Breve meditación sobre el sacrificio de Cristo desde la óptica del apóstol San Juan, al pie de la cruz.
Fue Juan, en la Última Cena, quien tuvo el honor de recostar su cabeza sobre el corazón de Cristo. Fue el único de los apóstoles que estuvo presente en el Calvario. Y recibió del Señor -en sus últimos momentos- el más precioso de los regalos. Cristo le encomendó que se encargara de cuidar a su santísima y dulcísima Madre, como si fuera suya, diciéndole: "He ahí a tu madre". Y diciendo a María: "He ahí a tu hijo". En Juan estábamos representados todos los cristianos. Por su medio recibimos como madre a la Madre de Cristo, a la Madre de Dios.
¿Que dirán los "ecumenistas" de la nueva iglesia si ven este video?
ResponderEliminarExcelente reflexión, os felicito y que Nuestro Señor Jesucristo y su Madre Santísima os colmen de bendiciones por su magnífico Blog.
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