sábado, 14 de mayo de 2022

LAS APARICIONES DE FÁTIMA


Nuestra Señora de Fátima, es el título que se le da a la Santísima Virgen María como resultado de las famosas apariciones marianas ocurridas en Fátima, Portugal, en el año 1917, en la que tres pequeños pastores fueron los testigos de este milagroso evento. 

Los tres niños se llamaban Lucía Dos Santos (de 10 años) y sus primos Jacinta (de 7 años) y Francisco Marto (de 8 años). Ellos tuvieron la dicha de conversar con la Santísima Virgen María y de presenciar varios Milagros, entre ellos el milagro del Sol y numerosas sanaciones.

Las apariciones de Nuestra Señora de Fátima se anunciaron un año antes mediante tres apariciones de un Ángel guardián, quien fue el que preparó a los pequeños testigos para que se convirtieran en mensajeros de la Madre de Dios. 

El 13 de mayo de 1917 tuvo lugar la primera aparición de la santísima Virgen. Desde esta fecha la Virgen se apareció en 6 ocasiones, durante 6 meses consecutivos. Estas apariciones ocurrieron los días 13 de cada mes.

+ Primera aparición de Fátima.

Los 3 pastorcitos estaban en el prado con sus ovejas. Empezó a llover, y se refugiaron en una cueva, allí permanecieron en la cueva para comer, rezar el Rosario y jugar. Cuando terminó de llover, salieron y sintieron un aire fuerte que doblaba los árboles y de repente una luz blanca los envolvió. Entre esa luz apareció una nube en forma de un hombre joven, quién les dijo: "No teman, Soy el Ángel de la Paz. Oren conmigo"

El Ángel de la paz se arrodilló e hizo un gesto de genuflexión leve. Los niños imitaron al Ángel y repitieron estas palabras 3 veces: "Dios Mío, yo creo, te adoro, te espero y te amo. Te pido perdón por todos aquellos que no creen, no te adoran, ni te esperan ni te aman."

Después se levantó y les dijo: "Oren de esta manera. Los corazones de Jesús y María están atentos a sus ruegos".

+ Segunda aparición de Fátima.

Estaban jugando los niños cerca de la casa de Lucía y se les apareció el Ángel y les dijo: "¿Qué están haciendo? ¡Oren! Oren mucho. Los corazones de Jesús y María tienen planes piadosos con ustedes. Ofrezcan oraciones y sacrificios a la Divinidad."

Los niños preguntaron: "¿Qué tanto debemos sacrificarnos?" El Ángel respondió: "Hagan un sacrificio de todo lo que realizan, y ofrézcanlo como un acto de enmienda de todos los pecados por los cuales Dios está ofendido, y como una petición de la conversión de los pecadores. Por medio de esto su país tendrá la paz. Yo soy el ángel guardián, el Ángel de Portugal. Sobretodo acepten y soporten con sumisión todo el sufrimiento que Dios les enviará".

A partir de ese momento, empezaron a ofrecer al Señor todo como sacrifico, tratando de evitar todo tipo de mortificación y pena. También se pasaron rezando la oración que el Ángel les había enseñado.

+ Tercera aparición de Fátima.

Ocurrió durante un verano. Los niños empezaron a hacer oración cuando vieron al ángel, quien tenía en su mano un cáliz, sobre el cual estaba una hostia, de la cual caían gotas de sangre hacia el cáliz. El ángel de la paz se arrodilló repitió tres veces con los niños: "La Bendita Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo; yo los adoro profundamente. Yo les ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de todos los insultos, sacrilegios e indiferencias que lo ofenden. Y por medio de su preciosísimo Corazón Sacramentado y el Inmaculado Corazón de María, pido la conversión de los pobres pecadores".

Después se levantó, tomó la Hostia, y la dio a Lucía, mientras que el contenido del cáliz lo dio a Jacinta y a Francisco, diciendo: "Tomen el cuerpo y la sangre de Jesucristo, quien es insultado por los hombres desagradecidos. Reparen sus pecados y complazcan a su Dios.”

+ Cuarta aparición de Fátima.

Resulta que el Alcalde había encerrado a Lucía y sus dos primos, afirmando que estaban alterando el orden público. Él solo quería saber los secretos que la Virgen había revelado, pero el encierro fue en vano, así que tuvieron que liberarlos.

Por lo tanto, fue el domingo 19 de agosto que la Virgen se apareció a los niños y les dijo:
"Recen, recen mucho y hagan sacrificios por los pecadores. Tienen que recordar que muchas almas se condenan porque no hay quién rece y haga sacrificios por ellas".

El Papa Pío XII decía que esta frase era la que más le impresionaba del mensaje de Fátima y exclamaba: "Misterio tremendo: que la salvación de muchas almas dependa de las oraciones y sacrificios que se hagan por los pecadores.

Desde esta aparición los tres niños se dedicaron a ofrecer todos los sacrificios posibles por la conversión de los pecadores y a rezar con más fervor el Rosario

+ Quinta aparición de Fátima.

Durante la quinta aparición Lucía, Jacinta y Francisco, imploraban el auxilio de la Virgen para sanar a los enfermos, la Virgen les respondió que algunos se curarían si se convertían, pero que otros no, porque Dios no se confiaba de ellos, y porque para la santificación de algunas personas es más conveniente la enfermedad que la buena salud. E invitó la Virgen a todos a presenciar un gran milagro el próximo 13 de octubre.

+ Sexta aparición de Fátima.

El 13 de octubre de 1917, el día de la última aparición, Lucía pidió a los fieles a cerrar sus paraguas para rezar el rosario juntos y observar la llegada de la Virgen Santa. Habían 70,000 personas. 

La Virgen se apareció y dijo a los niños: "Yo soy la Virgen del Rosario. Deseo que en este sitio me construyan un templo y que recen todos los días el Santo Rosario".

Lucía le dijo a la Virgen los nombres de bastantes personas que querían conseguir salud y otros favores muy importantes. Nuestra Señora le contestó: "Algunos de esos favores serán concedidos y otros serán reemplazados por favores mejores... Pero es muy importante que se enmienden y que pidan perdón por sus pecados".

Luego, la Virgen María, con un tono de tristeza, dijo sus últimas palabras de las apariciones: "No ofendan más a Dios, que ya está muy ofendido".

La Virgen María antes de despedirse señaló con sus manos hacia el sol. Las nubes comenzaron a dispersarse y el sol apareció como un inmenso globo de plata o de nieve, que empezó a dar vueltas sobre sí mismo a gran velocidad, esparciendo hacia todas partes luces amarillas, rojas, verdes, azules y moradas, y coloreando de una manera hermosísima las lejanas nubes, los árboles, las rocas y los rostros de la muchedumbre que allí estaba presente.

De pronto el sol se detuvo y empezó a girar hacia la izquierda despidiendo luces tan bellas que parecía una explosión de juegos pirotécnicos. 

Luego la multitud vio algo que la llenó de terror y espanto. Vieron que el sol se venía hacia abajo, como si fuera a caer encima de todos ellos y a carbonizarlos, y un grito inmenso de terror se desprendió de todas las gargantas. "Perdón, Señor, perdón", fue un acto de contrición dicho por muchos miles de pecadores.

Este fenómeno natural se repitió 3 veces y duró 10 minutos. No fue registrado por ningún observatorio astronómico porque era un milagro absolutamente sobrenatural.

Luego el sol volvió a su sitio y los miles de peregrinos que tenían sus ropas totalmente empapadas por tanta lluvia, quedaron con sus vestidos instantáneamente secos. Y aquel día se produjeron maravillosos milagros de sanaciones y conversiones.


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