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domingo, 19 de diciembre de 2010

¿QUÉ ES EL MAL LLAMADO Y PELIGROSO "CURSO DE MILAGROS"?

Este curso para los cristianos es una alarma para denunciarlo y una patada a las espinillas que nos recuerda que los católicos tenemos un tesoro propio en los consejos y mandamientos de Cristo, en el perdón, en la confianza en Dios, en la docilidad al Espíritu Santo, en la aceptación de la voluntad de Dios, en la búsqueda del reino... Tesoro que muchos no hemos usado, y que si lo usáramos podría hacernos enormemente felices, sin necesidad de acudir a estas falsas y absurdas ideologías de la "NUEVA ERA".

¿Qué es «un curso de milagros»?

En realidad no es un curso. Es un paquete de tres documentos: un texto doctrinal, un libro de ejercicios y un manual para el maestro (que en realidad no es el maestro que da el curso, sino cualquiera de los estudiantes, a quienes los adeptos llaman "maestros de Dios"). El paquete está a disposición de cualquiera, aunque normalmente se forman grupos de lectura o se presenta en cursos propiamente dichos, talleres o seminarios. Existe también una fundación con el mismo nombre y un instituto para profundización de los "conocimientos".

¿Quién lo escribió?

Fue escrito por Helen Shucman, psicóloga, educadora, intelectualmente conservadora y de ideología atea —como ella misma se describe—, profesora de la Universidad de Columbia, en Nueva York, con el apoyo de William Thetford, jefe de Helen en la facultad. Según ella, a raíz de una inquietud de ambos por llevar relaciones más armoniosas, el mismo Jesús, con una voz sin sonido, le dicto el libro en períodos que ella podía interrumpir y continuar después, entre 1965 y 1972.

¿Cuál es su propuesta? ¿Qué enseñan?

Según esta falsa doctrina, Dios creó un hijo que lo abarca todo, hombres, animales, vegetales y cosas. Todo está en la mente de Dios y es extensión de su amor perfecto. Pero un día El Hijo de Dios soñó que estaba separado de su Padre. Ese pensamiento (sueño) erróneo de separación dio origen al ego. El ego es esta creencia errónea de que estamos separados Dios y de que existe un mundo físico en el que hay hostilidad, culpa y sufrimiento. Llegan al grado de decir que solamente lo espiritual es real. El mundo físico que percibimos a través de nuestros sentidos no es real, no existe, es un sueño -aseguran- de separación del que hay que despertar para restaurar la unidad con Dios que nunca perdimos, pero que creímos haber perdido.

Niegan el dogma del pecado original, que aseguran no existe; lo que existe -dicen- es el error original de creer que estamos separados de Dios y de todo lo demás. El pecado y la culpa, obviamente, tampoco son reales. Existen sólo en sueños. No existen actos buenos ni malos, sólo pensamientos buenos o malos, que son los que hay que cambiar; somos —por decirlo así— sólo víctimas de nuestros pensamientos equivocados, aseguran.

Creen que la enfermedad y la muerte tampoco son reales, son el resultado de una mente enferma que cree que vivimos encerrados en un cuerpo capaz de enfermar o morir. La mentalidad recta (es decir, su idiología)  es en sí misma la curación. Tratar de curar con medicamentos es incurrir en la magia que para el Curso es atribuirle realidad a lo físico y a lo material. (N. de la R. De ahí que pueden surgir graves tragedias si se lleva estrictamente esta ideología. Algunos ejemplos los comenta Sharon Lee Giganti).

La resurrección, aseguran estos falsarios, no existe, dado que no existen los cuerpos ni la muerte. La salvación (expiación le llaman ellos) es el despertar del sueño de separación y de muerte. No tiene nada que ver con las obras ni con la redención: es el fruto de un cambio de mentalidad gracias a un supuesto conocimiento adecuado (el de ellos). Niegan también el dogma de la divinidad de Jesús, aseguran que no es el Cristo ni es nuestro salvador: es simplemente el primero que realizó su cambio de conciencia para trascender su ego e identificarse con el Cristo. En su desbordante imaginación sostienen que la Expiación se completará cuando todos los egos separados hayan corregido su error y retornen a la unidad.

El perdón, afirman, también es otra ilusión, dado que no existe la culpa, pero creen que es una ilusión "provechosa" porque dizque nos lleva a la verdad. Es la llave de la felicidad. Su sentido es librar nuestra mente de la culpa que ponemos sobre nosotros mismos y sobre los otros, y consiste en pasar por alto todo lo que vemos como malo y que nunca ha sido real. Tanto nuestro prójimo amoroso como nuestro prójimo furioso (incluyendo la vida misma) nos están dando o pidiendo amor y nuestra respuesta correcta sólo puede ser una: devolver siempre amor. Guiados por el "Espíritu Santo", todas nuestras relaciones son un "milagro" que señala el camino de retorno al Cielo. La Salvación llega en cualquier instante en que dos personas se unen para compartir un interés común.

