sábado, 30 de abril de 2022
viernes, 29 de abril de 2022
FECUNDIDAD
Un nuevo hijo —aducen— envejece más rápidamente a la mujer..., incluso hace peligrar su salud, hasta puede ponerla en riesgo de perder la vida...
Muchos de estos temores por perder la salud, no son más que excusas de mujeres obsesionadas con su apariencia exterior, que no quieren ver marchitada su belleza en lo más mínimo.
La belleza exterior, por mucho que se cuide, desaparecerá con los años. No así la belleza interior, que es espiritual. Un nuevo hijo podrá tal vez marchitar en algo la belleza exterior, no así la belleza interior, que se verá rejuvenecida. Porque la generosidad, el espíritu de servicio, los nuevos retos que implica la llegada de un nuevo hijo, hacen rejuvenecer el espíritu. Un hijo preserva a la madre del decaimiento, del desaliento, del hastío prematuro.
Es cierto que la fecundidad no está exenta de peligros. Es cierto que la vida del niño a veces puede hacer peligrar la vida de la madre.
Pero aun en estos trances graves y angustiosos, podemos comprobar que la fe y confianza en Dios producen las grandes santas que todos admiramos, de una grandeza espiritual admirable. Producen aquella clase de madre que no consiente en suprimir aquel pequeño ser humano que ya vino a la existencia, aun cuando su vida ponga en un grave peligro a la suya. Es la clase de almas heroicas que confían en Dios y en sus mandamientos, y que saben abandonarse en sus manos. Son aquellas almas que nunca se arrepentirán de haber cumplido la voluntad de Dios, aunque haya sido a costa de grandes sacrificios o de su propia vida.
Sí; la misión de una madre puede exigir grandes sacrificios; la Iglesia rinde homenaje a esas mártires de la maternidad, y cree que se realiza en ellas la promesa de San Pablo; es, a saber: que las madres se salvan dando vida a sus hijos mientras perseveren con modestia en la fe, en la caridad y en la santidad.(I Tim 2, 15).
Mons. Tihamér Tóth. El matrimonio cristiano.
jueves, 28 de abril de 2022
ACUÉRDATE por Fray Luis de Granada
miércoles, 27 de abril de 2022
EL PAPEL DE LA MADRE
¿Y cuál es el papel de la madre cristiana?
“Engendrar hijos para el cielo”.
Las vacas tienen crías, los perros y las liebres también, pero mientras estos animales de Dios crían hijos para la tierra, la madre cristiana debe hacerlo para el cielo. Porque antes que saciar el cuerpo, hay que pensar en saciar el alma. Antes de pensar con qué se vestirán los hijos, hay que pensar si están revestidos de la gracia. Por eso el papel de la madre es fundamental, tanto que Nuestro Señor vivió sin padre carnal, pero no sin madre.
“Engendrar hijos para el cielo…”. Practicando las virtudes, ante todo; de allí que el Cura de Ars dijese que “las virtudes pasan suavemente de las madres a los hijos”.
De la madre uno aprenderá la primera oración o el primer insulto.
De la madre el hijo sabrá primeramente distinguir lo bueno de lo malo, de allí que sea tan nefasta esa corriente ideológica que dice que “no hay que poner límites”, “no hay que corregir”, “nunca hay que levantar la mano”.
“¿Tienes hijos? Adoctrínalos, doblega su cabeza desde su juventud” (Eclesiástico, VII, 23) pues “un caballo no domado, sale indócil, y un hijo consentido, sale rebelde" (Eclesiástico, XXX, 8).
La obligación de la madre católica es llevar a sus hijos al cielo. Y si a pesar de una buena formación el hijo se desvía, siempre queda el recurso de la oración constante por él. A Santa Mónica, que insistentemente oraba por su hijo pecador, le dijo un obispo: "No se condenará un hijo de tantas lágrimas". Y ese hijo llegó a ser un gran santo: San Agustín.
martes, 26 de abril de 2022
¿SABES QUÉ ES LA TRADICIÓN?
