miércoles, 11 de noviembre de 2009

¿QUÉ DICE LA IGLESIA DEL CONTROL NATAL?


Dada la confusión que existe en este tema, es necesario tener presente lo siguiente:


a) El fin primario del acto conyugal es la procreación de los hijos. S.S. Pío XII condenó como errores modernos los de aquellos que "afirman que el fin primario del matrimonio no es la procreación de los hijos o que los fines secundarios no están subordinados al primario, sino que son independientes del mismo" (Denz. 2295).

b) La Iglesia enseña que todo aquello que a través de cualquier artificio impida, por métodos no naturales, la concepción de un hijo es gravemente pecaminoso (encíclicas Casti Conubii de Pío XI y Humanae Vitae de Pablo VI. Puedes consultarlas haciendo click sobre su nombre).

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c) Así, todo método artificial de control natal está prohibido por la ley natural y es ilícito.

d) Existen métodos artificiales que sólo evitan la concepción (como sucede con el preservativo) y existen otros que son microabortivos. Estando todos prohibidos gravemente por la moral, sin duda habrá mayor culpabilidad si se utilizan aquellos que impliquen la privación (o al menos la posible privación) de una vida humana ya concebida.

MICROABORTO = MACROCRIMEN


e) Algunos métodos son mixtos, así por ejemplo ahora las actuales píldoras anticonceptivas convencionales tienen ya un doble efecto: en primera instancia son anovulatorias, esto significa que evitan la ovulación; en segunda instancia, si fallan como anovulatorias, y hubiese fecundación, actúan evitando la implantación (la fijación) del óvulo ya fecundado en el útero, lo que significa un aborto al que se denomina microaborto (por el tamaño del ser humano ya concebido al que se le priva la vida). Cabe señalar que en sus inicios las píldoras anticonceptivas eran sólo anovulatorias y la mayoría de las mujeres que hoy en día las utilizan desconocen -porque se les ha ocultado- el segundo efecto que ahora se les ha agregado.

Otro tanto, por ejemplo, ha de decirse del Dispositivo Intrauterino (DIU). Actúa de cuatro maneras: 1) Irrita la capa interna del útero (endometrio) impidiendo que el espermatozoide suba hasta la trompa 2) Produce contracciones del útero en contra del ascenso del espermatozoide 3) El cobre atrae a los espermatozoides por medio de cargas eléctricas. 4) Y como último mecanismo, si los demás fallaron impide la implantación del óvulo fecundado. Lo que significa la eliminación de una vida humana por medio de un microaborto.

La mayoría de los médicos que implantan Dispositivos Intrauterinos o prescriben pastillas niegan su acción microabortiva, a través de un subterfugio: sostienen que el embarazo se inicia luego de la implantación de óvulo fecundado y al no haber tal implantación todavía, el hecho de impedir que un óvulo fecundado se implante no puede ser -según ese sofisma- considerado como un microaborto. En realidad, la ciencia ha demostrado que en el momento que el óvulo es fecundado se inicia la vida de un ser humano. Así, el padre de la genética moderna, Dr. Jerome Lejeune, ha dicho: "Aceptar el hecho de que después de que la fertilización un nuevo ser humano cobra vida, ya no es un motivo de pruebas u opiniones, es simple evidencia". Luego, su eliminación es un aborto pues se acaba y trunca esa vida humana, independientemente de que esté o no ya implantada.

Igual ha de decirse de la píldora del día después, que también tiene efectos microabortivos como ha comprobado la FDA de Estados Unidos (*). Veamos:


Por lo tanto, siendo falta grave cualquier uso de métodos artificiales, sin duda la gravedad aumenta -en gran proporción- cuando aquellos que se utilizan tienen un posible efecto microabortivo. El tamaño del cadáver no impide que sea un macrocrimen.

f) Existe un deber de fecundidad en el matrimonio. El fin primordial de este sacramento es la procreación y educación de la prole. Ver el siguiente escrito: ¿FAMILIAS NUMEROSAS HOY EN DIA? . Lamentablemente, los mismos católicos han sido bombardeados por la propaganda antinatalista y muchos creen que es lícito evitar los hijos sin una razón grave o realmente seria. Esto es falso.

g) Cuando en un matrimonio existan razones verdaderamente serias -a juicio de personas con un criterio moral bien formado- para evitar más hijos, se puede acudir a evitar la relación sexual temporalmente o emplear métodos naturales que evitan el acto sexual en los días fértiles de la mujer y lo emplean en aquellos que son infecundos. Los más conocidos son el ritmo, la temperatura y el Billings, siendo éste último más seguro, pues por medio de la mucosidad cervical femenina permite saber si la mujer se halla o no en un día fértil. Si bien todo método de control natal -tanto los naturales como los artificiales- tiene un margen de error, se ha tratado de exagerar el de los naturales, pues no conviene al gran negocio farmacéutico de las grandes transnacionales. Hay activistas del método Billings que han acudido a comunidades rurales y han comprobado su alto margen de eficacia entre personas poco ilustradas. Además, el criterio para medir la moralidad de esto no es la mayor o menor eficacia sino la naturaleza del acto en sí mismo.

