viernes, 28 de junio de 2019

VEN SEÑOR, ENTRA EN MI VIDA, Y MORA EN MI CORAZÓN


-Entra Señor, entra Jesús, el día ya declina. El astro rey hacia el ocaso inclina su brillante fulgor, no sigas delante, que el amor reofrece; entra en casa Señor.

-Entra en casa Señor, cerradas hallas las morada, que un asilo a Dios quieren negar…Olvida entre nosotros su desvío, mientras tengamos casa, Jesús mío, ¡Tú tendrás un hogar!

-Entra Señor, más no como mendigo; nuestro Rey, nuestro Padre, nuestro Amigo, nuestro todo serás… que si el error levanta sus banderas, en este hogar, Tú reinas y Tú imperas y homenaje y amor encontrarás.

-Entra Señor, aquí todos te amamos, y pues Rey te aclamamos, de esta humilde mansión, ya nuestros corazones se han ligado y de su amor un trono te han formado, coloca en él Señor, tu corazón.

-Colócalo Señor y no receles, somos vasallos fieles; no encontrarás aquí ningún traidor…antes morir queremos que dejarte, antes morir, queremos que negarte, divino Rey del amor.

-Y si el mundo y los suyos te persiguen y si a este lumbral quizá llegar consiguen, a Ti no llegarán, que sabrán defenderte nuestras vidas… los filos de sus armas deicidas, jamás tu pecho lo herirán.

-Entra Señor, estemos siempre unidos, mezclados, enlazados, fundidos, de ese pecho al calor, viviendo todos de tu misma vida, como vive adherida, la enredadera al tronco bienhechor.

-Juntos así el destierro cruzaremos, así contigo gozaremos, las dichas que nos des… y si el dolor empaña nuestros ojos; juntos también pondremos sus despojos, como perlas humildes a tus pies.

-Entra Señor, ya izamos tu bandera, entra Señor y manda, reina, impera en este pobre hogar… pobre y desconocido, pero con tu presencia enriquecido; y muy feliz porque te sabe amar.

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