jueves, 9 de enero de 2014

EL MAGNÍFICAT

El Magníficat (o la Magnífica) es una Alabanza a Dios que la Santísima Virgen María recitó -durante la visita que realizó a su prima Santa Isabel- por la elección que hizo de Ella.  Es un reconocimiento de la providencia de Dios en el mundo y del cumplimiento de sus profecías. Es el cántico que anuncia el nuevo Evangelio de Cristo; es el preludio del Sermón de la Montaña. Allí María se nos manifiesta vacía de sí misma y poniendo toda su confianza en la misericordia del Padre. En la misma profetiza lo que cabalmente se ha cumplido: «todas las generaciones me llamarán bienaventurada»*.

La Madona, grabado de Carlo Dolci. Siglo XVII
Glorifica mi alma al Señor, mi espíritu se llena de gozo, al contemplar la bondad de Dios mi Salvador porque ha puesto la mirada en la humilde sierva suya y ved aquí el motivo por que me tendrán por dichosa y feliz todas las generaciones, pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas, Él que es todopoderoso y su nombre infinitamente Santo, cuya misericordia se extiende de generación en generación a todos cuantos le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios trastornando su designios. Desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo acordándose de él por su gran misericordia y bondad. Así como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia por siglos de los siglos. AMÉN.
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*"¿Cabría imaginar predicción más inverosímil que ésta?... Una muchacha de quince años escasos, desprovista de bienes de fortuna y de toda posición social, desconocida a sus compatriotas y habitante de una aldea no menos desconocida, proclamaba confiadamente que la llamarían bienaventurada todas las generaciones. ¡Fácil parecía coger la palabra a aquella muchacha profetizante con la certeza absoluta de verla desmentir antes de la primera generación! Hoy han pasado veinte siglos y puede hacerse el cotejo entre la predicción y la realidad. Ahora puede ver la historia sin trabajo si María previó con justeza y si la humanidad hoy la exalta más que a Herodes el Grande, entonces árbitro de Palestina, y que a Cayo Julio César Octaviano Augusto, entonces árbitro del mundo". G.R

Bach tomó el texto en Latín, de Lucas 1,46-55. Su obra consta de 12 movimientos.





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