Es tan absurda su doctrina que sostienen que el cuerpo y el mundo físico sólo responden a las intenciones de la mente. Si la mente lo utiliza para atacar, añaden, sea de la forma que sea, el cuerpo se convierte en la víctima de la enfermedad, la vejez y la decrepitud. Si la mente, en cambio, acepta el propósito del Espíritu Santo, el cuerpo se convierte en un medio eficaz de comunicación con otros —invulnerable mientras se le necesite— que luego sencillamente se descarta cuando deja de ser necesario.

Como se verá, todas estas tesis son una locura, no obstante entre ellos hay algunas personas engañadas de muy buena fe que imparten o acuden a este curso. Esa buena fe es peligrosa, pues es la que convence a otros y permite hacer más prosélitos.

¿En realidad se aprende a hacer milagros?

No como lo entendemos normalmente, ya que los milagros ocurren en el mundo físico y, según ellos, el mundo físico no existe. Cuando hablan de "milagros" se refieren al cambio de la mentalidad errónea a la mentalidad recta que —también según ellos— trae cambios maravillosos en la vida del que lo realiza. O sea, el "milagro" es pensar con su absurda ideología.

Hay gente que asegura haber mejorado su vida gracias a estos cursos. ¿Podríamos decir que sus consejos son buenos?

Si atendemos no a su absurda doctrina sino a algunos consejos prácticos, en cierta manera sí. Algunos de esos consejos prácticos imitan mucho a ciertas enseñanzas de la doctrina cristiana, como la de ser imágenes de Dios, de buscar solamente el reino y la primacía del espíritu sobre la carne, de combatir el ego, del perdón incondicional, de responder a todo con amor, de confiar en Dios y eliminar el miedo, de pensar como Dios piensa y de buscar la unidad con Dios y con el prójimo. Naturalmente que lo que copian del catolicismo es bueno pero todo lo demás no. La fe católica ya abarca lo que ellos puedan copiar de positivo a nuestra religión. No necesitamos nada de ellos.

Entonces: ¿Es compatible con el Cristianismo o puede ayudar a un cristiano a ser mejor? Después de todo hablan muy bonito de Dios y de Cristo y del Espíritu Santo.

No, definitivamente no. Tienen ideas prácticas parecidas a las del cristianismo pero tienen muchas otras que son completamente opuestas. Hablan de Cristo y del Espíritu Santo, pero lo que dicen de ellos no coincide en nada con lo que por la fe y la Revelación Divina creemos nosotros. Para ellos Jesús no es el Cristo, sino sólo uno más de los egos que se sintieron separados de Dios, y el Espíritu Santo no es una persona de la Santísima Trinidad, sino sólo un medio para traducir el pensamiento de Dios espíritu en símbolos entendibles para nosotros. Llegan al absurdo de creer que el mundo físico es falso y es maligno; para nosotros es la obra de Dios y fue bendecido por Él. Para ellos el cuerpo es una ilusión nefasta; para nosotros es parte de nuestra humanidad y un instrumento para conocer, amar y servir a Dios en esta vida y disfrutarlo plenamente en la otra (o no hacerlo si nos condenamos). Para ellos el pecado no existe; para nosotros es una realidad esencial que debemos combatir toda nuestra vida con la ayuda de Dios. Para nosotros la perfección y la felicidad perfecta no se pueden alcanzar en esta vida; para ellos, se pueden alcanzar en esta vida si se asume la mentalidad correcta (o sea, según ellos, la suya). Para ellos, las obras no cuentan, ni buenas ni malas; para nosotros, «lo que somos es obra de Dios. Él nos ha creado en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos» (Ef. 2, 10). Para nosotros hay un maestro, Cristo, y su sacramento que es la Iglesia; para ellos, cada quien debe escuchar a su propio maestro interior. Para nosotros, Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida para todos; para ellos, el camino es el Curso, pero el curso no es el único camino al Cielo, ya que nada es para todos los hombres, y la verdad no puede limitarse a ninguna forma finita. Para nosotros, la Iglesia tiene la Verdad que necesitamos saber sobre Dios, sobre Cristo, sobre la Biblia y sobre la vida; para ellos, en el curso, algunas veces, la interpretación de las palabras de Jesús en la Biblia es corregida (por ellos) y contradice la interpretación católica custodiada y transmitida por la Iglesia de Cristo durante dos mil años de cristianismo en fidelidad a la enseñanza primigenia. Para ellos esa interpretación necesita de la corrección que ellos inventan y proponen. Como verán, no parece muy practicable una convivencia constructiva. En realidad este curso de milagros es sólo una más de las muchísimas expresiones de la New Age, herederas del gnosticismo y del intento de sincretismo con las religiones no cristianas. Para nosotros los católicos, no hay nada que nos haga falta que estas falsas doctrinas nos puedan enseñar, y en cambio nos pueden alejar de la Iglesia y enseñar muchas cosas falsas que no nos hacen ninguna falta. Por ello, por ningún motivo es lícito asistir a ellos, pues tenemos obligación de cuidar nuestra fe como lo más valioso del mundo.

