domingo, 30 de septiembre de 2012

ORACIÓN POR LA PAZ


Urge rezar por la paz en nuestra querida nación azotada por la violencia y la criminalidad, producto -en gran medida- de una educación laica y atea. Envía a tus contactos esta imagen para hacer una campaña de oración por México. A nuestros hermanos católicos de otros países les rogamos unirse a nosotros, pues todos formamos parte una misma Iglesia y una misma comunión. 
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sábado, 29 de septiembre de 2012

LOS SACERDOTES DEL TITANIC



Tres sacerdotes se encontraban a bordo del barco la noche del penoso hundimiento y ayudaron heroicamente a muchos pasajeros a subirse a los botes salvavidas y, en los momentos finales, acompañaron con los sacramentos y la oración a las víctimas del desastre, ofreciendo sus vidas por los demás.

El padre Juozas Montvila, sacerdote nacido en 1885 en Lituania, era el más joven de los tres presbíteros a bordo del transatlántico. Se dirigía a Estados Unidos para servir pastoralmente a las comunidades de inmigrantes lituanos en Nueva York o en Massachusetts. Al presbítero le había sido prohibido el ejercer su ministerio católico en su tierra natal, en medio de la represión religiosa de los zares rusos.

De acuerdo con el testimonio de varios supervivientes, Montvila “cumplió su misión hasta el fin”, rechazando la posibilidad de salvarse, mientras ayudaba a otros pasajeros a alcanzar los botes salvavidas. El presbítero es considerado un héroe en Lituania.

Por su parte el padre Joseph Peruschitz , sacerdote benedictino alemán, viajaba a Estados Unidos para asumir el cargo de director de la escuela de preparación de los benedictinos en Collegeville, Minnesota. Durante el viaje, y a semejanza de los otros dos sacerdotes, el presbítero escuchó confesiones y celebró misa cada día.

Según el testimonio de un superviviente, en los últimos minutos de la tragedia, Peruschitz junto al padre Thomas Byles dirigieron el rezo del Rosario junto a las víctimas que habían quedado a bordo, al mismo tiempo que las olas llegaban a la cubierta.

El Padre Byles viajaba rumbo a Norteamérica para presidir el matrimonio de su hermano William. En el momento de la colisión del Titanic contra el iceberg que ocasionó la catástrofe, Byles se encontraba rezando con su breviario.

Todos los testimonios de los supervivientes coinciden en destacar el gran liderazgo y el valor demostrado por el sacerdote británico.

A las 2:20 h. de la madrugada del 15 de abril, la hora en que se hundió completamente el barco, Byles rezó el Acto de Contrición junto a los fieles que permanecían de rodillas junto a él, y les dio la absolución general (Nota de la Redacción: la absolución impartida de manera colectiva sólo está permitida y es válida en casos urgentes como -por ejemplo- éste, donde es imposible escuchar a cada penitente por falta de tiempo y existe el inminente riesgo de perder la vida. De sobrevivir, deberán acudir al confesionario. Se aclara lo anterior por el reiterado abuso que ciertos sacerdotes modernistas cometen al impartirla de manera habitual y sin necesidad y sin validez alguna. Dicho abuso luego se presenta cotidianamente en algunas misas dominicales de ciertos templos a cargo de curas heterodoxos).

Una historia particular es la del padre Francis Browne, quien viajó a bordo del Titanic pero como seminarista jesuita y se libró de la tragedia. En abril de 1912, recibió un regalo de su tío: un pasaje para el primer viaje del Titanic en su tramo europeo, desde Southampton, Inglaterra hasta Queenstown, Irlanda, vía Cherbourg, Francia. Durante el trayecto, entabló amistad con una pareja de millonarios americanos, que estaban gozando de la compañía del seminarista. Tanto es así, que decidieron ofrecerle pagarle el pasaje de ida y vuelta a Nueva York. Browne telegrafió a su Superior para pedirle permiso, pero su respuesta negativa fue muy contundente: "Salga de ese barco". El seminarista obedeció y probablemente salvó su vida gracias a ello. El sacerdote jesuita mantuvo esa nota en su billetera hasta el último de sus días de vida. Sin embargo, durante el poco tiempo que estuvo en el interior del Titanic, el entonces joven seminarista, aficionado a la fotografía, retrató el estilo de vida de los pasajeros y la tripulación del transatlántico. Browne sirvió luego como capellán de las fuerzas irlandesas durante la I Guerra Mundial, demostrando gran valor, lo que le fue recompensado con varias condecoraciones, entre ellas la Cruz Militar. Recorrió pastoralmente toda Irlanda y Australia, fotografiando todo a su paso. En el momento de su muerte, en 1960, las imágenes que había recopilado ascendían a 42.000.

El padre Edward O’Donnell, compañero del padre Browne, sacó a la luz sus fotografías olvidadas y las calificó como un “equivalente fotográfico al descubrimiento de los pergaminos del mar muerto”. Se sabe con certeza también que la orquesta del Titanic, en medio de la zozobra por el inminente hundimiento, tocó la emocionante y significativa ‘Cerca de Ti, Señor’, minutos antes del ‘final’.

