Jóvenes cuiden mutuamente su pureza, que es lo más bello que poseen. No cedan ante el pecado, no olviden que las relaciones sexuales prematrimoniales dejan profundas heridas en el alma, en el amor que se tienen y en su noviazgo, la mancha del pecado es difícil de borrar. Las relaciones sexuales entre personas que no están unidas entre sí por el vínculo de un matrimonio válido, son siempre contrarias a la voluntad de Dios y constituyen una grave ofensa a Dios.
Repitan juntos firmemente como Santa María Goretti, la dulce mártir de la pureza: "¡Morir! ¡Morir mil veces antes que pecar una vez!"
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