(LifeSiteNews/InfoCatólica) EL IHRG, que defiende el derecho al homeschooling en Europa, ha informado de que las familias se negaron no sólo a acudir a las clases sobre educación sexual, sino a que sus hijos formen parte de la producción teatral Mein Körper gehört mir (Mi cuerpo me pertenece), que explica a los jóvenes cómo empezar a tener relaciones sexuales. En vista de que las multas no consiguieron el objetivo de torcer el brazo de los padres, las autoridades gubernamentales han decidido enviarles a prisión durante breves periodos de tiempo.
Además, se les ha impuesto un tipo de multa especial llamada Bussgeld que, según Richard Guenther, director del IHRG en Europa, significa literalmente «dinero de arrepentimiento» y está «destinada a mostrar contrición por un comportamiento erróneo por parte de la persona multada». Las multas Bussgeld ponen a las familias ante una situación intolerable porque su pago implicaría un reconocimiento de que son culpables por intentar que sus hijos no reciban la educación sexual que impone el Estado.
Joel Thornton, presidente del IHRG, ha denunciado que «este tipo de persecución de las autoridades alemanas contra los `8 de Salzkotten´ demuestra la gran implicación del sistema alemán en la penalización de las familias que no están de acuerdo con el sistema educativo alemán, incluso cuando sacan a sus hijos de unas clases cuyo contenido es claramente objetable».
Thornton asegura que, a diferencia del sistema educativo en los Estados Unidos, las autoridades alemanas «consideran que los hijos pertenecen al estado, especialmente mientras están en el colegio», y por esa razón, las creencias y la autoridad de los padres sobre sus hijos están en segundo lugar después del interés y las disposiciones del Estado.
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Opinión
Lo que está ocurriendo en Alemania, y que antes o después ocurrirá en España (y en los demás países poco a poco), es una señal inequívoca de que bajo el barniz de la democracia se nos está colando un totalitarismo de corte pagano y anticristiano que se parece mucho a los totalitarismos de ese cariz del siglo XX. A unos padres que no quieren que a sus hijos les enseñen la moral sexual que dictamina el Estado, les han multado y metido en la cárcel por ello. Y mucho me temo que acabarán por retirarles la custodia de los menores si no acaban cediendo o largándose a otro país.
Ahora bien, lo noticiable no es que haya ocho padres y madres que acepten pagar e ir a la cárcel con tal de defender su derecho a que sus hijos sean educados según sus valores (conforme a una sana y recta sexualidad, dentro de la ley moral). Lo verdaderamente grave es que son miles y miles las familias que sí ceden ante “papá-estado”, ese señor que dice cómo tienen que pensar tus hijos, qué tienen que creer y cómo y cuándo tienen que dedicarse a tener relaciones sexuales.
Parece mentira que un país que sufrió el nazismo y el comunismo vuelva a tropezar en la misma piedra. Yo desde luego optaría por emigrar antes que quedarme en una nación así. Y parece mentira que los obispos católicos alemanes miren para otro lado. Porque, a día de hoy, no se sabe que ninguno de ellos haya salido en apoyo de esas familias. Tampoco la iglesia evangélica oficial (luterana). Quizás teman a que el Estado decida suprimir el impuesto religioso y se queden sin financiación. Pero prefiero mil veces una Iglesia pobre y fiel a su misión, que una Iglesia rica e imbuida del espíritu de Judas Iscariote. No se puede vender la primogenitura espiritual por un plato de lentejas. No se puede vender la condición de luz del mundo y sal de la tierra por las treinta monedas de plata entregadas en mano por el mismísimo César. Y esa es una tentación en la que se ha caído demasiadas veces.