Lo que sí puede ser este curso para los cristianos es una alarma para denunciarlo, una patada a las espinillas que nos recuerde que los católicos tenemos un tesoro propio en los consejos y mandamientos de Cristo, en el perdón, en la confianza en Dios, en la docilidad al Espíritu Santo, en la aceptación de la voluntad de Dios, en la búsqueda del reino... Tesoro que muchos no hemos usado, y que si lo usáramos podría hacernos enormemente felices.
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Autor: Walter Turnbull (adaptado)

En este enlace podrás conocer la historia de Sharon Lee Giganti, una promotora de esos cursos que habiendo descubierto su falsedad es una de sus mayores detractoras. Haz click abajo:


Fuente: Adaptación de http://www.periodismocatolico.com/content/view/34/38/
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jueves, 16 de diciembre de 2010

ACTRIZ DE HOLLYWOOD SE CONVIERTE AL CATOLICISMO Y DENUNCIA LAS TRAMPAS DE LA NEW AGE (NUEVA ERA)

Dejó su carrera cuando le sonreía el éxito para dedicarse a lo que creyó ser su misión: difundir los principios de la secta New Age. La desilusión no tardó en llegar.

ReL, 15 de diciembre de 2010. Sharon Lee Giganti dejó su carrera en Hollywood cuando comenzaba a tener mayor éxito, para dedicarse a lo que creyó ser su gran misión: difundir los principios de la Nueva Era. La desilusión no tardó en llegar. Estas falsas enseñanzas destrozaron la vida de muchas personas a su alrededor –incluido su propio hermano–. Después de su conversión, se dedicó a comunicar sin cansancio las grandes trampas que esconden las enseñanzas de El Secreto, Un Curso de Milagros y la ley de la atracción.

- ¿Qué la impulsó hacia la Nueva Era?
- Estaba desesperada. Llevaba muchos años sufriendo al ver a mis seres queridos autodestruirse con las drogas y el alcohol, sin poder hacer nada. Buscaba una manera de acabar con todo ese dolor que había a mi alrededor, y encontrar felicidad y paz para mí.

- ¿Era infeliz a pesar del éxito que comenzaba a tener en Hollywood?
- Sí, como actriz estaba cansada de la frustración de trabajar tan duro, durante tantos años, y no lograr ser la gran actriz que me creía capaz de ser. Había alcanzado éxito en la TV y en algunas películas, pero tenía la sensación de no poder controlar el resultado de lo que hacía. Imagínese la emoción que me produjo escuchar que había técnicas que podía aprender para crear mi propia realidad con el pensamiento: “Puedes cambiar cualquier circunstancia, curar cualquier enfermedad, y producir resultados con sólo visualizar tus deseos”.

- ¿Quién le enseñó esas técnicas?
Un amigo mío en Hollywood me habló de la ley de la atracción a través del libro La ciencia de la mente, de Ernest Holmes, y de unas grabaciones de la médium Esther Hicks, que canalizaba un espíritu llamado Abraham. Abraham enseñaba la idea ocultista de que “todo es energía”: “Tus pensamientos y sentimientos son formas de ‘vibración de la energía’ que atraen lo que estás pensando y sintiendo. Si piensas en positivo y te sientes libre de preocupaciones, atraerás cosas buenas”. Creí que Abraham era un espíritu bueno y que con esta nueva comprensión de las “leyes universales” podría ayudar a mucha gente.

- Se dedicó entonces a difundir este gran “descubrimiento”...
- Así es. Abandoné mi carrera de actriz y me convertí en embajadora de Abraham. Durante 10 años estuve enseñando la ley de la atracción, incluyendo los principios de Un curso de milagros.

- ¿Qué es "Un curso de milagros"?
- Es un libro que fue escrito por un espíritu que decía ser Jesús, a través de una médium. Su enseñanza está en contradicción con la Sagrada Escritura, la Tradición y la doctrina católica, pues afirma que Jesús no era Dios, que el demonio no existe, que el pecado original nunca ocurrió, y que los apóstoles no supieron interpretar el mensaje de Jesús y nos enseñaron errores. Estos principios falsos muestran claramente que el espíritu que los escribió, aunque afirmara ser Jesús, es una falsificación de Cristo. Ningún espíritu que contradiga la Palabra de Dios puede ser de Dios.

