viernes, 19 de diciembre de 2014

UN NACIMIENTO SIN NACIDO



Se aproxima la Navidad… Recuerdo cuando éramos niños y nuestros padres, con gran dedicación, nos impartían la mejor catequesis del mundo. Mientras montábamos el Belén (el Nacimiento), con gran esmero y bajo su atenta mirada, nos sumergíamos en todo el misterio de la Navidad. Nuestras pequeñas almas, aun no abarcaban la grandeza de todo lo que estábamos celebrando, pero sabíamos que era algo muy importante, así nos lo hacía ver, todo el ambiente que nos rodeaba. Mientras poníamos cada figura en su sitio correspondiente, cantábamos Villancicos y escuchábamos los pasajes del Evangelio, que el hermano mayor iba leyendo: “In principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum”. El padre de familia, un gran previsor, iba formando a la futura generación de Belenistas, que le sucederían en el cargo y así, de la mano del Adviento, íbamos llegando a la Navidad.

Las enseñanzas de nuestros progenitores, iban más allá de lo que era construir un Belén en una habitación de nuestra casa… Nos enseñaban a montar la posada, en nuestro interior, nos hacían querer ser, Católicos de pura cepa.

Los Confesonarios estaban todo el año en funcionamiento, pero en Adviento, desbordaban todas las previsiones, al igual que hoy en día, sucede con los centros comerciales. La gente gasta grandes cantidades de dinero en absurdos regalos y lo que se nos da gratis, como los Sacramentos, lo rechazamos, preferimos un kilo de camarones, a cien euros, que vivir en Gracia, aunque su coste económico, sea cero.

Recuerdo, como los Sacerdotes, nos recalcaban la importancia de estar limpios de pecado. Aunque nos confesáramos habitualmente, nuestras madres y nuestros Párrocos, nos recordaban la importancia de preparar nuestra alma para recibir al Niño en un día tan señalado. La noche del 24, acudíamos todos juntos en familia, a la Santa Misa y cuando nos arrodillábamos para recibir al mismo Cristo, en ese momento, nos sentíamos desbordados de alegría, por haberle preparado el mejor pesebre interior.

Hoy en día, la mayoría de las iglesias han echado el cierre a la Misa del Gallo, los más osados la celebran a las siete de la tarde, como un mero cumplimiento, para cuatro feligresas que viven en “Trento”… Y después, el resto del año, se hacen reuniones parroquiales que acaban a las diez de la noche, pero nadie tiene prisa. La noche del 24 al 25, el acontecimiento más importante, es encender los fogones de la cocina.

Navidad pagana, sin Belenes, sin Villancicos, sólo pensando en cenas interminables, que muchas veces, terminan en tragedia ¿Dónde está Dios en toda esta celebración? Conclusión: ¡Un nacimiento sin Nacido!

Las iglesias, que a lo largo de todo el Tiempo de Adviento nos han aturdido con todo tipo de representaciones y conciertos, en plena Navidad, ni siquiera, un Belén viviente.

Familias desunidas, personas que no tienen ganas de celebrar nada y sólo desean que estos días pasen cuánto antes… ¿Deberíamos cambiar el clásico Adeste Fideles por el Requiem aeternam? En el Tiempo de Navidad, celebramos un Nacimiento, no un Funeral. Estamos llenos de podredumbre interior y esto es porque hemos cambiado a Dios y nos hemos adaptado a un mundo pagano, que sólo ve en las celebraciones un momento ideal para fomentar el consumo. ¿Dónde están aquellos tiempos, en los que tres o cuatro generaciones se ponían en torno al Belén, entonaban cantos al Niño y deseaban que aquella noche, no se acabara jamás?

