martes, 1 de noviembre de 2022

FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS


"Debemos conocer la vida de los santos, para afirmar en la corrección de nuestra propia vida, y así el fuego de la juventud espiritual, que tiende a apagarse por el cansancio, revive con el testimonio y el ejemplo de los que nos han precedido".

San Gregorio Magno, Moralia, 24.

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Todos los que están en la presencia del Señor son santos. Unos en los altares, otros anónimos pero no por eso menos cerca del corazón del Padre Eterno.

La Iglesia católica recuerda y venera, en este día, a todos los Santos que están en el Cielo.

El objeto de esta fiesta es agradecer a Dios por la gracia que ha concedido a sus elegidos y movernos a imitar sus virtudes y a seguir su ejemplo o a implorar la divina misericordia por la intercesión de tan poderosos abogados.

Todos los que están en la presencia del Señor son santos. Unos en los altares, otros anónimos pero no por eso menos cerca del corazón del Padre Eterno.

La solemnidad de Todos los Santos es aquella celebración que resume y concentra en un día todo el santoral del año, pero que principalmente recuerda a los santos anónimos aquellos que no reciben culto ni veneración. Son innumerables los testigos fieles del Evangelio, los seguidores de las Bienaventuranzas. Hoy celebramos a los que han sabido hacerse pobres en el espíritu, a los sufridos, a los pacíficos, a los defensores de la justicia, a los perseguidos, a los misericordiosos, a los limpios de corazón.

Los Santos son esa multitud innumerable de hombres y mujeres, de toda raza, edad y condición, que se desvivieron por los demás, que vencieron el egoísmo, que perdonaron siempre. Santos son los que han hecho de su vida una epifanía de los valores trascendentes.

La santidad es la conformidad de la vida con la Voluntad de Dios, es vivir de acuerdo con la misma, ahí se manifiesta la totalidad del espíritu de las Bienaventuranzas, que se leen en el evangelio. La totalidad es pobreza, mansedumbre, justicia, pureza, paz, misericordia. Es apertura y donación.

Cada uno debe seguir a Cristo desde su propia circunstancia y talante; desde su nación, raza y lengua, en los días felices y cuando la tribulación arranca lágrimas del corazón; en la soledad o en el trabajo, escuela o casa; en la salud y aún más en la enfermedad.

Hay santos de todas las edades, de todas las razas y condiciones sociales para mostrarnos que todos los hombres y mujeres podemos y somos capaces de ser santos. Unos nacieron en el lujo de los palacios y otros en humildes chozas. Unos fueron militares, otros comerciantes, magistrados, pescadores, monjas , religiosos, personas casadas, reyes, viudas, esclavos y hombres libres y pecadores.

Los hay que llegaron a la santidad por el martirio y los hay que se santificaron día a día con el cumplimiento de las cosas cotidianas, con las pequeñas cosas. Se santificaron en las circunstancias ordinarias de su vida: lo mismo en la prosperidad que en la adversidad, en la salud o en la enfermedad, en la riqueza o en la pobreza. Siempre supieron hacer, de las circunstancias de su vida un medio de santificación.

En esta fiesta como en las demás conmemoraciones de los santos, es Dios quién constituye el objeto de Adoración y a Él va dirigida fundamentalmente la veneración que tributamos a sus siervos, pues Él es el dador de todas las gracias.

Nuestras oraciones a los santos no tiene otro objeto que el de pedir y alcanzar que intercedan por nosotros ante Dios, por consiguiente el fervor con que celebremos esta fiesta debería ser un culto de reparación por la tibieza con que dejamos pasar todas las fiestas religiosas del año.

Recordaremos a todos los seres queridos que se han ido y que aquellos que, por la gran misericordia y el amor infinito de Dios, estén ya en su presencia, pidámosles que ellos que ya están en el regazo de Padre, nos iluminen para seguir por el camino de salvación.

Mañana, día 2, la Iglesia pedirá por todos los que ya no están con nosotros por ser un día dedicado a los que terminaron su misión en la tierra y que la Iglesia le da el nombre de DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS y que todos conocemos como el Día de Muertos.