La Tradición es la palabra de Dios no escrita, sino transmitida de viva voz por los apóstoles y que ha llegado hasta nosotros por la enseñanza de los Pastores de la Iglesia.
La Sagrada Escritura no es el único depósito de revelación cristiana. Los apóstoles no escribieron todas las verdades que habían aprendido de boca de su divino Maestro. Muchas hay que enseñaron de viva voz a los primeros obispos, y éstos, a su vez, las transmitieron a sus sucesores.
Llámase Tradición, ya el conjunto de estas verdades así transmitidas, tradición objetiva; ya el órgano de transmisión de estas verdades, tradición subjetiva.
El órgano de la transmisión de las verdades no escritas no es otro que el magisterio de la Iglesia.
I. Los apóstoles no escribieron toda la doctrina de Jesucristo.
a) La predicación era el medio indicado por Jesucristo mismo para la propagación del Evangelio. Los apóstoles no habían recibido la misión de ESCRIBIR la doctrina de Jesucristo, sino la de PREDICARLA a todo el universo. Ni siquiera escribieron un resumen sucinto de la doctrina cristiana: su símbolo fue enseñado de viva voz y recitado de memoria hasta el siglo VI. Por eso hacen depender la fe, no de la lectura de la Biblia, sino de la audición de la palabra de Dios: Fides ex auditu, auditus autem per verbum Dei. (San Pablo.)
b) Sin embargo, algunos apóstoles escribieron una parte de las enseñanzas del divino Maestro; pero no nos presentan sus escritos como un cuerpo completo de la doctrina cristiana. Los evangelistas no relatan sino algunas enseñanzas de Jesucristo y los hechos principales de su vida; los autores de las Epístolas se limitan a explicar ciertos puntos de dogma o de moral.
San Lucas nos dice que Jesucristo, después de su resurrección, pasó cuarenta días con sus apóstoles, dándoles instrucciones sobre el reino de Dios, es decir, sobre su Iglesia, y el Evangelio no dice ni una palabra de estas instrucciones.
San Juan, el último de los evangelistas, hace esta notable advertencia: "Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, que si se escribiesen una por una ni aún en el mundo pienso que cabrían los libros que se habrían de escribir" (*) .
c) Por lo demás, la existencia de la Tradición, está probada por el uso mismo de aquellos que la rechazan. Los PROTESTANTES aceptan la inspiración divina de la Biblia, la substitución del domingo al sábado, el bautismo de los niños, etc. Pero estas verdades y prácticas no son conocidas sino por tradición: los Libros Santos no hablan de ellas. La palabra de Dios no está, pues, contenida exclusivamente en la Biblia.
Entre las verdades que no son conocidas, sino por Tradición se pueden citar la inspiración de los Libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, la designación de los Libros canónicos, el número exacto de los Sacramentos, la obligación de bautizar a los niños antes del uso de razón, la de santificar el domingo en vez del sábado, la validez del bautismo conferido por los herejes, el culto de los Santos y de las Reliquias, la doctrina de acerca de las indulgencias, la Asunción de María Santísima en cuerpo y alma al cielo, etc. De este modo la Tradición completa y explica las Sagradas Escrituras.
II. ¿Dónde se encuentran consignadas las enseñanzas de la Tradición?
Las verdades enseñadas oralmente por los apóstoles fueron escritas más tarde y transmitidas por los diversos medios de que se vale la Iglesia para manifestar sus creencias.
La Tradición apostólica fue consignada sucesivamente en los símbolos, en los decretos de los Concilios, en los escritos de los Santos Padres y Doctores de la Iglesia, en los libros litúrgicos, en las Actas de los mártires y en los monumentos del arte cristiano.
a) Símbolos. Los símbolos (o credos) de los apóstoles, de Nicea, de san Atanasio, demuestran el origen apostólico de los dogmas que contienen.
b) Concilios. Los Concilios generales son la voz de la Iglesia universal. Todos han basado sus decisiones sobre la enseñanza anterior y, particularmente, sobre la de los primeros siglos. Su doctrina no puede diferir de la de los apóstoles.
c) Escritos de los Santos Padres. Los escritos de los Santos Padres son el gran canal de la Tradición divina. Llámanse Padres de la Iglesia los escritores eclesiásticos de los primeros siglos, reconocidos como testimonios de la Tradición. Para tener derecho a este título se requieren cuatro condiciones: una doctrina eminente, una santidad notable, una remota antigüedad y el testimonio de la Iglesia.