NOTA DE CATOLICIDAD: Saquemos de provecho del relato de estos hechos históricos, el tener siempre presente a Dios en los momentos de peligro -por encima de todo- y realizar actos PERFECTOS de contrición (arrepentirse de todos los pecados por perfecto y puro amor a Él para que Dios nos los perdone, haciendo el propósito de no pecar más y -si sobrevivimos al peligro- acudir luego, a la brevedad, al Confesionario*), para ello es importante habituarse a realizarlos constantemente y no sólo en el peligro; de otro modo, si no estamos habituados, muchas veces el poco tiempo, el temor o el pánico nos impedirán esa necesaria reconciliación con Dios cuando estemos en momentos de peligro para nuestra vida. Cuando éste -el peligro- es colectivo, procuremos ayudar a los demás a realizar el acto de contrición, por ejemplo rezando en voz alta (ante todos) un "Señor mío Jesucristo". Asimismo, no olvidemos que en peligro de muerte obliga la confesión (por ejemplo: para una operación riesgosa) o llevar al confesor a los gravemente enfermos o moribundos. Es un gran error no hacerlo por respetos humanos o por temor de "asustar" al paciente. Generalmente eso no sucede y -en todo caso- es mejor que se asuste aquí y no en la otra vida. Asociemos siempre el peligro de muerte con la contrición perfecta y con la confesión, para que el final de nuestra vida no nos sorprenda en pecado ni a nosotros ni a nuestros familiares y allegados.

Pero, sobre todo, habituémonos a vivir en constante estado de gracia y en el lamentable caso de perderla, a acudir de inmediato al sacramento de la Confesión. Si hoy -en este momento- estuvieras en la situación de quienes iban en el Titanic...¿Cómo se encuentra tu alma? ¿Preparada para morir en gracia santificante o en pecado grave? ¿Sabría tu espíritu sobreponerse al pavor de morir para realizar una contrición PERFECTA? ¿Sabes cómo realizarla? ¿Tienes tu espíritu preparado para ello? Mejor empieza ahora a habituarte a vivir en gracia, a frecuentar el Confesionario y a realizar diario -e inclusive varias veces al día- actos de contrición perfecta.

Sacerdotes que estaban en el Titanic


* NOTA: El acto de contrición perfecto si es tal (SI ESTÁ BIEN HECHO, SI ES POR VERDADERO AMOR A DIOS), perdona todos los pecados pero exige, necesariamente, la intención de acudir, luego, al confesionario. No se puede recibir la Eucaristía sino luego de confesar al sacerdote todos los pecados mortales realizados luego de la última confesión bien hecha y haber recibido la absolución de los mismos.
Por otra parte, es conveniente saber que el arrepentimiento o dolor por nuestros pecados puede ser imperfecto (llamado ATRICIÓN o también CONTRICIÓN IMPERFECTA) y consiste en el dolor que se tiene debido al temor a los justos castigos divinos que merecemos (eternos o temporales) por nuestros pecados; es suficiente para el perdón de los pecados en el sacramento de la Penitencia, pero no lo es para alcanzarnos la gracia sin el sacramento de la Confesión. Esto significa que, por sí mismo, no borra los pecados, sino sólo cuando se acude al confesionario.


IMPORTANTE (haz click): EL MÁS PERFECTO ACTO DE CONTRICIÓN

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viernes, 28 de septiembre de 2012

TRATA DE HACERTE AMAR Y ENTONCES TE HARÁS OBEDECER


Hace ahora más de un siglo, vivía con sus dos hermanos, en un modesto caserío del Piamonte, un niño de condición bien modesta. Precozmente huérfano de padre, no tuvo él, que había luego de ser llamado padre de los huérfanos, sino los cuidados maternos.

¡Con cuánta sabiduría educó esta aldeana sencilla a su hijo!, sin más instrucción que la guía del Espíritu Santo, en el sentido más completo y más elevado de la palabra educación. Se puede decir que la Iglesia misma lo ha reconocido, elevando a los altares a aquel cuya fiesta se celebra hoy con el nombre de San Juan Bosco.

Este humilde sacerdote, que vino a ser más tarde una de las glorias más puras de la Iglesia y de Italia, fue un maravilloso educador, y por eso, su vida os ofrece, amados hijos e hijas, futuros padres y madres de familia, las más útiles y saludables lecciones.

Cuando Dios confía un niño a los esposos cristianos, parece como repetirles lo que la hija de Faraón dijo a la madre del pequeño Moisés: “Toma este niño y edúcamelo”. Los padres son, en la intención divina, los primeros educadores de sus hijos.

Conviene, sin embargo, reconocer que, en las actuales condiciones de la vida social, la urgente preocupación del pan cotidiano les hace a veces difícil el pleno cumplimiento de un deber tan esencial.

