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martes, 15 de septiembre de 2009
¿QUÉ CELEBRAMOS HOY LOS MEXICANOS?
"GRITO DE DOLORES"
¿Qué celebramos hoy los mexicanos? Si decimos que celebramos nuestra independencia incurriremos en dos mentiras: una perteneciente al pasado, la otra al presente. En efecto, nuestra separación de España no se hizo sino hasta (el 27 de septiembre de) 1821. El movimiento iniciado por Hidalgo fracasó a poco de empezar, y halló triste final en el patíbulo. Ni siquiera tenemos la certidumbre de que esa lucha haya sido de emancipación, pues ignoramos lo que Hidalgo dijo en el llamado "Grito de Dolores" (el 16 -no el 15- de septiembre de 1810). Ningún discurso más importante que ése ha habido en la historia mexicana, pero no existe registro alguno de las palabras que en el atrio de su parroquia dijo don Miguel. Conocemos, en cambio, su lema de batalla: "Viva Fernando Séptimo, y muera el mal gobierno". A duras penas se puede pensar que un movimiento iniciado en nombre del monarca español era una lucha independentista, a menos que Hidalgo haya sido un demagogo que engañaba a la gente para que lo siguiera.
La emancipación de México la hizo -que no la consumó*- Agustín de Iturbide. Los hechos lo demuestran; pretender ocultarlos es negar la verdad y desvirtuar la historia. México es una gran nación, y no necesita de la mentira para ser amado. Decir esto no es agraviar a Hidalgo. Fue él un hombre iluminado a quien las circunstancias llevaron a las oscuridades en que cae quien deja de ser dueño de sí mismo. Arrebatado por la muchedumbre, cayó en excesos que dañaron su causa y lo condujeron a la ruina junto con sus seguidores. Pero en presencia de la muerte el Padre Hidalgo volvió a ser quien antes era, y afrontó su final con entereza y dignidad. Debemos recordarlo igual que a todos los personajes de nuestra historia: con sus luces y sus sombras; como a hombre, no como a estatua.
Tampoco podemos este día celebrar la independencia del México moderno. ¿Puede llamarse independiente un país que no produce ni siquiera lo necesario para alimentar a su población? Si queremos festejar nuestra independencia debemos liberarnos de todos los vicios que nos mantienen en el atraso y el subdesarrollo: la politiquería; el mal sindicalismo; la corrupción; la mezquinad de las élites del dinero y del poder; la deficiente educación; las injusticias que originan la pobreza... (Nota de la redacción: si, como piensa nuestro estimado colaborador, para celebrar la Independencia debemos primero acabar con todos esos males, entonces, de acuerdo con los cálculos de nuestros expertos, sólo podremos celebrarla posiblemente a partir del año 3015, si no es que después). Así las cosas ¿qué celebramos hoy? Celebramos nuestro amor a México; nuestro orgullo de llamarnos mexicanos. Por ese amor y esa ufanía adornamos nuestras casas este mes con la bandera nacional; por eso gritaremos esta noche: "¡Viva México!". Y ese grito será no sólo de garganta, sino también, y sobre todo, de corazón. Por encima de nuestras diferencias la noche de hoy nos unirá en ese amor común: el amor a nuestra patria.
Autor: Armando Fuentes Aguirre - Catón
Tomado de eldictamen.com.mx
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Nota: El autor señala que Iturbide hizo la Independencia -no que la consumó-, pues considera que no existe certeza de que Hidalgo haya tenido el propósito de iniciarla. El señor Fuentes es un reconocido historiador que se aparta del criterio oficial sin inclinarse por una determinada corriente y ha escrito obras muy documentadas sobre esta temática. Nos consideramos uno de "sus cuatro lectores", como humildemente se refiere al cúmulo de personas que leemos sus obras, independientemente de que no coincidamos necesariamente con todos sus criterios. Esas obras representan una bocanada de aire fresco al analizar los hechos como tales y sin seguir el criterio del monopolio oficial que enseña la historia bajo una perspectiva ideológica que falsea los sucesos y crea héroes de mármol, y villanos a su gusto y conveniencia, y no presenta seres de carne y hueso, con defectos y virtudes. Más allá de los aciertos y también de los desaciertos en que pudiese incurrir don Armando, ésta intención de presentar la historia de un modo objetivo, ensancha la brecha para que muchos otros historiadores continúen o se inicien en ese análisis objetivo de la misma. La satanización contra don Agustín de Iturbide -héroe, no santo de mármol- debe cesar ya. Pocas naciones reniegan de quien les dio patria, bandera y libertad; y no es precisamente que México reniegue, sino que la educación en historia ha sido escrita e impuesta por los vencedores liberales y pocos son -luego de décadas y décadas de mentiras- los que se cuestionan su veracidad o exactitud. Y ya sabemos que una mentira repetida mil veces, acaba creyéndose como si fuera verdad. Ya es hora de que verdaderos historiadores exorcicen esa falsa historia. El bicentenario es un excelente momento para hacerlo.
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Dios Nuestro Señor y la Virgen de Guadalupe bendigan a nuestra amada Patria
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