- ¿Cómo descubrió ese engaño?
- Me enfrenté a terribles tragedias por predicar estas filosofías falsas. Primero, mi alumna Jane. La noche antes de suicidarse, vino a mi casa con las preguntas sobre el suicidio que solía hacerme. Se las contesté de nuevo con las enseñanzas de la Nueva Era, especialmente las de Abraham y Un Curso de Milagros: “El suicidio es malo sólo si piensas que está mal, pues hemos sido condicionados socialmente para creer que está mal”. Y le dije, citando a Abraham: “Tú eres libre de elegir cualquier cosa que desees atraer a tu vida, incluso la muerte”. A la mañana siguiente, ella se fue a un hotel y se envenenó. Me gustaría decir que su muerte me despertó, pero estas filosofías me habían oscurecido completamente la visión del mundo.

- Entonces, ¿qué la despertó?
- Mi hermano era drogadicto y alcohólico; sufría crisis de ansiedad y depresión. A quienes intentaban ayudarlo, yo les decía que dejaran de temer por su bienestar, pues así continuaban atrayendo esa situación a su vida. La mejor manera de ayudarlo era “visualizarlo” en una situación de perfecta salud, que luego comenzaría a “manifestarse”. Y así lo hicieron. Y yo también. Pero no recibimos el “milagro” prometido. Mi hermano terminó por matar a mi sobrino de cuatro meses y hoy en día cumple cadena perpetua.

- Y usted pagó un precio muy alto...
- Las tragedias me fueron mostrando que las enseñanzas de la Nueva Era no producen la paz y el bienestar que tanto pregonan. En cambio sí provocan muchos corazones rotos y vidas destruidas.

- ¿Eso la llevó a buscar la verdad en la doctrina católica?
- Todavía estaba inmersa en esas enseñanzas, cuando comencé a leer la Biblia. También tuve un encuentro personal con Jesús y luego supe que mucha gente rezó por mí.

- Cuéntenos ese encuentro con Cristo
- Cuando estaba a punto de invocar más espíritus, en un intento desesperado por encontrar ayuda, Jesús me sacó. Se me mostró como “el Camino, la Verdad y la Vida” que yo había estado buscando.

- Un Cristo muy diferente al que le había enseñado la Nueva Era...
- No era la “Conciencia Crística” o “la Energía Pura” de la Nueva Era. Jesús es una persona real que me decía: “Soy la respuesta que estás esperando y estoy aquí, como siempre... ¡esperándote!”. Nunca me había sentido tan amada. Créame. Los que piensan que “el Cristo” es sólo un modo de pensar o una “conciencia”, se pierden todo, porque una “conciencia” no te puede amar como Jesús nos ama.

- ¿Qué pretende realmente la espiritualidad de la Nueva Era?
- La mayoría –me ocurrió a mí también– cree que ha descubierto una “nueva ciencia”, una “sabiduría perdida” o una “perspectiva más elevada de la esfera espiritual”, y quieren compartirla con otros para curar sus males mentales, psíquicos, emocionales y espirituales. Pero gran cantidad de la información de la Nueva Era proviene de espíritus que han sido escuchados a través de médiums. Son espíritus demoníacos que sirven a Satanás, y quieren robarle almas a Dios. Buscan expresamente hacernos daño.

- Pero nadie quiere, deliberadamente, hacerse daño a sí mismo...
- Desafortunadamente, la información está muy bien disfrazada en forma de buenos consejos, ayuda, amor... Ellos transmiten información falsa a todos los que quieran escucharla en forma de ideologías que contienen supuestos “principios universales”. Hacen que la persona moralmente neutral se desoriente.

- ¿Por qué no puede un católico creer en la ley de la atracción?
- Estas supuestas “técnicas” no son más que formas modernas de la antigua magia, hechicería y espiritismo. Van en contra de la fe católica. En el documento vaticano Jesucristo portador del agua de la vida se afirma “la convicción generalizada en la Nueva Era de que cada uno crea su propia realidad es atractiva pero ilusoria”. No es verdad que podamos controlar lo que nos sucede a través de nuestros pensamientos y sentimientos.

- ¿Es posible tomar lo bueno de estas técnicas y dejar de lado el resto?
- Conozco bien ese peligro y no vale la pena asumir ese riesgo. Sería como tomarse un batido de chocolate envenenado porque contiene un poco de calcio. De nuevo, el documento vaticano Jesucristo portador del agua de la vida dice claramente que no es posible aislar algunos elementos de la religiosidad de la Nueva Era como aceptables y rechazar otros. ¡La Iglesia ha hablado claro! Prestémosle atención a sus consejos por nuestro propio bien.

Autora: Isabel Molina E./Revista Misión

Sharon Lee Giganti (www.NewAgeDeception.com) es catequista acreditada e invitada habitual del programa de Patrick Coffin “The New Age Deception” en Catholic Answers Live Radio (www.catholic.com).

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