Que el mundo siga su movimiento, mientras tú y tu familia se apartan de esa vorágine para en silencio, en reverente actitud, adorar al Niño que nace en el más humilde pesebre; después, con fervor habrá que cantarle y arrullarle con algunos villancicos y rezarle agradeciéndole todas las gracias que nos trae. La cena no es una cena familiar más: es la reunión de la familia para comemorar que el Dios Niño ha nacido.
San Alfonso María de Ligorio nos enseña:
"Solo en este Niño halló el eterno Padre sus delicias, porque, como dice san Gregorio, solamente en éste no halló culpa. Consolémonos, pues, nosotros miserables pecadores, porque este divino Infante ha venido del cielo a comunicarnos ésta su inocencia por medio de su pasión. Los méritos suyos, si nosotros supiésemos estimarlos, pueden mudarnos de pecadores en santos e inocentes; pongamos en ellos nuestra confianza, pidamos por los mismos al eterno Padre siempre la gracia, y lo alcanzaremos todo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario