![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOi49L7iv_T1iF0B0zssBSqN1T0z_H-knVrTvUkLOIbQTsB0fbdYWB7DQk3C9PIK-atW3iv5zo69fY4EvHr_B3TM0DDLJmLVEiX4AJRiuD5Lx3pJF8nEbcpjQjbbLW2LdlxoZ6_j12bHg/s320/Barca+en+tormenta.jpg)
"Díceles Jesús: ¿De qué teméis, oh hombres de poca fe? Entonces, puesto en pie, mandó a los vientos y al mar". (Mt. VIII, 24-26).
Hoy de nuevo gritamos: ¡Señor, sálvanos que perecemos en esta tormenta, en esta crisis que asola a la Iglesia! Pero el faro de la Tradición Católica permanece incólume ante las tempestades revolucionarias. Está dicho: las puertas del infierno no prevalecerán. Cristo estará con su Iglesia hasta la consumación de los siglos y la Iglesia resurgirá triunfante, pasada la tormenta, con más brillo y gloria. Finalmente, el Inmaculado Corazón de María triunfará.
Señor, a quien obedecen los vientos y las tempestades: Sálvanos que perecemos. Abrevia los días por amor a tus elegidos. Señor misericordioso: Te encomendamos que nosotros y nuestras familias enteras nos encontremos entre ellos. Cristo-Dios, humildemente te rogamos: Danos fe y mantennos totalmente fieles a ella. Cordero de Dios ten piedad de nosotros y llévanos a tu Gloria con toda la Iglesia Triunfante.
¡Amén, amén, amén!
ResponderEliminarSanta María de Guadalupe, dulcísima Madre Nuestra: Salva nuestra Patria, conserva nuestra fe y líbranos de los falsos pastores.
ResponderEliminar