Al mirar en un ayate dibujada la figura deslumbrante
de hermosura, ¿qué pecho de amor no late?
De tez morena como el trigo maduro. Ni mayor, ni niña: Joven. Las cejas bien marcadas; sus ojos dulces -verde claro el color- entornados; la boca firme, como queriendo sonreír, el mentón redondo y gracioso. Pelo oscuro, partido al medio. El manto inclinado hacia atrás con fimbria dorada, verde azulado. Esbelto el cuello, como el de las mujeres humildes de esta tierra; inclinada la cabeza. La expresión serena refleja la grandeza de llevar en su seno al Hijo de Dios.
De menor estatura que el natural (1.44 m) aparece como una joven en actitud orante. Vestida con un manto que le cubre la cabeza a modo de “rebozo”; una túnica larga estampada en oro, ceremonial, que recoge su pliegue entre los pies, produciendo ese conjunto que cautiva: humilde hija de Dios, mujer del pueblo y Reina. Ninguna talla o pintura de la Señora tiene como ésta un origen sobrenatural. Pocas advocaciones a la Virgen hay en este mundo cristiano que hayan ayudado tanto a guardar la Fe de los pueblos. En el caso de la Guadalupana ella se manifestó a nosotros abiertamente, en especial a los pobres, a los sencillos, a los que sufren, a las gentes que trabajan con las manos, que no tienen sobre sí más que un endeble techo, caliente en el día, frío en las noches y a los aún más pobres: a los del alma; para que si tienen Fe, la guarden y compartan; si no la tienen, la adquieran; y si la tienen débil, no la pierdan.
¿Cuál sería la Voluntad de Nuestra Madre del Cielo para aparecerse en México -país nuevo en la fe- en forma tan simple y notoria? Podríamos pensar: por consideración a los naturales recién convertidos, en difícil situación para comprender del todo, y amar una religión que les traían sus conquistadores: cambiar sus creencias de siglos con dioses y diosas -lejanos y crueles- por una sencilla devoción a la Madre de su Dios Encarnado, con lo que ello significa de ternura y confianza en su misericordia.
Qué claro queda esto al escuchar aquellas palabras suyas: “Oye hijo mío, lo que ahora te digo: no te aflijas por ninguna cosa, ni temas enfermedad alguna. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y mi resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿Tienes necesidad de otra cosa?...”.
Fuente: Church forum
Santísima Virgen de Guadalupe
Alcanzadme de tu Divino Hijo
el perdón de mis pecados
Bendición para mi trabajo
Remedio a todas mis enfermedades y necesidades
y todo lo que tú creas conveniente
para mi y para mi familia.
Santísima Virgen de Guadalupe
No desprecies las súplicas
que te hacemos ante nuestras necesidades
Antes bien líbranos de todos los peligros
y extiende tu manto
para proteger y bendecid a tu nación mexicana.
Amén
Virgen Santísima de Guadalupe, Madre de Dios, Señora y Madre nuestra! Venos aquí postrados ante tu santa imagen, que nos dejaste estampada en la tilma de Juan Diego, como prenda de amor, bondad y misericordia. Aún siguen resonando las palabras que dijiste a Juan con inefable ternura: "Hijo mío queridísimo, Juan a quien amo como a un pequeñito y delicado," cuando radiante de hermosura te presentaste ante su vista en el cerro del Tepeyac. Haz que merezcamos oír en el fondo del alma esas mismas palabras. Sí, eres nuestra Madre; la Madre de Dios es nuestra Madre, la más tierna, la más compasiva. Y para ser nuestra Madre y cobijarnos bajo el manto de tu protección te quedaste en tu imagen de Guadalupe. Virgen Santísima de Guadalupe, muestra que eres nuestra Madre. Defiéndenos en las tentaciones, consuélanos en las tristezas, y ayúdanos en todas nuestras necesidades. En los peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en las amarguras, en los abandonos, en la hora de nuestra muerte, míranos con ojos compasivos y no te separes jamás de nosotros. Amén.
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¡Viva Santa María de Guadalupe! Un abrazo a todos los mexicanos. "No ha hecho cosa igual con ninguna nación", dijo el Papa.
ResponderEliminarRuth
Don Danilo:
ResponderEliminarAgradecemos mucho nos haya incluido en su grupo de blogs (cuenta con nuestra autorización para ello, si desea seguirlo haciéndolo), pero por política nosotros no anunciamos directorios de blogs de manera sistemática, permanente y corporativa, pues no podemos garantizar la ortodoxia de cada uno de ellos. Ni disponemos del tiempo necesario para estar revisando diariamente el contenido de tantos sitios. Es por ello que no ponemos links permanentes a esos directorios.
Estamos seguros que comprenderá nuestra postura y sabrá disculparnos por no complacer su amable solicitud.
Un abrazo en Cristo.
Atte
CATOLICIDAD