jueves, 3 de diciembre de 2009

LA INGRATITUD CON EL PRISIONERO


Quería contarles que esta mañana hablaba con un presidiario el cual me confiaba la desazón de su corazón porque nadie le visitaba. El dolor y la soledad de su alma eran inmensas...

"Mi esposa, me decía, sólo vino cuando necesitó plata, se fue con un cheque y una vez que se terminaron esos millones vino por más con zalamerías hipócritas sólo por que estaba necesitada. No me trajo nada, no se interesó por saber cómo estaba; sentí claramante que (con esa actitud) su presencia me resultaba aun peor que su ausencia... ¡la esposa que amo con toda mi alma!...".
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"Mis Hijos, están en Bucaramanga, y... ¿se puede creer que ninguno de ellos ha venido a visitarme? ... ¿Cómo pueden ser tan ingratos cuando gracias a mi pensión de Ecopetrol recibieron educación secundaria y terciaria? Son todos unos profesionales, pero ya no tienen tiempo para visitar a su padre... Les di todo lo que necesitaron en toda circunstancia y ahora que los necesito... no me retribuyen con nada. ¿Cómo pueden ser tan ingratos?".


A él le brillaban los ojos y a mí se me partía el alma porque mientras ponía atención a sus sentimientos escuchaba una voz lejana, la Voz de Prisionero de Amor que está detrás de las rejas del Sagrario que le hablaba a mi alma y a muchas almas que sólo se acercan a Él cuando están necesitadas, pero no por AMOR.

El infierno es el sitio para el amor despreciado, donde el prescito* estará eternamente, ahí jamás recibirá visitas por haberse burlado del divino Amor de Jesús-Hostia, de Jesús que se entregó como víctima por nosotros.

Alguien que de su abundancia te colmó, está mendigando amor detrás de las apariencias del Pan. No dejes de saborear la eternidad pasando el tiempo en su compañía. No busques las recompensas de Dios sino más bien al Jesús de las recompensas, pues aquello lo hacen quienes abandonan su bautismo por un plato de lentejas.
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Junto a tu reja, Señor, escuché estas quejas y un eco fueron de ellas el que resonó en la Cárcel Modelo, en mi corazón... y ahora en el tuyo, querido lector.

Un sacerdote católico.
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NOTA: "Prescito", explica el diccionario, es un condenado al infierno.
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2 comentarios:

  1. Yo trabajo en un Centro de Readaptación Social del estado de Guanajuato y ahí nunca, jamás se han acercado los católicos. Hay grupos de Testigos de Jehova, de Bautistas y de Mormones que van diariamente y que pasan horas con los presos, cantando, orando, escuchándolos, pero hemos invitado a sacerdotes católicos y jamás nos han respondido. Y yo soy católica, eso me parece muy triste. Obviamente el 90% de la población de los internos se ha cambiado de religión. Y ni que decir, los hermanos que van con ellos son muy buenas personas. ¿Por qué el católico, el sacerdote, el laico, el misionero, no se acerca a los centros penales? Al menos en el que yo trabajo nunca han ido, y tengo ya casi 7 años trabajando ahí.

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  2. Quien esto escribe ha realizado trabajo social y pastoral católico en presidios. Naturalmente no en todas partes se cuecen habas y no siempre es posible. Consideramos que si bien es cierto que el número de sacerdotes católicos es bajo comparado con las necesidades de la población, podría usted empezar a organizar un grupo de seglares que se interesaran en esta labor.

    Incluso si acude a instancias superiores con su obispo -no a una sola parroquia- y plantea la triste siutación que nos comenta, seguramente encontrará orientación para esta empresa y de -de ser posible- quizá hasta apoyo de la jerarquía a través de algún sacerdote. La asistencia del sacerdote podría -al menos al principio- ser eventualmente periódica y en cuanto se evalúen las necesidades irse programando con la mayor frecuencia posible. Pero un solo sacerdote si bien puede realizar mucho bien requiere de apoyo de los seglares, ahí podría usted entrar y organizar esta labor conjuntamente.

    ¿Quién mejor que usted que conoce bien esta situación para iniciar esta necesaria empresa a favor de las almas y evitar que esas personas sean cambiadas de la verdadera fe?

    Cuente con nuestras oraciones para tan loable labor.

    Un abrazo en Cristo.
    Atte
    CATOLICIDAD

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