No sientas pena ni temor por tus hijos porque el mundo en el que van a crecer no es el que era antes.
Dios los creó y los llamó para el momento exacto en el que se encuentran. Su vida no fue una coincidencia ni un accidente.
Levántalos para que conozcan el poder en el que caminan como hijos de Dios.
Entrénalos en la autoridad de Su Palabra. Enséñalos a caminar en fe, sabiendo que Dios tiene el control.
Capacítalos para que sepan que pueden cambiar el mundo.
No les enseñes a tener miedo y a desanimarse por cómo se encuentra el mundo, sino a tener la esperanza de que pueden hacer algo al respecto.
Cada persona a lo largo de la historia ha sido colocada en el tiempo en que le correspondía de acuerdo al plan soberano de Dios.
Él sabía que Daniel podía con la fosa de los leones.
Él sabía que David podía con Goliat.
Él sabía que Esther podía con Amán.
Él sabía que Pedro podía con la persecución.
Él sabe que tu hijo puede con cualquier desafío que enfrente en su vida. ¡Él los creó específicamente para eso!
No tengas miedo por tus hijos, ¡pero siéntete honrado de que Dios te eligió a TI para ser su padre! ¡Enséñales el amor de Dios, a defender su religión, a vivir siempre en gracia santificante, frecuentando la Confesión y la Eucaristía y a compartir su fe y caridad con todos!
Acepta el desafío.
¡Cría Danieles, Davides, Estheres y Pedros!
Dios no se rasca la cabeza preguntándose qué va a hacer con este desastre de mundo.
¡Él tiene un ejército que está levantando para hacer retroceder la oscuridad y darlo a conocer en toda la tierra!
No dejes que tu miedo robe la grandeza que Dios puso en tus hijos.
Sé que es difícil imaginarlos como algo más que nuestros bebés, y solo queremos protegerlos de cualquier cosa que pueda ser difícil para ellos, pero nacieron para un momento como éste.
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