Los primeros Padres que han consignado por escrito las Tradiciones apostólicas son: san Clemente de Roma, el año 100. San Ignacio de Antioquía, martirizado el año 107. San Policarpo, mártir (166). San Justino, filósofo y mártir (166). San Ireneo, obispo de Lión (202). San Clemente de Alejandría (217), etc.
Sus contemporáneos, Tertuliano, Orígenes, Eusebio, etc. no son más que escritores eclesiásticos, porque su santidad no fue comprobada. Si, a veces, se les da el nombre de Padres, es debido a su antigüedad y al brillo de su doctrina.
* Los Padres de la Iglesia se dividen en dos categorías:
Padres griegos y Padres latinos.
** Los principales Padres griegos son:
San Atanasio, patriarca de Alejandría (296-373). San Basilio, arzobispo de Cesárea (329-379). San Gregorio, arzobispo de Nacianzo (329-389). San Juan Crisóstomo, arzobispo de Constantinopla (347-407).
**Los principales Padres latinos son:
San Ambrosio, arzobispo de Milán (340-397). San Hilario, obispo de Poitiers, muerto en 367. San Jerónimo, presbítero, traductor de la Biblia (346-420). San Agustín, obispo de Hipona (358-430). San Gregorio Magno, Papa (543-604).
Los Padres pueden ser considerados como testigos de la Tradición y como doctores de la Iglesia. Como testigos poseen una autoridad especial. Cuando todos, y aún cuando varios, presentan una doctrina como perteneciente a la Tradición apostólica, merecen el asentimiento de nuestra fe. Y, a la verdad, es imposible que autores de diversos países, de diversas nacionalidades, de diversos siglos, se hayan puesto de acuerdo para consignar en sus obras las mismas creencias, si no las hubieran recibido de la Tradición apostólica.
Cuando los Santos Padres hablan simplemente como doctores, exponiendo sus ideas propias o tratando de probar la doctrina cristiana, merecen un gran respeto, pero no un asentimiento incondicional, porque su enseñanza no se identifica con la de la Iglesia.
d) Doctores de la Iglesia. Entre los Padres, los más ilustres por su doctrina y por los servicios prestados a la ciencia sagrada, llevan el título de doctores.
La Iglesia confiere también este título a ciertos escritores eminentes en santidad y en doctrina, que no pueden ser enumerados entre los Padres por haber vivido en época demasiado apartada de los tiempos apostólicos. Los más sabios son: santo Tomás de Aquino, san Buenaventura, san Alfonso María de Ligorio, san Francisco de Sales, etc.
e) Libros litúrgicos. Las verdades enseñadas por los apóstoles hállanse también en los libros litúrgicos. El Misal, el Pontifical, el Ritual, el Breviario, etc, contienen las oraciones, las ceremonias en uso para el Santo Sacrificio, la administración de los Sacramentos, la celebración de las fiestas. Estos libros, que datan de los primeros siglos, tienen suma importancia, por ser testimonio, no de opinión de algunos hombres, sino de la fe de toda la Iglesia.
f) Actas de los mártires. Estas Actas, al darnos a conocer las verdades que los mártires sellaron con su sangre, nos brindan pruebas incontestables de la fe primitiva de la Iglesia.
g) Monumentos públicos. Las inscripciones, grabadas en los sepulcros o en los monumentos públicos, atestiguan la creencia de los primeros cristianos acerca del bautismo de los niños, la invocación de los Santos, el culto de las imágenes y de las reliquias, la oración por los difuntos, etc. Así los confesionarios hallados en las Catacumbas de Roma prueban la divina institución de la confesión sacramental. Estos testimonios tienen tanto mayor valor cuanto que su antigüedad no puede ser puesta en duda.
