El lema de las abortistas argentinas, llevado a la acción: "La única Iglesia que ilumina es la que arde". |
martes, 4 de noviembre de 2014
ATENTADO SACRÍLEGO EN ARGENTINA: CON ODIO SATÁNICO PROFANAN UNA IGLESIA CATÓLICA EN LA NOCHE DE HALLOWEEN
Los sacrílegos no robaron nada, clara señal que el atentado tenía como objeto solamente el odio a la religión y a la Iglesia Católica. A la fecha, los sacrílegos -probablemente satanistas que festejaban esa noche de Halloween que su calendario la considera como la principal del año satánico o, bien, jacobinos cristianofóbicos- no han sido aún detenidos, aunque dejaron sus huellas digitales ensangrentadas plasmadas en diversos sitios del templo, lo que podría ayudar a identificarlos. Los delincuentes ingresaron por el patio lindero a la parroquia y empezaron desde la zona del altar hasta la puerta de ingreso a ocasionar destrozos a la misma hora que muchos "católicos" -ignorantes y desinformados de su significado- celebraban en sus domicilios el Halloween.
ACTO REPARACIÓN:
¡Ojalá que nos fuese dado lavar tantos crímenes con nuestra propia sangre! Mas, entretanto, como reparación del honor divino conculcado, uniéndola con la expiación de la Virgen vuestra Madre, de los Santos y de las almas buenas, os ofrecemos la satisfacción que vos mismo ofrecisteis un día sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros altares, prometiendo de todo corazón que, en cuanto nos sea posible y mediante el auxilio de vuestra gracia, repararemos los pecados propios y ajenos y la indiferencia de las almas hacia vuestro amor, oponiendo la firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de la ley evangélica, sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos además por impedir que seáis injuriado y por atraer a cuantos podamos para que vayan en vuestro seguimiento.
¡Oh benignísimo Jesús! Por intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, os suplicamos que recibáis este voluntario acto de reparación; concedednos que seamos fieles a vuestros mandatos y a vuestro servicio hasta la muerte y otorgadnos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vivís y reináis, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
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Ese eslogan sacrílego ya sa ha visto antes en muros españoles.
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