
Resumen de un escrito de Paz Fernández Cueto
Virgen santísima de Guadalupe, ¡salva nuestra Patria, conserva nuestra fe y defiéndenos de los falsos pastores!
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Hola. ¿Cómo podría ponerme en contacto con usted para que me explicara una duda en privado?
ResponderEliminarGracias.
Enviando un correo a catolicidad@hotmail.com. Sólo le pedimos nos disculpe si tardamos unos pocos días en contestar pues andamos atrasados en respuestas.
EliminarYo agregaría también que muchos o la mayoría de la gente en estos tiempos se quedan con ellos se fanatizan de ellos porque en ellos encuentran la aceptación y el consentimiento de sus pecaminosas vidas. Es decir los sacerdotes se adaptan a la gente, al mundo, como si ser sacerdote fuese solo un simple empleo como los de las personas comunes, ya no hay distinción, así parece o con sus hechos lo demuestran. Pero esto tiene sus raíces en los seminarios, donde los forman con nuevas e innovadoras doctrinas modernistas, donde en vez de separarse del mundo se adhieren más a él, y con esto no estoy diciendo que todos en absoluto los que se encargan de dar formación a los futuros sacerdotes estén contaminados.
ResponderEliminarTodo esto me entristece muchísimo, pues después de tomar un curso bíblico basado en oración en la parroquia de mi colonia, fui testigo de muchas cosas que tristemente se hacían y se siguen haciendo cada vez más con dominio de doctrinas liberales, donde parece ser que solo hay interés por satisfacer las necesidades del cuerpo y no las del alma. Parece que están de Show siempre: Encuentros y Encuentros, Retiros, Kermeses, etc. etc. ( y los retiros son mas Show donde no se respeta nada de lo Sagrado, que un verdadero encuentro con Dios.) y saben cuanta gente de adhiere a grupos de oración apenas 5 o 10 por mucho, de los cuales solo 3 o 2 terminan sus cursos lo más triste es que todas las parroquias de mi colonia están igual, ya no sé donde ir a Misa, ni donde confesarme.