Esta misma era la situación cuando Juan Bosco cuidaba ya de ayudar, y cuando era preciso sustituir a los padres en este su grave oficio. Que él estaba providencialmente destinado a esa misión, su corazón se lo decía con una atracción precoz; su alma tuvo como una revelación de ello en un sueño de sus primeros años, en el cual vio animales salvajes cambiados súbitamente en mansos corderos que él conducía dóciles al pasto.

Para conocer cómo realizó este sueño, viene bien recordar la educación que recibió y la que dio; la una está en él unida a la otra; la madre que él tuvo explica en gran parte cómo fue padre para los demás.

Don Bosco, al fundar su primera casa de educación y de enseñanza, quiso llamarla “no laboratorio, sino oratorio“, como él mismo dijo, porque intentaba crear ante todo un lugar de oración, “una pequeña iglesia donde reunir a los muchachos”.

Pero su idea era precisamente que el oratorio viniese a ser, para los chicos allí recogidos, como un hogar doméstico.

¿No era eso acaso por lo que mamá Margarita había hecho para él de la casita de los Becchi una especie de oratorio? Imaginaos allí a la joven viuda con los tres niños arrodillados para la oración de la mañana y de la noche; vedlos semejantes a pequeños angelitos, con sus vestidos de fiesta que ella ha sacado con exquisito cuidado del armario, dirigirse a la aldea de Murialdo para asistir a la Santa Misa. Al mediodía, después de la frugal refección en que el único dulce era un trozo de pan bendito, vedlos reunidos en torno a ella. Ella les recuerda los mandamientos de Dios y de la Iglesia; las grandes lecciones de Catecismo, los medios de salvación; después cuenta, con la delicada poesía de las almas puras y de las imaginaciones populares, la trágica historia del dulce Abel y del malvado Caín, el idilio de Isaac y de Rebeca, el misterio inefable de Belén, la dolorosa muerte del buen Jesús, puesto en cruz sobre el Calvario; ¿quién puede medir la influencia profunda de las primeras enseñanzas maternas?

A ellas atribuía Don Bosco, una vez sacerdote, su tierna y confiada devoción hacia María Santísima y la Hostia Divina, que otro sueño le mostró, más tarde, como las dos columnas a las cuales debían anclarse las almas de sus alumnos, sacudidas como frágiles naves en el mar tempestuoso del mundo, para encontrar la salvación de la paz.

La religión es, pues, el primer fundamento de una buena educación. Pero a ella quería Don Bosco que estuviese asociada la razón, la razón iluminada por la fe: esta verdadera razón, como indica el origen mismo de la palabra latina “ratio”, consiste, sobre todo, en la medida y en la prudencia, en el equilibrio y en la equidad.

¿Sería, por ejemplo, coherente querer corregir en un niño los defectos en que diariamente se incurre ante él? ¿Quererlo sumiso y obediente, si en su presencia se critica a los jefes, a los superiores eclesiásticos y civiles, si se desobedece a las órdenes de Dios o a las leyes justas del Estado? ¿Sería razonable querer que vuestros hijos sean leales, si vosotros sois maliciosos; sinceros, si vosotros sois mentirosos; generosos, si vosotros sois egoístas; caritativos, si vosotros sois violentos y coléricos?

La mejor lección es siempre la del ejemplo. En el caserío de los Becchi mamá Margarita no hacía demasiadas exhortaciones al trabajo. Mas, como había desaparecido el jefe de familia, la animosa viuda ponía ella misma su mano al arado, a la hoz, a los aparejos, y con su ejemplo –según leemos– cansaba a los mismos hombres contratados en tiempo de la siega y de la trilla.

Formado en esta escuela, el pequeño Juan, a la edad de cuatro años, tomaba ya parte en el trabajo común cardando cáñamo, y cuando ya era anciano, consagraba todo el tiempo al trabajo dando únicamente cinco horas al sueño hasta velando una noche entera cada semana. No hace falta confesarlo, sobrepasaba los justos límites de la razón humana. Pero la razón sobrenatural de los santos admite, sin imponerlos a los demás, estos excesos de generosidad, porque su sabiduría está inspirada en el insaciable deseo de ser gratos a Dios, y su ardor está estimulado por un filial temor de disgustarle y por un vivísimo anhelo de bien.

¡Disgustar a un padre o a una madre: supremo dolor de un niño bien educado! Esto es lo que Juan Bosco había aprendido en su hogar doméstico, donde un ademán, una mirada entristecida de la madre, bastaban para hacerlo arrepentirse de un primer movimiento de enfado infantil.

Por eso quería él que el educador utilizase como principal medio de acción una solicitud constante, animada por una ternura verdaderamente paterna. De igual modo deben los padres dar a los hijos el tiempo mejor de que dispongan, en lugar de disiparlo lejos de ellos, en distracciones peligrosas o en lugares a donde se sonrojarían de conducirlos.