III. Autoridad de la Tradición.
¿Tiene la Tradición la misma autoridad que la Sagrada Escritura? Si; la Tradición posee la misma autoridad, porque es igualmente la palabra de Dios. Y con razón, pues consiste en las verdades que Dios ha revelado y que nos conserva mediante la enseñanza infalible de la Iglesia.
Por eso el Concilio de Trento "recibe con igual respeto y amor TODOS LOS LIBROS del Antiguo y del Nuevo Testamento, cuyo autor es Dios, y TODAS LAS TRADICIONES que se refieren a la fe y a las costumbres, como dictadas por boca de Jesucristo o por el Espíritu Santo y conservadas constantemente en la Iglesia católica".
"Fácil cosa es distinguir, por medio de las siguientes reglas, las Tradiciones divinas de las que tienen un origen puramente humano:
a) Toda doctrina no contenida en la Escritura y admitida como fe por la Iglesia, pertenece a la Tradición divina. Según esta regla, reconocemos como inspirados por Dios todos los libros canónicos.
b) Toda costumbre de la Iglesia que se encuentra en todos los siglos pasados, sin que pueda atribuir su institución a ningún Concilio ni a ningún Papa, debe ser considerada como instituida por los apóstoles. De acuerdo con esta regla, consideramos como de institución apostólica el ayuno cuaresmal, la señal de la cruz, etc.
c) El consentimiento unánime, o casi unánime, de los Padres acerca de un dogma o de una ley de la que no se habla en la Sagrada Escritura, es una señal infalible de que este dogma o esta ley pertenecen a la Tradición divina y de que los apóstoles la han enseñado después de haberla aprendido de Jesucristo".
Autor: P. A. Hillaire. De su obra La Religión Demostrada
(*) Juan, XXI, 25.
lunes, 25 de abril de 2022
LA ASTUCIA DE LOS HEREJES
sábado, 23 de abril de 2022
LA VERDADERA DEVOCIÓN A LA VIRGEN
viernes, 22 de abril de 2022
jueves, 21 de abril de 2022
EL PADRE ROMÁN ADAME, UN MÁRTIR MEXICANO DE CRISTO REY
miércoles, 20 de abril de 2022
LA VIRGEN CUIDÓ CON ESMERO Y AMOR QUE NO SE PERDIERA NI UNA GOTA DE LA SANGRE DE JESÚS, MIENTRAS QUE AHORA LOS SACERDOTES DAN LA COMUNIÓN EN LA MANO Y CAEN PARTÍCULAS CONSAGRADAS AL SUELO
"Cuando volvió en sí, vio que los sayones se llevaban a su Hijo despedazado. Jesús se limpió los ojos llenos de sangre para ver a su Madre. Ella alzó dolorosamente las manos hacia Él y siguió con la vista las sangrientas huellas de sus pies. Entonces vi que María y Magdalena se apartaron del pueblo hacia otro lado y se acercaron al sitio de la flagelación, y, rodeadas y ocultas por las demás mujeres y otras buenas personas que se arrimaron, se tiraron al suelo junto a la columna y secaron con aquellos paños hasta la mínima gota que encontraron de la santa sangre de Jesús”.
Esto lo representó Mel Gibson en su filme sobre LA PASIÓN.
martes, 19 de abril de 2022
PECADOS CONTRA EL ESPÍRITU SANTO
lunes, 18 de abril de 2022
domingo, 17 de abril de 2022
sábado, 16 de abril de 2022
SÁBADO SANTO
viernes, 15 de abril de 2022
jueves, 14 de abril de 2022
miércoles, 13 de abril de 2022
ÍNDICE TEMÁTICO DE SEMANA SANTA
LA SEMANA SANTA, DÍA A DÍA
ESTA SEMANA SANTA
LA SEMANA SANTA: ¿SEMANA DE DIVERSIONES Y PLAYA O DE LUTO?