Para ellos, nuestro recuerdo lleno de amor y nuestras oraciones. Pedimos por aquellos que aún no han purificado totalmente su alma y aún están en la necesidad de nuestras misas y oraciones para llegar a la presencia del Señor. Rogamos por los que alcanzarán a ser bienaventurados eternamente, por ello es bueno que no olvidemos y recemos por aquellas almas más necesitadas, porque tal vez no tienen a nadie que en este día las recuerde.

Pidamos a Dios la gracia de alcanzar la santidad en esta vida (vivir plenamente conforme a la voluntad de Él) para, junto con todos los santos, verlo y gozarlo eternamente en la otra.

CATEGORÍAS DE CULTO CATÓLICO

Los católicos distinguimos tres categorías de culto:

- Latría o Adoración: Latría viene del griego latreia, que quiere decir servicio a un amo, al señor soberano. El culto de adoración de latría es el culto interno y externo que se rinde sólo a Dios.

- Dulía o Veneración: Dulía viene del griego doulos que quiere decir servidor, servidumbre. La veneración se tributa a los siervos de Dios, los ángeles y los bienaventurados, por razón de la gracia eminente que han recibido de Dios. Este es el culto que se tributa a los santos. Nos encomendamos a ellos porque creemos en la comunión y en la intercesión de los santos, pero jamás los adoramos como a Dios. Tratamos sus imágenes con respeto, al igual que lo haríamos con la fotografía de un ser querido. No veneramos a la imagen, sino a lo que representa.

- Hiperdulía o Veneración especial: Este culto lo reservamos para la Virgen María por ser superior respecto a los santos. Con esto, reconocemos su dignidad como Madre de Dios e intercesora nuestra. Manifestamos esta veneración con la oración e imitando sus virtudes, pero no con la adoración del culto de latría que corresponde sólo a Dios.


lunes, 31 de octubre de 2022

REFLEXIÓN SOBRE HALLOWEEN


A los hermanos que dudan sobre si deben celebrar el Halloween como una fiesta de brujos y seres horripilantes o demoníacos y que piensan que exageramos cuando les decimos que los católicos no debemos celebrarlo de la forma en que hoy en día se hace, les invitamos a hacerse unas sencillas preguntas con el corazón abierto y sincero, más allá de todo fundamento que hayan leído a favor y en contra. Háganse estas preguntas buscando agradar al Señor, con humildad y en oración y encontrarán claras respuestas:

1) Si María, José y Jesús viviesen físicamente en esta época ¿Se vestirían de demonios, vampiros y brujas para celebrar una fiesta que es pretexto y ocasión aprovechada por sectas satánicas para cometer sacrificios humanos y sacrilegios? 

2) ¿María y José hubiesen vestido al niño Jesús de un muerto o un demonio para que se divirtiese en este día, quedara bien en el colegio o con sus amiguitos y pidiese dulces de casa en casa? 

3) ¿Acaso no tenemos en nuestro calendario litúrgico muchas bonitas ocasiones de celebración y alegría cristiana verdadera (Navidad, día de Reyes, la Pascua, etc?

A la Víspera de Todos los Santos la han transformado en una fiesta comercial y de culto a lo horripilante y a lo negativo, en el menor de los casos y, otros, al maligno mismo.


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Acto para desagraviar el Sagrado Corazón de Jesús por las ofensas y sacrilegios que se cometen en esta fecha: 

Oh Corazón clementísimo de Jesús, divino propiciatorio, por el cual prometió el Eterno Padre que oiría siempre nuestras oraciones: yo me uno con vos para ofrecer a vuestro Eterno Padre este mi pobre y mezquino corazón, contrito y humillado en su divino acatamiento, y deseoso de reparar cumplidamente sus ofensas, en especial las que vos recibís de continuo en la Eucaristía, y señaladamente las que yo, por mi desgracia, también he cometido.

Quisiera, divino Corazón, lavar con lágrimas y borrar con sangre de mis venas las ingratitudes con que todos hemos pagado vuestro tierno amor. Junto mi dolor, aunque tan leve, con aquella angustia mortal que os hizo en el huerto sudar sangre a la sola memoria de nuestros pecados. Ofrecédselo, Señor, a vuestro Eterno Padre, unido con vuestro amabilísimo Corazón.

