lunes, 21 de septiembre de 2020
EL CULTO EXTERNO DEBE SER UNA EXPRESIÓN DEL CULTO INTERNO
Últimamente se habla mucho de la importancia de la actitud interior y del culto interno. Sobre todo en la modestia y en la manera de recibir la comunión (el Cuerpo de Cristo en la hostia consagrada). Se deja a un lado la importancia y necesidad de lo EXTERNO sin comprender que este aspecto complementa y ayuda significativamente a la disposición interna.
Algunos creyendo que no es importante o no es TAN necesario lo externo, y lo que es peor, haciendo JUICIOS temerarios contra quienes luchan por lo externo, consideran que éstos son unos fariseos por preocuparse por la modestia externa en el vestir, y/o el modo de recibir a nuestro Señor al comulgar en la boca y de rodillas. Caen, así, en juicios temerarios graves, ya que el interior de las personas y sus intenciones no se conocen y por lo mismo no deben juzgarse. El interior no se ve, pero el exterior vaya que sí. De hecho lo interno se refleja en lo EXTERNO como Cristo señala en el ejemplo del fariseo y el publicano, donde el primero orgulloso y DE PIE se vanagloriaba de sus "cualidades" y "perfecciones", mientras que el publicano DE RODILLAS se manifestaba humildemente como un gran pecador. Como se ve en este caso, la actitud interna se mostraba y correspondía también con la externa. Como se sabe, quien salió justificado del templo fue el publicano.
Incluso, muchos santos han explicado la correspondencia que existe entre la actitud externa e interna, pues una ayuda a la otra y, a su vez, es una manifestación de lo más importante que es nuestra intención última y genuina.
De aquí lo importante que es resaltar lo que nos manda la Iglesia que no solo señala la necesidad de un culto interno, sino también la de un correcto culto EXTERNO, pues ambos son necesarios para agradar a Dios como aquí lo veremos.
- NO, no basta, SINO QUE ES NECESARIO ADORARLO TAMBIÉN EXTERIORMENTE, CON EL ESPÍRITU Y EL CUERPO, porque es Creador y Señor absoluto del uno y del otro.
353.¿Cómo se cumple el primer mandamiento?
– El primer mandamiento se cumple con el ejercicio del culto interno y EXTERNO.
Y con respecto a la Eucaristía y forma de comulgar veamos qué dice el mismo catecismo:
623.- ¿DÉBESE ADORAR LA EUCARISTÍA? - La Eucaristía debe ser ADORADA DE TODOS, PORQUE CONTIENE VERDADERA, REAL Y SUSTANCIALMENTE AL MISMO JESUCRISTO SEÑOR NUESTRO.
638.- ¿Qué quiere decir: Comulgar con devoción?
- Comulgar con devoción quiere decir acercarse a la sagrada Comunión con humildad y MODESTIA, así en la persona como en el VESTIDO, prepararse antes y dar gracias después de la sagrada comunión.
643.- ¿Cómo hemos de estar en el acto de recibir la Sagrada Comunión? - En el acto de recibir la Sagrada Comunión hemos de estar ARRODILLADOS, tener la cabeza medianamente levantada, los ojos modestos y vueltos a la Sagrada Hostia, la BOCA suficientemente abierta y la lengua un poco fuera sobre el labio.
(Catecismo mayor papa san Pío X)
Como vemos se habla de la necesidad tanto de lo interno como de lo EXTERNO, pues ambos aspectos se complementan.