Hay un Villancico que se canta en esta época, titulado, “quiero una Navidad distinta”, sin entrar en valoraciones sobre el mismo…Qué hermoso sería que nuestros Pastores de almas, nos preparan en las parroquias, para esa Navidad distinta, en la que el protagonista fuera Jesús y sólo Él. No las compras, ni las ausencias, ni el vino, ni las cenas… Cómo diría el Hermano Rafael Arnaiz, “sólo Dios”.

Sonia Vázquez

Fuente: Adelante la fe.

5 comentarios:

  1. http://es.jn1.tv/video/news/los-jud-os-argentinos-celebran-januc.html

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    1. Muy lamentable, porque los judíos ACTUALES no adoran al verdadero Dios UNO Y TRINO. No reconocen a Cristo como el Mesías ni como la segunda persona de la Sma. Trinidad. Luego, NO aceptan su divinidad.

      Dice la Palabra de Dios:
      "¿Quién es mentiroso, sino aquel que que niega que Jesús es el Cristo? Este tal es un anticristo, que niega al Padre y al Hijo. Cualquiera que niega al Hijo tampoco reconoce al Padre; quien confiesa al Hijo, también al Padre confiesa. Vosotros estad firmes en la doctrina que desde el principio habeís oído: Si os manteneís en lo que oísteis al principio, también os mantendreís en el Hijo, y en el Padre. Y esta es la promesa, que nos hizo Él mismo, la vida eterna" (1 San Juan 2,22-26).

      Ninguno va al Padre sino por medio de Él (Jo. 14,6) y no hay ningún otro Nombre bajo el Cielo en el cual el hombre pueda salvarse (Act. 4, 12). Él (Cristo) es la Luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo (Jo. 1, 9) y quien no lo sigue camina en las tinieblas (Jo. 8,12). Quien no está con Él está contra Él (Mt. 13,30); y quien no lo honra ultraja también al Padre que lo ha enviado (Jo. 5.23). A Él el Padre le ha entregado el juicio de los hombres (Jo. 5,22); quien no cree ya ha sido juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo Unigénito de Dios (Jo. 3,18). En Él y en el Padre que lo ha enviado (Jo. 17,3).

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    2. Dejemos, pues, las celebraciones judaicas a los judíos y nosotros festejemos solo el Nacimiento del Dios Niño, que vino al mundo para la salvación de los hombres. ‘Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto’ (Lc 4, 8), dice Jesús citando el Deuteronomio (6, 13). "¿Qué compañía puede haber entre la luz y las tinieblas?....Por lo cual salid vosotros de entre tales gentes y separaos de ellas, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo". (2a. Cor. 6, 14-17).

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  2. ¿Progenitores? ¿Será que el léxico generista ha llegado a Catolicidad? ¡Dios no lo permita!

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    1. Si algo siempre hemos denunciado y rechazado -entre otros errores- es la nefasta ideología de género. Pero no podemos cederles nuestro hermoso idioma a ellos y dejar de utilizar términos correctos en su real acepción.

      La Real Academia de la Lengua señala sobre el término PROGENITOR:

      progenitor, ra.
      (Del lat. progenĭtor, -ōris).
      1. m. y f. Pariente en línea recta ascendente de una persona.
      2. m. pl. El padre y la madre.

      El artículo publicado por CATOLICIDAD ya había señalado -en el primer párrafo- el término PADRES. Que se use un sinónimo después, nada tiene que ver con la ideología de género. Incluso, el término PROGENITORES podría ser aún más rico si se refiere a los ancestros (padres, abuelos, bisabuelos, etc.) que nos han transmitido sus tradicionales enseñanzas de generación en generación.

      No caigamos en el error de evitar hablar correctamente para evadir palabras correctas mal empleadas por otros. Así, por ejemplo, hay católicos que no quieren ya denominarse cristianos porque algunos protestantes se autodenominan así, siendo que los verdaderos cristianos son en realidad los católicos.

      Despreocúpese amigo, ni el léxico (ni la ideología) generista ha llegado, ni nunca llegará, a CATOLICIDAD.

      Un abrazo en Cristo

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