viernes, 16 de octubre de 2015

LOS TRES TAMICES

En la antigua Grecia Sócrates tenía una gran reputación de sabiduría. Un día vino alguien a encontrar al gran filósofo, y le dijo:
- ¿Sabes lo que acabo de oír sobre tu amigo?
- Un momento -respondió Sócrates- antes de que me lo cuentes, me gustaría hacerte un test, el de los tres tamices.
- ¿Los tres tamices?
- Sí, -continuó Sócrates- antes de contar cualquier cosa sobre los otros, es bueno tomar el tiempo de filtrar lo que se quiere decir. Lo llamo el test de los tres tamices. El primer tamiz es la verdad. ¿Has comprobado si lo que me dices es verdad?
- No... Solo lo he oído hablar...
- Muy bien. Así que no sabes si es la verdad. Continuamos con el segundo tamiz, el de la bondad. ¿Lo que quieres decirme sobre mi amigo, es algo bueno?
- ¡Ah no! Por el contrario.
- Entonces -continuó Sócrates- quieres contarme cosas malas acerca de él y ni siquiera estás seguro de que son verdaderas. Tal vez aún puedes pasar la prueba, la del tercer tamiz, el de la utilidad. ¿Es útil que yo sepa qué me habría hecho este amigo?
- No, en serio.
- Luego -concluyó Sócrates-, lo que querías contarme no es ni cierto, ni bueno, ni útil... ¿por qué entonces querías decírmelo?

1 comentario:

  1. los tre argumentos principales de los tres tamices bajo el tes de socrates fue la bondan la verdad y la utilidad

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