33. Todo el conjunto del culto que la Iglesia tributa a Dios debe ser interno y externo. Es externo, porque lo pide la naturaleza del hombre, compuesto de alma y de cuerpo; porque Dios ha dispuesto que, «conociéndole por medio de las cosas visibles, seamos llevados al amor de las cosas invisibles»[26], porque todo lo que sale del alma se expresa naturalmente por los sentidos; además, porque el culto divino pertenece no sólo al individuo, sino también a la colectividad humana, y, por consiguiente, es necesario que sea social, lo cual es imposible, en el ámbito religioso, sin vínculos y manifestaciones exteriores; y, finalmente, porque es un medio que pone particularmente en evidencia la unidad del Cuerpo místico, acrecienta sus santos entusiasmos, consolida sus fuerzas e intensifica su acción; «aunque, en efecto, las ceremonias no contengan en sí ninguna perfección y santidad, sin embargo, son actos externos de religión que, como signos, ESTIMULAN EL ALMA a la veneración de las cosas sagradas, ELEVAN LA MENTE a las realidades sobrenaturales, NUTREN LA PIEDAD, FOMENTAN LA CARIDAD, ACRECIENTAN LA FE, robustecen la devoción, instruyen a los sencillos, adornan el culto de Dios, conservan la religión y distinguen a los verdaderos cristianos de los falsos y de los heterodoxos»".
Por algo dicen: las palabras conmueven, pero el ejemplo arrastra.
Decía san Jerónimo:
“Ya sea que debamos hablar cómo vestimos, o vestirnos cómo hablamos. ¿Por qué profesar una cosa y demostrar otra?
La lengua habla de castidad, pero todo el cuerpo revela impureza”.
(Esto es cuando hay contradicción entre lo interno y lo externo, porque ambas deben ir de la mano, o seríamos hipócritas, como los fariseos. Muchos ignorantes creen que sólo lo interno basta y que no es necesario demostrar con obras externas lo que enseñamos).
“El ser descuidados EXTERNAMENTE ES UN SIGNO DE DESCUIDO INTERIOR”
San Benito
"La honra de los Ministros de Cristo es seguir a su Señor,
no sólo en lo interior, sino también EN LO EXTERIOR".
- San Juan de Ávila.
NATURALEZA DE LA RELIGIÓN: CULTO INTERNO, EXTERNO Y PÚBLICO
66. P. ¿Cuáles son los elementos esenciales de toda religión?
R. Hay tres elementos esenciales que integran el fondo de toda religión. Todas tienen verdades que creer, leyes que guardar y un culto que rendir a Dios. Tres palabras expresan estos tres elementos: dogma, moral y culto.
La religión es el conjunto de los deberes del hombre para con Dios. El hombre debe a su Creador el homenaje de sus diferentes facultades. Debe emplear su inteligencia en conocerle, su voluntad, en conservar sus leyes, su corazón y su cuerpo, en honrarle con un culto conveniente. Tal es la razón íntima de estos tres elementos esenciales de toda religión.
67. P. ¿Cómo manifiesta el hombre su religión?
R. Las relaciones del hombre con Dios deben traducirse por sentimientos interiores y por actos exteriores, que toman el nombre de culto.
El culto es el homenaje que una criatura rinde a Dios. Consiste en el cumplimiento de todos sus deberes religiosos.
Hay tres clases de cultos: el culto interno, el externo y el público o social. Estos tres cultos son necesarios.
La religión no es una ciencia puramente teórica; no basta reconocer la grandeza de Dios y los lazos que nos unen a Él: debe haber, de parte del hombre, un homenaje real de adoración, de respeto y de amor hacia Dios: eso es el culto.
Debemos honrar, respetar a todas las personas que son superiores a nosotros, ya por sus méritos, ya por su dignidad, ya por su poder. El culto es el honor, el respeto, la alabanza que debemos a Dios. El culto, pues, no es otra cosa que el ejercicio o la práctica de la religión que ciertos autores definen: El culto de Dios.
1° El culto interno consiste en los homenajes de adoración, de amor, de sumisión que nuestra alma ofrece a Dios, sin manifestarlos exteriormente por actos sensibles.
Este culto interno constituye la esencia misma de la religión; por consiguiente, es tan necesario y tan obligatorio como la religión misma. Un homenaje exterior cualquiera, que no dimane de los sentimientos del alma, no sería más que una demostración hipócrita, un insulto más que un homenaje. Dios es espíritu, y ante todo, quiere adoradores en espíritu y en verdad.
