lunes, 11 de enero de 2016

EL VUELO DE LAS CIGÜEÑAS

A PROPÓSITO DE LA ÍNFIMA NATALIDAD EN ESPAÑA Y OTROS PAÍSES EUROPEOS

Símbolos de fecundidad y de hijos para el Cielo

Esta tarde al salir de la Capilla de Madrid, me quedé fascinado mirando el cielo entre girones de nubes, miles de cigüeñas pasaban volando. Falta aún bastante para San Blas pero si vieran lo precioso que es ver volar por ese cielo agitado, de nubes negras y blancas, nubes de tormenta danzando con luces de atardecer, unas inmensas y nutridas bandadas de cigüeñas.

¡Bueno sería que dejaran esos niños que nos traen desde París! Llenarían la existencia de tantos hogares madrileños que hoy decrépitos y envilecidos perecen, consagrando su vida y entregando su amor a mascotas, sin mañana ni hoy, sin alma ni amor.

Sería tan benéfico para nuestra pobre España, como el agua de lluvia que acaba de caer en la seca y resquebrajada estepa Castellana. ¡Más cunas, más vida, más almas! Más sonrisas, más alegrías, más Patria. ¡Qué nostalgia! Retoños para el olivo que se muere, metidas para la encina que crece ahogada por la hiedra que le roba el ser.

Disparos de pildorazos
Me da la impresión que el alijo del pico les pesa mucho, pero me temo que las espanten a pildorazos, como se viene haciendo desde hace muchos años. También es posible que se alejen para ponerse a salvo no tanto de las zorras que acechan en la llanura, sino de unos chacales que con saña desgarran el tesoro de sus picos en el mismo seno de sus madres.

Lo más probable será que dejen ese regalo más al sur, del otro lado del Mediterráneo y así luego, uno a uno, se irán pasando, un rato a pie y otro nadando, hasta esta nación sin nacidos, sin mañana, porque la naturaleza aborrece el vacío.

¡Qué bonito vuelan, pero más bonito cuando se posan a la vera de una cuna y se lo confían a su mamá que nutre esperanzas y luego... me llaman para ir a bautizarlo! Y entonces empieza a ser hijo de Dios.

Perdón, esta historia es sólo apta para los que creen en historias de cigüeñas, esas cosas de niños que no llegaron jamás a ancianos porque pervive en ellos la inocencia, cuentos e historias, tradiciones que pasaron.



Y como en mi Capilla no había campanario, ni en las casas cunas, las cigüeñas volando se alejaron detrás de unas densas nubes que nos tienen encerrados.

Por: Un sacerdote católico.

3 comentarios:

  1. Muy conmovedor ¡¡¡ Cuánto hemos perdido, Señor.

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  2. Yo he visto delante de mis ojos a familias musulmanas con tarjetas de familia numerosa mientras que los matrimonios españoles suelen tener como mucho (muchísimo) tres hijos, luego ya ni hablar de los sodomonios o de las parejas "libres".
    Luego normal que nos hayan invadido los musulmanes, porque nos han invadido, ya se he hecho una realidad. Cada día veo negros africanos, pakistaníes y musulmanes, que no es por racismo, sino porque suelen realizar agresiones y molestan el orden público, y eso que España es de lo mejorcito en este tema de Europa, porque Suecia es el lugar con más violaciones, Alemania ya hemos visto los ataques de Colonia (y otros tantos que no salen por la TV pero que se ven por internet como la quema del árbol de Navidad o petardazos y tiros), Reino Unido igual con violaciones y agresiones de estos inmigrantes, Francia con rezos masivos en plena calle y ataques terroristas, Bruselas con gran población musulmana y ataques como el de la pasada Nochevieja donde tiraron un coche por una estación de metro, y así un largo etcétera. Pena da ver noticias como las famosas maratones de violaciones donde los musulmanes raptan a mujeres (y niñas) y las violan durante horas, porque según las propias palabras de los musulmanes: "son prostitutas y nos pertenecen".

    Europa ha apostatado de su Fe, y Dios la ha abandonado, permitiendo el regreso de la secta mahometana que tanto sudor, sangre y oración había costado expulsar.

    Esto sólo puede acabar mal, porque los mandatarios son asesinos de su propio pueblo y parece que quieren caos en Europa para una nueva guerra o revolución, quién sabe lo que tienen en mente esos pervertidos y masonazos.

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