h) El empleo de métodos naturales no siempre es lícito. Muchas personas ignorantes consideran a estos métodos como si fueran los recomendados en todo caso y situación por la Iglesia. Ello no es así. Como ya hemos explicado, la Iglesia los permite sólo cuando exista una seria razón que justifique su uso. Así, si un matrimonio sólo usare del mismo en sus momentos infecundos de manera continua y sin ninguna causa seria para ello, estaría transgrediendo el deber de fecundidad. No habría falta por el empleo de un método inmoral (como lo son los artificiales) sino por faltar al deber de fecundidad. La mayor o menor gravedad (esto es, si existe falta venial o pecado mortal) en ello, iría en relación con el tiempo en que esos hijos se evitaran sin existir razón seria para ello.

Enseña S.S. Pío XII:
"El contrato matrimonial que confiere a los esposos el derecho de satisfacer la inclinación de la naturaleza, los constituye en un estado de vida, que es el estado matrimonial. Ahora bien, a los cónyuges que hacen uso del acto específico de su estado, la naturaleza, el Creador, les impone la función de proveer a la conservación del género humano. Esta es la prestación característica, que constituye el valor propio de su estado: el bonum prolis. El individuo y la sociedad, el pueblo y el Estado, la Iglesia misma, dependen para su existencia, en el orden por Dios establecido, del matrimonio fecundo. De ahí que abrazar el estado matrimonial, usar continuamente de la facultad propia suya y sólo en él lícita, y, por otra parte, sustraerse siempre y deliberadamente, sin grave motivo, a su deber primario, sería un pecado contra el sentido mismo de la vida conyugal".

"De aquella prestación positiva obligatoria pueden eximir, aun por largo tiempo, hasta por la duración entera del matrimonio, serios motivos, como los que se dan no raras veces en la llamada «indicación» médica, eugénica, económica y social. De ahí se sigue que la observación de los tiempos infecundos puede ser lícita bajo el aspecto moral, y en las condiciones mencionadas es realmente tal. Mas si no se dan, según juicio razonable y justo, semejantes razones graves personales o derivadas de las condiciones exteriores, la voluntad de evitar habitualmente la fecundidad de su unión, aun persistiendo en satisfacer plenamente su sensualidad, no puede derivar más que de una falsa estimación de la vida y de motivos extraños a las rectas normas éticas". (Alocución de S.S. Pío XII el 29 de ocubre de 1951. Denzinger 2338-2339).

Finalizamos este tema señalando que las normas de moralidad objetiva que señala la Iglesia no pueden ser dejadas a la interpretación personal de la conciencia de cada individuo y que quien tal cosa dijera, sea quien fuere, se aparta del magisterio mismo de la Iglesia Católica. No es de extrañarse este alejamiento de algunos -incluso eclesiásticos- que enseñan posturas contrarias a la moral católica, lo mismo sucedió cuando algunos de los seguidores de Cristo se escandalizaron de sus enseñanzas y lo abandonaron. Pero ni Cristo ni su Iglesia hablan para halagar los oídos del hombre ni para seguir las máximas y criterios del mundo, sino para enseñar la Verdad y el camino de salvación.
Si algunos pastores no hablan, hablarán las piedras.

(*) Nota: La FDA o Food and Drug Administration (Administración de Alimentos y Fármacos, por sus siglas en inglés) es la agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos (tanto para seres humanos como para animales), suplementos alimenticios, medicamentos (humanos y veterinarios), cosméticos, aparatos médicos (humanos y animales), productos biológicos y productos heméticos.
Ver el siguiente escrito: ¿FAMILIAS NUMEROSAS HOY EN DIA?
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9 comentarios:

  1. que interesante personas que dicen ser "célibes" dando clases y enseñando sobre matrimonio sexo como criar hijos planificación familiar y control nata yo me pregunto con que autoridad moral y ejemplo de vida un "célibe" va a enseñar sobres estos temas

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    1. con la misma autoridad que un médico trata a un enfermo, porque el primero sin tener la enfermedad ayuda en la sanación del segundo

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  2. ¿Se tiene que ser drogadicto para curar adicciones? ¿Se tuvo que estar loco para que un siquiatra cure enfermedades mentales? ¿Se tuvo que haber viajado al espacio -ser astronauta- para programar viajes espaciales?

    La autoridad moral la da Dios. La Iglesia Católica recibió ese depósito (preservar y enseñar la doctrina y la moral) de Cristo. La moral en general (y en sexualidad, en particular) no la "inventan" ni los célibes ni los casados. La enseñanza moral no proviene de la experiencia ni de lo que se ha vivido o no.