LA ESTRATEGIA DE SATANÁS DURANTE SEMANA SANTA
VÍA CRUCIS EN ALTA RESOLUCIÓN
VÍA CRUCIS EN VIDEO
VIERNES SANTO: JESÚS EN EL CALVARIO
A LA VIRGEN DE LA SOLEDAD DEL SÁBADO SANTO
SUFRIMIENTOS MORALES DE CRISTO por el Cardenal Newman
VIERNES SANTO, SEGÚN LAS VISIONES DE ANA CATALINA EMMERICH (Resumen 1era. Parte)
2a. PARTE: LA PASIÓN, SEGÚN LAS VISIONES DE ANA CATALINA EMMERICH (Resumen)
3a. PARTE: LA RESURRECCIÓN, según las visiones de la Beata Ana Catalina Emmerich (Resumen)
MI CRISTO ROTO (AUDIO Y TEXTO)
ROMANCERO DE LA VÍA DOLOROSA de Fr. Asinello (AUDIOS).
REFLEXIÓN CUARESMAL
REFLEXIÓN ESPIRITUAL PARA CUARESMA por San Máximo Confesor, Abad y Relato sobre la misericordia de Dios
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN
SEÑOR, SÁLVAME QUE PEREZCO (Oración muy recomendable para esta Semana Mayor)
UNA REFLEXIÓN EN VIDEO: YO PECADOR
NO OLVIDES LA CONFESIÓN EN LA CUARESMA Y LA COMUNIÓN PASCUAL (Mandamientos)
ATTENDE DOMINE (Canto Penitencial)
MEDITACIÓN PARA EL MIÉRCOLES DE PASIÓN por San Pedro de Alcántara
JUEVES Y VIERNES SANTOS
SÁBADO SANTO: LA IGLESIA MEDITA JUNTO AL SEPULCRO DE JESÚS Y ORACIONES LITÚRGICAS
ESTE SÁBADO SANTO PIDAMOS A DIOS SABIDURÍA
CORONA DE LOS 7 DOLORES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
LA EDAD EN QUE OBLIGA EL AYUNO Y LA ABSTINENCIA
EL MARTIRIO DEL CARDENAL MINDSZENTY Y LA ABSTINENCIA
¿EN QUÉ LADO QUIERES ESTAR? ¡SÓLO EL NECIO POSTERGA SU CONVERSIÓN!...¿TENDRÁ TIEMPO LUEGO?
MUERTE Y JUICIO PARTICULAR
¡EVITA ESTO! NO SIGAS CORRIENDO HACIA EL PRECIPICIO
Ver la película LA PASIÓN de Mel Gibson: LA PASIÓN DE CRISTO, EL FILME (EXCELENTE CALIDAD)
Ver el filme EL MÁRTIR DEL CALVARIO con Enrique Rambal
CINCO PASOS PARA REALIZAR UNA BUENA CONFESIÓN
LA PASIÓN DEL SEÑOR por Fray Luis de Granada
EVANGELIO DE LA PASIÓN
LA "LEGALIDAD" DEL CRIMEN DEL CALVARIO
EL INICUO JUICIO A JESÚS
LA ROCA FRIA DEL CALVARIO
LA VIRGEN QUE LLORA Y RIE
A LAS PENAS DE JESÚS CRUCIFICADO, Saeta del Siglo XVII
LA PEDRADA de José María Gabriel y Galán (Poesía)
CONTEMPLANDO A CRISTO CRUCIFICADO
¿DÓNDE ESTÁN LAS RELIQUIAS DE LA PASIÓN?