Lo que ocurre en Alemania lo podemos tener muy pronto en España (y en otras muchas naciones más), si es que no lo tenemos ya. La EpC, y el acoso contra los padres objetores, es un adelanto. Pero ya nos anuncian que piensan introducir el derecho al aborto en todos los niveles de enseñanza. Por supuesto, de la FERE y cía no cabe esperar una oposición radical. A cambio de las treinta monedas del concierto serán capaces de decir que ya se las arreglarán para adaptar lo que sea menester a su ideario. Un ideario que, parece ya obvio, consiste en “mientras yo ponga la mano, que me cuelen todo lo que haga falta". Pero mucho me temo que tampoco podemos esperar actos de heroísmo por parte de los obispos que tienen a su cargo colegios diocesanos. Que no sé cuántos serán en España, pero “haberlos hailos".
Y es que cada vez tengo más claro que la única forma en que la Iglesia de este país será verdaderamente libre de toda atadura al Estado, y por tanto al gobierno de turno, es que renuncie a cualquier tipo de financiación estatal, directa o indirecta. Por supuesto, eso significará que sus recursos deberán ser reasignados, de manera que se pueda seguir garantizando el suelo de nuestros curas, que son dignos de su salario. Si eso implica que no se puede realizar la misma labor social que hasta ahora, pues lo siento mucho. Que sea el Estado quien cubra esa parcela, que para eso le pagamos nuestros impuestos. Pero antes está la dignidad de la Iglesia que el dinero. Por ejemplo, la financiación estatal de la JMJ de Madrid 2012 no vale una milésima de disminución en el grado de denuncia de la barbarie de la ingeniería social zapateril. Y no hay concierto económico que merezca la pena si a cambio nuestros colegios católicos tienen que tragar sapos y culebras. Este es un tiempo para valientes, no para cobardes ni para tibios. ¿Habrá valientes entre los pastores y los fieles para plantar cara al mal que hoy nos viene disfrazado de urnas? En breve lo sabremos.
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Fuente: http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/0912141029-democracia-en-alemania-a-la-c
------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En Madrid: Cursos prácticos de uso de preservativos a alumnos de trece años
PPE informó que "en la revista Siringa del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) de la Ciudad de los Ángeles de la Comunidad de Madrid se reseña cómo se ha explicado a los alumnos de 2º de ESO (13-14 años) el modo de utilizar un preservativo masculino. Para ello se les han proporcionado preservativos y muñecos que imitan aparatos reproductores masculinos".
Según Fabián Fernández de Alarcón, secretario general de Profesionales por la Ética, esta actividad choca de lleno con el discurso de Esperanza Aguirre contrario a Educación para la Ciudadanía (EpC) y al adoctrinamiento escolar.
"Lo que queda de manifiesto es que en la Comunidad de Madrid las palabras van en una dirección y las obras por otro. Estamos hartos de que en los centros educativos de Madrid se presione a los padres objetores a EpC y estamos hartos de que se imponga a los chavales un determinado modelo de educación afectivo-sexual", indicó el delegado.
PPE recordó que "el Gobierno madrileño tiene firmado un convenio de formación de profesores de EpC con la Fundación socialista CIVES. Por si fuera poco, la Consejería de Educación no ha dado ninguna indicación a los inspectores y profesores madrileños sobre cómo aplicar las sentencias del Tribunal Supremo de febrero de 2009 que prohibían expresamente la imposición de criterios sobre cuestiones morales controvertidas".
Impecable tu post.
ResponderEliminarIncreíble lo de Alemania. Es un pueblo que adolece de un gran mal, que se repite a lo largo de su historia.
Debemos estar preparados, ser concientes y actuar con coherencia cristiana.
Estamos con Cristo o somos su negación.
No hay medias tintas, nuestra vida debe ser una ofrenda diaria a El, de lo contrario somos solo criaturas que gastamos el tiempo haciendo necedades.
Debemos cuidar a nuestros hijos y formarlos cristianamente.
Aceptar las relaciones promiscuaos, el aborto o los abusos de todo tipo, es un mensaje nefasto para nuestros hijos. Después lo lamentaremos grandemente.