Con este amor dirigido por la razón, y con esta razón iluminada por el espíritu de fe, la educación familiar no estará sujeta a aquellos deplorables vuelcos que con frecuencia la comprometen: alternativas de una debilidad indulgente y de una severidad ruda; el paso de una condescendencia culpable que deja al niño sin guía, a la corrección violenta que lo deja sin socorro. Al contrario, la ternura experimentada de un padre o de una madre, a la que corresponda la confianza filial, distribuye con igual moderación, porque es dueña de sí misma, y con igual éxito, porque posee el corazón de sus hijos, los elogios merecidos y los reproches necesarios.

“Trata de hacerte amar –decía San Juan Bosco– y entonces te harás obedecer con toda facilidad”.

Que podáis también vosotros, recién casados, futuros padres y madres de familia, reproducir en vuestras casas algo de este santo ideal.


Alocución de S.S. Pío XII del 31 de Enero de 1940. Tomado de Discursos de Su Santidad Pío XII a los recién casados entre los años 1939 y 1943. Título del post de CATOLICIDAD.
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jueves, 27 de septiembre de 2012

27 DE SEPTIEMBRE DE 2012: EN MÉXICO HOY CELEBRAMOS 191 AÑOS DE SER INDEPENDIENTES

REALIZADA LA INDEPENDENCIA MEXICANA POR NUESTRO LIBERTADOR DON AGUSTÍN DE ITURBIDE EL 27 DE SEPTIEMBRE DE 1821, AL SIGUIENTE DÍA SE FIRMÓ ESTA ACTA:



Ese día se instaló la junta, los miembros de esta hicieron el juramento y se decretó el Acta de Independencia, con lo cual se refrendaba lo que ya era un hecho, la libertad y soberanía. Agustín de Iturbide fue electo unánimemente Presidente de la Junta. Más adelante, Iturbide fue nombrado Presidente de la Regencia, pero por ser incompatible con el mando del ejército, y considerándose que debía conservar este último, se le nombró Generalisimo de las armas del imperio de mar y tierra.

Después de la entrada del Ejército Trigarante, se disolvió el gobierno virreinal, y las fortalezas de Acapulco y Perote expresaron su rendición. Sólo quedaba en poder del gobierno español la fortaleza de San Juan de Ulúa, la cual, después de un tiempo, también fue ganada para el Imperio mexicano. El último virrey Juan O´Donojú murió de pleuresía a los pocos días, el 8 de octubre.

Revisar el Acta de Independencia sí que vale la pena, así se da uno cuenta de quienes la firmaron, de cuándo se hizo independiente nuestro país, y qué propósitos tuvieron los grandes hombres que consumaron esa lucha. Ojalá en las escuelas se revisara este documento fechado el 28 de septiembre de 1821, pues así los mexicanos se preguntarían porque no se celebra para nada esa fecha (o el día anterior), y la voz popular alcanzaría lo que la oficialidad ha conseguido opacar.

INVITO A TODOS LOS LECTORES A LEER EL ACTA DE INDEPENDENCIA NACIONAL FECHADA EL 28 DE SEPTIEMBRE DE 1821, PUES EQUIVALE AL ACTA DE NACIMIENTO DE NUESTRO AMADO MÉXICO.


ACTA DE INDEPENDENCIA DEL IMPERIO MEXICANO


Pronunciada por su Junta Soberana, congregada en la capital de él en 28 de septiembre de 1821.

La Nación Mexicana, que por trescientos años ni ha tenido voluntad propia, ni libre el uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido.

Los heroicos esfuerzos de sus hijos han sido coronados, y esta consumada la empresa eternamente memorable que un genio superior a toda admiración y elogio, amor y gloria de su patria, principió en Iguala, prosiguió y llevo al cabo arrollando obstáculos casi insuperables.

Restituida, pues, esta parte del Septentrión al ejercicio de cuantos derechos le concedió el Autor de la naturaleza y reconocen por inenajenables y sagrados las naciones cultas de la tierra, en libertad de constituirse del modo que más convenga a su felicidad, y con representantes que puedan manifestar su voluntad y sus designios, comienza a hacer use de tan preciosos dones y declara solemnemente, por medio de la Junta Suprema del Imperio, que es Nación soberana e independiente de la antigua España, con quien en lo sucesivo no mantendrá otra unión que la de una amistad estrecha en los términos que prescribieron los tratados; que entablara relaciones amistosas con las demás potencies, ejecutando respecto de ellas cuantos actos pueden y están en posesión de ejecutar las otras naciones soberanas; que va a constituirse con arreglo a las bases que en el Plan de Iguala y Tratados de Córdoba, estableció sabiamente el primer jefe del Ejercito Imperial de las Tres Garantías; y, en fin, se sostendrá a todo trance, y con el sacrificio de los haberes y vidas de sus individuos (si fuere necesario), esta solemne declaración, hecha en la capital del Imperio, a 28 de septiembre del año de 1821, Primero de la Independencia Mexicana.