    Todo eso sin considerar -bajo otro angulo, ya no en la enseñanza moral sino ahora en aspectos prácticos- que un buen cura experimentado, con algunos años de ejercer la guía de almas pueda dar un consejo más sabio a un matrimonio que una persona casada, precisamente por su trato pastoral con los problemas de tantos matrimonios o personas que acuden a él en el confesionario o la dirección espiritual.

    No se deje engañar por la vieja falacia de que la autoridad sólo y únicamente la puede tener alguien que haya vivido la misma situación. De otra manera un padre de familia no podría corregir a sus hijos si no ha cometido los mismos errores que reprende. La experiencia en la vida de ese padre o esa madre de familia no proviene NECESARIAMENTE de haber cometido los errores en que incurrió un hijo. El buen criterio y el buen juicio se adquiere de muchas maneras, no necesariamente por haber tenido las mismas vivencias.

    El error que le han hecho creer es muy viejo y ya pocos creen en que tenga validez. Exigir la experiencia vivencial siempre y en todo caso es un falacia.

    Además, la autoridad en aspectos morales proviene de la moral misma. Los valores valen por sí mismos por encima de las vivencias de cada quien.

    Un saludo
    Atte
    CATOLICIDAD

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  3. P.D. Otro asunto a tratar es que, ciertamente, quien enseña obviamente debe ser congruente con esas enseñanzas. Pero la moral (los principios morales) no depende de esa congruencia. Los principios morales valen por sí mismos. Y la Ley natural está impresa por Dios en todo hombre, dependerá de cada quien profundizar en ella. De ahí la labor iluminadora de la Iglesia, pues el hombre por su naturaleza caída es proclive a no seguir y desnaturalizar esa Ley.

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  4. A un lector: Cuando por prescripción médica se usa alguna sustancia (con un efecto secundario anovulatorio) para regular los ciclos y no para evitar la fertilidad, podría -en teoría- ser empleada si no se busca el efecto anticonceptivo; el asunto está que actualmente, las píldoras anticonceptivas convencionales ya tienen un doble efecto: primero anovulatorio, es decir impiden la ovulación, pero en caso de fallar éste y de haber fecundación, impiden la anidación del óvulo fecundado provocando, así, un aborto. Entonces, si se trata de una persona casada (que por lo mismo tiene relaciones sexuales), existe el riesgo que haya una microaborto y esto no es lícito. Distinto sería el caso si no hubiese relaciones sexuales.

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  5. A una lectora: La ligadura de trompas sí es un pecado grave. Es enseñanza de la Iglesia. Los pecados no son lo que cada quien crea si es o no pecado. La autoridad es la Iglesia, no la opinión personal de cada fiel. Si no, imaginemos que cada quien hará el pecado que le dé la gana solo por considerar que no lo es. Cristo dejó una autoridad para enseñar su doctrina y no dijo que cada quien puede creer y hacer lo que le convenga o le plazca.

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  6. Durante muchos años me han dicho que mi útero que es de un tamaño muy pequeño para soportar el crecimiento de un feto sin grave riesgo de salud de mi parte. Además, toda mi vida he tenido ciclos menstruales irregulares por lo que los métodos naturales no me sirven. Me he casado y tengo muchos desórdenes hormonales debido en gran parte, a que mantuve mi virginidad hasta pasado los 42 años y me han recetado medicamentos que contienen hormonas ya que padezco en el último año muchas hemorragias uterinas y me han reiterado el grave inconviente para mi salud de un embarazo, ya que de acuerdo a unos exámenes médicos no habrían óvulos en folículos y si queda alguno en mi útero, está muy debilitado y un embarazo podría provocar aun más grave una hemorragia. Mi esposo tiene miedo de un embarazo en estas condiciones y no quiere correr riesgo y me pide que tome los medicamentos que sean necesarios aunque esos impidan un embarazo en estas precarias condiciones. ¿Qué hago que sea espiritualmente responsable?

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    1. Cualquier método artificial para controlar la natalidad es gravemente pecaminoso. Además, la mayoría de ellos tienen potencialidad microabortiva. Es decir que matan a un ser humano al impedir que el óvulo fecundado se implante. Pregunte a un médico católico (que realmente lo sea, pues muchos aprueban los anticonceptivos contra lo que manda la Ley Natural y la Iglesia Católica) que método natural pude usar que sea el más confiable en su caso. Cuando existe una razón seria los autoriza la Ley Natural y por lo tanto la Iglesia. Hay muchos mitos contra los métodos naturales de parte de ciertos médicos. Investigue bien con un doctor de criterio confiable y de verdaderos principios católicos. En ningún caso es lícito usar métodos artificiales. Siempre será un pecado grave su uso y mayor todavía si existe riesgo de un microaborto. Deseche esa posibilidad totalmente.

      Le recomendamos leer este post: http://www.catolicidad.com/2011/07/matrimonio-contracepcion-y-regulacion.html

      Un abrazo en Cristo.

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