lunes, 1 de julio de 2019
¿QUÉ HAY DENTRO, EN TU INTERIOR?
Una mente en conflicto percibe conflicto, una mente en paz percibe paz…
La manera en la que percibes el mundo depende de la cantidad de “telarañas” que has formado en tu mente. Telarañas de: preocupación, odio, culpa, ira, tristeza, ansiedad o de miedo que has ido tejiendo y permitiendo que nublen tu visión.
Cuando alguien está tranquilo y tiene paz interior, es capaz de percibir la armonía que hay en el universo, pero si está inquieto y perturbado, todo lo que ve y escucha le parece molesto.
De hecho, cuando una persona está en armonía, desde que sale de su casa es capaz de disfrutarlo todo: el ruido de las ramas que se mueven, el canto de los pájaros, voces, risas, canciones… Todo produce una armonía.
Pero quien no está en paz, se siente molesto por esos sonidos. Por lo que prefiere silencio absoluto, o es muy selectivo en cuanto a los sonidos que desea escuchar.
Quiere que el mundo se adapte a sus pretensiones y culpa a los demás por su malestar: “Yo tan feliz que amanecí, pero mi teléfono no deja de timbrar y no me dejan estar en paz”. O la típica: “Yo tan de buen humor que estaba, pero me hiciste enojar”.
Desde ahí comienza el día con mala actitud y probablemente así lo terminará si no se detiene a tiempo. Si realmente hubiera amanecido en paz, su teléfono o las personas no le hubieran producido esa reacción.
Debes estar conciente de que el poder de estar en paz es completamente tuyo y que al enojarte por causas externas o pensamientos negativos, estás entregándole todo tu poder a la persona o situación.
Por eso, debes entender que lo más importante no es que el mundo cambie, sino que cambies tú.
Tienes que pedirle a Dios que te ayude armonice tu interior, para así lograr estar en armonía con la vida. Es valorar y agradecer, no exigir y reclamar.
Te comparto una lección...
’Me preparaba para hablar en una conferencia y decidí llevar una naranja al escenario conmigo, como apoyo para mi conferencia.
Entablé una conversación con un joven brillante de unos doce años, que estaba sentado en la primera fila:
“Si tuvieras que exprimir esta naranja tan fuerte como puedas, ¿qué saldría de ella?” Le pregunté.
Me miró como si yo fuera un poco loco y me dijo: “Jugo, por supuesto”.
“¿Crees que podría salir de ella jugo de manzana?”
“No”, se rió.
“¿Y jugo de toronja?”
“¡No!”
“¿Qué jugo saldría de ella?”
“Jugo de naranja, por supuesto”, contestó.
“¿Por qué? ¿Por qué cuando exprimes una naranja sale jugo de naranja?“
Es posible que ya estaba un poco exasperado conmigo en este punto.
“Bueno, es una naranja y eso es lo que hay dentro”, respondió.
Asentí con la cabeza. “Vamos a suponer que esta naranja no es una naranja, sino que eres tú. Y alguien te aprieta, ejerce presión sobre ti, dice algo que no te gusta, te ofende. Y sale de ti ira, odio, rencor, miedo. ¿Por qué sale todo eso?”
La respuesta, como nuestro joven amigo dijo, es porque eso es lo que hay dentro.
Es una de las grandes lecciones de la vida.
¿Qué sale cuando la vida te aprieta? ¿Cuando alguien te hace daño o te ofende? Si la ira, el dolor y el miedo salen de ti, es porque eso es lo que hay dentro. No importa si el que te exprime es tu padre, madre, tu hermano, tus hijos, tu jefe, el gobierno. Si alguien dice algo de ti que no te gusta, lo que sale de ti es lo que hay dentro. Y lo que hay dentro de ti, es tu creación y tu elección.
Cuando alguien ejerce presión sobre ti y vuelcas en otros de todo, menos amor, es porque eso es lo que has permitido que permanezca en tu interior.
Una vez que quitas todas esas cosas negativas que no quieres en tu vida y las reemplazas con amor, te encontrarás viviendo una vida más satisfactoria...
Y de ti, ¿qué sale cuando te aprietan?
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