Agustín de Iturbide. Antonio, obispo de la Puebla. Juan O'Donoju. Manuel de la Barcena. Matías Monteagudo. José Yañez, Lic. Juan Francisco de Azcarate. Juan José Espinosa de los Monteros. José Maria Fagoaga. José Miguel Guridi y Alcocer. El marques de Salvatierra. El conde de Casas de Heras Soto. Juan Bautista Lobo. Francisco Manuel Sánchez de Tagle. Antonio de Gamma y Córdoba. José Manuel Sartorio. Manuel Velásquez de León. Manuel Montes Argüelles. Manuel de la Sota Riva. El marques de San Juan de Rayas. José Ignacio García Illueca. José Maria de Bustamante. José Maria Cervantes y Velasco. Juan Cervantes y Padilla. José Manuel Velásquez de la Cadena. Juan de Orbegoso. Nicolás Campero. El conde de Jala y de Regla. José Maria de Echeverría y Valdivieso. Manuel Martínez Mansilla. Juan Bautista Raz y Guzmán. José Maria de Jáuregui. José Rafael Suárez Pereda. Anastasio Bustamante. Isidro Ignacio de Icaza. Juan José Espinosa de los Monteros, vocal secretario.
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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Mons. Gerhard Ludwig Müller coautor de un libro sobre "Teología de la Liberación" junto con el P. Gustavo Gutiérrez


Presentación del libro sobre TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN escrito conjuntamente por el creador de esa corriente -el P. Gustavo Gutiérrez- y Mons. Gerhard Ludwig Müller en 2004

El 7 de diciembre de 2009, la agencia ZENIT informó que al recibir en Roma a un grupo de Obispos del Brasil en visita ad limina apostolorum, el papa Benedicto XVI señaló que valía "la pena recordar que, en el pasado mes de agosto, se han cumplido veinticinco años de la Instrucción Libertatis nuntius de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sobre algunos aspectos de la teología de la Liberación".

Aquel importante documento, recordó el Pontífice, "subrayaba el peligro que implicaba la aceptación acrítica, por parte de algunos teólogos, de tesis y metodologías provenientes del marxismo", las cuales acarrearon "consecuencias más o menos visibles, hechas de rebelión, división, disenso, ofensa, anarquía".

Tales efectos "todavía se dejan sentir, creando en vuestras comunidades diocesanas un gran sufrimiento y una grave pérdida de fuerzas vivas".

El Papa exhortó "a todos los que, de algún modo, se han sentido atraídos, involucrados y tocados en su interior por ciertos principios engañosos de la teología de la liberación que vuelvan a confrontarse con la mencionada instrucción, recibiendo la luz benigna que ella ofrece a manos llenas" [Fuente de la cita].

Como se recordará, la Instrucción Libertatis nuntius fue elaborada por el entonces cardenal Ratzinger y aprobada por el papa Juan Pablo II el 6 de agosto de 1984.
El Padre Camilo Torres como guerrillero

Precisamente el creador de "teología de la Liberación" -corriente que rocía con agua bendita los argumentos y las tesis marxistas para hacer componendas- ha sido el padre Gustavo Gutiérrez (peruano), seguidores suyos en esa heterodoxa postura fueron los sacerdotes Leonardo Boff (brasileño), Manuel Pérez Martínez (español) y Camilo Torres Restrepo (colombiano). Estos dos últimos llevaron a la praxis la "teología de la Liberación" y se convirtieron en miembros del movimiento guerrillero marxista ELN (Ejército de Liberación Nacional de Colombia). Mientras Camilo Torres fue muerto en 1966, el llamado "Cura Pérez", tras ser excomulgado luego del asesinato de un obispo (Mons. Jesús Emilio Jaramillo) atribuido a la guerrilla en la que participaba y convivir con "Mónica" (una ex monja vinculada a la guerrilla con la que tuvo una hija), muere de hepatitis en 1998. Ambos tuvieron seguidores entre otros sacerdotes y "católicos" que posteriormente tratarían de continuar su obra no solo en Colombia, sino en toda América. Así, por ejemplo, el sacerdote asturiano Gaspar García Laviana, influenciado por el espíritu de la Teología de la Liberación tomó las armas en la Nicaragua de Somoza. Asimismo, todo el movimiento sandinista estuvo permeado por las tesis heterodoxas de la mal llamada "teología de la Liberación". En México, el CIDOC de Cuernavaca dirigido por el P. Iván Illich -con la complicidad del obispo Méndez Arceo, fundador del movimiento "Cristianos por el socialismo"- fue un sitio de adoctrinamiento para muchos curas latinoamericanos, mientras que el jesuita-marxista Porfirio Miranda publicaba su libro "Marx y la Biblia" y hacía publicidad de sus tesis en la televisión y en conferencias.
El Cura Pérez, sacerdote y
guerrillero marxista

Considerando todo lo anterior (que son sólo algunas pinceladas sobre esta corriente), ha sorprendido que Mons. Gerhard Ludwig Müller haya sido nombrado como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe siendo discípulo del padre Gustavo Gutiérrez, creador de la Teología de la Liberación.