Dadle infinitas gracias por los grandes beneficios que nos hace continuamente, y supla con vuestro amor nuestra ingratitud y olvido. Concededme la gracia de presentarme siempre con gran veneración ante el acatamiento de vuestra divina Majestad, para resarcir de algún modo las irreverencias y ultrajes que en vuestra presencia me atreví a cometer, y que de hoy en adelante me ocupe con todo mi conato en atraer con palabras y ejemplos muchas almas que os conozcan y gocen de las delicias de vuestro Corazón.

Desde este momento me ofrezco y dedico del todo a dilatar la gloria de este sacratísimo y dulcísimo Corazón. Le elijo como el blanco de todos mis afectos y deseos, y desde ahora para siempre constituyo en él mi perpetua morada, reconociéndole, adorándole y amándole con todas mis ansias, como que es el Corazón de mi amabilísimo Jesús, de mi Rey y soberano dueño, Esposo de mi alma, Pastor y Maestro, verdadero Amigo, amoroso Padre, Guía segura, firmísimo Amparo y Bienaventuranza. Amén.

sábado, 29 de octubre de 2022

EL CAMINO QUE LLEVA A LA PERDICIÓN ES ANCHO Y ESPACIOSO


“Si en algún tiempo, hermano mío, le persuadiere alguno, sea o no prelado, doctrina anchura y más alivio, no le crea ni abrace aunque se la confirme con milagros, sin penitencia y más penitencia y desasimiento de todas las cosas. Y jamás, si quiere llegar a poseer a Cristo, le busque sin la cruz.”

San Juan de la Cruz
 

miércoles, 26 de octubre de 2022

SE COMPLACEN EN LA INIQUIDAD


"La venida del inicuo vendrá acompañada por el poder de Satanás, de todo género de milagros, señales y prodigios engañosos, y de seducciones de iniquidad para los destinados a la perdición, por no haber recibido el amor de la verdad que los salvaría. Por eso Dios les envía un poder engañoso, para que crean en la mentira y sean condenados cuantos, no creyendo en la verdad, se complacen en la iniquidad”.

San Pablo a los Tesalonicences 2,9.


martes, 25 de octubre de 2022

BEATO ENRIQUE SUSO (o SUSSO)


Fecha de beatificación: En 1831 por Gregorio XVI.

Místico alemán, nació en Constanza el 21 de Marzo probablemente de 1295; murió en Ulm, el 25 de Enero de 1366.

SU VIDA

Su padre perteneció a una noble familia de Berg; su madre, una santa mujer de la cual él tomó su nombre, a una familia de Sus (o Süs, de ahí el nombre Suso o Susso). A los trece años de edad ingresó al convento de los Dominicos en Constanza, donde realizó estudios de preparatoria, filosofía y teología. De 1324 a 1327 tomó un curso suplementario de teología en el Estudio General de los Dominicos en Colonia, donde se sentó a los pies de Johann Eckhart "el Maestro", y probablemente fue condiscípulo de Tauler, ambos célebres místicos. De regreso a Constanza fue nombrado para el oficio de lector, del cual parece haber sido removido varias veces entre 1329 y 1334. En el último año comenzó su carrera apostólica. Para 1343 fue elegido superior de un convento, probablemente en Diessenhofen. Cinco años más tarde fue enviado de Constanza a Ulm donde permaneció hasta su muerte.

La vida de Susso como místico comenzó a los dieciocho años, cuando, rompiendo con sus malas costumbres de los cinco años anteriores, se hizo a sí mismo "el Sirviente de la Eterna Sabiduría", la cual él identificaba con la esencia Divina y, en una forma concreta, con la persona de la Eterna Sabiduría hecha hombre. De ahí en adelante, una ardiente amor por la Eterna Sabiduría dominaría sus pensamientos y controlaría sus acciones. Tuvo frecuentes visiones y éxtasis, practicó una severa austeridad (la que prudentemente moderó en sus años maduros), y soportó con paciencia inusual las aflicciones corporales, amargas persecuciones y dolorosas calumnias.

Se convirtió en el más destacado entre los Amigos de Dios en el trabajo por el restablecimiento de la observancia religiosa en los claustros. Su influencia fue especialmente fuerte en muchos conventos de mujeres, particularmente en el convento de las Dominicas de Katherinenthal, una famosa escuela de misticismo en los siglos XIII y XIV, y en el de Toss, donde vivía la mística Elsbeth Stagel, quien tradujo algunos de sus trabajos en Latín al Alemán, reunió y preservó la mayor parte de sus cartas existentes, y consiguió de él la historia de su vida, la cual después él mismo desarrolló y publicó.

