miércoles, 13 de julio de 2011

DEBEMOS SER GUERREROS MILITANTES DE LA VERDADERA IGLESIA


Todo creyente, bautizado en la Iglesia Católica -la única Iglesia de Cristo- tiene la OBLIGACIÓN DE LUCHAR por ella, en ella y con ella porque es la verdadera arca de Salvación que debe defender a toda costa. Jesús es contundente: hay que ser CALIENTES en el amor hacía Él y a su Iglesia, ya que a los tibios, los vomitará de su boca:

"Conozco tus obras: no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Por eso, porque eres tibio, te vomitaré de mi boca. Tú andas diciendo: Soy rico, estoy lleno de bienes y no me falta nada. Y no sabes que eres desdichado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. Por eso, te aconsejo que compres de mí el oro purificado en el fuego para enriquecerte, vestidos blancos para revestirte y cubrir tu vergonzosa desnudez, y un colirio para ungir tus ojos y recobrar la vista. Yo corrijo y reprendo a los que amo. ¡Reanima tu fervor y arrepiéntete! Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos. Al vencedor lo haré sentar conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono. El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las iglesias". (Apocalipsis 3, 15-22).

El militante católico es un apóstol que, sin importar su edad, lleva el fuego de la juventud perenne en el espíritu y le cabrá en todo tiempo la gloria y la satisfacción inmensa de defender y llevar la fe de Cristo a todos los rincones, a las nuevas generaciones, a las nuevas juventudes, a las nuevas infancias que retomarán el estandarte y marcharán bajo el mando de la Generala de los Cielos a través de nuevos senderos. Consagrémonos a la realización de este noble ideal: Por Cristo, por su Iglesia y por la Patria. ¡No podemos ser tibios!

El soldado de Cristo no permitirá que su fe sea contaminada con los principios del mundo ni ser arrastrado a la apostasía del relativismo doctrinal. Sabe que la Verdad de Dios es inmutable y que no cambia ni se adapta al gusto y conveniencia de los hombres.

Demos, pues, la buena batalla, el buen combate, la viril defensa en esta guerra metafísica. Somos integrantes de la milicia de Cristo Rey. El maligno no descansa y sus huestes cada día son más osadas y buscan la ruina del hombre. La Revolución anticristiana amenaza con arrasar todo. Pero nosotros tenemos el triunfo asegurado: La morada eterna junto a nuestro dulce y soberano Señor. Y acá en la tierra, lo alcancemos a ver o no, sabemos del triunfo profetizado en Fátima: "Al final mi Inmaculado Corazón triunfará".

Fuente: Youtube __________________________________________________________________________

4 comentarios:

  1. ¿Alguna vez han escuchado sobre los tres estados de la Iglesia? La Iglesia Triunfante en el cielo, la Iglesia Purgante en el purgatorio y la Iglesia Militante en la tierra. Cada uno de estos estados o aspectos de la única y verdadera Iglesia, la Católica, trabajan en conjunto, en el Cuerpo de Cristo, para salvar las almas.

    Son tres Palabras Importantes:¡Triunfante!, ¡Purgante!, ¡Militante! Pueden, ahora, sonar un poco extremas para nuestros delicados oídos espirituales. Si ganamos, se supone que no debimos sentirnos triunfantes, después de todo, huele a triunfalismo, un pecado mortal en nuestra actual cultura light. ¿Purgante?, la vida -dice nuestra actual sociedad decadente- es para disfrutar y gozar, no para sufrir. No se supone que debamos luchar o ser guerreros incluso en nuestra devoción a Dios, por lo tanto el término “militante”, dicen estos tibios, tiene que desaparecer.

    Actualmente la imagen principal de la Iglesia en la tierra es la de un peregrino. No es una imagen intrínsecamente mala, pero puede llevar a la tibieza si no se refuerza con una militante.

    Los cristianos no deben limitarse a caminar sólo como peregrinos, deben marchar como un ejército. Deben tomar sus armas espirituales y vencer al enemigo: la carne, el mundo y el demonio, el pecado en todas sus formas.

    Estoy convencido de que la pérdida de estas tres palabras de nuestro vocabulario religioso, ¡Triunfante!, ¡Purgante!, ¡Militante!, ha sido una razón clave del desinterés de los hombres por la religión, de la disminución de las vocaciones sacerdotales e incluso del descuido que han mostrado los padres por sus familias.

    Si el hombre viera la religión como una batalla contra el mal y su asistencia a Misa como un frente mayor en la lucha, podría sentirse atraído por la Iglesia y la religión. Se esforzaría por encontrar su lugar en la fe.

    Por ello, post como el que publican hablando de la militancia guerrera contra el mal resultan muy convenientes, me congratulo encontrar este lenguaje que resulta insoportable ya para los espíritus y oídos ligths.

    Cuando la catolicidad resurja -como está profetizado- sentirá pena por nuestra generación mediocre, aunque gracias a Dios con grandes excepciones.

    Enhorabuena, hermanos.

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  2. Excelente comentario y muy bien estructurados los razonamientos.
    Gracias por participar y transmitir tu opinión. Tienes mucha razón en todo lo que expones.

    Un fuerte abrazo en Cristo
    Atte
    CATOLICIDAD

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  3. Seguid asi un abrazo en Cristo desde http://sinregomello.blogspot.com/

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  4. Hnos, porfavor más información sobre la Iglesia Militante!

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