Investigando sus antecedentes, nos hemos enterado de algo más: el arzobispo Müller escribió conjuntamente con el modernista P. Gustavo Gutiérrez el siguiente libro: "Ponerse del lado de los pobres-Teología de la Liberación" (An der Seit der Armen - Theologie der Berfewuing) como puede leerse AQUÍ. La presentación de la obra tuvo lugar en Ratisbona en 2004 y se ilustra en la fotografía superior de este post.

Lo anterior comprueba fehacientemente que ambos no son sólo muy buenos amigos en el terreno humano, sino también en el ideológico, lo que resulta verdaderamente explosivo.


En nuestro post (que mucho recomendamos leer) ¿LA IGLESIA EN MANOS DE...MÜLLER? señalamos, además, diversas citas del nuevo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe discordantes con el dogma católico en temas fundamentales como la virginidad de la siempre Virgen María, la Transubstanciación del pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo, así como sobre la UNICIDAD de la verdadera Iglesia de Cristo y el ecumenismo. En ese post transcribimos las citas del Magisterio de la Iglesia que contradicen las tesis escritas por Mons. Müller.
Juan Pablo II fue engañado por el P. Maciel

En ese artículo explicamos, también, que el Papa es infalible cuando haciendo uso de esa prerrogativa -la infalibilidad- define sobre fe y moral, pero el Papa no es infalible en el nombramiento de sus colaboradores. Puede realizar una selección acertiva o puede tomar una mala decisión. La historia de la Iglesia demuestra que varias decisiones -al seleccionar a alguien para un puesto- han llegado a ser erradas y, en ocasiones, hasta muy nocivas. Basta para poner un solo ejemplo reciente: la de no haber investigado a tiempo y haber mantenido muchos años al padre Marcial Maciel al frente de los Legionarios de Cristo. Incluso, Juan Pablo II llegó a considerarlo como "un ejemplo para la juventud", pues desconocía quién era realmente y lo tenía en un concepto muy diferente al de la realidad.


Lo que verdaderamente sorprende es que quien debiera ser analizado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, resulte ahora ser quien la dirige. ¡El mundo al revés! Y una angustia surge: ¿Será nombrado cardenal? Habitualmente es un cardenal el Prefecto de esa congregación romana, como lo fue el actual Pontífice cuando estuvo al frente de ese dicasterio de la Santa Sede.


¿Cómo podrá tratar y juzgar sobre asuntos de fe en toda la Iglesia quien es heterodoxo? ¿No equivale esto a hacer, en gran medida, realidad lo que antes era sólo un dicho hipotético? ¿"La Iglesia en manos de Lutero"?

EL SANTÍSIMO ROSARIO

En Junio de 1988, el Cardenal Joseph Ratzinger, (actual papa Benedicto XVI), Prefecto en aquel entonces de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dió un juicio definitivo en favor de la aparición de la Santísima Virgen en Akita y sus mensajes. Considerándolos auténticos y dignos de crédito, dijo: "El mensaje de Akita es la continuación del mensaje de Fátima...Akita es la Fátima de Oriente".


Por ello acudamos al arma que ahí nos recordó nuestra dulcísima Madre:

"Las únicas armas que nos quedarán entonces serán el Rosario y el Signo dejado por mi hijo. ... Con el rosario rogad por el Papa, los Obispos y los sacerdotes. La acción del diablo se infiltrará hasta la Iglesia, de tal forma que se verán cardenales oponiéndose a otros cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneren serán despreciados y combatidos por otros sacerdotes.  Las iglesias y los altares serán saqueados."
"La Iglesia se llenará de quienes aceptan componendas, y el demonio empujará a muchos sacerdotes y almas consagradas a abandonar el servicio del Señor. El demonio atacará encarnizadamente sobre todo a las almas consagradas a Dios. El pensamiento de la perdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en número y en gravedad, ya no habrá perdón para ellos. Recen mucho las oraciones del Rosario. ... Aquéllos que ponen su confianza en mí serán salvos".»


-Es necesario complementar este escrito con este otro (haz click): ¿LA IGLESIA EN MANOS DE...MÜLLER?

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martes, 25 de septiembre de 2012

EN ARGENTINA: SOLDADOS DE CRISTO REY SALVARON LA CATEDRAL


El Santo Rosario, arma de los católicos
contra las hordas abortistas blasfemas.


EL TEMPLO DE LA PLATA QUEDÓ INDEMNE POR LA DECIDIDA ACTITUD DE CATÓLICOS AUTOCONVOCADOS

¡Que nos sirva de ejemplo el testimonio de este puñado de valientes que no se amedrentaron pese a ser minoría!


Al final del Post el video del ataque (06' 46")



Tal como habían anunciado, las organizaciones abortistas que se reunieron esta fin de semana en la Facultad de Agronomía de la Universidad de la Plata, es decir, que usan fondos públicos para atentar contra la leyes, terminado el"Campamento de Formación en Géneros" que los ocupaba, se dirigieron hacia la Catedral de la Inmaculada Concepción para agraviarla.