En muchas partes era muy estimado como predicador, y fue escuchado en ciudades y pueblos de Suavia, Suiza, Alsacia y los Países Bajos. Sin embargo, su apostolado no era con las masas, sino con individuos de todas las clases, quienes le buscaban por su personalidad singularmente atractiva, y para los cuales él se convirtió en el director personal de su vida espiritual.

A menudo se ha dicho incorrectamente que él estableció entre los Amigos de Dios una sociedad llamada la Hermandad de la Eterna Sabiduría. La así llamada Regla de la Hermandad de la Eterna Sabiduría no es sino una traducción libre de un capítulo de su Horologium Sapientiae, y no hizo su aparición hasta el siglo XV.

SUS ESCRITOS

El primer escrito que salió de la pluma de Susso fue Büchlein der Wahrheit, el cual redactó mientras estudiaba en Colonia. Su doctrina fue criticada desfavorablemente en algunos círculos -muy probablemente a causa de la relación tan estrecha de su autor con Eckhart, quien había sido llamado para explicar o retractarse de ciertas proposiciones- pero se encontró que era completamente ortodoxa. Como en éste, en sus otros escritos Susso, aunque revelaba la influencia de Eckhart, siempre evitó caer en los errores del "Maestro". En realidad, el libro fue escrito en parte contra las enseñanzas panteístas de los Beghards, y contra las enseñanzas libertinas de los Brethren del Espíritu Libre. El Padre Denifle lo considera como el "libro pequeño" más complejo entre los escritos de los místicos alemanes.

Mientras en este libro Susso se expresa como un contemplativo intelectual, en su siguiente Das Büchlein der ewigen Weisheit, publicado a principios de 1328, es eminentemente práctico y habla de su rebosante corazón a "hombres comunes que aún tienen imperfecciones por cancelar". Bihlmeyer acepta el juicio de Denifle de que es "el más bello fruto del misticismo Alemán", y lo pone a la par de las Homilías de San Bernardo, y de la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis. En la segunda mitad del siglo XIV y en el siglo XV no hubo otro libro de meditación más leído en lengua alemana.

En 1334 Susso tradujo esta obra al Latín, pero aumentando considerablemente sus contenidos, haciendo de este un libro casi completamente nuevo al que dio el nombre de Horologium Sapientiae. Aún más elevado que el original, con un lenguaje acabado, rico en imágenes, ritmo y movimiento, se convirtió en un libro favorito en los claustros a finales de la Edad Media, no solo en Alemania, sino en los Países Bajos, Francia, Italia e Inglaterra.

A este mismo periodo de actividad literaria de Susso podría pertenecer Das Minnebüchlein pero su autenticidad es dudosa.

Luego de retirarse a Ulm, Susso escribió la historia de su vida interior (Vita o Leben Seuses), revisó el Büchlein der Wahrheit, y el Büchlein der ewigen Weisheit, con los cuales, y junto con once de sus cartas (el Briefbüchlein) y un prólogo, formó un libro conocido como el Exemplar Seuses.

Además de los escritos mencionados anteriormente, tenemos también cinco sermones de Susso y una colección de veintiocho de sus cartas (Grosses Briefbuch), las cuales se pueden encontrar en la edición de Bihlmeyer.

Susso es llamado por Wackernagel y otros un "Un poeta de amor en prosa y en el orden espiritual." El amor mutuo entre Dios y el hombre, el cual es su tema principal, le da calidez y color a su estilo. Aprovechó al máximo la flexibilidad del idioma alemán con una rara habilidad, y contribuyó en mucho a la formación de la bella prosa germana, especialmente matizando con nuevos significados palabras empleadas para describir sensaciones interiores. Su bagaje intelectual fue característico de los escolásticos de su época. En su doctrina jamás hubo el menor rastro de tendencias no ortodoxas.

Durante siglos ejerció gran influencia sobre escritores espirituales. Entre sus lectores y admiradores estuvieron Tomás de Kempis y el Beato Pedro Canisio.

Por: A.L. McMahon | Fuente: Santopedia.com

lunes, 24 de octubre de 2022

EL PADRE PÍO Y EL SANTO ROSARIO


 

Para combatir a Satanás eficazmente y en todas partes, el Padre Pío usaba el santo Rosario, que rezaba sin interrupción y con perseverancia. Lo llamaba con un nombre signi­ficativo: el “Arma”. Se puede interpretar que era para él el arma de defensa y de ataque contra Satanás.

El 7 de octubre de 1916 el Padre Pío tuvo una visión, que por humildad prefirió decir que era un sueño. Cuenta él mismo:

«Me parecía estar -dice el Padre Pío- en la ventana del coro de la pequeña iglesia de San Giovanni Rotondo y mirando por la ventana vi en la plaza, ubicada delante de la iglesia, una inmensa muchedumbre muy apretada. Después de haber observado esta innumerable multitud de gente, me incliné a esta ventana, y pregunté:

-“¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren?”

Y toda esta multitud, en coro, con una voz tosca y ensordecedora, gritó: “¡La muerte del Padre Pío!”. Me di cuenta que eran todos demonios.

Ante estas palabras entré al pequeño coro para rezar, uiitn llegó a mi encuentro la Santa Virgen, la cual, con una mirada maternal, apenada y con un gesto decidido, me puso entre las manos un “Arma”, diciéndome: *¡Con esta arma, eres tú quien ganarás!* Me incliné en la ventana del pequeño coro y todas estas personas cayeron a tierra fulminadas, permaneciendo desva­necidas. ¡Yo me desperté!

En seguida me volví a dormir -prosigue el Padre Pío-, y me encontré en la misma ventana. Vi de nuevo una incontable multitud, asombrado, y no sin una cierta desilusión, grité: “¡Ah!... ustedes no han muerto!”, y pregunté otra vez: “¿Quiénes son ustedes?”. Ellos respondieron: “¡Somos cristianos!”. Ya tranquilizado, les dije: “¡Ustedes son los hijos y los discípulos de Jesús!... ¡Entonces, vengan conmigo! ¡Síganme y obedézcanme! ¡Y nadie más los perju­dicará!”

Y añadí: “Aprieten siempre en sus manos el Arma de María, y ustedes ganarán siempre y por todas partes la victoria sobre los enemigos infernales”.»

Cuando hablaba del Arma, sus hermanos no entendían de qué se trataba, no se sabía qué era, en qué consistía, dónde estaba escondida, cómo poder encontrarla.

Algunos días antes de su muerte, el Padre Pío reveló el misterio e indicó muy claramente el “Arma de María”.

Estando en su cama, dice a sus hermanos que estaban con él en su celda: “Pásenme el Arma”.

Y los hermanos, sorprendidos y con curiosidad, le pre­guntaron: “¿Dónde está el Arma? ¡Nosotros no vemos nada!”.

Y el Padre Pío respondió: “¡Está en mi hábito, que ustedes tienen colgado en la percha!”.

Los hermanos, después de haber buscado en todos los bolsillos de su hábito le dicen: “¡Padre, no hay ningún Arma en su hábito!... Solamente hay un Rosario”.

Y en seguida el Padre Pío dijo: “¡Y eso, ¿no es un Arma?!... ¿La verdadera Arma?”

Con esta Arma el Padre Pío derrotó a la inmensa multitud de diablos que estaban furiosos desde el comienzo de su ministerio sacerdotal en San Giovanni Rotondo, en la pequeña iglesia; con esta “Arma de María” venció conti­nuamente a Satanás y a sus satélites durante toda su vida, que estaba siempre expuesta a los ataques tan insidiosos del infierno.

El Padre Pío dio como legado a sus hijos espirituales: "Esto es mi testamento y mi voluntad: ¡Amen y hagan amar a la Virgen María! ¡Recen y hagan rezar el Rosario!”.

Por eso en la jaculatoria bien conocida, en honor a la Inmaculada, el Padre Pío había insertado: “Oh, María, sin pecado concebida, “terror de los demonios”, ruega por nosotros que recurrimos a ti”.

(Padre Pío, el primer Sacerdote estigmatizado. P. Ramón Ricciardi).