PODRÍA SER TU ÚLTIMA OPORTUNIDAD...¡NUNCA SE SABE!
martes, 12 de abril de 2022
lunes, 11 de abril de 2022
sábado, 9 de abril de 2022
CRISTO ESTÁ ÍNTEGRAMENTE EN CADA PARTÍCULA DE LA HOSTIA CONSAGRADA, POR ELLO EVITEMOS TOMAR LA EUCARISTÍA EN LA MANO
viernes, 8 de abril de 2022
TRIDUO AL DIVINO ROSTRO DE N.S. JESUCRISTO CONTRA LA EPIDEMIA, IMPLORANDO SUS MISERICORDIAS Y SUS PERDONES. Escrito por la Beata Concepción Cabrera de Armida.
Confiando en que Dios oye nuestras súplicas, les compartimos ese texto escrito por Concepción Cabrera de Armida durante la epidemia de la Gripe Española, para orar, ahora, pidiéndole al Señor cese, o al menos disminuya, la pandemia del Covid-19 que en esta época nos toca enfrentar. Puede hacerse delante de una imagen del Divino Rostro o un Crucifijo y les invitamos a no hacerlo solo a manera de Triduo, sino a manera de súplica diaria, en adelante, lo que dure este tiempo de contingencia.
ACTO DE CONTRICIÓN
¿Cómo acercarme a Ti, Faz Adorable de mi Jesús, en que veo estampados mis crímenes? Esas heridas, esos golpes, esa Corona de Espinas y esa Sangre Preciosa qué otra cosa son que las huellas de mis pecados… Necesito, Señor, romper primero mi corazón con el arrepentimiento de mis maldades y así, contrito y humillado, pedirte perdón y la Misericordia que nunca niegas a quien la solicita con amor.
Me pesa, Señor, de haberte ofendido de tantos modos… Cuento mis culpas en cada herida de tu Rostro Sacrosanto y mi alma se estremece de dolor al ver mi obra, la obra de un hijo ingrato, que así ha pagado los innumerables beneficios que de tu Bondad ha recibido. ¡Perdón, piedad, misericordia!
PETICIÓN
La epidemia golpea hoy al mundo. Yo vengo a pedirte, Jesús, que cese ya esta enfermedad que nos aflige. ¡Oh lágrimas de Jesús, que tantas veces se unieron a las de María, laven hoy los pecados del mundo y que su riego Santo y Bendito fertilice con la Gracia los corazones que lloran! Cese ya el azote de la epidemia, que tantas víctimas hace. Di una sola palabra, Señor, y cesará la epidemia y nuestras almas serán curadas.
“Ámense los unos a los otros”, dices, y vendrá la Paz por el Espíritu Santo a los hombres de Buena Voluntad. Amaremos al Espíritu Santo e imploraremos su Reinado de Paz en los corazones. Una sola palabra, Jesús, y nuestra alma será sana y salva. Una sola palabra, Jesús, y la epidemia desaparecerá y todos alzaremos el grito de gratitud, arrepentidos, amando.
Señor, te pedimos tu Paz y tu Perdón. Te lo pedimos por María Nuestra Madre. Te pedimos tu Amor de Padre, de Hermano, de Dios, y todas tus Bendiciones para nuestras familias. Así como la restauración de todas las cosas en Cristo, por medio del Espíritu Santo y por intercesión de María.
ORACIÓN FINAL
Vine abrumado y me voy consolado. “Llamad y se os abrirá”, “pedid y recibiréis”; y yo, con toda la fe de mi alma cristiana, creo, espero y confío en tu infinito Amor, que es más grande que todos los crímenes del mundo, y en tu Misericordiosa Bondad.
Te pido una vez más, cese ya esta epidemia que nos agobia. Míranos compasivo, óyenos clemente. Envíanos al Espíritu Santo que renovará la faz de la tierra.
Madre de Guadalupe, que nos has dejado tu Imagen, Prenda de tu amor. Tú que nos prometiste ser Madre Amorosa y Tierna de cuantos soliciten tu amparo, pide a Jesús, cese la epidemia y que envíe un como Nuevo Pentecostés con el Espíritu Santo. Amén.
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Tomado del folleto elaborado por la Madre Guadalupe Labarthe Cabrera.