El primer acto de culto interno es hacer todas las cosas por amor de Dios; referirlo todo a Dios es un deber, no sólo para las almas piadosas, sino también para todos los hombres que quieran proceder de acuerdo con las leyes de la razón, porque ésta nos dice que, siendo servidores de Dios, debemos hacerlo todo para su gloria.
2° El culto externo consiste en manifestar, mediante actos religiosos y sensibles, los sentimientos que tenemos para con Dios. ES LA ADORACIÓN DEL CUERPO, que junta las manos, se inclina, se prosterna, se arrodilla, etc., para proclamar que Dios es el Señor y Dueño. Así, la oración vocal, el canto de salmos e himnos, las posturas y ademanes suplicantes, las ceremonias religiosas, los sacrificios son actos de culto externo. Estos actos suponen los sentimientos del alma, y son con relación a Dios, las señales de respeto y de amor que un hijo da a su padre.
3° El culto público no es más que el culto externo rendido a Dios, no por un simple particular, sino por una familia, por una sociedad, por una nación. Este es el culto social.
Ciertos deístas pretenden elevarse por encima de las preocupaciones populares, no aceptando más culto que el del pensamiento y del sentimiento, ni más templo que el de la naturaleza. Tienen, según ellos, la religión en el corazón, y rechazan como inútil todo culto externo y público. Nada más falso que esta teoría, conforme se probará en las dos siguientes preguntas.
68. P. ¿Es necesario el culto externo?
R. Sí; el culto externo es absolutamente necesario por varios motivos:
1° El cuerpo es obra de Dios como el alma; es junto, por tanto, que el cuerpo tome parte en los homenajes que el hombre tributa a Dios.
2° El hombre debe rendir a Dios un culto conforme con su propia naturaleza; y como es natural al hombre expresar, mediante signos sensibles, los sentimientos interiores que experimenta, el culto externo es la expresión necesaria del culto interno.
3° El culto externo es un medio de sostener y desarrollar el interno. A no ser por las exterioridades de la religión y sus prácticas, la piedad interior desaparecería y nuestra alma no se uniría nunca a Dios.
a) Mediante el culto externo, el hombre rinde homenaje de la Creación entera, cuyo pontífice es. Se prosterna para adorarle, edificando iglesias, adornando santuarios, el hombre asocia la materia al culto del espíritu y, por su intermedio, la creación material rinde a su Criador un legítimo homenaje.
b) El culto externo es natural al hombre. Éste, como hemos visto, es un compuesto de dos substancias, tan estrechamente unidas entre sí, que no puede experimentar sentimientos íntimos sin manifestarlos exteriormente. La palabra, las líneas del rostro, los gestos expresan naturalmente lo que sucede en su alma. El hombre no puede, pues, tener verdaderos sentimientos religiosos que vayan dirigidos a Dios, si no los manifiesta por medio de oraciones, cánticos y otros actos sensibles. El hombre que vive sin religión exterior, demuestra, por eso mismo, que carece de ella en su corazón. ¿Qué hijo, penetrado de amor y de respeto para con sus padres, no manifiesta su piedad filial?...
c) Hay más todavía: el culto externo es un medio eficaz para desarrollar el culto interno. El alma, unida al cuerpo, lucha con grandísimas dificultades para elevarse a las cosas espirituales sin el concurso de las cosas sensibles. Ella recibe las impresiones de lo exterior por conducto de los sentidos. La belleza de las ceremonias, los emblemas, el canto, etc., contribuyen a despertar y avivar los sentimientos de religión. Que un hombre deje de arrodillarse ante Dios, que omita la oración vocal, que no frecuenta la iglesia, y bien pronto dejará de tener religión en su alma. Lo averigua la experiencia. Con razón se ha dicho: “Querer reducir la religión a lo puramente espiritual, es querer relegarla a un mundo imaginario”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario