sábado, 16 de junio de 2018
FINALMENTE TRIUNFARÁS
Pasaron Kissinger, y los Rockefeller, y los modernos Faraones que pretenden dominar el mundo...
Pasarán Cecile Richards, y Planned Parenthood, y toda la red criminal de tráfico de bebés...
Pasarán la ONU, y la OMS, y la IPPF, y todas las multinacionales ideológicas y/o económicas puestas al servicio de los poderosos de turno...
Pasarán Victoria Donda y Laura Alonso y los pañuelos verdes, y todos los Pilatos modernos y contemporáneos, y los que vengan...
Pasarán los que prometieron servir a su Patria y levantan la mano y la voz apoyando la muerte de los más indefensos de los ciudadanos...
Pasarán los oportunistas, los idiotas útiles, los que deberían anunciar la verdad y son cómplices de miles de mentiras, los que traicionan su conciencia, los que juraron defender la vida y se enriquecen eliminándola...
Pasarán todos aquellos que lucran con la maquinaria implacable y demoníaca del genocidio más injusto e incomprensible...
No te olvides: todo eso pasará.
Porque el mal no tendrá la última palabra. Porque la mentira se autodestruye, no sólo tiene "patas cortas", sino también vida corta.
Porque ya en estos tiempos aciagos, en estas horas de agonía, en este instante tan doloroso de la historia del mundo y de nuestra Argentina, despunta el alba de un nuevo día, de los Cielos Nuevos y la Tierra nueva.
Porque el Dios de la Vida no pasa. Porque el Poder del Crucificado no pasa. Porque la Verdad y el Amor permanecen para siempre.
Y la VIDA, la Vida humana que es en la historia una chispa, un reflejo imperfecto pero genuino de la Vida divina, la VIDA triunfará.
Porque la historia y el mundo le pertenecen al Dios Vivo y verdadero, que entrega estos breves años del devenir del mundo a los hombres para que conquistemos -de algún modo- la eternidad. Pero que al final de los tiempos "dará a cada uno según sus obras", y separará el trigo de la cizaña, y a las ovejas de los cabritos.
Que el día en que el Triunfo de la Vida se manifieste en plenitud puedas -por Gracia de Dios- permanecer de pie, porque en medio de esta batalla, e incluso teniendo a veces la punzante sensación de la derrota, fuiste fiel.
Dijiste SÍ A LA VIDA.
Tu sí de ahora -quizá en minoría, quizá difícil, quizá incomprendido y nunca aplaudido por los hombres- será tu corona en la hora final.
P. Leandro Bonnin.
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