Pero al llegar adviertieron que uno de los templos neogóticos más grande de América (112 m), solo superado por la Catedral de Quito (115 m), se hallaba custodiado por alrededor de 30 jóvenes católicos.

Eso bastó para que estos bárbaros, con perdón de Atila, luego de escupir e insultar a gusto por algunos minutos, tuvieran que seguir su marcha, llevando en sus mochilas la carga completa de aerosoles que la valentía y firmeza de estos verdaderos soldados de Cristo Rey, les impidiera utilizar. Se tuvieron que conformar con garabatear en la vereda, algunos pocos signos y consignas de la muerte.

Por supuesto, antes de irse, algunas mujeres cumplieron con el ritual que siguen en estos grupos desde hace varios años: mostraron ostensiblemente sus senos; mientras otros fumaban "porros" de marihuana (como se advierte en el video de abajo).

La pequeña dotación policial que se encontraba en el lugar, no intervino; se conformó con observar.

Resultó alentador ver a un sacerdote en la primera fila del combate, que fue insultado y escupido y que, al alejarse la turbamulta, bendijo a los defensores que se pusieron de rodillas.

Pero cabe preguntarse: ¿Qué hizo el Arzobispo? ¿No pudo conseguir del Gobierno la colocación de una valla que protegiera su catedral? ¿Por qué el clero de la Plata no es capaz de movilizarse y movilizar a los fieles para defender la Casa de Dios?
¿No saben que tienen que estar a la cabeza del rebaño, y no en sus cómodas dependencias que pagamos los fieles? ¿Qué es lo que esperan?.

Es más, a esa misma hora hubo católicos que estaban cerca manifestándose por la vida, y no fueron capaces de acercarse a la Catedral para ayudar a sus hermanos.
Años de prédica neomodernista, de decir que somos peregrinos mas no militantes, de quitarle la espada a San Miguel y a Santiago, dan estos resultados.
A ellos les queremos recordar estas palabras de León XIII escritas en su encíclica Sapientiæ Christianæ (sobre los deberes de los ciudadanos cristianos):

"Porque en tan grande y universal extravío de opiniones, deber es de la Iglesia tomar el patrocinio de la verdad y extirpar de los ánimos el error; deber que está obligada a cumplir siempre e inviolablemente, porque a su tutela ha sido confiado el honor de Dios y la salvación de las almas.
Pero cuando la necesidad apremia no sólo deben guardar incólume la fe los que mandan, sino que “cada uno esté obligado a propagar la fe delante de los otros, ya para instruir y confirmar a los demás fieles, ya para reprimir la audacia de los infieles”.
Ceder el puesto al enemigo, o callar cuando de todas partes se levanta incesante clamoreo para oprimir a la verdad, propio es, o de hombre cobarde o de quien duda estar en posesión de las verdades que profesa. Lo uno y lo otro es vergonzoso e injurioso a Dios; lo uno y lo otro, contrario a la salvación del individuo y de la sociedad: ello aprovecha únicamente a los enemigos del nombre cristiano, porque la cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos.
Finalmente, a todos es dado oponer y mostrar aquella fortaleza que es propia de los cristianos, y con la cual no raras veces se quebrantan los bríos de los adversarios y se desbaratan sus planes.
Fuera de que el cristiano ha nacido para la lucha, y cuanto ésta es más encarnizada, tanto con el auxilio de Dios es más segura la victoria. “Confiad: yo he vencido al mundo”.
Y no oponga nadie que Jesucristo, conservador y defensor de la Iglesia, de ningún modo necesita del auxilio humano porque, no por falta de fuerza, sino por la grandeza de su voluntad, quiere que pongamos alguna cooperación para obtener y alcanzar los frutos de la salvación que Él nos ha conquistado".

Gracias, soldados de Cristo Rey, que acaban de recibir sobre vuestros rostros el escupitajo de los enemigos de la Iglesia, por darnos el ejemplo generoso de vuestra lucha. ¡Qué Dios los bendiga y los guarde! 





La Catedral defendida por los valientes soldados de Cristo Rey
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¿Qué fumará este chico?

Fuente: Página Católica

lunes, 24 de septiembre de 2012

CORONA DE LOS 7 DOLORES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

A la mitad del post se explica en qué consiste esta devoción y qué promesas encierra para sus devotos.
1er. DOLOR, LA PROFECÍA DE SIMEÓN EN LA PRESENTACIÓN DEL NIÑO JESÚS


Virgen María: por el dolor que sentiste cuando Simeón te anunció que una espada de dolor atravesaría tu alma, por los sufrimientos de Jesús, y ya en cierto modo te manifestó que tu participación en nuestra redención como corredentora sería a base de dolor; te acompañamos en este dolor. . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes.

Dios te salve, María...

Madre de Misericordia, 
recuérdanos cada día,
la Pasión de Jesús.

2º DOLOR, LA HUIDA A EGIPTO CON JESÚS Y JOSÉ


Virgen María: por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir precipitadamente tan lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al ser tu Hijo tan pequeño; al poco de nacer, ya era perseguido de muerte el que precisamente había venido a traernos vida eterna; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las tentaciones del demonio.

