lunes, 3 de abril de 2017

CHESTERTON, EL INTELECTUAL QUE ANTE LO ABSURDO DEL ANGLICANISMO SE HIZO CATÓLICO



por Javier Navascués

Pinceladas de su vida narradas con sus mismas frases

A Gilbert Keith Chesterton nunca le convenció el protestantismo. Buscó la Verdad hasta encontrarla en la Iglesia Católica. Nunca se sintió a gusto en el ambiente protestante de su juventud. Se rebeló profundamente contra él, intuyendo que allí no estaba la verdadera Iglesia de Cristo. “Sólo quien nada a contracorriente tiene la certeza de estar vivo”.

Chesterton al igual que otros muchos intelectuales como Edith Stein, Alexis Carrell, André Frossard…buscó la Verdad con seriedad y rigor y la halló en la Iglesia Católica. Allí se sintió realmente libre y encontró la fe muy razonable. Afirmaba que “la Iglesia nos pide que al entrar en ella nos quitemos el sombrero, no la cabeza”. Encontró una solidez de pensamiento y una lógica aplastante, algo que nunca vio en el fanatizado mundo protestante. “Por todo ello merece la pena señalar que es el católico el único que logra pensar por su propia cuenta”

Descubrió grandeza y veracidad de la Iglesia Católica frente a la pequeñez de miras y falsedad del protestantismo. El mismo diría que “la mediocridad consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta”. Él no fue mediocre, pues supo ver la grandeza de la Iglesia que había seducido a otros intelectuales de referencia como el Cardenal Newman.

Intuía que la Iglesia Católica, entonces con sus casi 2000 años de Historia, había superado numerosas herejías y errores y seguía siendo fiel al mandato de Cristo. “No hay ningún otro caso de una institución inteligente que haya estado pensando sobre pensar durante dos mil años. Su experiencia cubre casi todas las experiencias y casi todos los errores. El resultado es un mapa en el que todos los callejones ciegos y malos caminos están claramente marcados”.


Para muchos Chesterton es el arquetipo del periodista católico por coherencia de pensamiento y lucidez. Es un modelo interesante, ya que su conversión viene del mundo protestante. Siempre le parecían muy sectarios e infundados los ataques a la Iglesia y decidió investigar por su cuenta en un arduo proceso de búsqueda por la Verdad. Se da cuenta de “que no necesita una religión que tenga razón cuando él tiene razón. Lo que necesita es una religión que tenga razón cuando él esté equivocado”.

Será uno de los autores más lúcidos y prolíficos de la primera mitad del siglo XX. Su fe fue creciendo y madurando con el tiempo. A este respecto tiene una frase genial: Cuando era joven creía en Dios, ahora sólo creo en Dios.

Chesterton cultivó, entre un gran número de géneros (el ensayo, la narración, la biografía, la lírica, el periodismo y el libro de viajes). Desde su profunda vida de fe estaba convencido de la Verdad de Evangelio, que iluminaba todo lo que escribía: “Ningún hombre debería escribir a no ser que estuviese convencido de que él está en posesión de la verdad y otro hombre está en el error. A este mismo respecto escribió que la tolerancia es la virtud del hombre sin convicciones.

Su personaje más famoso fue el Padre Brown. Se trata de un sacerdote católico de gran perspicacia psicológica, que acaba siendo un formidable detective. Es muy aleccionadora la anécdota en la cuál el Padre Brown desenmascara a un delincuente que se hacía pasar por sacerdote porque predicaba contra la razón. “Ese no puede ser un sacerdote católico” dijo el Padre Brown.

En Chesterton hay una gran armonía entre la fe y la razón. Para él hay dos razones fundamentales que pueden llevar a una persona a la conversión: La primera es que se crea que en la fe católica, anida una verdad firme y objetiva, que no dependa de las opiniones personales. La segunda es que la persona aspire a liberarse de sus pecados, ya que no existe ninguna otra religión que realmente pueda librarnos de los pecados y nos permita empezar de nuevo como si jamás hubiéramos pecado.

Chesterton es un intelectual que frente a los errores de la modernidad destaca los valores de la Tradición y del mundo clásico. Ofrece un testimonio lúcido y coherente de fe frente a un mundo nihilista y sin rumbo: “Cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa”

Escribe siempre desde una perspectiva católica: para él, el catolicismo es la llave que permite descubrir los misterios de Dios, porque hace encajar las distintas piezas, como afirma en su Autobiografía. “Los enigmas de Dios son más satisfactorios que las soluciones de los hombres”. Los dogmas no limitan, al contrario marcan un camino hacia la verdad y la plenitud: “Si Dios no existiese, no existirían los ateos”.

Para Chesterton la Iglesia Católica es la única verdadera y fuera de ella no puede haber salvación. A este respecto afirmaba que no se puede condescender con el error: “Quien no odia el error, no ama la verdad”.

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