Dios te salve, María...

Madre de Misericordia, 
recuérdanos cada día,
la Pasión de Jesús.

3er. DOLOR, LA PÉRDIDA DE JESÚS


Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al perder a tu Hijo; tres días buscándolo angustiada; pensarías qué le habría podido ocurrir en una edad en que todavía dependía de tu cuidado y de San José; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por malos caminos.


Dios te salve, María...

Madre de Misericordia, 
recuérdanos cada día,
la Pasión de Jesús.

4º DOLOR, EL ENCUENTRO DE JESÚS, CON SU MADRE, CON LA CRUZ A CUESTAS CAMINO DEL CALVARIO


Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, cargado con nuestras culpas, llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte; Él, que era creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún mayor sería el dolor espiritual por ser una burla y una humillación tan grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue.


Dios te salve, María...

Madre de Misericordia, 
recuérdanos cada día,
la Pasión de Jesús.

5º DOLOR, LA CRUCIFIXIÓN Y AGONÍA DE JESÚS


Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor... Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.

Dios te salve, María...

Madre de Misericordia, 
recuérdanos cada día,
la Pasión de Jesús.

6º DOLOR, LA LANZADA Y EL RECIBIR EN BRAZOS A JESÚS YA MUERTO


Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sentirías como si la hubieran dado en tu propio corazón; el Corazón Divino, símbolo del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino también a nosotros por quienes dio la vida; y Tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvían muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como El nos amó.


Dios te salve, María...

Madre de Misericordia, 
recuérdanos cada día,
la Pasión de Jesús.

7º DOLOR, EL ENTIERRO DE JESÚS Y LA SOLEDAD DE MARÍA


Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al enterrar a tu Hijo; El, que era creador, dueño y señor de todo el universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último momento; y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría, el trance de la muerte era real; te quitaron a Jesús por la muerte más injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos; siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro rescate por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra corredentora, le acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste sola, llena de aflicción; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que te pedimos…


Dios te salve, María...

Madre de Misericordia, 
recuérdanos cada día,
la Pasión de Jesús.

ORACIÓN FINAL

¡Oh Dios, que has querido que la vida de la Virgen estuviese marcada por el misterio del dolor, concédenos, te pedimos, caminar con Ella por el camino de la Fe y unir nuestros sufrimientos a la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, para que sean ocasión de gracia e instrumento de salvación. Por Jesuscristo Nuestro Señor. Amén

Se finaliza con una Salve...


EN QUÉ CONSISTE ESTA DEVOCIÓN

Siempre los cristianos han aprendido de la Virgen a mejor amar a Jesucristo. La devoción a los Siete Dolores de la Virgen María se desarrolló por diversas revelaciones privadas.

La Virgen comunicó a Santa Brígida de Suecia (1303-1373):

"Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos. Por eso tú, hija mía, no te olvides de Mí que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete de que sean tan pocos los amigos de Dios."

Nuestra Señora prometió que concedería siete gracias a aquellas almas que la honren y acompañen diariamente, rezando siete Ave Marías mientras meditan en sus lágrimas y dolores:

1. "Yo concederé la paz a sus familias."
2. "Serán iluminadas en cuanto a los divinos Misterios."
3. "Yo las consolaré en sus penas y las acompañaré en sus trabajos.»
4. "Les daré cuanto me pidan, con tal de que no se oponga a la adorable voluntad de mi divino Hijo o a la salvación de sus almas."
5. "Los defenderé en sus batallas espirituales contra el enemigo infernal y las protegeré cada instante de sus vidas."
6. "Les asistiré visiblemente en el momento de su muerte y verán el rostro de su Madre.
7. "He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas directamente de esta vida terrena a la felicidad eterna ya que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo será su consuelo y gozo eterno."

Según San Alfonso María Ligorio, Nuestro Señor reveló a Santa Isabel de Hungría que Él concedería cuatro gracias especiales a los devotos de los dolores de Su Madre Santísima:

1. Aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.
2. Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los protegerá muy especialmente a la hora de su muerte.
3. Imprimirá en sus mentes el recuerdo de Su Pasión y tendrán su recompensa en el cielo.
4. Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a fin de que les obtenga todas las gracias que quiera derramar en ellas.

Meditar los siete Dolores de Nuestra Madre Santísima es una manera de compartir los sufrimientos más hondos de la vida de María en la tierra.

La fiesta de Nuestra Señora de los Dolores se celebra el 15 de septiembre, al día siguiente de la Exaltación de la Santa Cruz. Al pie de la Cruz, donde una espada de dolor atravesó el corazón de María, Jesús nos entregó a Su Madre como Madre nuestra poco antes de morir. En respuesta a esta demostración suprema de Su amor por nosotros, digamos cada día de nuestras vidas: "Sí, Ella es mi Madre. Jesús, yo la recibo y Te pido que me prestes Tu Corazón para amar a María como Tú la amas."

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